24 feb 2009

Día de la bandera

Luego de sostener que el crimen se implantó al amparo de la impunidad y complicidad, el Presidente Calderón aseguró que la República ha tomado la decisión de poner "punto final" al desafío de la violencia.
El Jefe del Ejecutivo encabezó esta mañana, en el Zócalo capitalino, la ceremonia conmemorativa del Día de la Bandera; lo acompañaron integrantes de su gabinete y representantes de los Poderes Legislativo -Presidentes de ambas Cámaras-, y el Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dijo:
"México se ha construido sobre la sangre y la dedicación de todos sus buenos hijos, quienes sacrificaron incluso su vida y dieron todo por una Patria libre y soberana para los mexicanos de hoy y de mañana, para nosotros herederos de ellos y para los que vengan detrás de nosotros.
Como lo señalara Andrés Henestrosa: hemos padecido agresiones, invasiones, intervenciones y siempre cuando algunos retrocedían y aceptaban como irremediable el avance de los poderosos, otros han surgido y tomado como suya la defensa de la tierra y de su historia. Y estos patriotas, a los que hacía referencia Henestrosa, mantuvieron en alto nuestra Bandera que los motivaba a la valentía y al arrojo, que los impulsaba a las mayores virtudes y a las más grandes ofrendas por amor a nuestro país.
En nuestra Enseña Nacional se concretan la historia y los anhelos de libertad del pueblo de México. En nuestra Bandera está también el presente, porque el color blanco representa la unidad y también la paz que hemos conquistado los mexicanos que preservamos en la pluralidad y en la democracia; una unidad y una paz que queremos preservar y acrecentar.
Y es precisamente este marco de unidad y de paz el que hoy nos permite debatir, discrepar y también arribar a acuerdos importantes para el país.
Es este marco de unidad y de paz del presente el que promueve y garantiza la libre expresión de las ideas, sin restricción alguna, y la libertad de culto.
Es este marco de unidad y de paz el que permite que cada mexicana o cada mexicano pueda salir adelante a partir del fruto de su propio esfuerzo y buscar la legítima aspiración de todo ser humano, que puede ser el formar una familia, el desempeñar su propia vocación, el realizarse y el buscar ser feliz.
Estoy convencido de que hay generaciones a las que corresponde conquistar la libertad, que es quizá la tarea más ardua. Esa fue la generación luminosa de Hidalgo, de Morelos, de Allende, de Guerrero.
Pero hay también generaciones a las que les toca combatir con ahínco preservar esa libertad. Y están ahí la generación patriótica de Juárez o la de Madero.
A nosotros, mexicanas y mexicanos de hoy, la generación del Bicentenario de la Independencia nos corresponde también defender esa libertad, nos corresponde portar con valor, con patriotismo nuestra Enseña Nacional y todo lo que ella representa para preservar los derechos de todos los mexicanos.
Hoy como ayer la Bandera es el símbolo que cubre a todos los hijos de esta tierra y nos arenga para hacer frente a los desafíos que ayer, como hoy o como mañana, se presentan a una Nación tan grande y poderosa como lo es México.
Uno de ellos, el de la inseguridad y la violencia generada por el crimen, que implantado en la vida nacional, al amparo de un largo tiempo de impunidad e incluso de complicidad, acecha a través de la violencia o la esclavitud de las adicciones a las familias mexicanas.
En este desafío la República y su Gobierno han tomado la determinación de poner punto final a esas acciones criminales, hacerles frente y fortalecer la autoridad del Estado, particularmente en aquellas entidades más asoladas por la acción de la criminalidad.
Y aquí, como en tantos desafíos de los mexicanos, la Enseña Nacional debe ser el vínculo que una a todos en esta lucha.
Que la Bandera Nacional y su lienzo cubra el espíritu de los soldados, de los policías, de los marinos, que incansablemente están luchando por defender a los mexicanos.
Que los colores nacionales iluminen a todos los que en el servicio público, por vocación y convicción propia buscamos servir a la Nación en esta época que nos ha correspondido el privilegio de servir.
Que la Bandera Nacional pueda alentar a cada mexicana y a cada mexicano, desde su responsabilidad y su trinchera, a alcanzar los anhelos y los ideales que como Nación nos hemos propuesto.
La Bandera Nacional también nos aglutina para hacer frente a la adversidad esta vez económica, derivada de una situación financiera internacional, sin precedentes en la historia moderna.
Una situación que representa una amenaza a la prosperidad y al nivel de vida de los mexicanos, y ante esos desafíos, mexicanas y mexicanos, debemos mantenernos unidos y conservar nuestra capacidad de acuerdo, entendimiento y cooperación.
Debemos mantenernos unidos con firmeza, con plena determinación, sin arredrarnos ante las dificultades y antes bien, cada vez más decididos a superarlas con la unidad de la sociedad mexicana.
Sé que de esta manera cualquier reto puede ser superado y sé que con esa unidad y fortaleza de los mexicanos, nuestra Bandera ondeará y ondeará siempre sobre un México libre y de progreso.
“Nuestra generación está llamada a lograr que México se convierta en ese gran país que está destinado a ser por su historia y por el esfuerzo de su gente; una Nación más justa, un país que ha superado la pobreza, un México donde todos los niños y los jóvenes pueden tener acceso a educación de calidad que les permita labrar su futuro, un México donde nadie padezca la marginación, la carencia de servicios de salud, la carencia de servicios públicos elementales.
Sobre todo, un país de leyes, un país marcado por el derecho y el respeto al derecho de cada quien, en el que las familias puedan convivir tranquilamente en sus calles, en sus barrios, en sus ciudades, en sus pueblos.”

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