19 may 2010

Crónca, el secuestro del "Jefe"

Lo esperaban dentro de su finca
Crónica: El viernes de Diego
Por Abel Barajas y Fernando Paniagua
Reforma,
QUERÉTARO.- Diego Fernández de Cevallos se resistió a la primer persona que lo sujetó por la espalda, cuando acababa de guardarse las llaves de su camioneta Cadillac Escalade EXT (Pick Up), color arena.
Eran, aproximadamente, las 22:50 horas. Regresaba a su finca "La Cabaña", en Pedro Escobedo, después de un día de convivencia con amigos, revisión de asuntos domésticos en sus fincas y el cobro de 100 mil pesos por una diligencia desconocida.
La vereda de ingreso a "La Cabaña" es "boca de lobo" por la noche. Diego entró con su camioneta por el único acceso sin puerta, apagó el carro, bajó, y apenas cerró la puerta cuando una persona lo atacó por la espalda. El político se resistió. Forcejeó. Volaron sus tijeras para estilizar su barba, un peine y una pluma que traía en el bolsillo de su camisa café clara.
No tuvo tiempo de desenfundar la pistola Pietro Beretta calibre .380 que cargaba asida a su cinturón.
Las diligencias ministeriales de la indagatoria SC/31/2010 incluyen esta reconstrucción y algunos de los declarantes, consultados por REFORMA, así lo corroboraron. Conforme las pesquisas, el vehículo no tiene un solo disparo y en su carrocería no fue hallado ningún rastro dactilar ni del ex candidato presidencial ni de los sospechosos.
Tras el forcejeo en el que luego intervinieron otros individuos hasta someterlo, Diego fue llevado por algunos metros hacia el exterior de la finca.
En el tepetate arenoso de la zona de entrada había marcadas tres o cuatro huellas que todavía se alcanzaron a distinguir por los peritos, de los mocasines charros del ex senador y huellas del pie descalzo de uno de sus captores. La autoridad estableció que calza del 7 y medio.
"También había un chorrito de sangre que cuando lo vimos pensamos que no eran ni 200 mililitros, y un metro adelante de la camioneta estaba un botón de la camisa del licenciado Diego, pero a esa distancia es donde se pierden sus huellas en el suelo; eso hace suponer que desde allí lo cargaron y se lo llevaron.
"Le apagaron en ese momento el celular y el radio Nextel, que trae GPS, pero en un caso como éste, la PGR sólo puede detectar el último punto geográfico donde estuvo encendido el aparato", relató una de las personas conocedoras del caso.
Entre las autoridades que ayer pudo consultar este diario, existe la presunción fundada de que los sujetos que privaron de la libertad al ex senador tomaron una brecha hacia una terracería que los condujo a un camino vecinal, desde donde fácilmente podrían haberse dirigido a Hidalgo, vía Tequisquiapan.
El viernes 14 de mayo Diego Fernández de Cevallos vestía pantalón caqui, camisa café clara y una chamarra imitación piel del mismo tono, con mocasines charros del mismo color y un reloj de oro blanco.
Ese día había empezado como otros tantos viernes.
Un almuerzo en su rancho, un recorrido para supervisar sus borregos y las 60 vacas que Fernando de la Mora le regaló para hacerse ganadero, según contó un trabajador de la ex hacienda La Barranca, municipio de Jerécuaro, Guanajuato.
Diego había llegado a las 11:00 horas a la ex hacienda. Al mediodía almorzó con Carlos Loyola Vera, hermano del ex gobernador queretano Ignacio Loyola; Luis Carrera, su amigo, y Diego y David Fernández Gutiérrez, hijos del militante panista.
Durante la comida, tomaron vino. Unas tres botellas de tinto entre todos los comensales. La plática fue amable y divertida. Después de departir sin interrupciones, porque en esta zona no hay señal de celular, el panista invitó a uno de sus convidados a supervisar un pozo de la ex hacienda. Ya era de noche, refieren quienes han tenido acceso a las diligencias.
Momentos antes había recibido a una persona que le adeudaba 100 mil pesos. La persona no ha sido identificada. Diego recibió el dinero, que estaba en un fajo de billetes, y lo colocó en una bolsa trasera del pantalón.
A las 22:00 horas del viernes, Diego abandonó su finca La Barranca, en su Cadillac Escalade EXT (Pick Up), color arena y cuatro puertas, rumbo a Querétaro, acompañado de un amigo, a quien 30 minutos después dejó en el Italian Coffee del Centro Cívico de la capital.
Según las investigaciones, el ex candidato tomó la Avenida Paseo Centro Sur, rumbo a la Autopista México-Querétaro, a la que se incorporó adelante de la terminal de autobuses.
Recorrió 34 kilómetros hasta la cabecera municipal de Pedro Escobedo y luego otros 5 kilómetros por un camino vecinal que él mismo ayudó a pavimentar, hasta la finca de su propiedad "La Cabaña", a la que arribó a las 22:50 horas.
Diego entró por el único acceso sin puerta de este inmueble, rodeó la propiedad y metió en reversa la Escalade en un estacionamiento techado, ubicado en el costado sur de la casa.
Según declaraciones rendidas, el velador fue el único que se percató de su llegada, ya que observó el brillo de la camioneta. En su declaración, dijo que fue a cenar luego de confirmar que Diego había llegado.
El ex senador bajó de su camioneta, cerró la puerta, activó la alarma y se guardó la llave. Es en ese momento cuando presumen que una persona lo sujetó por la espalda y junto con otros lo sometieron.
El sábado 15 de mayo a las 7:00 horas llegó a la finca un mozo. Cuando procedió a lavar la camioneta de Diego, observó en el suelo la pluma, el peine, las tijeras y rastros de sangre, por lo que dio aviso al velador.
El vigilante avisó a otro empleado que buscara a Diego.
El empleado fue al cuarto de Diego y descubrió que no estaba. Posteriormente avisaron a los administradores de la finca y en minutos ya estaban ellos, con los hijos de Diego y otros amigos.
El primero en ser avisado en la Ciudad de México fue Antonio Lozano Gracia, ex Procurador General de la República, amigo y colaborador de Diego.
El Alcalde de Querétaro, el panista Francisco Domínguez, quien es amigo de la familia, llegó a la finca de inmediato.
Posteriormente, al filo de las 10:00 horas, investigadores de la Procuraduría estatal de Querétaro arribaron a la finca e iniciaron las investigaciones.
Ese sábado Diego ya no llegó a la fiesta de cumpleaños de Yadira Carrillo, pareja sentimental de su amigo, el abogado Juan Collado.
La ruta de la desaparición
Antes de ser plagiado, Diego Fernández de Cevallos convivió con amigos y familiares.
Viernes 14 de mayo
11:00 horas. Se encuentra en su rancho La Barranca, en Jerécuaro, Guanajuato.
22:00 Sale de La Barranca rumbo a la capital de Querétaro, acompañado de una persona.
22:30. Deja a su acompañante en Italian Coffee, del Centro Cívico.
22:50. Arriba a la Finca La Cabaña, lugar de donde desaparece.
Sábado 15
7:00 horas. Un mozo llega a lavar la camioneta y ve una pluma, un peine y unas tijeras en el suelo.
7:05. El empleado avisa al velador.
7:30. Los empleados confirman que Diego no está en su cuarto.
7:45. Reportan los hechos al administrador de "La Cabaña".
9:30. Arriban autoridades de la PGR y de la PGJE.
- La PGR y la PGJE realizan pruebas de criminalística, fotografía forense, dactiloscopía, química y genética, en la Finca La Cabaña.


19 mayo 2010).- Enviado y Corresponsal

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