30 jun 2018

Muere “La China” Mendoza, amante de las letras y de su queridísimo Guanajuato

Muere “La China” Mendoza, amante de las letras y de su queridísimo Guanajuato
POR ROBERTO PONCE , 29 JUNIO, 2018 
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Guanajuato, Chapultepec y México están de luto: esta madrugada, a los 88 años de edad, falleció María Luisa La China Mendoza, Premio Nacional de Periodismo e Información 1984, autora de Ojos de Papel Volando (Joaquín Mortiz 1985) y defensora de los animales, especialmente de los perros, a quienes denominaba “los ángeles mudos de Dios”, según informó su familiar Clemente Sánchez.
A decir de “el último de sus sobrinos”, había transcurrido “una semana muy difícil” para La China Mendoza, internada en el Hospital de Nutrición (Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zurbirán”), al sur de la capital mexicana, donde arribó “muy optimista y fue tratada con enorme amabilidad y profesionalismo, para que se le practicara una serie de análisis”.

La escritora padecía problemas gastrointestinales desde tiempo atrás, con “un cuadrito de anemia”, pero “se le acumularon complicaciones”, hasta devenir el paro respiratorio, dijo Sánchez.
Añadió: “Su corazón dejó de latir a la una y 20 de la madrugada, estaba con mi esposa y la sobrina directa suya, Martha Viviana Mendoza, quien estuvo cuidándola día y noche en Nutrición”.
–¿Cómo era el estado de ánimo de La China Mendoza al internarse?
–Muy optimista. Como sabes, tenía su columna periodística en el periódico Excélsior y todavía la ayudó en su transcripción mi esposa, ya la leerán este domingo. La China deseaba ir a votar, como buena mexicana.
–Algunos la recordaremos siempre también por sus chispeantes participaciones televisivas y su amor a los animales…
–Estuvo en Televisa con los noticieros de Zabludowsky y en los primeros años de Imevisión. Se preocupó mucho por Chapultepec y sentía una noble simpatía por los animales; a los perros les llamaba los ángeles mudos de Dios, los adoraba.
Luego de señalar que el velorio se realizará a partir de las 15:00 en la Agencia Gayosso de Félix Cuevas, Clemente Sánchez invitó al pueblo mexicano para que acompañe a La China Mendoza en su morada final, pues “sus restos se piensan cremar”.
Concluyó: “Amaba México, Chapultepec, el arte y las letras de nuestro país, el teatro, su queridísimo Guanajuato y, asimismo, el tequila.”
Dos luchas de “La China”
María Luisa La China Mendoza nació el 17 de mayo de 1930 en Guanajuato.
Además de ser autora de los célebres relatos del volumen Ojos de Papel Volando, publicó: Con él, conmigo, con nosotros tres (2003), Oiga usted (1973), Las cosas (1976), De ausencia (1974), El día del mar (1985), Fuimos es mucha gente (1999) y El perro de la escribana, entre otros tomos.
Hacia la década de los noventa, su pasión por la fauna y afán político llevó a La China a ser coordinadora del Bosque de Chapultepec, enfrentando al grupo teatral universitario Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística Cleta, del actor Enrique Cisneros, El llanero solitito, quien tomó el foro abierto de La Casa del Lago “Juan José Arreola” en Chapultepec, a mediados de los ochenta.
La China Mendoza envió la siguiente misiva a Julio Scherer García, director de la revista Proceso, el 5 de junio de 1993:
CHAPULTEPEC NO SE CIERRA:
“LA CHINA” MENDOZA
“A Julio, Director:
“En tu excelente, electrizante e imprescindible revista Proceso, aparece en el número 865 del 31 de mayo pasado, una entrevista de Roberto Ponce con el señor Enrique Cisneros, cabeza visible de Cleta, grupo apoderado del foro abierto de la Casa del Lago desde 1985.
“La documentada información que antecede a las declaraciones del llamado ‘Llanero Solitito’ es de tal magnificencia esperanzante que la afirmación final del señor Cisneros resalta por su falsedad, basada en puros rumores, porque:  no se va a cerrar El Bosque de Chapultepec en julio y agosto, para reabrirlo, “pero cobrándole al pueblo y poniendo torniquetes en las entradas”, y prosigue el comentarista: como en el Castillo Estas medidas tienden a la “privatización definitiva” del Bosque.
“Solamente repito que tal noticia carece absolutamente de veracidad: El Bosque de Chapultepec es de los mexicanos, así ha sido siempre, los problemas entre el foro abierto, Cleta y la Casa Del Lago se resolverán exclusivamente bajo la decisión y responsabilidad de las autoridades universitarias.
“Espero ser lo suficientemente clara e insistiré en que cualquier información referente al Bosque de Chapultepec se canaliza nada más en la Coordinación General.
“Estoy a tus órdenes:
María Luisa Mendoza,
Coordinadora General Del Bosque de Chapultepec.”
Eventualmente, la UNAM sacaría por la fuerza al grupo Cleta, y en 1997 Adriana Luna Parra tomó el relevo de La China en Chapultepec.
Para el 31 de diciembre de 2011, María Luisa La China Mendoza dedicó su columna en Excélsior “al bienamado Pedro Armendáriz”, titulada: Me roban un título, pero no la dignidad, donde comenzaba diciendo:
“Juro que no prefiero el contratiempo a la desdicha, pero no soy dueña de mi destino…
“Estaba obligadamente descansando unos cuantos días frente al mar, un tanto conquistada por la lenta consecución de las olas y las gaviotas en fila marcial sobre ellas, geniales pescadoras de entrada por salida, mi pequeña historia con Vilma Fuentes y Carmen Parra, el fallecido burro Relámpago, y nuestro cadáver exquisito Jacques Belafroid ganándole la muerte a la encorajinada mar…
“Casi empezaba a entender el verbo descansar cuando me hablan por teléfono para avisarme que mi preciosísimo libro Ojos de Papel Volando me ha sido sustraído en robo a mansalva. Es decir, que publico Ojos de Papel Volando en la editorial Joaquín Mortiz en 1985, impulsada por el gran editor amado Joaquín Díez Canedo… y mi libro de cuentos verdaderamente encantador, el más volandero y desgarrador al mismo tiempo, ¡se le ocurre a una señora de nombre Patricia Aridjis publicar a su vez otro tomo con el mismo título y anunciarlo cual convite de circo!
“Cuando Mortiz y yo nos preparábamos para salir a la luz, en España a un fulano se le ocurrió publicar a su vez un tomo con dicho título, pero Joaquín, que era un hombre dignísimo, se levantó como el impecable editor que fue y demandó al atrevido por muy peninsular que fuera. Recularon en la madre patria: nosotros teníamos el título registrado en Derechos de Autor, como aún aparece a mi nombre, con tu venia.
“Hazme el favor ahora, después de tantos años y cuando ya nos vamos a morir (como hace un ratito mi queridísimo Pedro Armendáriz), sale nada menos que el FONCA, dirigido por Consuelo Sáizar (quien siempre creí sabía de mi obra aún cuando no tengo beca en el entierro) y pone en circulación el apócrifo Ojos de Papel…
“Desde aquí declaro mi indignación por eso que se llama robo sobre todo viniendo de una editorial gubernamental como el Fonca. No es justo. En la gran editorial Porrúa, autora del tomo de Ojos de Papel Volando y su dueña hoy por ley, sus abogados demandarán a la señora Aridjis y gente que la acompaña. En la Sogem igualmente, los abogados que nos defienden a los escritores mexicanos pondrán su maquinaria a mi favor. Avisaré a Joaquín Díez Canedo, director del Fondo de Cultura Económica del hecho, puesto que fue su padre, en Mortiz, quien publicó mis cuentos.
“Entonces, no veo la necedad de Fonca de no consultar en Derechos de Autor si Ojos de Papel Volando tiene dueño. Tampoco entiendo la ofensa de Conaculta para nosotros los escritores solitarios, independientes, sin becas ni coronas de olivo, veladoras y boletos de avión a cuanta feria del libro ocurre y a donde están siempre los mismos mismos mismos de siempre, como un karma, una letanía, una maldición para nosotros los libres, digamos. Por eso el colmo es que nos roben nuestros títulos y nos quedemos como toros de lidia. Ojos de Papel Volando tiene dueño, jóvenes conaculteños, y se llama María Luisa Mendoza.”
Joaquín Mortiz publicó en 1985 este libro de relatos (luego que La China tomó el título de las coplas de tradición oral que dieron vida al muy famoso Son de la Negra jalisciense en mariachi) para la colección Nueva Narrativa Hispánica. La editorial escribió en la contraportada de aquella edición original:
“Ojos de Papel Volando es un libro de amor en todos los sentidos de la palabra: desde el amor desamor de la pareja hasta el amor por la humanidad respiran por los relatos que lo componen en textos ceñidos, estupendamente tramados. La prosa fluye, enriquecida y enriquecedora, salida de pluma magistral, de vivencia y dolor y alegría y tristeza, visceral y encantadora.
“El nuevo lector quedará sorprendido gratamente; aquél que se ha asomado a través de sus obras anteriores al mundo de María Luisa Mendoza gozará con estas páginas el placer del reencuentro con una gran autora, con una amiga a la que se estima y respeta por su obra, su inventiva, su entrega sin límites a la gran pasión de la literatura. Todo, en este libro, está donde debe estar; nada sobra, no hay concesión a lo gratuito, lo engañoso, lo falso; hay, ni más ni menos, un libro que reafirma y confirma el alto lugar de su autora en las letras contemporáneas.”


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