Los panistas protestaron por el rechazo a que su partido presida la Mesa Directiva de San Lázaro y pusieron de cabeza ejemplares del Primer Informe de AMLO. Foto: Tomás Martínez
Nota de Mayolo López/
Reforma, Cd. de México (02 septiembre 2019).- En San Lázaro, al despuntar septiembre, la Cuarta Transformación se transmuta en confrontación. Un pleito inevitable entre el brazo político y legislativo de la 4T, Morena, y la primera fuerza opositora, la que encarna el PAN, un PAN bravo, gritón, que al final de la ríspida jornada logra acallar al parlamentario por excelencia, Porfirio Muñoz Ledo.
"No se asusten: las palabras no matan", ironiza Muñoz Ledo después de comunicar al Pleno que se abstendría de dirigir el mensaje que había preparado.
Muñoz Ledo se lo pensó dos veces: los panistas no lo iban a dejar hablar. El agravio de Morena no lo iba a dejar pasar Acción Nacional: el despojo de la presidencia de la Mesa Directiva para que Morena, en la persona de Porfirio, controlara por segundo año consecutivo la Cámara de Diputados.
El senador Ricardo Monreal ya la veía venir. En mangas de camisa, apenas pisa San Lázaro, dispara: "Espero un ambiente caldeado, con discursos duros y un ambiente de desencuentro".
-¿Por qué?
-Porque no se logró la mayoría calificada para la designación de la Mesa Directiva que encabezaría el PAN.
-¿Sigue en la idea que mejor hubiera sido que se respetara la presidencia al PAN?
"Sigo pensando de la misma manera, nunca tengo variaciones (...) lo más conveniente es encontrar y entender, encontrar un camino y generar un entendimiento pronto. A nadie le conviene una crisis institucional, no debemos instalarnos en una crisis institucional. Hay que buscar la solución, presiento que va a ser una asamblea larga, pesada".
Las pancartas, el griterío y las descalificaciones van a marcar la instalación del segundo año legislativo de la 64 Legislatura.
Y la senadora panista Xóchitl Gálvez da la bienvenida a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, con una pancarta: "Democracia sí. Autoritarismo no".
La parlamentaria hidalguense dice que la Secretaria convino con ella: "Que sí a la democracia". Pero calla cuando Gálvez le recrimina: "La presidencia de la Mesa Directiva era para el PAN"
'¡Espurio, espurio!'
"¡Es-purio, es-purio!", gritan los panistas a Muñoz Ledo en el arranque de la caótica sesión.
La aguerrida Xóchitl se encarama a la tribuna, se coloca atrás de Muñoz Ledo presidente y alza una segunda pancarta: "Porfirio ¿Díaz o Muñoz Ledo?"
Muñoz Ledo conduce una sesión con sobresaltos. La pelea es entre el PAN y Morena. Los panistas, senadores y diputados, alzan en la parte baja de la tribuna una pancarta más grande: "Democracia sí. Autoritarismo no". Y aflora una guerra de consignas. Los panistas arremeten: "¡Es-purio, es-purio!", y Morena contraataca: "¡Por-fi-rio, Por-fi-rio! ¡Quieren-moches, quieren-moches!".
Paradojas del parlamentarismo. El Pleno solo se pone de acuerdo con un grito de silencio: el que se guarda para recordar a los caídos del bar El Caballo Blanco de Coatzacoalcos, Veracruz. Pero el silencio es efímero y el alboroto y la confrontación se alargan.
El diputado morenista Gerardo Fernández Noroña reprueba que su "compañero Andrés Manuel López Obrador" no se haya apersonado en San Lázaro y lo equipara con Calderón y con Peña Nieto que encontraron, como el tabasqueño, refugio en Palacio Nacional un 1 de septiembre.
Por el PRI, la senadora tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel suscita la atención que se había difuminado con las primeras intervenciones. Morena calla. "El alegato de la popularidad puede ser fuego de artificio. Cuidado con regodearnos con espejismos efímeros. Los gobiernos no pueden ser de un solo hombre o caudillo. Congruencia es lo que demandamos."
La tribuna se enciende con el turno del PAN. El presidente defenestrado, Xavier Azuara, es arropado por diputados y senadores. Asoman cuatro mantas: "Cero crecimiento". "17, 500 asesinatos". "No te enfermes. No hay medicinas". Y en la parte baja, una gigante: "Morena no cumple".
En un arrebato, el morenista Félix Salgado Macedonio intenta tapar el "no" de "Morena no cumple", pero los panistas le echan montón y regresa a su curul.
"El Congreso sucumbió a la autoimposición", sentencia el panista, y evoca a Muñoz Ledo como presidente de la Cámara en su respuesta a Ernesto Zedillo en 1997. Otros tiempos.
"Se dijo entonces: 'A partir de hoy esperamos que para siempre en México ningún poder quedara subordinado a otro y todos serán garantes de los derechos ciudadanos, de la fortaleza de las instituciones y de la integridad y la soberanía del País'. Palabras que se ha llevado el viento."
Por Morena sube a la tribuna el senador Ricardo Monreal, cobijado también por sus correligionarios.
"Cuando el Presidente de la República recibe el País, lo recibe hecho pedazos. Seamos sinceros, esa fue la herencia maldita que recibió el Presidente y que ahora se está enfrentando para enmendarlo, como el caballero de la triste figura, enderezar entuertos y enmendar agravios, porque el País que recibió era un País en ruinas. En ruinas."
El zacatecano apela a la reconciliación y traza una férrea defensa de Muñoz Ledo.
"Porfirio --dice-- no merece los adjetivos que ustedes le han atribuido. Porfirio es historia. Porfirio ha contribuido de manera notable a lo que es la democracia en el País. Porfirio es un luchador social. No merece los adjetivos y los calificativos de lo más sucio y ruin que he escuchado contra un hombre de Estado. Porfirio Muñoz Ledo, aunque les duele, Porfirio es la historia".
Monreal cierra con vivas a Porfirio y a López Obrador. El epílogo de la caótica sesión asoma.
Y Muñoz Ledo recula:
"Compañeras y compañeros: en el guion de esta comparecencia estaba previsto un discurso de su servidor, pero no lo pronunciaré. No se asusten, no lo pronunciaré. Calma, calma, no tengan miedo, las palabras no matan. Lo que mata a veces son los gritos".
"Invito a los legisladores de ambas Cámaras a remontar las comarcas de la injuria, la intolerancia y la mentira. Cuidado porque hay quienes piden respeto y no lo dan, y no me refiero sino a los intolerantes. Advierto que en los parlamentos la vociferación suele ocultar la paraplejia mental".
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