Los desafíos de (l ministro Arturo) Zaldívar/

Los desafíos de (l ministro Arturo) Zaldívar/Ana Laura Magaloni Kerpel..
Reforma, 05 Ene. 2019
La defensa de la independencia judicial no puede hacerse sino a partir de la legitimidad del Poder Judicial de la Federación (PJF) frente a la sociedad. Esta es la tesis central del nuevo presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar. Comparto plenamente esta visión. En la medida en que se han diluido los contrapesos propios de la pluralidad partidista, adquiere particular trascendencia contar con un Poder Judicial que todos perciban como independiente e imparcial y que, además, sea capaz de procesar el conflicto político y social para dar soluciones jurídicas que provean explicaciones y justificaciones razonadas y persuasivas. No se trata, como señala Arturo Zaldívar, "de entrar en una confrontación entre poderes o un choque de trenes". Por el contrario, lo que necesita el PJF es ordenar internamente su casa, entender sus flancos débiles y corregirlos, reconstruir la confianza de la sociedad en sus jueces y fortalecer su capital político.

Las líneas generales de trabajo que propone el ministro presidente se pueden consultar en la página de la Suprema Corte. Sin embargo, me parece que los flancos más débiles del PJF tienen que ver con lo que el ministro Zaldívar denomina el "ejercicio autocrítico": 1) austeridad, 2) nepotismo y 3) corrupción. Todos ellos están asociados de alguna manera a la forma en que se han ejercido los recursos públicos.
Zaldívar nombra el problema con todas sus letras: "Se acusa al PJF de un uso excesivo de recursos, de una acumulación de privilegios que no es congruente con la realidad que vive la población en general, y de que el sistema judicial parece estar al servicio de quienes lo conforman y no de la sociedad en su conjunto". En efecto, en las últimas tres décadas lo que ha sucedido en México es que el PJF ha absorbido la mayor parte del presupuesto que le destinamos a justicia. En un ensayo que publiqué con mi colega Carlos Elizondo en 2011, "La justicia de cabeza: la irracionalidad del gasto público en tribunales", descubrimos, entre otras cosas, que en México, a diferencia de los otros países con un régimen federal en el continente americano, la pirámide del gasto en justicia está invertida. En términos per cápita gastamos casi dos veces más en el aparato de justicia federal que lo que destinamos a todos los poderes judiciales locales juntos. En el resto de los países federales la proporción es inversa: Estados Unidos gasta ocho veces más en la justicia local que en la federal, Canadá siete veces más y en Brasil y Argentina la diferencia es más del doble. Pero, además, México, en 2012, fue el país que mayor gasto per cápita ejerció en la justicia federal.
Esta política de gasto en justicia es absolutamente regresiva: en cualquier Federación, y México no es la excepción, la inmensa mayoría de los conflictos cotidianos de la gente inician en un juzgado local. En 2008, sólo 2.3% de quienes iniciaron un litigio local promovieron un amparo directo a nivel federal. El sistema de justicia mexicano está roto.
El nuevo presidente de la Suprema Corte se propone corregir excesos y mejorar el ejercicio del gasto público en el PJF a través de un programa de austeridad que asegure que "el presupuesto servirá a la impartición de una justicia pronta, completa e imparcial". Se trata de focalizar los recursos en la profesionalización del personal, en hacer más eficientes los procesos, en garantizar el acceso a la justicia y en reducir los tiempos de resolución. También se propone mejorar los sistemas de compras, la transparencia en las licitaciones y en la contratación de bienes y servicios. Asimismo, Zaldívar quiere terminar con el nepotismo judicial y llevar a cabo una política estricta de combate a la corrupción. De lo que se trata es de lograr que el PJF sea un ejemplo de eficiencia y transparencia en el ejercicio del gasto público y de calidad y probidad en el servicio que presta. Es así como el PJF podrá contar con los grados de fortaleza e independencia que necesita en este momento político del país. Le deseo el mayor de los éxitos al ministro Zaldívar.