El papa Francisco hoy, en la Plaza de San Pedro, es día de la pascua Cristiana hoy en Ucrania y Rusia.
Y después del Regina Caeli:
Quiero expresar mi cercanía a todos los hermanos y hermanas que, especialmente en Oriente, celebran hoy la Pascua: ¡queridos míos, el Señor Resucitado esté con vosotros y os llene de su Espíritu Santo! ¡Feliz Pascua a todos!
Y desafortunadamente, en marcado contraste con el mensaje de Pascua, las guerras continúan y continúan sembrando la muerte de manera espantosa. ¡Lamentémonos por estas atrocidades y oremos por sus víctimas, pidiéndole a Dios que el mundo ya no tenga que experimentar el espanto de la muerte violenta a manos del hombre, sino el asombro de la vida que Él da y que renueva con su gracia!
Sigo con preocupación los acontecimientos que tienen lugar en Sudán. Estoy cerca del pueblo sudanés, ya tan probado, y lo invito a rezar para que deponga las armas y prevalezca el diálogo, para que juntos retomemos el camino de la paz y la concordia.
Y también pienso en nuestros hermanos y hermanas que celebran hoy la Pascua en Rusia y Ucrania. ¡Que el Señor esté cerca de ellos y les ayude a hacer la paz!
¡Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos! En particular los grupos de oración que cultivan la espiritualidad de la Divina Misericordia, reunidos hoy en el Santuario de Santo Spirito en Sassia. Y, seguro de interpretar los sentimientos de los fieles de todo el mundo, dirijo un pensamiento agradecido a la memoria de san Juan Pablo II, objeto de inferencias ofensivas e infundadas en los últimos días.
Saludo a los grupos que han venido de Francia, Brasil, España, Polonia, Lituania; los chicos del Colegio Saint-Jean de Passy de París con educadores y familiares. Saludo a los fieles de Pescara, a los alumnos de la escuela Santa Maria ad Nives de Génova ya los jóvenes de Marcheno, Brescia.
Saludo a los bomberos de varios países europeos que se han reunido en Roma para una gran manifestación abierta a los ciudadanos. ¡Gracias por su servicio! Y una cosa os digo: cuando rezo por vosotros, pido una gracia: ¡que no tengáis trabajo!
Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no olvides orar por mí. Que tengas un buen almuerzo y adiós.
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