24 jul 2021

Mensaje de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

 Simón Bolívar, El Libertador. Natalicio, 238 Años

Acto encabezado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador desde CDMX

La doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.


Muy buenos días, señor presidente Andrés Manuel López Obrador; doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, representantes de poderes federales, señor secretario de Relaciones Exteriores, almirante, general, secretario de la Marina y la Defensa, señoras y señores cancilleres y ministros de las hermanas repúblicas de América, honorables representantes diplomáticos acreditados ante nuestro país, integrantes del Gabinete del Gobierno de México, invitadas e invitados especiales:

Es un honor para mí, como jefa de gobierno, a nombre del pueblo de la Ciudad de México darles la bienvenida en este histórico día donde el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el marco de la conmemoración de los 200 años del México independiente y los 500 años de resistencia, después de la caída del México Tenochtitlán, celebra el natalicio de El Libertador de América, Simón Bolívar.

Fue hace 238 años que en el seno de una familia criolla nació en la capital de Venezuela Simón Bolívar, cuya formación y lucha le llevó a ser el libertador de su patria y el forjador de un profundo y sentido hermanamiento fincado en la libertad y la unión entre nuestros pueblos.

Hoy quiero hacer un homenaje muy breve a tres hechos históricos:

El primero es la visita de Simón Bolívar a esta ciudad a la que llama ‘metrópoli por excelencia’.

La segunda, algunas referencias a México en su Carta de Jamaica.

Y la tercera, muy breve, su reconocimiento como ciudadano mexicano.

El 1º de febrero de 1799 llegó al Puerto de Veracruz el navío de guerra San Idelfonso, que venía de la Guaira, Venezuela, cuyo destino final eran las costas españolas.

Este tuvo que esperar el cese de un bloqueo de barcos ingleses en La Habana. En este navío viajaba el joven de 16 años Simón Bolívar, quien se dirigía a hacer estudios en Madrid, España.

Por la postergación de este viaje por tiempo indefinido, Bolívar decide visitar Xalapa, Puebla y la capital de la Nueva España. La fortuna y buenas relaciones familiares de la familia de Bolívar permiten que se hospede con los marqueses de Uluapa en un palacete ubicado en la esquina de las calles de Damas y Ortega, hoy conocidas como Bolívar en honor a esta visita, y República de Uruguay.

La marquesa de Uluapa era doña María Rodríguez de Velasco cuya hermana, ‘la Güera’ Rodríguez, organizada tertulias y funciones en un salón en las cuales participó el joven Bolívar. Cuenta la historia que Bolívar fue presentado al virrey de la Nueva España, entonces don Miguel de Aranza, quien, en una de sus charlas, habló de la reciente revuelta de Caracas y el joven Bolívar refirió que era justa la causa de América.

El virrey llamó aparte al oidor y le sugirió que era prudente que su recomendación y su recomendado siguiera su viaje a España. Es muy probable que su impresión, la impresión de Bolívar sobre la Ciudad de México, de México, así como su causa por la independencia y la unión de América hicieron que El Libertador tuviera presente su interés por estar siempre al tanto de las noticias mexicanas a lo largo de su fecunda vida.

En 1815 patentiza su conocimiento de la realidad de nuestra guerra de independencia en su conocido documento Carta de Jamaica, en donde con asombrosa síntesis procesó el emancipador de América mexicana de los elementos constitucionales de Ignacio López Rayón, así como del ideario del padre Morelos y los alcances de la Constitución de Apatzingán.

Pero incluso en ese texto, y a propósito de los 500, Bolívar escribe: ‘Usted quiere aludir al monarca de México Moctezuma, preso por Cortés, y Atahualpa Inca de Perú, destituido por Francisco Pizarro. Existe tal diferencia entre la suerte de los reyes españoles y los reyes americanos que no admiten comparación. Los primeros, tratados con dignidad, conservados, y al fin recobran su libertad y trono, mientras que los otros sufren tormentos inauditos y los vilipendios más vergonzosos’.

Si a Cuauhtemotzin, sucesor de Moctezuma, se le trata como emperador y le ponen la corona, fue por irrisión y no por respeto, para que experimentase ese escarnio antes que las torturas. Iguales a la suerte de ese monarca fueron el rey de Michoacán, Calzonzin y el zipa de Bogotá y cuantos toquis, incas, zipas, cúlmenes, caciques y demás dignidades sucumbieron al poder español; es decir, el reconocimiento de las culturas originales, así como el respeto, el desprecio a esas culturas. Por ello, reivindicamos la importancia de llamar a ese año: ‘500 años de resistencia’.

Para Fray Servando Teresa de Mier, reputado diputado mexicano en las cortes de Cádiz y representante de la América mexicana ante potencias europeas, las hazañas de El Libertador fueron motivo de auténtica y profunda admiración. 

Por ello, en vez de extrañar que el pleno del Congreso Constituyente de 1824, precisamente en su sesión del 13 de marzo, el padre Teresa de Mier, como representante del estado libre y soberano de Nuevo León propusiera al pleno una iniciativa a fin de otorgar a Simón Bolívar, al libertador de la gran Colombia, la ciudadanía mexicana como un reconocimiento a los méritos políticos y militares del venezolano, que no sólo independizó a una vasta región del continente, sino que concibió el hermanamiento de los pueblos latinoamericanos en aras de una unidad fincada en orígenes comunes.

De esta forma el 17 de marzo de 1824 se da lectura al dictamen afirmativo y se vota enviándose a la comisión para elaborar el diploma y designar a la comisión portadora del mismo. Simón Bolívar, también ciudadano mexicano. 

Las condiciones políticas y económicas del primer gobierno republicano del México independiente hacen suponer que la distinción le fue comunicada a Bolívar por el primer encargado de negocios de México ante Venezuela, el coronel José Anastasio Torrens, en 1825.

México vive hoy una gran transformación de la vida pública de México que le ha regresado a su pueblo recursos que antes se desviaban para el beneficio de unos pocos y el empobrecimiento de muchos.

México y su ciudad capital vivimos la construcción de una sociedad de derechos y libertades frente al privilegio y la opresión.

México vive hoy un nuevo hermanamiento con los pueblos de América Latina y qué mejor día, el día de hoy, para poder conmemorarlo, que se construye sobre la base del humanismo, la solidaridad, el progreso con justicia, la autodeterminación de los pueblos y el respeto al derecho ajeno.

México vive un momento estelar porque todos los días construye la paz como fruto de la justicia, enaltece los derechos humanos, la honestidad, la economía moral y un pensamiento crítico que enaltece el amor por encima de las riquezas materiales, que construye la igualdad entre hombres y mujeres, que condena la discriminación.

Qué mejor homenaje a los héroes que nos dieron patria, por supuesto incluido Simón Bolívar a esta patria grande, la América Latina.

Bienvenidos a la ciudad de derechos y libertades, a esta que es su casa y que hoy rinde homenaje a la Independencia, a la libertad y al gran libertador de América, Simón Bolívar.

Muchas gracias.

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