Palabras del Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora Icaza, durante el Homenaje Póstumo en Honor del Licenciado José Luis Santiago Vasconcelos, que se realizó en el Salón Baalbek, del Centro Libanés, Unidad HermesMéxico, D.F., a 17 de noviembre de 2008Senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, Presidente de la Junta de Coordinación Política de la H. Cámara de Senadores;
Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa, Procurador General de Justicia del Distrito Federal;
Dr. Elías Huerta Psihas, Presidente de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho;
Distinguidos miembros de la Academia Mexicana de Ciencias Penales;
Lic. Marcos Fastlicht Sackler, Presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR;
Amigos y familiares de nuestro querido amigo, el licenciado José Luis Santiago Vasconcelos;
Señoras y señores:
Como sabemos quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, José Luis Santiago Vasconcelos vivía y disfrutaba la vida apasionadamente, a sus amigos y del mismo modo vivía y disfrutaba su vocación como abogado, y por ello cultivó con dedicación el conocimiento del Derecho y su aplicación concreta y cotidiana.
Su profesión de abogado, que cursamos juntos en la Facultad de Derecho de la UNAM, fue elegida con toda conciencia y fue sin duda su segunda pasión
A lo largo de su carrera, se preocupó siempre por enriquecer su conocimiento y contribuir al de sus colegas. Es por eso que se ganó, por su obra intelectual y por la manera en que ésta se nutrió de su ejercicio profesional, un lugar entre los abogados dedicados al estudio, como entre los dedicados al ejercicio cotidiano.
Nuestro querido amigo y compañero consideraba al Derecho como una herramienta fundamental para que México pudiera superar sus limitaciones y abrir las puertas a una época de seguridad, tranquilidad y prosperidad para todos los mexicanos, sin distinciones.
Aún en medio de una intensa actividad, nunca dejó el estudio de diversas disciplinas jurídicas. Le robó tiempo al descanso y a la familia para escribir y compartir reflexiones y experiencias en publicaciones especializadas y de divulgación.
Podemos encontrar parte de su obra en la Revista Mexicana de Justicia, de la PGR, en Intercriminis, edición regular del Instituto Nacional de Ciencias Penales, y recientemente en publicaciones del Instituto Tecnológico Autónomo de México.
También podemos leer sus reflexiones en múltiples entrevistas concedidas a diversos medios de comunicación, escritos y electrónicos.
Su tema favorito fue el de la delincuencia organizada, una vez que percibió con toda claridad la amenaza que ésta representa para México y la necesidad ineludible de combatirla con las armas de la legalidad.
Muy pocos en México y en el mundo han tenido la vocación y la oportunidad de unir la teoría académica y la praxis ministerial en un tema tan complejo como la delincuencia organizada, y son menos aún quienes han tenido la oportunidad de participar con ese bagaje en la construcción de políticas públicas.
Con singular valentía y carácter, José Luis Santiago Vasconcelos miró al mal de nuestro tiempo a los ojos, lo conoció a fondo, trabajó para establecer un marco legal adecuado para combatirlo y se dedicó a ello, no sólo en México, también en los foros y la cooperación internacionales.
Como representante del Ministerio Público enfrentó a la delincuencia organizada en el interrogatorio y el careo directo con miembros de las bandas criminales, y con esta experiencia diseñó y aplicó estrategias jurídicas para la debida integración de averiguaciones previas.
Siguió de cerca los procesos penales para asegurarse de que condujeran a la condena de los culpables, a los que supo vencer en los juicios penales y escuchó con satisfacción cuando el trabajo se materializaba en sentencias condenatorias de los jueces. Cuando no fue así, no dudaba en recurrir las sentencias o hacer saber públicamente su inconformidad.
Su satisfacción no provenía de odio o resentimientos contra las personas, sino de que las sentencias reconocieran y constataran el apego del Fiscal al Derecho, como representante de la sociedad.
Uno de sus temas favoritos de conversación fue la dignificación del Ministerio Público como representante social a través de la reforma del sistema de justicia penal, la más importante de la última centuria. Deseaba hacer del Ministerio Público un buscador de la verdad fáctica y jurídica, y que dejara de ser simplemente el aportador de pruebas para condenar a quienes han sido sometidos a formal prisión.
El tema de políticas públicas no le era ajeno y complementaba su conocimiento en temas de la delincuencia organizada. José Luis participó activamente en los procesos de reconversión institucional de la PGR, en las reformas al Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría de 1997 y 2003, y como Subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, último cargo que tuvo en la PGR, encabezó buena parte de los trabajos del proyecto que próximamente someteremos a consideración del Congreso.
Como lo señaló en sus últimas pláticas y entrevistas a los medios de comunicación, el reto fundamental en el delicado proceso de traducir la reforma constitucional a las leyes secundarias y reglamentos es mantener un equilibrio entre los derechos humanos y las garantías procesales con el diseño de herramientas eficaces para combatir a la delincuencia.
Le preocupaban también las definiciones de competencia y jurisdiccionales en la prevención, investigación y sanción de los delitos, las asimetrías jurídicas y presupuestales entre los estados y la Federación para materializar la reforma, el peso de los medios de comunicación y la reserva obligada de las investigaciones frente a la transparencia de la información.
En razón de ello, José Luis Santiago Vasconcelos, el fiel representante social que era como Ministerio Público de la Federación, transitaba al siempre complejo mundo del diseño de políticas públicas; el Fiscal se mutaba en el estadista; el servidor público del Poder Ejecutivo trabajaba con toda enjundia en la construcción del México que anhelamos todos.
En su nueva función sentó bases que serán útiles para la implementación de la reforma constitucional. La planeación de temas jurídicos se tradujo en propuestas de nuevas leyes y reformas a otras, que hoy están a consideración del Poder Legislativo. En la Secretaría de gobernación y en la Procuraduría General de la República la estrategia de implementación de la reforma judicial y de seguridad tenía ya un primer esbozo de presupuesto.
Cuando sufrimos su lamentable y triste pérdida, venía de trabajar aspectos de la reforma en San Luis Potosí. Trabajaría con el Secretario de Gobernación los aspectos presupuestales de la misma y le esperábamos en las instalaciones de Bucareli para una reunión de trabajo con legisladores de varios partidos políticos, precisamente sobre la modificación de normas secundarias del sistema jurídico penal.
No dejaremos nunca de lamentar esta pérdida, que es de su familia, del mundo del Derecho, del gobierno de México y del país en su conjunto.
Tampoco olvidaremos su ejemplo, su pasión por la vida y por México, su inspiración en la construcción de un mejor futuro para nuestros hijos, su calidad humana y profesional.
"Cuando la muerte se precipita sobre el hombre –escribió Platón–, la parte mortal se extingue, pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo."
Descanse en paz, José Luis Santiago Vasconcelos.
Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa, Procurador General de Justicia del Distrito Federal;
Dr. Elías Huerta Psihas, Presidente de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho;
Distinguidos miembros de la Academia Mexicana de Ciencias Penales;
Lic. Marcos Fastlicht Sackler, Presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR;
Amigos y familiares de nuestro querido amigo, el licenciado José Luis Santiago Vasconcelos;
Señoras y señores:
Como sabemos quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, José Luis Santiago Vasconcelos vivía y disfrutaba la vida apasionadamente, a sus amigos y del mismo modo vivía y disfrutaba su vocación como abogado, y por ello cultivó con dedicación el conocimiento del Derecho y su aplicación concreta y cotidiana.
Su profesión de abogado, que cursamos juntos en la Facultad de Derecho de la UNAM, fue elegida con toda conciencia y fue sin duda su segunda pasión
A lo largo de su carrera, se preocupó siempre por enriquecer su conocimiento y contribuir al de sus colegas. Es por eso que se ganó, por su obra intelectual y por la manera en que ésta se nutrió de su ejercicio profesional, un lugar entre los abogados dedicados al estudio, como entre los dedicados al ejercicio cotidiano.
Nuestro querido amigo y compañero consideraba al Derecho como una herramienta fundamental para que México pudiera superar sus limitaciones y abrir las puertas a una época de seguridad, tranquilidad y prosperidad para todos los mexicanos, sin distinciones.
Aún en medio de una intensa actividad, nunca dejó el estudio de diversas disciplinas jurídicas. Le robó tiempo al descanso y a la familia para escribir y compartir reflexiones y experiencias en publicaciones especializadas y de divulgación.
Podemos encontrar parte de su obra en la Revista Mexicana de Justicia, de la PGR, en Intercriminis, edición regular del Instituto Nacional de Ciencias Penales, y recientemente en publicaciones del Instituto Tecnológico Autónomo de México.
También podemos leer sus reflexiones en múltiples entrevistas concedidas a diversos medios de comunicación, escritos y electrónicos.
Su tema favorito fue el de la delincuencia organizada, una vez que percibió con toda claridad la amenaza que ésta representa para México y la necesidad ineludible de combatirla con las armas de la legalidad.
Muy pocos en México y en el mundo han tenido la vocación y la oportunidad de unir la teoría académica y la praxis ministerial en un tema tan complejo como la delincuencia organizada, y son menos aún quienes han tenido la oportunidad de participar con ese bagaje en la construcción de políticas públicas.
Con singular valentía y carácter, José Luis Santiago Vasconcelos miró al mal de nuestro tiempo a los ojos, lo conoció a fondo, trabajó para establecer un marco legal adecuado para combatirlo y se dedicó a ello, no sólo en México, también en los foros y la cooperación internacionales.
Como representante del Ministerio Público enfrentó a la delincuencia organizada en el interrogatorio y el careo directo con miembros de las bandas criminales, y con esta experiencia diseñó y aplicó estrategias jurídicas para la debida integración de averiguaciones previas.
Siguió de cerca los procesos penales para asegurarse de que condujeran a la condena de los culpables, a los que supo vencer en los juicios penales y escuchó con satisfacción cuando el trabajo se materializaba en sentencias condenatorias de los jueces. Cuando no fue así, no dudaba en recurrir las sentencias o hacer saber públicamente su inconformidad.
Su satisfacción no provenía de odio o resentimientos contra las personas, sino de que las sentencias reconocieran y constataran el apego del Fiscal al Derecho, como representante de la sociedad.
Uno de sus temas favoritos de conversación fue la dignificación del Ministerio Público como representante social a través de la reforma del sistema de justicia penal, la más importante de la última centuria. Deseaba hacer del Ministerio Público un buscador de la verdad fáctica y jurídica, y que dejara de ser simplemente el aportador de pruebas para condenar a quienes han sido sometidos a formal prisión.
El tema de políticas públicas no le era ajeno y complementaba su conocimiento en temas de la delincuencia organizada. José Luis participó activamente en los procesos de reconversión institucional de la PGR, en las reformas al Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría de 1997 y 2003, y como Subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, último cargo que tuvo en la PGR, encabezó buena parte de los trabajos del proyecto que próximamente someteremos a consideración del Congreso.
Como lo señaló en sus últimas pláticas y entrevistas a los medios de comunicación, el reto fundamental en el delicado proceso de traducir la reforma constitucional a las leyes secundarias y reglamentos es mantener un equilibrio entre los derechos humanos y las garantías procesales con el diseño de herramientas eficaces para combatir a la delincuencia.
Le preocupaban también las definiciones de competencia y jurisdiccionales en la prevención, investigación y sanción de los delitos, las asimetrías jurídicas y presupuestales entre los estados y la Federación para materializar la reforma, el peso de los medios de comunicación y la reserva obligada de las investigaciones frente a la transparencia de la información.
En razón de ello, José Luis Santiago Vasconcelos, el fiel representante social que era como Ministerio Público de la Federación, transitaba al siempre complejo mundo del diseño de políticas públicas; el Fiscal se mutaba en el estadista; el servidor público del Poder Ejecutivo trabajaba con toda enjundia en la construcción del México que anhelamos todos.
En su nueva función sentó bases que serán útiles para la implementación de la reforma constitucional. La planeación de temas jurídicos se tradujo en propuestas de nuevas leyes y reformas a otras, que hoy están a consideración del Poder Legislativo. En la Secretaría de gobernación y en la Procuraduría General de la República la estrategia de implementación de la reforma judicial y de seguridad tenía ya un primer esbozo de presupuesto.
Cuando sufrimos su lamentable y triste pérdida, venía de trabajar aspectos de la reforma en San Luis Potosí. Trabajaría con el Secretario de Gobernación los aspectos presupuestales de la misma y le esperábamos en las instalaciones de Bucareli para una reunión de trabajo con legisladores de varios partidos políticos, precisamente sobre la modificación de normas secundarias del sistema jurídico penal.
No dejaremos nunca de lamentar esta pérdida, que es de su familia, del mundo del Derecho, del gobierno de México y del país en su conjunto.
Tampoco olvidaremos su ejemplo, su pasión por la vida y por México, su inspiración en la construcción de un mejor futuro para nuestros hijos, su calidad humana y profesional.
"Cuando la muerte se precipita sobre el hombre –escribió Platón–, la parte mortal se extingue, pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo."
Descanse en paz, José Luis Santiago Vasconcelos.
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