11 mar 2022

No se vale atacar hospitales: Santa Sede

No se vale atacar hospitales: Santa Sede

El bombardeo por las tropas rusas la tarde del pasado miércoles 9 de marzo de un  hospital infantil en Mariúpol, una ciudad en el sureste de Ucrania, generó indignación mundial..

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, responsabilizó al ejército ruso del ataque, y lo describió como "un crimen de guerra". 

El vicealcalde de Mariúpol, Sergei Orlov, le dijo a la BBC que tres personas, incluida una niña, murieron en el ataque. Según los informes, hubo al menos otras 17 personas que resultaron heridas, algunas de las cuales son mujeres embarazadas.

Se trató de un acto inhumano y cobarde.

Líderes mundiales condenaron el ataque, La Casa Blanca lo describió como "bárbaro" y el gobierno de Reino Unido como "depravado".

Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar regional de Ucrania en Donetsk, un área ocupada por separatistas prorrusos desde 2014, dijo que la sala de maternidad, la sala de niños y la sala de terapia del hospital quedaron destruidas.

"No entendemos


cómo es posible en la vida moderna bombardear un hospital infantil. La gente no puede creer que sea verdad", le dijo a la BBC el vicealcalde Orlov.

La organización Médicos Sin Fronteras, que tiene personal destacado en Ucrania, comentó que su equipo está "horrorizado" ante el ataque.

Mariupol es una de las ciudades del sureste ucraniano que más severamente está sufriendo el ataque de Rusia, donde muchos ciudadanos han quedado atrapados sin apenas agua ni comida.  

En el marco de una conferencia que tuvo lugar en la ciudad de Roma, el pasado miércoles el secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin condenó el taque y expresó su preocupación por la situación que se está viviendo. Dijo que sabía que el espacio para las negociaciones era limitado, pero que “tenía esperanza de que Ucrania y Rusia pudieran llegar a un acuerdo”.  

Reiteró Parolín la disponibilidad de la Santa Sede para hacer de mediadora y terminar con el conflicto ...

Reacción de Rusia..

"No es la primera vez que vemos protestas patéticas sobre las supuestas atrocidades perpetradas por el ejército ruso", dijo este viernes el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una conferencia de prensa en la que le preguntaron cómo puede justificar Rusia el bombardeo de la sala de maternidad y del hospital infantil.

Lavrov agregó que la delegación rusa le dijo al Consejo de Seguridad de la ONU hace tres días que el hospital había sido "tomado" por radicales ucranianos y que "todas las madres y personal fueron sacados de allí".

Rusia ha negado anteriormente que su ejército ataque civiles e instituciones de salud.

No obstante, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, dijo el miércoles que la entidad ha confirmado 18 ataques en Ucrania contra instalaciones sanitarias, trabajadores sanitarios y ambulancias. 

Según la ONU, el número de refugiados que huyen de los combates en Ucrania aumentó en las últimas 24 horas, más de 2,3 millones han cruzado la frontera..

Santuarios dedicados a la Virgen de Fátima se unirán en oración 

El próximo domingo 13 de marzo todos los santuarios dedicados a la Virgen de Fátima en el mundo han sido convocados a unirse en oración por la conversión de Rusia.

Dice la agencia católica CI que el P. Andrew Draus, rector del Santuario de la Santísima Virgen María de Fátima en Krisovychi, en la región ucraniana de Lviv, invitó a realizar una oración conjunta por la conversión de Rusia.

Este llamado se produce después de que los obispos católicos de rito latino en Ucrania le pidieron al Papa Francisco que consagre públicamente este país y a Rusia al Inmaculado Corazón de María, como lo pidió la Virgen de Fátima en sus apariciones en 1917.

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Emotiva ceremonia del enviado del Papa en Ucrania: “La fe logra mover montañas, no la estúpida guerra”

Elisabetta Piqué

ENVIADA ESPECIAL

La Nacion, 10 de marzo de 2022

Ucrania se prepara para la segunda ola de invasión y violencia

LVIV.- Con ojos llenos de lágrimas y hablando desde el corazón, el cardenal polaco Konrad Krajevski, limosnero papal y enviado especial del papa Francisco a Ucrania, denunció hoy la “estúpida” guerra en curso, que ha matado a cientos de civiles y provocado gran destrucción en esta exrepública soviética, y reivindicó el valor de “la fe que mueve montañas”

Al final de una ceremonia ecuménica que protagonizó este mediodía en la catedral latina de esta ciudad, en la que participaron representantes de la aquí mayoritaria iglesia greco-católica (de rito bizantino), ortodoxos, miembros de la comunidad judía e incluso de la minoría musulmana, Krajevski explicó el motivo de su misión especial.

De 58 años y llamado “el Robin Hood” del Papa porque suele llevarle comida y mantas a los sin techo de noche y hace un par de años incluso ayudó a “okupas” de un edificio de la periferia de Roma a reestablecer el servicio eléctrico -que había sido cortado por falta de pago-, Krajevski destacó que, más allá de la ayuda concreta, había venido a demostrar “presencia”, “cercanía”.

“El Santo Padre quiere estar presente en esta nación martirizada, porque la presencia es el primer nombre del amor. Por lo tanto, hay que estar presentes y después, claro, más allá de la ayuda moral, más allá de la fe, traemos la esperanza de poder salir de esta situación tan terrible”, dijo, al destacar, por otro lado, la ayuda concreta que estaba llegando a través de las canales diplomáticas y en el terreno. Tras quitarse sus hábitos cardenalicio color púrpura, vestido con campera negra con escudo papal y los colores de la Santa Sede, el enviado papal habló así en la sacristía de la catedral, una de las iglesias más impresionantes de Lviv, construida en parte entre 1370 y 1480, cuya parte externa es de estilo gótico.


Preguntado por LA NACION si eran posibles negociaciones como las que se estaban dando en Turquía entre los cancilleres rusos y ucraniano, mientras las fuerzas rusas bombardeaban hospitales -como ayer el pediátrico de Mariupol y esta mañana otros dos en localidades cercanas a Kiev-, Krajevski respondió con cautela, pero con pasión.

“Señora, yo no soy diplomático, yo vine aquí con la lógica del Evangelio. Así hacía Jesús: él estaba siempre del lado de la gente que sufría. También el Santo Padre utiliza esta lógica del Evangelio. Por eso estamos aquí, por este motivo rezamos, porque nuestra arma, es la fe, nuestra arma es, también, la esperanza”, explicó, con ojos vidriosos.

“Normalmente el Evangelio nos habla de las tres armas más sofisticadas del mundo: la oración, el ayuno y la limosna”, subrayó, enumerando con los tres dedos de una mano. “Todo el mundo hoy hace limosna por Ucrania. La limosna significa que me duele, que yo también sufro porque debo compartir con los demás (el sufrimiento) y eso es lo que hacemos. Porque también en Europa pagamos ahora las boletas más altas por este conflicto que hay”, indicó.

“Después está la oración que, como oímos en el Evangelio que leímos recién, recuerda que quien golpea una puerta, encontrará finalmente una puerta abierta. Quien reza recibirá, pero es necesario ser constantes”, siguió. “Y después otra arma muy fuerte, que es el ayuno. El ayuno por el cual yo invito a Dios desde mí mismo porque quiero su presencia. A través del ayuno quiero alejar de mí todo lo que no le pertenece a Él, para dejarle el espacio a Él. Estas son las armas que traemos”, precisó. Porque, agregó, “la fe logra mover montañas, no la estúpida guerra. Y esta es la fuerza de Ucrania, que fe, con amor hacia la patria, con amor hacia sus propias familias, ellos logran existir, logran salvar la patria”, sumó.

Krajevski, que es uno de los dos enviados especiales del Papa para llevar solidaridad a Ucrania -el cardenal checo-canadiense Michael Czerny se encuentra en la frontera de Hungría-, se reunió con las grandes víctimas de esta guerra, parte de los cientos de miles de refugiados que aún se encuentran en esta ciudad del oeste del país. Y no descartó desplazarse hacia Kiev, ciudad capital vaciada, militarizada, sitiada y bajo ataques desde hace 15 días. “Me alejaré de Lviv e iré hasta donde sea posible para llevar este mensaje del Santo Padre de paz”, aseguró. “La oración es nuestra arma, que es fuertísima y puede ser también temible para quienes atacan a Ucrania”, concluyó.


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