12 ago 2024

El caso de El Mayo en las columnas políticas..

Las columnas políticas hoy, lunes 12 de agosto de 2024

AMLO mete el tema de El Mayo al congelador

Bajo Reserva/El Universal

Ayer, durante la novena gira de transición que concluyó en Tepic, Nayarit, el presidente Andrés Manuel López Obrador metió en la congeladora el tema de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López por parte del gobierno de Estados Unidos. El sábado pasado, cuando el mandatario estaba en Sinaloa, “El Mayo” “salpicó” al gobernador de esa entidad, Rubén Rocha, al señalar que fue llevado contra su voluntad a Estados Unidos tras asistir a una reunión donde supuestamente estaría el gobernador Rocha, el exrector de la UAS, exlegislador local y expresidente municipal de Culiacán, Héctor Melesio Cuén, convocados por el hijo de “El Chapo Guzmán”, sin embargo, ayer domingo no dijo una palabra del caso. Esta mañana se verá si saca el tema del frigorífico y si ya tiene las respuestas de Washington a sus muchas preguntas sobre la captura de los dos narcotraficantes.

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Templo Mayor/ REFORMA

ES CURIOSO cómo se maneja la investigación policiaca en México. ¿Se imaginan cómo sería en otros países si a un gobernador lo implicara directamente un narco en relaciones turbias? Bueno, pues en nuestro país la cosa es caaalmada.

ANTE las revelaciones de "El Mayo" Zambada sobre su estrecha relación con políticos sinaloenses y un posible encuentro con el gobernador Rubén Rocha Moya, la FGR salió a pedirle al morenista que, si sabe algo, que les diga. Así nomás.

SIN PREJUZGAR ningún tipo de responsabilidad, lo mínimo que haría la Fiscalía en un caso así sería citar a declarar al gobernador de Sinaloa. A lo mejor si no fuera amigo de AMLO, y militante de Morena, ya le estaría llegando su respectivo citatorio.

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Columna Razones

Lo que devela la carta de El Mayo/  Jorge Fernández Menéndez

Excelsior, 12 de agosto de 2024

Partamos de un principio: la detención de Joaquín Guzmán López, el hijo de El Chapo Guzmán, y de Ismael El Mayo Zambada es una de las operaciones de inteligencia más exitosas que ha tenido el gobierno de Estados Unidos en relación con los grupos del narcotráfico desde los lejanos años de la caída de Pablo Escobar. Todavía hoy no conocemos con toda precisión hasta dónde se llegó a involucrar Estados Unidos en la persecución del líder del Cártel de Medellín y eso ocurrió hace 30 años.

No vamos a saber exactamente qué pasó con las detenciones de El Mayo y El Chapito porque los servicios de la Unión Americana no van a develar cómo operaron o dejaron de operar para tener en sus cárceles, literalmente entregados en un pequeño aeropuerto en Nuevo México, junto a la gran base militar de Fort Bragg, a dos de los criminales más buscados del mundo.

La carta que divulgó el abogado de El Mayo Zambada a través del director de Los Angeles Times da una versión que suena verosímil, pero que puede o no ser verídica. Lo cierto es que exhibe la complicidad existente entre los grupos criminales y el gobierno estatal y, sin duda, de algunos ámbitos federales.

Sobre la versión me sigue sorprendiendo que El Mayo haya ido a ese encuentro tan desprotegido, aunque, según la carta, ingresa al lugar donde supuestamente se iba a realizar la reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, y Héctor Melesio Cuén, acompañado de dos altos mandos de la Policía Judicial del estado (que, hasta el día de hoy, están, efectivamente, desparecidos) y dos custodios (también desaparecidos), en un lugar donde había ya varias personas armadas que El Mayo dice que pensó que eran gente de Los Chapitos. Ahí fueron neutralizados sus acompañantes, a él lo embolsaron, lo metieron en una camioneta, luego lo subieron a un avión donde lo amarraron y llegó al aeropuerto de Santa Teresa en Nuevo México sólo con Joaquín y el piloto, donde ya lo esperaban las autoridades estadunidenses.

Lo de la reunión con el gobernador Rocha y Cuén es verosímil. Hace algunas semanas escribimos aquí que luego del secuestro de 100 personas, porque les habían robado 20 millones de dólares a Los Chapitos, el propio gobernador Rocha pidió una reunión con Iván Archivaldo (el verdadero jefe del grupo y con quien El Mayo suponía, dice en su carta, que se iba a reunir). “Dicen que fue el propio gobernador Rocha, escribimos aquí el 27 de mayo pasado, el que se comunicó con Iván Archivaldo para que regresara lo más pronto posible a las mujeres y los niños porque el tema se había convertido en un escándalo nacional. El que organizó el encuentro, todo según fuentes sinaloenses, fue el tesorero del estado, Enrique Díaz, que, según esta versión, es el que mantiene el contacto directo del gobierno estatal con los hijos de El Chapo. Díaz, además, es muy cercano al subsecretario de egresos federal, Juan Pablo de Botton. La reunión entre el gobernador y Los Chapitos se dio en la casa de Díaz, en el fraccionamiento Álamos, propiedad de la familia Coppel. En la reunión se decidió liberar a los familiares y liquidar a los directamente involucrados en el robo del dinero de Iván Archivaldo. Ésos son los desaparecidos que no regresaron.

“Como parte del acuerdo, continuaba aquel texto, para la liberación de los secuestrados se le entregó a Los Chapitos el control de las juntas de agua potable (un instrumento poderosísimo en el estado), particularmente las de Mazatlán, Culiacán, Salvador Alvarado y los módulos de riego del centro y el norte del estado. Los propios Chapitos fueron quienes hicieron las designaciones que fueron confirmadas por el gobierno estatal. En contraparte, como ya había ocurrido en 2021, la organización criminal se comprometió a involucrarse de lleno en la elección del 2 de junio”.

Por lo tanto, se supone que las reuniones de autoridades locales con capos del Cártel de Sinaloa era algo que ocurría con regularidad. En ese contexto, llama la atención que en tantas ocasiones el presidente López Obrador haya visitado (la última vez este sábado) Sinaloa y, sobre todo, Badiraguato. Entonces la reunión es verosímil que se haya realizado. ¿Mataron ahí mismo a Cuén? Puede ser, aunque la Fiscalía estatal insiste en que fue en un asalto, pero recordemos que El Mayo dice que él fue acompañado por dos mandos de la propia Policía Judicial del estado, por ende, lo que diga la Fiscalía en este tema queda descalificado.

Lo que me extraña es lo que sucedió después. Si los hechos se dieron así, no dudo de que hubiera alguna participación más que puntual en el abatimiento de los sicarios y acompañantes (lo que podría explicar que El Mayo no se resistiera), y en la organización de los vuelos o el vuelo hasta llegar a Nuevo México. Lo que me extraña es, primero, que hayan llegado solos a Nuevo México, con un solo piloto, pero, sobre todo, que hasta el día de hoy, casi 20 días después de los hechos, no haya reacciones, ni de Los Chapitos ni de Los Mayos ni de Aureliano, tampoco de sus enemigos, como el CJNG.

Creo que están tan desorientados como el gobierno mexicano, que no tiene detalles de lo ocurrido. Le han contado, como a todos, una versión, la que publica el LA Times, con tantos puntos oscuros que no terminan de develar el panorama real. Lo que es indudable es que el gobierno de Sinaloa no puede seguir sin una intervención total (el caso admitiría la desaparición de poderes en cuanto asuma Claudia Sheinbaum) o, por lo menos, la separación del cargo del gobernador Rocha y de la Fiscalía completa, mientras se investiga en México lo que el gobierno quiere que nos cuente Estados Unidos.

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La primera víctima de El Mayo/Héctor De Mauleón

El Universal,  12/08/2024 |;

El hilo ha comenzado a romperse por lo más delgado. El esperado escándalo no involucró ni a mandatarios ni a funcionarios de los sexenios del pasado, en los que el fundador del Cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada, ejerció su poder. El escándalo comenzó aquí y ahora y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, es el primer damnificado tras la captura o la entrega de El Mayo.

La carta dada a conocer por el abogado del narcotraficante revela que Ismael Zambada salió de su escondite para asistir a una reunión en la que, por invitación de Joaquín Guzmán López, hijo del célebre Chapo Guzmán, iba a mediar en el pleito por el control político de la Universidad de Sinaloa que sostenían dos “líderes políticos de nuestro estado”: el propio Rocha Moya y el exrector de la UAS y diputado federal electo, Héctor Melesio Cuén.

“Conocía una disputa entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex congresista federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad de Sinaloa, sobre quién debería dirigir esa institución. Me dijeron que además de Héctor Cuén y el gobernador Rocha Moya en la reunión también estaría Iván Guzmán Salazar”.

El pleito entre ambos grupos de poder por el botín millonario —y también político que entraña la UAS— había escalado a lo largo de este año: contra los hijos de Cuén llovían denuncias y procesos penales; los hijos de Rocha Moya habían sido acusados de “aviadores” y cesados de sus cargos en la Universidad. Al mismo tiempo, trabajadores de esta casa de estudios le habían ido a gritar al presidente durante una de sus constantes visitas al estado. Para empeorar las cosas, un operador de Cuén y del partido que fundó, el Partido Sinaloense, había sido levantado en circunstancias extrañas por agentes estatales.

En la carta presentada por el abogado, El Mayo indica que acudió a la reunión escoltado solamente por cuatro elementos. Uno de ellos era el comandante de la policía del estado, José Rosario Heras López —quien se encuentra desaparecido desde ese día y del que luego se supo que había pedido vacaciones para ir a visitar a sus padres.

Solo cuatro elementos. Según deja entrever el documento, no se trataba entonces de algo que fuera tan extraordinario como para hacerse acompañar de un ejército. A expertos consultados les resulta revelador lo discreto de su escolta.

El gobernador Rocha Moya se ha defendido alegando que ese día no estaba en Sinaloa, que había salido con su familia, en viaje de un solo día, rumbo a Estados Unidos (voló, por cierto, en el avión de un empresario que ha sido señalado como socio de El Mayo). Pero en la carta hecha pública por el abogado de Zambada no se afirma que Rocha Moya haya estado en la reunión. Se dice solo que al narcotraficante le dijeron que el mandatario era uno de los que acudirían a esa cita.

Desde que el explosivo documento se hizo público salieron las voces de siempre a recordar que El Mayo es un narcotraficante, un asesino, un delincuente, y que sus dichos no merecen credibilidad alguna: que es obvio que su carta obedece a una estrategia legal.

Extraño recurso de quienes no dudaron nunca de la credibilidad de los “testigos cooperantes” que testificaron en el juicio de Genaro García Luna: narcotraficantes, asesinos, delincuentes.

Hace unos meses di a conocer en este espacio el testimonio grabado de alguien que no es un narcotraficante, ni un asesino, ni un delincuente, sino que fue operadora de alto nivel de Morena en Sinaloa durante el proceso electoral de 2021, María del Rocío Jocelyn Hernández Jiménez, quien reveló que el crimen organizado había enviado maletas repletas de dinero a la casa de campaña de Rocha Moya, e involucró en dichas entregas al hoy gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal.

Según los audios y videos de Hernández Jiménez que se han hecho públicos, el entonces candidato al gobierno de Sinaloa le habría recriminado a Américo Villarreal: “No seas cabrón, cómo me traes esto aquí…”.

A lo largo de los años se ha documentado la influencia de El Mayo Zambada en la política de Sinaloa. Dicha influencia alcanzó un instante mayor durante del gobierno de Mario López Valdez, cuyo secretario de Gobierno fue señalado insistentemente como brazo político de Zambada dentro de la administración estatal.

Un segundo momento fue documentado ampliamente durante las elecciones intermedias de 2021, en la que El Mayo palomeó y bajó candidatos, y en la que sus hombres operaron abiertamente en el estado para secuestrar operadores políticos de otros partidos en las horas previas a la jornada electoral y garantizar el triunfo de Rocha Moya —tal como lo detalló puntualmente el semanario Ríodoce, y tal como lo mostró el testimonio de una de las víctimas, dado a conocer el mismo año en esta columna.

El presidente López Obrador había dicho: “Nada de lo que declare (El Mayo) puede afectarnos”. Solo unos días después, antes de que comience su juicio, El Mayo Zambada ha enviado el primer misil: un mensaje directo a Rubén Rocha Moya y al partido al que ayudó a llegar al poder, además de una acusación devastadora: que Héctor Melesio Cuén, el enemigo de Rocha, fue asesinado en el mismo lugar y a la misma hora en que él fue secuestrado y llevado a Estados Unidos por una presunta traición del hijo de El Chapo.

López Obrador ha anunciado que Estados Unidos “no va a parar”. Que no es casualidad que la carta de El Mayo haya aparecido el día en que él y la presidenta electa tuvieron un acto público con Rocha Moya en Sinaloa. “Más claro ni el agua”, dijo.

El presidente sabe entonces lo que viene. Aun así, después de semanas de cautela, subió el nivel de su discurso: dijo que antes los Estados Unidos podían poner en el banquillo de los acusados a cualquier presidente, pero que ahora “ya cambiaron las cosas”.

Habrán cambiado las cosas, pero El Mayo ha puesto públicamente en la mira del gobierno de Estados Unidos no a Calderón, no a Peña, no a Salinas, sino al amigo y socio de AMLO –y en consecuencia a la 4T.

El Mayo ha comenzado por el aquí y ahora, con la clase de pruebas que tanto les gustan y tanto valoran nuestros vecinos.

@hdemauleon

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Rocha Moya: “No nos hagamos pendejos”/Salvador García Soto

El Universal,  12/08/2024 |;

Era agosto de 2021 en Culiacán. Rubén Rocha Moya, prestigiado exrector de la UAS, era gobernador electo de Sinaloa, después de haber ganado los comicios estatales en julio de aquel año. Tuve oportunidad de entrevistarlo en la cabina de la estación del Heraldo Radio en la capital sinaloense y al salir de la entrevista me propuso que fuéramos a comer. Terminado el noticiero abordé con él una camioneta Suburban que lo esperaba afuera de la estación.

“¿Cómo ves las cosas para la transición con Quirino?”, le pregunté: “A toda madre, el Quirino se ha portado a la altura y ya estamos avanzados en la entrega-recepción”, me respondió con su acento sinaloense y con la emoción evidente de estar a punto de convertirse en gobernador de su tierra. “Yo no soy tan político, pero el presidente me pidió que compitiera y no podía decirle que no”, comentó en el trayecto al restaurante donde comeríamos.

“¿Y cómo se gobierna un estado con un cártel tan poderoso?”, le solté. “Pues, mira Salvador, no nos hagamos pendejos. Aquí todo mundo sabe cómo está la cosa. Yo fui y hablé con ellos, los conozco porque soy de Badiraguato. Y yo fui a pedirles su apoyo. Quien te diga que quiere gobernar Sinaloa y no tiene el visto bueno de ellos, te miente. Así es la cosa aquí, para qué nos hacemos pendejos”, me contestó el gobernador electo en un ataque de sinceridad.

Ante la claridad de su comentario no hice más que asentir. Por primera vez escuchaba de un político sinaloense reconocer lo que todo mundo sabe en Culiacán y en todo Sinaloa. Rocha Moya no sólo aceptaba que tuvo que buscar el aval de los narcotraficantes para poder llegar al poder, sino que reconocía tener con ellos una relación de paisanaje y conocimiento mutuo.

Por eso cuando surgieron las primeras versiones y evidencias de cómo el Cártel de Sinaloa operó en los comicios locales de aquel año, secuestrando a operadores y representantes de casilla del PRI, no me sorprendió porque confirmaba el “apoyo” del que el gobernador electo me había hablado. Rubén Rocha Moya tomó posesión en noviembre de aquel año y, de ser un académico que se consideraba a sí mismo “sencillo” y decía no ser político, empezó a adoptar conductas y un estilo de ejercer el poder cada vez más autoritario.

A sus opositores políticos comenzó a investigarlos con acusaciones fabricadas por la Fiscalía estatal y contra los directivos y las cabezas del Grupo de la Universidad Autónoma de Sinaloa, liderado por su antiguo aliado recientemente asesinado, Melesio Cuén, emprendió una cacería política con acusaciones de desvíos en contra del rector Jesús Madueña, a quien acusó de temas como un presunto sobreprecio en la compra de tortillas y otros, supuestos delitos que fueron desechados en primera instancia por los jueces al no encontrar elementos. Pero el gobernador insistió con todo su aparato de justicia y terminó por obtener la destitución del rector y el nombramiento de un encargado de despacho.

Paralelo a su embestida contra la UAS, que desató incluso actos de violencia en el campus universitario, Rocha Moya rompió con quien fuera su antiguo aliado y cercano, Melesio Cuén, también exrector universitario y por quien conoció al presidente López Obrador en una de sus campañas presidenciales. El enfrentamiento político entre el gobernador y Cuén escaló a tal nivel que incluso el propio López Obrador llamó el pasado 16 de julio, desde su mañanera, a Rocha Moya a “resolver el conflicto” y a buscar la conciliación con la universidad pública de su estado.

Hoy que el capo Ismael Mayo Zambada ha roto el silencio y ha dado su versión de cómo fue engañado, emboscado y sustraído hacia Estados Unidos, afirmando que él bajó a Culiacán a sostener “una reunión con el gobernador del estado” y a fungir como mediador para tratar de resolver el enconado pleito entre Rocha Moya y el asesinado Melesio Cuén, el mandatario morenista recurre a la vieja táctica de negarlo todo y, sin dar evidencias o pruebas fehaciente de sus dichos, el morenista recibe un abierto respaldo del presidente López Obrador.

Los vínculos entre el actual gobernador de Sinaloa y el cártel que lleva el nombre de su estado, no sólo son conocidos, sino que además al interior de Morena hay quien afirma que Rubén Rocha Moya fungió como enlace con ese grupo delictivo para negociar no sólo su apoyo para su candidatura, sino también para que el cártel sinaloense financiara y apoyara las campañas de al menos otros dos gobernadores de Morena, uno de la región del Golfo y el otro del Pacífico. Eso, según las fuentes morenistas, lo tienen documentado en las indagatorias de Estados Unidos, sobre el Caso Carmona y sus ramificaciones con los cárteles de la droga.

La versión del Mayo, que es desmentida por el gobernador, dice que el morenista se habría prestado a un engaño, al parecer confabulado con Los Chapitos, para entregar a Ismael Zambada a Estados Unidos. Que se haya invitado a un capo de la droga a “mediar”, según su versión, en el pleito entre Rocha Moya y el asesinado Melesio Cuén, no hace sino confirmar el involucramiento y la simbiosis total que opera en Sinaloa y en otros estados de la República entre los gobernadores y los Cárteles de la Droga que no sólo avalan y apoyan a los candidatos de su preferencia, sino también siguen ejerciendo influencia a través de cargos públicos importantes que se les entregan y, al parecer, también como árbitros o supervisores de la política local.

Por ahora, cuando el escándalo de la narcopolítica mexicana vuelve a ser exhibido públicamente y en toda su crudeza, es la palabra del gobernador en contra la de su paisano y aliado El Mayo Zambada. López Obrador, como siempre hace cuando estalla un escándalo de corrupción o delitos cometidos por morenistas ya sean del gabinete o de los estados, pidió “esperar a que el gobernador aclare las cosas” y, a juzgar por las imágenes de su gira del sábado por Culiacán, donde él y Claudia Sheinbaum se reunieron y abrazaron al Rubén Rocha Moya durante la inauguración de un hospital, el presidente ha decidido arropar y proteger al controvertido mandatario sinaloense.

Pero, como dicen, la verdad (igual que otras materias de desecho) siempre sale a flote, y conforme El Mayo Zambada empiece a hablar ante las autoridades del Departamento de Justicia, ya sea en un juicio o en un acuerdo para negociar sus acusaciones en varias cortes de los Estados Unidos, el nombre de Rubén Rocha Moya volverá a relucir. Ya se verá entonces si, como dice la versión que conocen en el gobierno federal, el gobernador negoció por su cuenta en busca de impunidad para él y su hijo ante los señalamientos de sus vínculos con el narcotráfico, o si don Rubén está diciendo la verdad.

Por ahora, queda claro, como siempre ha sido en México, que López Obrador protegerá a su amigo gobernador, como también lo hicieron en su momento los presidentes del PRI y del PAN. En todo caso, la narcopolítica mexicana no tiene colores ni partidos, pero siempre está con los que tienen el poder y les garantizan protección e impunidad.

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Política zoom

El veneno del 'Mayo'/Ricardo Raphael

Milenio.

¿Por qué insiste Ismael El Mayo Zambada con que él no se entregó voluntariamente, sino que fue secuestrado?

La carta donde narra su supuesta detención podría no ser verdadera y sin embargo suena verosímil. Desde su arribo a Estados Unidos, su abogado, Frank Pérez, ha sido consistente con el mensaje en el sentido de que Joaquín Guzmán López lo habría traicionado.

En el texto divulgado el sábado por la agencia EFE se agregaron detalles que sumarían a otros personajes en la conspiración, destacadamente el gobernador Rubén Rocha Moya.

Afirma El Mayo que le tendieron una trampa cuando fue convocado para asistir a una reunión en un rancho ubicado a las afueras de Culiacán dónde estarían, entre otras personas, el mandatario sinaloense.

Rocha Moya dice que ese día él se hallaba en la ciudad de Los Ángeles y por tanto sería falsa la información proporcionada por el fundador del cártel de Sinaloa.

Que no estuviese presente en el rancho donde iba a ocurrir la reunión no significa que quien fabricó la celada no haya utilizado el nombre de Rocha Moya como cebo.

Esta hipótesis abre un interrogante grande respecto a los verdaderos vínculos entre el crimen organizado y el mandatario morenista.

Ésta no es la primera vez que Rocha es acusado de sostener ligas con esa empresa criminal. Es principalmente por esta razón que el relato de Zambada resulta verosímil.

El asesinato del diputado Héctor Melesio Cuén aporta intriga al relato. Zambada asegura que este amigo personal también habría sido convocado al encuentro y que por asistir le arrebataron la vida.

La carta de Zambada es una bomba nuclear. No solamente pone en duda la honestidad de Rocha sino también la de su partido.

Deja de ser relevante si los dichos del Mayo son verdaderos porque con este texto lo que el mafioso hace es despedirse de México dejando una daga clavada en el corazón de la política mexicana.

Anunció que está dispuesto a revelar cuánto sabe respecto de los vasos comunicantes pasados y actuales entre la política mexicana y el crimen organizado.

Zoom: Lo que sigue, políticamente, es desmentir al Mayo y proteger la reputación del gobernador Rocha. Sin embargo, el veneno ya ha comenzado a correr de manera irreversible por las venas del cuerpo. 

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Preguntas sobre un “secuestro”/ALEJANDRO ALMAZÁN

El Heraldo, 10/8/2024 · 

El dios de la droga, a través de los mismos abogados que hace días comunicaron una entregada pactada, ahora acusa que fue secuestrado por Joaquín Guzmán López, el hijo de su compadre El Chapo, y que fue llevado por la fuerza a Estados Unidos. Según el narcotraficante, el chamaco le pidió ayuda para resolver las diferencias entre el gobernador Rubén Rocha Moya y Melesio Cuen Ojeda, rector de la UAS, asesinado en esa misma reunión, de acuerdo con El Mayo. Al encuentro no asistió Iván Archivaldo, otro de los hijos de Guzmán, pero sí el comandante José Rosario Heras, el jefe de la policía del estado, quien supuestamente está desaparecido. Al final del comunicado, el cacique hace un llamado ‘a la paz’ y dice que “nada puede resolverse con violencia”.

Si con la anterior información usted cree que todo ha quedado resuelto, al contrario: está más confuso que nunca. Le planteo las primeras dudas que me asaltan:

¿Por qué ninguno de los abogados de Zambada ha denunciado formalmente el secuestro ante alguna autoridad mexicana si eso pudiera ayudarle a evitar el juicio al otro lado de la frontera? ¿Por qué los abogados primero hablaron de una entrega pactada y hoy cambian la narrativa? ¿Es una estrategia jurídica o es parte de la negociación con los gringos? ¿Por qué Estados Unidos se tardó tanto en dar su versión a través del embajador Ken Salazar? ¿Es un relato pactado con el gobierno mexicano y con Zambada? ¿Por qué esa falta de transparencia tratándose del narcotraficante que la propia DEA señala como ‘el líder del Cártel de Sinaloa’? ¿Por qué Salazar dijo el 7 de agosto que los dos traficantes se habían entregado y ahora, al igual que El Mayo, da por sentado que se trató de un asunto entre organizaciones criminales y desvincula a cualquier autoridad estadounidense de haber participado en su detención?

Si Estados Unidos dice que no participó, ¿por qué no contactó al gobierno de AMLO a sabiendas de que el arresto de Zambada puede originar una guerra no sólo en Sinaloa? ¿Entonces el gobierno de Estados Unidos no coopera como presume? ¿Por qué Salazar asegura que no tenían información sobre el avión que aterrizó en Nuevo México? ¿Estados Unidos no sabe qué aeronaves planean por su territorio? ¿Quién les dio aviso? ¿Qué negoció el hijo de El Chapo? ¿Cómo fue su detención, quién la hizo? ¿Se trata de un chantaje al próximo gobierno mexicano? ¿Qué más información tendrá López Obrador? ¿Cómo le va a hacer el gobernador morenista Rocha Moya para salir de este embrollo? ¿Será suficiente su coartada de que él estaba ese día en Los Ángeles? ¿Se trata de una venganza de las agencias de inteligencia americanas que vieron reducida su influencia en el sexenio de AMLO? ¿A quién le conviene una guerra en Sinaloa?

Los años de cobertura del narco me han enseñado a la mala que todos mienten: gobiernos, traficantes, agencias de inteligencia, abogados e incluso los periodistas cuando defendemos lo que nos confían las fuentes o lo que inferimos. Por eso, más que creer en las distintas narraciones, observemos un hecho concreto: hasta hoy sábado 10 de agosto, a medio día, no se están agarrando a balazos los clanes sinaloenses. Si se desata una guerra, entonces la teoría del secuestro puede provocar un impasse diplomático entre México y Estados Unidos, como ya ocurrió con el caso de Humberto Álvarez Machain, secuestrado en Guadalajara el 2 de abril de 1990.

¿A quién le beneficia rentar el caos?

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La paz con El Mayo: cuando el gobierno decide no actuar/Carlos Seoane

 El Universal| 12/08/2024 |;

En la mañanera del 6 de agosto, el presidente López Obrador, ante la pregunta de la representante de la revista Proceso, aceptó que Ismael “El Mayo” Zambada contaba con órdenes de aprehensión en su contra, pero que no habían sido ejecutadas porque el detener a los capos de la droga no erradica el narcotráfico… me dejó boquiabierto tal declaración.

De una u otra manera, admite que las autoridades mexicanas (las que ustedes gusten enumerar) incumplen su mandato constitucional ante la directriz presidencial de no investigar, perseguir, detener, arrestar y/o juzgar a ningún gran jefe del narcotráfico mexicano porque eso no va a acabar con el tráfico de drogas… no logro cerrar mi boca todavía.

Amable lector(a), ¿se da usted cuenta de lo que esto significa en términos reales? Resulta que, si uno es un asesino de masas sin escrúpulos, un auténtico psicópata productor de violencia, un verdadero cabrón armado hasta los dientes al cual no le importa matar a gente inocente a mansalva, el gobierno (al menos este gobierno), no lo va a perseguir ya que así, en teoría, no va a haber pleito, ni balazos, ergo, el país se va a pacificar… ya me duelen las articulaciones de la quijada.

Zambada, quien durante décadas había logrado evadir a sus rivales de todos colores, tenía abiertas carpetas de investigación a nivel federal y órdenes de aprehensión en espera de ser ejecutadas, pero resulta que nadie lo estaba buscando… ¡Carajo!

Y en medio de este desvarío surrealista, la lógica presidencial pareciera estar cimentada en una peligrosa premisa: que la inacción y la omisión deliberada son (o deben ser)  herramientas estratégicas para la pacificación del país. ¿Acaso deberíamos renunciar a la aplicación de la ley y al monopolio legal del uso de la fuerza para no hacer enojar a una organización criminal tipo Godzilla?

Estamos hablando de un criminal que ha corroído las instituciones, aterrorizado comunidades enteras y convertido a México en un país que sobresale del resto por su violencia homicida. La idea de que el Estado mexicano se abstenga de perseguir a los principales responsables de esto es un acto de rendición tácita, un dejar hacer, dejar pasar que solo perpetúa la impunidad.

Lo más preocupante es que esta postura oficial envía dos mensajes muy claros a las filas del crimen organizado: 1) No tienen de qué preocuparse mientras sigan operando en las sombras, manteniendo un perfil bajo y evitando confrontaciones directas con el Estado. 2) Transfórmense en un monstruo de dimensiones superlativas, brutalmente cruel, salvajemente despiadado, violento a más no poder, y así no los confrontaremos para que no haya violencia entre ustedes y nosotros.

Esta directriz no solo fortaleció a figuras como Zambada, sino que también socava el trabajo de los miles de policías y militares que arriesgan sus vidas diariamente en una lucha que, aparentemente, su propio gobierno ha decidido no solo no ganar, sino ni siquiera pelear.

La presente administración está a 50 días de terminar, lo hecho hecho está. Entonces la pregunta obligada sería, ¿cuál es el plan, señora presidenta? Porque si la estrategia es simplemente dejar carpetas de investigación abiertas y órdenes de aprehensión abandonadas en los archiveros, mientras los capos continúan pisoteándonos y enriqueciendo sus bolsillos, entonces no solo hemos perdido la batalla contra el crimen organizado… hemos perdido nuestra dignidad como nación.

Y eso, amable lector(a), es algo que ni mi mandíbula abierta al grado de dislocación, ni la paciencia del pueblo mexicano deberían soportar.

POSTDATA – Zambada, a través de un comunicado de prensa distribuido por su abogado el pasado sábado, afirmó que el día de su captura (mediante una emboscada patrocinada por su ahijado) se dirigía a una reunión con el gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y el diputado electo Héctor Cuén Ojeda (quien fue ejecutado ese mismo día), para mediar entre ambos sobre la sucesión de la rectoría de la UAS. Obviamente, ese dicho fue negado rotundamente por Rocha Moya. Con la captura de El Mayo se viene una tormenta de dimes y diretes, y si a Genaro García Luna lo arrestaron, juzgaron y declararon culpable por dichos de criminales convictos que aceptaron convertirse en testigos protegidos… los próximos meses y años serán de sumo interés cuando altos funcionarios mexicanos terminen su mandato o encomienda.

Consultor en seguridad y manejo de crisis

@CarlosSeoaneN

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Cáscaras de plátano/Denise Dresser 

REFORMA, 12 agosto 2024;

La política mexicana es como un largo y sinuoso sendero lleno de cáscaras de plátano. Casi todos los que caminan por él en algún momento resbalan y caen. Casi todos los que intentan recorrerlo en algún momento se van de boca y de bruces. La cáscara más reciente con la cual han perdido el equilibrio en Palacio Nacional tiene que ver con la saga de "El Mayo" Zambada y lo que evidencia: la relación entre la política y el narcotráfico, entre México y Estados Unidos, entre los criminales y las fuerzas armadas, entre lo que el capo dice y lo que podría decir. El tropezón demuestra que Ralph Waldo Emerson tenía razón: "El dinero a veces cuesta demasiado." Y si la campaña de López Obrador recibió dinero del cártel de Sinaloa tiene razones para estar preocupado.

Hoy el presidente López Obrador comienza a cobrar cuenta de que en política mucho es percepción y no ha logrado sacudirse la producida por los abrazos que ha dado, la protección política que ha provisto, las investigaciones que ha eludido. Hoy de pronto descubre que no puede evitar el escrutinio ni la intervención ilegal de Estados Unidos, producto de la permisividad mexicana ante el crecimiento criminal a lo largo del sexenio. La DEA y el Departamento de Justicia le están pasando la factura al lopezobradorismo por la falta de colaboración, por la exoneración de Salvador Cienfuegos, por la liberación de Ovidio Guzmán y tanto más.

AMLO puede argumentar hasta el cansancio que tiene las manos limpias, pero cuesta trabajo creerle cuando su reacción es reiterar que su gobierno no participó en la captura o traslado de Zambada, cuando tantos a su alrededor parecen tenerlas sucias, comenzando por el gobernador Rubén Rocha Moya, los militares que controlan el aeropuerto desde donde despegó el vuelo, el miembro de la policía que era su escolta, el diputado electo -y luego asesinado- de la coalición PAN-PRI-PRD. Y López Obrador, en vez de ofrecer transparencia, ha actuado con reticencia. En vez de actuar como si no tuviera nada que esconder, se ha comportado como si tuviera algo que tapar.

Ojalá hubiera una investigación creíble, que analizara la participación de las agencias estadounidenses en la trampa que supuestamente le tendieron a "El Mayo". Que explicara las contradicciones entre lo dicho por el secretario de Seguridad de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, y el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar. Que determinara si el gobierno de México fue informado o si se actuó a sus espaldas por falta de confianza o colusión. Que resolviera por qué un narcotraficante se convirtió en mediador de políticos peleándose en Sinaloa. Intuimos -como lo afirmó Tatiana Clouthier- que "en Sinaloa el narcotráfico mueve la economía", pero no sabemos hasta qué grado, en qué áreas, con la anuencia de quién y su impacto en la reciente elección presidencial.

Deberíamos saber que se llegará al fondo del asunto en estos temas. AMLO así podría mandar el mensaje de que en México nadie es impune, nadie es inmune, que el Estado no ha sido infiltrado por el crimen organizado y el gobierno cumplirá con la consigna constitucional de informar y transparentar. Pero eso no sucederá. A la FGR le temblará la mano y a Alejandro Gertz le permitirán seguir haciendo lo que hace: nada. La musculatura de los militares será utilizada para protegerse a sí mismos frente a los indicios de su connivencia.

No habrá más opción que pedirle a ProPublica, Tim Golden, Peniley Ramírez, Ioan Grillo y a los demás periodistas de investigación que sigan haciendo su trabajo ante las mentiras y evasiones de ambos gobiernos. Y que el poder judicial estadounidense exponga -en un juicio público- las cáscaras que han provocado la caída de capos coludidos con políticos de todos los partidos. Habrá Garcías Lunas en Morena y le tocará a AMLO o a Claudia Sheinbaum intentar defenderse, diciendo que no sabían de sus actividades.

En plena campaña presidencial en Estados Unidos, Biden y los Demócratas necesitan victorias contra el narcotráfico que puedan presumir ante Trump. La aprehensión de "El Mayo" Zambada forma parte de esa estrategia que atañe a México. A López Obrador le están mandando un mensaje: "te lo estoy diciendo", "te lo estoy advirtiendo". Cooperas o cuello. Cooperas o el próximo en resbalarse y caer con una cáscara de plátano podría ser alguien cercano a ti. O tú mismo.

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Narconovela/Manuel J. Jáuregui

REFORMA

Lamentamos mucho, por el futuro de México, que aún desde antes de asumir la Presidencia la Dra. Sheinbaum haya echado su suerte con el respaldo desmedido a la incestuosa relación entre política y narcotráfico.

Arrastrada a sus acompañamientos con el Tlatoani saliente, parece que no le ha quedado más remedio que jugar al mismo juego que su padrino y mentor, quien durante su gestión ha dado muestras de respaldar -o proteger o ignorar, como le quieran calificar- a cuando menos el cártel de Sinaloa y sus actividades, si no es que también a otros.

Están sus visitas a Badiraguato, su saludo a la madre del "El Chapo" y abuela de "Los Chapitos", sus "abrazos, no balazos", el "culiacanazo", sus constantes ataques a la DEA y sus obstaculizaciones para que opere en México, y ahora su respaldo irrestricto -compartido por la Presidenta electa- al Gobernador de Sinaloa (coincidentemente NACIDO también en Badiraguato), Rubén Rocha, involucrado por Ismael "El Mayo" Zambada en los eventos que condujeron al secuestro y entrega del capo a Estados Unidos, así como al asesinato del ex Alcalde de Culiacán, ex Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y Diputado federal electo, Héctor Cuén.

La versión de Zambada -que no ha sido investigada ni nada- antes de generar el espaldarazo irrestricto que le dieron el saliente y la entrante a Rocha, da cuenta de la existencia en nuestro País de narcomilitares, narcopolicías, narcorrectores (afirma "El Mayo" sin tapujos que el ex Rector, supuestamente asesinado en la finca donde le tendieron la emboscada, era muy su amigo), narcoalcaldes, narcodiputados, narcogobernadores y quien sabe a cuántos actores políticos más se les puede o debe colocar este apelativo.

El Gobernador MORENISTA de Sinaloa argumenta que el día de los hechos él -y miembros de su familia- alquilaron un avión privado (¡que fifí!) y viajaron a Los Ángeles, así que él no estaba en Culiacán cuando ocurrió el secuestro de "El Mayo".

Sin embargo, bajo otra óptica esto mismo se puede interpretar como el tramado premeditado de una coartada, porque sabía lo que iba a acontecer.

Es también interesante que Zambada revelara que su principal guardaespaldas -presuntamente asesinado junto con Cuén en la finca-, José Rosario Heras López, era COMANDANTE de la Policía Judicial de Sinaloa: comprobado, los policías están no para proteger a la ciudadanía, sino a los capos.

Entonces, el mismo día que se conoce la versión de "El Mayo", sobre cómo acabó detenido en El Paso, Texas, el Presidente saliente y la entrante respaldan a Rocha y su versión, desmintiendo a Zambada sin que haya habido la más mínima revisión de hechos para comprobar -o desmentir- su veracidad.

Así, si otras pruebas se suman después para solidificar la versión de "El Mayo", ambos -saliente y entrante- habrán caído en el tremendo error de SOLAPAR a un potencial narcogobernador y a todo el ESQUEMA de que los grandes capos desde hace tiempo tienen infiltrada la actividad política en México, especialmente en este sexenio, con indicios de que pudieron haber "ayudado" en campañas políticas.

Ahora bien, amables lectores, vean el comportamiento del saliente, y su secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez: desde que capturaron a "El Mayo", hasta la fecha, han negado que el Gobierno mexicano haya tenido algo que ver.

Pero, además, soltaron información FALSA afirmando que el avión había salido de Hermosillo (algo que el Gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, luego negó) y que el piloto se llamaba Larry Curtis Parker.

Pareciera que el Gobierno mexicano DESINFORMÓ a propósito, lo que se respalda cuando en otra mañanera Rosa Icela preguntó a su jefe si podía revelar más datos sobre el asunto, a lo cual el Tlatoani respondió con un "¡NO!" humillante, silenciando a la "encargada" de la seguridad nacional.

Tenemos, además, la disonante información de cómo murió el intermediario y amigo de "El Mayo", Héctor Cuén, las autoridades de Sinaloa afirmaron que fue balaceado en un asalto en una gasolinera y Zambada afirma que fue asesinado en la misma finca "Huertos del Pedregal" donde fue secuestrado.

En suma: el zoquete está profundo en este nuestro México kafkiano y nuestra futura Presidenta decidió echarse un clavado en él.

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Sergio Sarmiento en Reforma

· DECLARACIONES

El Mayo Zambada ha escrito que fue secuestrado cuando iba a reunirse con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, y el posteriormente asesinado Héctor Cuén, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. AMLO descalifica las declaraciones de criminales cuando implican a sus amigos, pero las aplaude cuando involucran a sus enemigos.

www.sergiosarmiento.com

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Carta póstuma

TOLVANERA / Roberto Zamarripa/

REFORMA

Lenta y dolorosa la erosión. La decisión de compartir una entrega pública del poder presidencial con giras, con compromisos, con integración paritaria del gabinete (la mitad de la pasada administración, la mitad del nuevo grupo), la transición que pretendía transmitir una sensación de tersura, se ha convertido en conflicto.

La despedida es bienvenida. El adiós es recepción. Lo que se iba no solo se queda, sino que está instalado como un oneroso punto de partida.

El conflicto en la frontera chiapaneca con Guatemala, la violencia desbocada en Guerrero, el bloqueo carretero en Puebla, son algunos ejemplos de la distracción de gobernantes locales y federales que llegan tarde a los problemas. Patinan en el limbo de la transición.

El asesinato de Milton Morales y la entrega en Estados Unidos de "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López condensan la crisis. La crisis de fin de sexenio que arrastra a quienes todavía no asumen.

La carta difundida por el abogado de "El Mayo" Zambada puede empezarse a leer por el final. "Hago un llamado a los sinaloenses a la mesura y a mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos", son sus últimas líneas.

La misma lectura inversa conduce a la petición del esclarecimiento de un homicidio y dos desapariciones; el asesinato de Melesio Cuén y la desaparición de los guardaespaldas del capo, uno de ellos policía estatal en activo. Cuatro delitos en uno: un secuestro, un asesinato y dos desapariciones en territorio sinaloense.

Al llegar a los primeros párrafos, si se siguiera esa lectura invertida, se redondea a la figura: "Joaquín Guzmán López me pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado". "El Mayo" mediador de un conflicto político entre su amigo Melesio Cuén y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha.

Puede ser que la carta sea parte de una estrategia para construir una verdad jurídica que no necesariamente sea la verdad de los hechos. Por eso hay que leerla al revés.

La carta estalla y se amplifica ante la evidencia del pasmo oficial mexicano frente a la entrega de "El Mayo". En ese silencio, el dicho criminal ocupa el espacio. Y el mango del sartén hirviente está en manos del gobierno estadounidense, con narrativas útiles y corrosivas.

Zambada confirma: los que han gobernado Sinaloa desde hace décadas, desde el neoliberalismo, son ellos mismos. Y reafirma: igual fue en este sexenio.

La carta es póstuma. Y no solo de él. Del sexenio que termina.

Rubén Rocha debe pedir licencia a su cargo de gobernador y colaborar en las investigaciones. No es la carta de un paisano. Es la narrativa construida alrededor de un tema de política de Estado, de la vigente.

La carta de "El Mayo" sentencia, también, su gobierno. El problema no es la reunión o una cita fallida, a la que Rocha asegura no haber asistido y de la que "El Mayo" solo refiere la presencia de Cuén, sino el aroma que despide.

El cierre de la administración del viejo gobierno (o el gobierno que se va) ya arrastró a la administración que todavía no asume pero que ya sufre la herencia. En ese marco, la nueva Presidenta tiene ante sí no un cambio de narrativa sino una auténtica modificación de perspectiva.

Envuelta en anuncios de proyectos de inversión pública, trenes, carreteras, nuevas energías, la Presidenta no ha transmitido su visión de los dilemas más agudos: las finanzas públicas y la política de seguridad.

Ha sido advertida de manera contundente con el asesinato de Milton Morales, uno de los policías estelares de la nueva estrategia de seguridad, del calibre del desafío.

Y ahora sobre el gobierno de Sheinbaum se cierne la condición de rehén del juicio de "El Mayo". Si la carta póstuma ya cimbró, las acusaciones públicas y su defensa ante la corte neoyorquina serán el amago que tenga a raya a la futura administración.

No todo es lema y apología.

robertozamarripa2017@gmail.com

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