México Unido surgió en 1997, luego de que la banda de secuestradores que encabezaba Daniel Arizmendi López, El Mochaorejas, plagiara y asesinara a Raúl Nava, hijo de Josefina Ricaño.
- Conmemoración del X Aniversario de México Unido contra la Delincuencia, celebrado en el museo Franz Mayer, 13/11/2007;
Discurso del Presidente Felipe Calderón.
Muy buenas noches, amigas y amigos.
Señora Josefina Ricaño, Presidenta Honoraria de México Unido Contra la Delincuencia.
Doctora María Elena Morera, Presidenta de México Unido Contra la Delincuencia.
Señores gobernadores, distinguidos líderes de la sociedad mexicana.
Señoras y señores, señor senador, señores legisladores:
Agradezco mucho esta invitación para celebrar este Décimo Aniversario de México Unido Contra la Delincuencia. Han sido 10 años de lucha, 10 años de denuncia, 10 años de dignidad.
Hace una década un grupo de ciudadanos se organizó y alzó su voz para denunciar la violencia, el crimen y la impunidad.
Madres y padres de familia, empresarios, trabajadores, todos ellos decidieron romper el silencio para exigir justicia ante el dolor y la impunidad, ante la frustración de haber sido víctimas de una delincuencia impune; exigían y exigen de las autoridades acciones concretas y eficaces para poner un freno a la inseguridad y a la violencia.
Mi mayor reconocimiento a los integrantes de México Unido Contra la Delincuencia por su actuar valiente y decidido en la lucha por un país más seguro y por cumplir 10 años promoviendo la cultura de la legalidad.
Su labor de conciencia social, su espíritu constructivo y de colaboración son una aportación invaluable para superar el reto que representa la inseguridad en México.
Hoy el combate a la delincuencia y a las organizaciones criminales siguen siendo una de las principales demandas de los mexicanos y por desgracia uno de los mayores desafíos que enfrenta la Nación.
Por ello, como Presidente de México, me comprometí a encabezar un Gobierno que retomara la iniciativa y que asumiera plenamente su obligación de garantizar la seguridad pública y el Estado de Derecho.
En el cumplimiento de ese compromiso no hemos escatimado ninguno de los recursos del Estado y hemos puesto en marcha una Estrategia Nacional de Seguridad que es un esfuerzo integral y de largo plazo, hay que decirlo, para articular las acciones del Estado mexicano en la materia.
En una primera etapa instrumentamos los operativos conjuntos que buscan restablecer condiciones de seguridad en las regiones más golpeadas por la delincuencia y dominadas, incluso, por el crimen organizado.
Hemos golpeado al crimen organizado con la captura de importantes capos y la detención de casi 15 mil criminales que amenazaban la vida y la integridad de nuestras familias.
Hemos asegurado armas y dinero producto de actividades criminales, así como grandes cantidades de droga que tenían como destino las calles, las escuelas y a nuestros hijos a final de cuentas.
Para darnos una idea de la magnitud del reto, en estos meses México logró el mayor decomiso de dinero en efectivo en el mundo y recientemente el mayor decomiso de cocaína en el mundo.
Precisamente el mes de octubre fue un mes negro para el crimen organizado, en total se aseguraron más de 35 toneladas de cocaína, es decir, en sólo un mes se decomisó casi 50 por ciento más de todo lo asegurado en el año de 2006.
De hecho, en una sola operación se decomisó más de todo lo decomisado el año pasado. Este ha sido uno de varios golpes importantes para la red del crimen organizado y su impacto se ha visto reflejado, incluso, en una escasez en el mercado de droga.
La cocaína en el mercado americano se registra con un incremento del 44 por ciento y las metanfetaminas con un incremento del 75 por ciento en los últimos tres meses.
La importancia de estos operativos, amigos, no sólo radica en los decomisos, sino que implica romper las redes del crimen organizado porque es así como podemos minar la estructura de criminalidad que representa una amenaza para la sociedad.
Hemos constatado cómo se entrelaza el crimen que sufre el ciudadano, con el crimen que cuenta con estructuras de complicidad y protección policíaca y política, es decir, el crimen organizado en sus más altas esferas.
Con estas acciones, nuestras fuerzas del orden, nuestros policías, soldados y marinos muestran, como nunca antes, un firme compromiso con la seguridad de los mexicanos.
Por desgracia también, desde que iniciamos esta batalla frontal contra la delincuencia, México ha perdido a 27 policías federales, a cinco marinos y a 33 soldados, además de a 200 policías de las diversas corporaciones estatales y municipales que cayeron en el cumplimiento del deber.
Este sacrificio no puede ser menospreciado, por el contrario, merece un justo reconocimiento de la sociedad.
Hoy reitero todo el apoyo de la Administración a los servidores públicos honestos que están en la primera línea de batalla arriesgando su vida en la guerra contra los delincuentes. Con el solo esfuerzo de las fuerzas del orden no es suficiente.
Para ganar esta batalla es necesario avanzar hacia una política integral que permita al Estado, como ya se dijo aquí por la doctora Morera, prevenir, prevenir eficazmente el delito y no sólo reaccionar ante él, por ello pusimos en práctica la estrategia Limpiemos México, Zona en Recuperación, que incluye los programas: Escuela Segura, Rescate de Espacios Públicos, y Prevención y Tratamiento de Adicciones, además de un sólido componente de participación ciudadana.
Estamos luchando para que nuestros parques, nuestras calles, nuestras escuelas sean recuperados por la sociedad, porque así ganamos espacios de acción a los delincuentes que amenazan la seguridad de nuestras comunidades y que intentan envenenar a nuestros hijos con las drogas.
Para tener éxito la participación decidida de la sociedad es indispensable, el México seguro por el que luchamos requiere de la vigilancia y la denuncia ciudadana, y un gran ejemplo de participación es, precisamente, el trabajo enorme que ha venido desempeñando México Unido Contra la Delincuencia.
Por eso, para rendir cuentas a la sociedad y transparentar los resultados de nuestras acciones en materia de seguridad, hemos trabajado en conjunto con ustedes y con otras organizaciones ciudadanas en la construcción de indicadores de medición del desempeño de las autoridades responsables de la seguridad pública.
Este es uno entre varios compromisos que asumí con ustedes y en los que hemos trabajado en la Administración.
Para mi Gobierno es fundamental fortalecer los vínculos maltrechos que hay entre el Gobierno y la sociedad a través del diálogo y la colaboración.
Por ello estamos trabajando para ofrecer a los ciudadanos vías confiables y seguras para denunciar. La consolidación de la Plataforma México permitirá, ese es nuestro objetivo, que los ciudadanos denuncien los delitos de manera segura y confiable mediante el uso de teléfonos celulares o de cualquier medio de comunicación a su alcance, que lo hagan de manera protegida y que las fuerzas del orden puedan integrar de manera segura una base de datos actualizada para construir el mapa que nos permita combatir eficazmente a la delincuencia.
Este combate exige también una transformación y modernización profunda de nuestros mecanismos de seguridad y procuración de justicia, por ello estamos impulsando un nuevo modelo de formación policial en México.
Con él vamos a poner al servicio de los mexicanos una nueva generación de policías que sean demostradamente confiables, que cumplan con elevados estándares de calidad profesional y que cuenten con la mejor preparación y la mejor tecnología para combatir al crimen.
Se trata de un cambio de fondo para contar con una policía científica, honesta y profesional; el objetivo debe de ser que los policías, no sólo del Gobierno Federal, sino de los tres órdenes de Gobierno, cuenten con este tipo de capacitación y con un proceso de selección cuidadoso para que respondan a cabalidad con su alta responsabilidad frente a los ciudadanos.
La tarea de garantizar la seguridad pública en todo el país sólo podrá ser exitosa cuando la cooperación y el compromiso sea asumido por igual en todos los órdenes de Gobierno.
Pero además de buenos policías, los ciudadanos debemos tener la certeza de que ante la comisión de un delito las instituciones del Estado cumplirán y harán cumplir la Ley.
Por ello, también, mi Gobierno ha presentado al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma constitucional en materia de justicia que propone, entre otras cosas, establecer reglas específicas en los casos de crimen organizado para brindar protección a las víctimas y a los denunciantes de este tipo de delitos.
Implementar mecanismos que garanticen la integridad y la seguridad de las víctimas como medidas para asegurar la secrecía de los nombres y los datos personales de los acusadores en los casos de la delincuencia organizada.
Establecer de manera gradual y ordenada un sistema acusatorio de juicios orales en materia penal que ayude a agilizar y a hacer más transparente, profesional, expedita y equitativa la procuración e impartición de justicia y, al mismo tiempo, que se posibilite la solución de conflictos por la vía judicial y extrajudicial.
Amigas y amigos:
Quiero, desde aquí, hacer un reconocimiento especial a las señoras y a los señores legisladores de todos los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados quienes con gran sentido de responsabilidad aprobaron el día de hoy el presupuesto, en las primeras horas del día, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2008.
Éste contempla incrementos sustanciales para la tarea de seguridad pública, no sólo para el nivel Federal, sino también para estados y municipios.
Esto permitirá aumentar significativamente los recursos para atender las necesidades más apremiantes de los mexicanos y en especial de los que menos tienen.
Este presupuesto incluirá el gasto social y el gasto de infraestructura más alto de la historia del país. Con ese presupuesto, será posible también financiar como nunca antes la inversión que requiere México para dinamizar su crecimiento económico y generar más empleos.
Muy especialmente, se contempla un incremento de más del 43 por ciento en materia de seguridad pública respecto a este año 2007. Esto, sin duda, fortalecerá la capacidad del Gobierno Federal para combatir este flagelo social y lo hará también en los gobiernos estatales y municipales.
En este Décimo Aniversario de México Unido Contra la Delincuencia, reitero el compromiso indeclinable del Gobierno Federal para cumplir a cabalidad la función esencial de garantizar la seguridad pública.
El Gobierno Federal ha retomado las causas de la ciudadanía y se ha puesto, como nos comprometimos el 1 de diciembre, al frente, a la cabeza de la lucha contra la inseguridad.
El papel de la sociedad civil sigue siendo crucial para contribuir a la consolidación de una cultura de legalidad y de denuncia y para señalar y exigir a las autoridades de los tres órdenes de Gobierno, lo mucho que aún falta por hacer.
La lucha contra la inseguridad, la lucha por la seguridad de todos, es tarea de todos, por eso hoy más que nunca es fundamental que la sociedad se sume a este gran esfuerzo nacional, denunciando los delitos, retomando los espacios públicos, previniendo la cultura del crimen y sumándose a esta nueva cultura de respeto a la ley y a la convivencia respetuosa entre todos.
Con la valiosa colaboración de las organizaciones civiles, y en primerísimo lugar de México Unido Contra la Delincuencia, seguiremos avanzando en la construcción de un México más seguro para todos.
Muchísimas gracias y enhorabuena por este Décimo Aniversario.
Señora Josefina Ricaño, Presidenta Honoraria de México Unido Contra la Delincuencia.
Doctora María Elena Morera, Presidenta de México Unido Contra la Delincuencia.
Señores gobernadores, distinguidos líderes de la sociedad mexicana.
Señoras y señores, señor senador, señores legisladores:
Agradezco mucho esta invitación para celebrar este Décimo Aniversario de México Unido Contra la Delincuencia. Han sido 10 años de lucha, 10 años de denuncia, 10 años de dignidad.
Hace una década un grupo de ciudadanos se organizó y alzó su voz para denunciar la violencia, el crimen y la impunidad.
Madres y padres de familia, empresarios, trabajadores, todos ellos decidieron romper el silencio para exigir justicia ante el dolor y la impunidad, ante la frustración de haber sido víctimas de una delincuencia impune; exigían y exigen de las autoridades acciones concretas y eficaces para poner un freno a la inseguridad y a la violencia.
Mi mayor reconocimiento a los integrantes de México Unido Contra la Delincuencia por su actuar valiente y decidido en la lucha por un país más seguro y por cumplir 10 años promoviendo la cultura de la legalidad.
Su labor de conciencia social, su espíritu constructivo y de colaboración son una aportación invaluable para superar el reto que representa la inseguridad en México.
Hoy el combate a la delincuencia y a las organizaciones criminales siguen siendo una de las principales demandas de los mexicanos y por desgracia uno de los mayores desafíos que enfrenta la Nación.
Por ello, como Presidente de México, me comprometí a encabezar un Gobierno que retomara la iniciativa y que asumiera plenamente su obligación de garantizar la seguridad pública y el Estado de Derecho.
En el cumplimiento de ese compromiso no hemos escatimado ninguno de los recursos del Estado y hemos puesto en marcha una Estrategia Nacional de Seguridad que es un esfuerzo integral y de largo plazo, hay que decirlo, para articular las acciones del Estado mexicano en la materia.
En una primera etapa instrumentamos los operativos conjuntos que buscan restablecer condiciones de seguridad en las regiones más golpeadas por la delincuencia y dominadas, incluso, por el crimen organizado.
Hemos golpeado al crimen organizado con la captura de importantes capos y la detención de casi 15 mil criminales que amenazaban la vida y la integridad de nuestras familias.
Hemos asegurado armas y dinero producto de actividades criminales, así como grandes cantidades de droga que tenían como destino las calles, las escuelas y a nuestros hijos a final de cuentas.
Para darnos una idea de la magnitud del reto, en estos meses México logró el mayor decomiso de dinero en efectivo en el mundo y recientemente el mayor decomiso de cocaína en el mundo.
Precisamente el mes de octubre fue un mes negro para el crimen organizado, en total se aseguraron más de 35 toneladas de cocaína, es decir, en sólo un mes se decomisó casi 50 por ciento más de todo lo asegurado en el año de 2006.
De hecho, en una sola operación se decomisó más de todo lo decomisado el año pasado. Este ha sido uno de varios golpes importantes para la red del crimen organizado y su impacto se ha visto reflejado, incluso, en una escasez en el mercado de droga.
La cocaína en el mercado americano se registra con un incremento del 44 por ciento y las metanfetaminas con un incremento del 75 por ciento en los últimos tres meses.
La importancia de estos operativos, amigos, no sólo radica en los decomisos, sino que implica romper las redes del crimen organizado porque es así como podemos minar la estructura de criminalidad que representa una amenaza para la sociedad.
Hemos constatado cómo se entrelaza el crimen que sufre el ciudadano, con el crimen que cuenta con estructuras de complicidad y protección policíaca y política, es decir, el crimen organizado en sus más altas esferas.
Con estas acciones, nuestras fuerzas del orden, nuestros policías, soldados y marinos muestran, como nunca antes, un firme compromiso con la seguridad de los mexicanos.
Por desgracia también, desde que iniciamos esta batalla frontal contra la delincuencia, México ha perdido a 27 policías federales, a cinco marinos y a 33 soldados, además de a 200 policías de las diversas corporaciones estatales y municipales que cayeron en el cumplimiento del deber.
Este sacrificio no puede ser menospreciado, por el contrario, merece un justo reconocimiento de la sociedad.
Hoy reitero todo el apoyo de la Administración a los servidores públicos honestos que están en la primera línea de batalla arriesgando su vida en la guerra contra los delincuentes. Con el solo esfuerzo de las fuerzas del orden no es suficiente.
Para ganar esta batalla es necesario avanzar hacia una política integral que permita al Estado, como ya se dijo aquí por la doctora Morera, prevenir, prevenir eficazmente el delito y no sólo reaccionar ante él, por ello pusimos en práctica la estrategia Limpiemos México, Zona en Recuperación, que incluye los programas: Escuela Segura, Rescate de Espacios Públicos, y Prevención y Tratamiento de Adicciones, además de un sólido componente de participación ciudadana.
Estamos luchando para que nuestros parques, nuestras calles, nuestras escuelas sean recuperados por la sociedad, porque así ganamos espacios de acción a los delincuentes que amenazan la seguridad de nuestras comunidades y que intentan envenenar a nuestros hijos con las drogas.
Para tener éxito la participación decidida de la sociedad es indispensable, el México seguro por el que luchamos requiere de la vigilancia y la denuncia ciudadana, y un gran ejemplo de participación es, precisamente, el trabajo enorme que ha venido desempeñando México Unido Contra la Delincuencia.
Por eso, para rendir cuentas a la sociedad y transparentar los resultados de nuestras acciones en materia de seguridad, hemos trabajado en conjunto con ustedes y con otras organizaciones ciudadanas en la construcción de indicadores de medición del desempeño de las autoridades responsables de la seguridad pública.
Este es uno entre varios compromisos que asumí con ustedes y en los que hemos trabajado en la Administración.
Para mi Gobierno es fundamental fortalecer los vínculos maltrechos que hay entre el Gobierno y la sociedad a través del diálogo y la colaboración.
Por ello estamos trabajando para ofrecer a los ciudadanos vías confiables y seguras para denunciar. La consolidación de la Plataforma México permitirá, ese es nuestro objetivo, que los ciudadanos denuncien los delitos de manera segura y confiable mediante el uso de teléfonos celulares o de cualquier medio de comunicación a su alcance, que lo hagan de manera protegida y que las fuerzas del orden puedan integrar de manera segura una base de datos actualizada para construir el mapa que nos permita combatir eficazmente a la delincuencia.
Este combate exige también una transformación y modernización profunda de nuestros mecanismos de seguridad y procuración de justicia, por ello estamos impulsando un nuevo modelo de formación policial en México.
Con él vamos a poner al servicio de los mexicanos una nueva generación de policías que sean demostradamente confiables, que cumplan con elevados estándares de calidad profesional y que cuenten con la mejor preparación y la mejor tecnología para combatir al crimen.
Se trata de un cambio de fondo para contar con una policía científica, honesta y profesional; el objetivo debe de ser que los policías, no sólo del Gobierno Federal, sino de los tres órdenes de Gobierno, cuenten con este tipo de capacitación y con un proceso de selección cuidadoso para que respondan a cabalidad con su alta responsabilidad frente a los ciudadanos.
La tarea de garantizar la seguridad pública en todo el país sólo podrá ser exitosa cuando la cooperación y el compromiso sea asumido por igual en todos los órdenes de Gobierno.
Pero además de buenos policías, los ciudadanos debemos tener la certeza de que ante la comisión de un delito las instituciones del Estado cumplirán y harán cumplir la Ley.
Por ello, también, mi Gobierno ha presentado al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma constitucional en materia de justicia que propone, entre otras cosas, establecer reglas específicas en los casos de crimen organizado para brindar protección a las víctimas y a los denunciantes de este tipo de delitos.
Implementar mecanismos que garanticen la integridad y la seguridad de las víctimas como medidas para asegurar la secrecía de los nombres y los datos personales de los acusadores en los casos de la delincuencia organizada.
Establecer de manera gradual y ordenada un sistema acusatorio de juicios orales en materia penal que ayude a agilizar y a hacer más transparente, profesional, expedita y equitativa la procuración e impartición de justicia y, al mismo tiempo, que se posibilite la solución de conflictos por la vía judicial y extrajudicial.
Amigas y amigos:
Quiero, desde aquí, hacer un reconocimiento especial a las señoras y a los señores legisladores de todos los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados quienes con gran sentido de responsabilidad aprobaron el día de hoy el presupuesto, en las primeras horas del día, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2008.
Éste contempla incrementos sustanciales para la tarea de seguridad pública, no sólo para el nivel Federal, sino también para estados y municipios.
Esto permitirá aumentar significativamente los recursos para atender las necesidades más apremiantes de los mexicanos y en especial de los que menos tienen.
Este presupuesto incluirá el gasto social y el gasto de infraestructura más alto de la historia del país. Con ese presupuesto, será posible también financiar como nunca antes la inversión que requiere México para dinamizar su crecimiento económico y generar más empleos.
Muy especialmente, se contempla un incremento de más del 43 por ciento en materia de seguridad pública respecto a este año 2007. Esto, sin duda, fortalecerá la capacidad del Gobierno Federal para combatir este flagelo social y lo hará también en los gobiernos estatales y municipales.
En este Décimo Aniversario de México Unido Contra la Delincuencia, reitero el compromiso indeclinable del Gobierno Federal para cumplir a cabalidad la función esencial de garantizar la seguridad pública.
El Gobierno Federal ha retomado las causas de la ciudadanía y se ha puesto, como nos comprometimos el 1 de diciembre, al frente, a la cabeza de la lucha contra la inseguridad.
El papel de la sociedad civil sigue siendo crucial para contribuir a la consolidación de una cultura de legalidad y de denuncia y para señalar y exigir a las autoridades de los tres órdenes de Gobierno, lo mucho que aún falta por hacer.
La lucha contra la inseguridad, la lucha por la seguridad de todos, es tarea de todos, por eso hoy más que nunca es fundamental que la sociedad se sume a este gran esfuerzo nacional, denunciando los delitos, retomando los espacios públicos, previniendo la cultura del crimen y sumándose a esta nueva cultura de respeto a la ley y a la convivencia respetuosa entre todos.
Con la valiosa colaboración de las organizaciones civiles, y en primerísimo lugar de México Unido Contra la Delincuencia, seguiremos avanzando en la construcción de un México más seguro para todos.
Muchísimas gracias y enhorabuena por este Décimo Aniversario.
Palabras de Josefina Ricaño:
Ciudadano Presidente de los Estados Unidos de México, licenciado Felipe Calderón; señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, señores legisladores integrantes del Gabinete de Seguridad, señores gobernadores y presidentes municipales.
Representantes de gobiernos extranjeros, amigos fundadores, consejeros, dirigentes, asociados, voluntarios y donadores de México Unido Contra la Delincuencia, amigos de los medios de comunicación, integrantes de Organizaciones No Gubernamentales, académicos, a todos los que fueron parte de este movimiento y hoy ya no están con nosotros.
Señoras y señores:
La historia de México Unido Contra la Delincuencia no puede definirse en unas cuantas palabras, pero su esencia radica en la lucha y, en el compromiso y en la responsabilidad de unir esfuerzos e involucrarnos en la creación del México en el que todos queremos vivir.
Hoy, a 10 años de lucha constante, estamos aquí reunidos el presente y el futuro de México Unido Contra Delincuencia, es nuestro deber como sociedad involucrarnos y comprometernos en la búsqueda de soluciones, creando una sociedad participativa y dispuesta a hacer de la legalidad una cultura.
Es tiempo de perder el miedo, en todos y cada uno de nosotros reside la posibilidad de heredar un país a nuestros hijos y nietos, mejor.
La vida de nuestra asociación no ha sido fácil y en todos ustedes encuentra el aliento que la mantiene.
Hoy con su presencia demostramos la fuerza y vigencia de nuestro movimiento. Por ello, agradezco a mis cofundadores, quienes han sido los pilares de este movimiento, porque en ustedes se encuentra el alma y el corazón de México Unido.
A los voluntarios, porque sin ustedes nada de esto habría sido posible, en todos ustedes está la diferencia del mexicano que se compromete con su Patria.
A todos los donadores, porque por su participación nos han permitido generar y mantener todos nuestros programas activos.
A los jóvenes con su entrega y energía han enriquecido los alcances de nuestra asociación brindándole un toque agradable y profesional a nuestros logros.
A María Elena y a su Mesa Directiva, que con su compromiso y voluntad, ayudaron al fortalecimiento institucional de nuestra asociación.
Mi agradecimiento especial a mi esposo y a mis hijos y ahora a mis nietos.
A usted, señor Presidente, por su postura de compromiso que esperamos se convierta en hechos reales.
A Dios Nuestro Señor y a Raúl, que ha sido mi fuerza, mi luz, mi fe y mi inspiración.
Señores:
Esto no es una celebración, es la conmemoración de 10 años de lucha de México Unido Contra la Delincuencia que ha sido y será la voz constante de una sociedad, que hoy en día sigue clamando seguridad, justicia y paz. Muchas gracias.
Palabras de María Elena Morera de Galindo, Presidenta de México Unido Contra la Delincuencia.
Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, secretarios de Estado, señores legisladores, gobernadores y presidentes municipales, representantes de los gobiernos extranjeros, amigos de los medios de comunicación.
Distinguidos académicos integrantes de Organizaciones No Gubernamentales, simpatizantes de México Unido Contra la Delincuencia, señoras y señores.
Desde hace una década México Unido Contra la Delincuencia se ha convertido en una voz de y para la sociedad, en un vínculo de ésta con las autoridades.
Su nacimiento responde a una exigencia inaplazable, la seguridad. Nuestra organización es producto de un cambio estructural en la vida pública del país, un cambio que ha exigido la construcción de una sociedad civil exigente, crítica y participativa.
Responde a nuestros más de 800 mil afiliados, y responder a ellos ha sido y es la razón de México Unido Contra la Delincuencia.
Y por ello trabajamos para reconstruir en indispensable vínculo, entre la ciudadanía y las autoridades, que en muchos estados y municipios este vínculo se encuentra roto.
Quiero reconocer que el Presidente Calderón y su Gabinete de Seguridad, que en ellos hemos encontrado un importante aliado, un aliado decidido a enfrentar con contundencia el delito.
Nos congratula que el Presidente de la República haya firmado con nosotros diez demandas que implican cambios sustanciales en seguridad y justicia.
Que el Gobierno del Distrito Federal también lo asumiera y que los gobiernos estatales estén en vías de suscribir su compromiso para atenderlas.
Pero exigimos que no queden como promesas incumplidas, para ello estas demandas tienen que estar y están unidas a un compromiso de evaluación y de seguimiento ciudadano.
Vemos avances, pero aún falta mucho por hacer, porque lo que queremos es que todos los mexicanos se sientan seguros y vean en sus instituciones fortaleza en darnos justicia.
Para esto, lo primordial es la corresponsabilidad interinstitucional, creer que desde la Presidencia se puede lograr el cambio sería iluso y contrario a nuestro esquema federal si consideramos el 95 por ciento de los delitos son del fuero común y el 90 por ciento de la fuerza policial es estatal y municipal.
Sin embargo, quiero señalar que la Federación aún no cumple a cabalidad con su parte, porque los delitos federales y especialmente el crimen organizado genera violencia, percepción de inseguridad y de debilidad del Estado, así como graves daños a la salud de los mexicanos.
Por ello, lo que necesitamos es unidad nacional para construir acuerdos y consensos, para superar la notoria diferencia y deficiencias que existen en el tema de prevención, en reconstrucción de las instituciones policiales, ministeriales y judiciales, así como la renovación del sistema de justicia penal.
La prevención, que es la más importante de las tareas, ha sido olvidada por muchos años, porque políticamente es poco rentable, porque no da frutos inmediatos para que lo puedan capitalizar nuestros políticos.
Se inició con algunos esfuerzos en prevención del delito en algunos estados y municipios, y tenemos y reconocemos un primer esfuerzo muy importante impulsado desde la Federación con el Programa Limpiemos México, al cual pedimos se incorporen también como otro programa, un programa muy importante, el de Violencia Intrafamiliar, queremos un programa que realmente vaya contra la violencia intrafamiliar.
Y la variable de seguridad en todas las políticas de desarrollo para cambiar el entorno social, fortalecer la cultura de la legalidad y reconstruir el tejido social.
Por ello, exigimos a todos los niveles de Gobierno atender el problema de fondo y voltear a la prevención, porque la inseguridad no se resuelve con sacar al Ejército a las calles ni con más policías, ni ministerios públicos, ni con más cárceles.
Esto no significa olvidar lo indispensable reconstrucción de nuestras instituciones policiales y de la justicia. Coincidimos en la imperiosa necesidad de transformar las policías, porque ese es el primer contacto entre la sociedad y el Gobierno, si la policía es corrupta, la percepción será la de un Estado corrupto, ineficiente, prepotente y arbitrario.
Este cambio en la percepción tiene que comenzar por la propia autoridad que hoy, hoy no da respuesta contundente a los homicidios de policías, hoy no reconoce el gran riesgo al que día a día se enfrentan.
Cuando nos matan a un policía los delincuentes matan una parte del Estado mexicano.
Sin la reconstrucción de la policía, sin su dignificación estaremos muy lejos de crear el indispensable binomio sociedad-Gobierno, este gran reto lo ha asumido la Secretaría de Seguridad Pública Federal y esperamos tener resultados ciertos y contundentes, en un compromiso de corto, mediano y largo plazo.
Confiamos que a través del nuevo modelo de policía se logre construir el consenso de los estados y municipios para tener una visión y una misión compartida de la policía en todo el país, que sin menoscabo del federalismo, estandarice los sistemas y las formas de operación a lo largo y ancho de la República.
Estaremos muy pendientes de evaluar los resultados, seremos los primeros en reconocer los logros o en reclamar los retrasos o los errores.
Con instituciones policiales fuertes en todos los niveles de Gobierno, daremos un importante paso para reducir la criminalidad, sin embargo, aún con prevención social y policial el sistema estaría trunco si no se reforma por completo la justicia penal, estamos atentos que se ejecuten los cambios orgánicos y estructurales que son impostergables en la Procuraduría General de la República y que los legisladores asuman su responsabilidad constitucional otorgando a los mexicanos una reforma penal de fondo, que modifique totalmente el sistema de justicia, que supere el histórico fracaso del Ministerio Público y la nula vigencia del derecho de los mexicanos a tener una justicia pronta, completa e imparcial.
Esta reforma deberá ser equilibrada para que al tiempo de garantizar nuestras libertades hagan más eficiente la investigación, la persecución y la sanción de los delitos.
No podemos temer al cambio y por ello señor Presidente, coincidimos con su promesa de campaña de transitar a un sistema acusatorio y oral, que ponga a México a la vanguardia dentro del Derecho Penal.
Para lograr estos cambios requerimos del compromiso de un factor real de poder, los medios de comunicación.
Necesitamos, por encima de la nota sensacionalista, la información seria y prudente, el compromiso con campañas de prevención, de reconstrucción de la cultura de legalidad y de los valores que dan fuerza al tejido social.
Señoras y señores:
Son ya 10 años de México Unido Contra la Delincuencia, que de manera muy honorable inició la señora Josefina Ricaño de Nava.
Gracias José.
Pero, por desgracia, nuestro reclamo en seguridad y justicia sigue vigente.
En este aniversario refrendamos nuestro compromiso social de representar a los ignorados por el poder público, de denunciar la ineficiencia y exigir los cambios de fondo, de sumar esfuerzos con todos los actores políticos que así demuestren su compromiso.
Los mexicanos no permitiremos que un puñado de criminales arrodillen al Estado, pero tampoco aceptaremos que algunos políticos suplan con discurso y acciones mediáticas su ineptitud.
El mensaje es inequívoco y contundente, somos muchísimos mexicanos dentro y fuera del Gobierno, que no daremos marcha atrás en la decisión de rescatar a México como un proyecto viable y promisorio.
Somos muchos los mexicanos los que exigimos que el rumbo del país esté marcado por oportunidades, por legalidad, por igualdad y por justicia social. Muchas gracias.
Representantes de gobiernos extranjeros, amigos fundadores, consejeros, dirigentes, asociados, voluntarios y donadores de México Unido Contra la Delincuencia, amigos de los medios de comunicación, integrantes de Organizaciones No Gubernamentales, académicos, a todos los que fueron parte de este movimiento y hoy ya no están con nosotros.
Señoras y señores:
La historia de México Unido Contra la Delincuencia no puede definirse en unas cuantas palabras, pero su esencia radica en la lucha y, en el compromiso y en la responsabilidad de unir esfuerzos e involucrarnos en la creación del México en el que todos queremos vivir.
Hoy, a 10 años de lucha constante, estamos aquí reunidos el presente y el futuro de México Unido Contra Delincuencia, es nuestro deber como sociedad involucrarnos y comprometernos en la búsqueda de soluciones, creando una sociedad participativa y dispuesta a hacer de la legalidad una cultura.
Es tiempo de perder el miedo, en todos y cada uno de nosotros reside la posibilidad de heredar un país a nuestros hijos y nietos, mejor.
La vida de nuestra asociación no ha sido fácil y en todos ustedes encuentra el aliento que la mantiene.
Hoy con su presencia demostramos la fuerza y vigencia de nuestro movimiento. Por ello, agradezco a mis cofundadores, quienes han sido los pilares de este movimiento, porque en ustedes se encuentra el alma y el corazón de México Unido.
A los voluntarios, porque sin ustedes nada de esto habría sido posible, en todos ustedes está la diferencia del mexicano que se compromete con su Patria.
A todos los donadores, porque por su participación nos han permitido generar y mantener todos nuestros programas activos.
A los jóvenes con su entrega y energía han enriquecido los alcances de nuestra asociación brindándole un toque agradable y profesional a nuestros logros.
A María Elena y a su Mesa Directiva, que con su compromiso y voluntad, ayudaron al fortalecimiento institucional de nuestra asociación.
Mi agradecimiento especial a mi esposo y a mis hijos y ahora a mis nietos.
A usted, señor Presidente, por su postura de compromiso que esperamos se convierta en hechos reales.
A Dios Nuestro Señor y a Raúl, que ha sido mi fuerza, mi luz, mi fe y mi inspiración.
Señores:
Esto no es una celebración, es la conmemoración de 10 años de lucha de México Unido Contra la Delincuencia que ha sido y será la voz constante de una sociedad, que hoy en día sigue clamando seguridad, justicia y paz. Muchas gracias.
Palabras de María Elena Morera de Galindo, Presidenta de México Unido Contra la Delincuencia.
Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, secretarios de Estado, señores legisladores, gobernadores y presidentes municipales, representantes de los gobiernos extranjeros, amigos de los medios de comunicación.
Distinguidos académicos integrantes de Organizaciones No Gubernamentales, simpatizantes de México Unido Contra la Delincuencia, señoras y señores.
Desde hace una década México Unido Contra la Delincuencia se ha convertido en una voz de y para la sociedad, en un vínculo de ésta con las autoridades.
Su nacimiento responde a una exigencia inaplazable, la seguridad. Nuestra organización es producto de un cambio estructural en la vida pública del país, un cambio que ha exigido la construcción de una sociedad civil exigente, crítica y participativa.
Responde a nuestros más de 800 mil afiliados, y responder a ellos ha sido y es la razón de México Unido Contra la Delincuencia.
Y por ello trabajamos para reconstruir en indispensable vínculo, entre la ciudadanía y las autoridades, que en muchos estados y municipios este vínculo se encuentra roto.
Quiero reconocer que el Presidente Calderón y su Gabinete de Seguridad, que en ellos hemos encontrado un importante aliado, un aliado decidido a enfrentar con contundencia el delito.
Nos congratula que el Presidente de la República haya firmado con nosotros diez demandas que implican cambios sustanciales en seguridad y justicia.
Que el Gobierno del Distrito Federal también lo asumiera y que los gobiernos estatales estén en vías de suscribir su compromiso para atenderlas.
Pero exigimos que no queden como promesas incumplidas, para ello estas demandas tienen que estar y están unidas a un compromiso de evaluación y de seguimiento ciudadano.
Vemos avances, pero aún falta mucho por hacer, porque lo que queremos es que todos los mexicanos se sientan seguros y vean en sus instituciones fortaleza en darnos justicia.
Para esto, lo primordial es la corresponsabilidad interinstitucional, creer que desde la Presidencia se puede lograr el cambio sería iluso y contrario a nuestro esquema federal si consideramos el 95 por ciento de los delitos son del fuero común y el 90 por ciento de la fuerza policial es estatal y municipal.
Sin embargo, quiero señalar que la Federación aún no cumple a cabalidad con su parte, porque los delitos federales y especialmente el crimen organizado genera violencia, percepción de inseguridad y de debilidad del Estado, así como graves daños a la salud de los mexicanos.
Por ello, lo que necesitamos es unidad nacional para construir acuerdos y consensos, para superar la notoria diferencia y deficiencias que existen en el tema de prevención, en reconstrucción de las instituciones policiales, ministeriales y judiciales, así como la renovación del sistema de justicia penal.
La prevención, que es la más importante de las tareas, ha sido olvidada por muchos años, porque políticamente es poco rentable, porque no da frutos inmediatos para que lo puedan capitalizar nuestros políticos.
Se inició con algunos esfuerzos en prevención del delito en algunos estados y municipios, y tenemos y reconocemos un primer esfuerzo muy importante impulsado desde la Federación con el Programa Limpiemos México, al cual pedimos se incorporen también como otro programa, un programa muy importante, el de Violencia Intrafamiliar, queremos un programa que realmente vaya contra la violencia intrafamiliar.
Y la variable de seguridad en todas las políticas de desarrollo para cambiar el entorno social, fortalecer la cultura de la legalidad y reconstruir el tejido social.
Por ello, exigimos a todos los niveles de Gobierno atender el problema de fondo y voltear a la prevención, porque la inseguridad no se resuelve con sacar al Ejército a las calles ni con más policías, ni ministerios públicos, ni con más cárceles.
Esto no significa olvidar lo indispensable reconstrucción de nuestras instituciones policiales y de la justicia. Coincidimos en la imperiosa necesidad de transformar las policías, porque ese es el primer contacto entre la sociedad y el Gobierno, si la policía es corrupta, la percepción será la de un Estado corrupto, ineficiente, prepotente y arbitrario.
Este cambio en la percepción tiene que comenzar por la propia autoridad que hoy, hoy no da respuesta contundente a los homicidios de policías, hoy no reconoce el gran riesgo al que día a día se enfrentan.
Cuando nos matan a un policía los delincuentes matan una parte del Estado mexicano.
Sin la reconstrucción de la policía, sin su dignificación estaremos muy lejos de crear el indispensable binomio sociedad-Gobierno, este gran reto lo ha asumido la Secretaría de Seguridad Pública Federal y esperamos tener resultados ciertos y contundentes, en un compromiso de corto, mediano y largo plazo.
Confiamos que a través del nuevo modelo de policía se logre construir el consenso de los estados y municipios para tener una visión y una misión compartida de la policía en todo el país, que sin menoscabo del federalismo, estandarice los sistemas y las formas de operación a lo largo y ancho de la República.
Estaremos muy pendientes de evaluar los resultados, seremos los primeros en reconocer los logros o en reclamar los retrasos o los errores.
Con instituciones policiales fuertes en todos los niveles de Gobierno, daremos un importante paso para reducir la criminalidad, sin embargo, aún con prevención social y policial el sistema estaría trunco si no se reforma por completo la justicia penal, estamos atentos que se ejecuten los cambios orgánicos y estructurales que son impostergables en la Procuraduría General de la República y que los legisladores asuman su responsabilidad constitucional otorgando a los mexicanos una reforma penal de fondo, que modifique totalmente el sistema de justicia, que supere el histórico fracaso del Ministerio Público y la nula vigencia del derecho de los mexicanos a tener una justicia pronta, completa e imparcial.
Esta reforma deberá ser equilibrada para que al tiempo de garantizar nuestras libertades hagan más eficiente la investigación, la persecución y la sanción de los delitos.
No podemos temer al cambio y por ello señor Presidente, coincidimos con su promesa de campaña de transitar a un sistema acusatorio y oral, que ponga a México a la vanguardia dentro del Derecho Penal.
Para lograr estos cambios requerimos del compromiso de un factor real de poder, los medios de comunicación.
Necesitamos, por encima de la nota sensacionalista, la información seria y prudente, el compromiso con campañas de prevención, de reconstrucción de la cultura de legalidad y de los valores que dan fuerza al tejido social.
Señoras y señores:
Son ya 10 años de México Unido Contra la Delincuencia, que de manera muy honorable inició la señora Josefina Ricaño de Nava.
Gracias José.
Pero, por desgracia, nuestro reclamo en seguridad y justicia sigue vigente.
En este aniversario refrendamos nuestro compromiso social de representar a los ignorados por el poder público, de denunciar la ineficiencia y exigir los cambios de fondo, de sumar esfuerzos con todos los actores políticos que así demuestren su compromiso.
Los mexicanos no permitiremos que un puñado de criminales arrodillen al Estado, pero tampoco aceptaremos que algunos políticos suplan con discurso y acciones mediáticas su ineptitud.
El mensaje es inequívoco y contundente, somos muchísimos mexicanos dentro y fuera del Gobierno, que no daremos marcha atrás en la decisión de rescatar a México como un proyecto viable y promisorio.
Somos muchos los mexicanos los que exigimos que el rumbo del país esté marcado por oportunidades, por legalidad, por igualdad y por justicia social. Muchas gracias.
Fuente: Presidencia de la República.
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