Retrospectiva...
Eran las 16 horas del 23 de marzo de 1994 cuando procedente de La Paz, BCS, Luis Donaldo Colosio arribó en un avión privado al Aeropuerto Internacional de Tijuana, B, ahí lo recibieron entre mil 500 y 2 mil personas, mientras que en Lomas Taurinas ya se encontraban entre 3 mil 500 y 4 mil personas, casi el doble de lo que estimaron los miembros de logística y seguridad....
A las 17:09 horas, Colosio terminó su discurso y se dirigió con su comitiva de regreso a la camioneta, que lo conduciría al Club Campestre de Tijuana.... El orador pidió por el micrófono a los asistentes que lo despidieran. Como fondo sonaba fuerte la canción "La culebra" de la Banda Machos. ...
Tres minutos después, a las 17:12 horas, cuando Colosio había recorrido aproximadamente trece metros y medio en la explanada, uno de los asistentes al mitin logró penetrar el débil cerco de seguridad, puso un revólver Taurus calibre .38 cerca de su oído derecho e hizo fuego; inmediatamente el agresor hizo otro disparo en el abdomen, Colosio se desplomó inconsciente, sangrando profusamente de la cabeza. En medio de la confusión, los guardaespaldas capturaron al criminal.....identificado como Mario Aburto Martínez.
Minutos después el candidato arribó al Hospital General de Tijuana, iba herido de muerte..
'Yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso (...) yo veo un México con hambre y sed de justicia’..LDC.
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La revista Proceso charló dos años después con Galindo Quiñones...
EL DIA DEL CRIMEN, COLOSIO DIJO A HERIBERTO GALINDO: “ESTABA HASTA LA MADRE DE CAMACHO… LITERALMENTE HASTA LA MADRE…
Revista Proceso, 15 OCTUBRE, 1995.../Redacción.
En los primeros minutos del 23 de marzo de 1994, el día en que lo mataron, Luis Donaldo Colosio le dijo a Heriberto Galindo Quiñones:
“Estaba hasta la madre de Camacho, literalmente hasta la madre Estaba harto”.
En la imagen Colosio, Heriberto y su esposa María del Carmen Díaz; fue tomada 10 días antes del asesinato, en una comida en la casa del Dr. Teodoro Césarman...
En un privado de la suite 5003 del hotel Executivo de Culiacán, Sinaloa, Galindo, entonces coordinador de la cuarta circunscripción política del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, cenó con el candidato a la Presidencia de la República.
Por la mañana del día anterior, en la Ciudad de México, Manuel Camacho había hecho pública su intención de no aspirar a la candidatura presidencial, manifestando su preferencia “por la paz”
Colosio, enterado, elogió públicamente a Camacho como una “persona de gran capacidad y vocación política, que le ha dado y le seguirá brindando importantes servicios al país”.
Luis Donaldo, recuerda Heriberto Galindo, estaba eufórico: Los mítines de ese día, en Culiacán y Mazatlán, le habían parecido “apoteósicos” Sin embargo, reprochó algo: “Lástima que la opinión pública nacional no va a percibir, con justicia, lo hermoso de estos actos, porque mi tiempo de televisión lo ocupé agradeciéndole a Camacho la actitud que asumió hoy al declinar candidatura alguna en pos de la Presidencia de la República para esta ocasión”.
Pasada la medianoche, Galindo preguntó a Colosio sobre la actitud de Camacho:
-¿Estabas hasta la madre? ¿Te tenía harto?...
-Estaba hasta la madre de Camacho, literalmente hasta la madre Estaba harto
Galindo le dijo entonces: “Manuel es una persona inteligente, es una persona dotada para la política, pero su actitud y su conducta contigo no fueron las adecuadas, acostumbrados como estamos a una conducta de lealtades y disciplinas, voluntarias o forzosas, en el PRI”.
Pues sí respondió lacónico Colosio.
Bueno, pero creo que ya llegaron a un acuerdo en casa de Luis Martínez insistió Galindo, quien recuerda que Colosio, “con la mano, me hizo como que sí y como que no, como más o menos, como con dudas” y agregó:
“Hablamos, hablamos pero qué bueno que hoy se da esta situación. Yo lo aprecio, yo lo reconozco Pero Manuel es muy difícil, muy difícil”.
Galindo preguntó a Colosio si había pensado en conminar a Camacho a que tomara una decisión en uno u otro sentido.
“Absolutamente sí”, dijo de inmediato el candidato “Estaba a punto de hacerlo. Si hoy Camacho no hubiera declinado formal y públicamente, lo hubiese conminado yo esta misma semana a que se definiera de una vez por todas”
Galindo recuerda que él fue “víctima de linchamientos políticos, y no creo en las bondades del linchamiento político”.
El diputado priísta relata que a él se le atribuyó, el 4 de octubre de 1987 ”aquel fatídico día”, el fallido destape de Sergio García Ramírez.
En alusión a Camacho quien el viernes 13 anunció su renuncia al PRI, Galindo afirma que, después del destape de Colosio, dejó de cumplir con las reglas no escritas del sistema.
“Yo no puedo perdonarle su conducta Le tengo reconocimiento y gratitud, pero no puedo perdonarle lo que hizo a partir del 28 de noviembre de 1993.
“Como buena víctima que fui de linchamientos políticos, por eso no soy ni seré partidario, jamás, de linchamientos políticos contra ningún político”.
* * * * *
Colosio invitó a cenar a Galindo por medio de Héctor Yunes, dirigente priísta en Sinaloa, y de Carlos Olmos, miembro de la comisión de invitados especiales de la campaña.
Eran poco más de las once de la noche del 22 de marzo de 1994 cuando llegó a la habitación del candidato, a quien vio haciendo ejercicios de inhaloterapia con su médico de cabecera, Guillermo Castorena “Traía problemas en la garganta y en el pecho”, recuerda.
Esperó a que terminara, y Colosio le dijo: “Maestro, le mandé traer su cenita para que cenemos juntos y platiquemos largo” Galindo refiere: “Eran dos club-sándwiches en platos cubiertos con tapas de acero Nos pasamos luego a un privado, junto a la suite, y allí cenamos y platicamos largo”
Según recuerda, ambos empezaron a analizar la evolución de la campaña política, que, a decir del mismo Colosio, había “despegado”.
Galindo, sinaloense de 44 años de edad, conoció a Luis Donaldo Colosio a principios de 1982, antes del destape de Miguel de la Madrid como candidato a la Presidencia.
Cinco años después, Colosio llegó a su casa la noche del destape de Carlos Salinas, en octubre de 1987 “Mi candidato era Alfredo del Mazo Colosio sabía que si Del Mazo era presidente, yo impulsaría su carrera Yo sabía que si Salinas era presidente, él impulsaría la mía como finalmente sucedió”.
En el Palacio Legislativo de San Lázaro, sentado en su curul, Galindo recuerda que Colosio se anticipaba al mitin que tendría en Sonora, su tierra natal “¡Imagínate cómo va a estar Sonora Esto ya despegó!”.
Evoca: “Lo veía perfectamente seguro, tranquilo, vigoroso, erguido, echado para adelante; yo no lo vi ni triste ni mortificado ni desilusionado Estaba eufórico, encantado de la vida; sentía que de allí en adelante la campaña tomaría velocidad de crucero, desde el despegue fuerte de Mazatlán y Culiacán Esperaba muy bien Baja California, pero, sobre todo, tenía una enorme esperanza de que Sonora le diera un vuelo altísimo”.
Relata luego que Colosio le adelantó que después de Semana Santa haría cambios en el Comité de Campaña, los cuales repercutirían en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Colosio pidió a Galindo que estuviera localizable, porque quería que pasara con él un día en el rancho de su padre, también en Semana Santa.
“Nos quedamos viendo a los ojos; él pensó que yo le estaba preguntando mentalmente sobre mi futuro personal. Me apapachó, me tomó del brazo, y me dijo: `Tranquilo, maestro Usted va a ocupar un gran lugar junto a mí cuando yo sea presidente de la República No te desesperes, cuídate, descansa; todo lo vamos a ir resolviendo después de Semana Santa’”.
Galindo quería preguntarle sobre la proposición que el 10 de febrero anterior, cumpleaños de Colosio, le hizo éste para que relevara en el Frente Nacional de Organizaciones y Ciudadanos a Miguel Angel Barberena.
“Piensa le dijo Colosio qué harías al frente del sector popular; no quiero lastimar al ingeniero Barberena. Lo voy a proponer para candidato a diputado plurinominal. Prepárate, cuídate”
Galindo vio por última vez a Colosio la mañana del 23 de marzo en el aeropuerto de Culiacán, antes de que abordara el avión que lo transportaría a La Paz, Baja California Sur, para luego viajar a Tijuana.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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