6 oct 2010

Corea del sur

Lady Macbeth de Pyongyang/Por Yuriko Koike, ex ministra de Defensa y asesora de Seguridad Nacional de Japón; presidenta del consejo ejecutivo del Partido Liberal Democrático Traducción: Carlos Manzano

LA VANGUARDIA, 06/10/10):

Todo parece indicar que el régimen comunista de Corea del Norte está haciendo su segunda transmisión dinástica del poder, esta vez de Kim Jong Il, que ha gobernado desde 1994, a su hijo menor, Kim Jong Un. La asamblea general del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, celebrada por primera vez en 44 años, es la señal más clara hasta ahora de que el Amado Líder Kim, que está gravemente enfermo, va a pasar la corona en el cenobítico reino fundado por su padre, Kim Il Sung.
Una razón por la que se está produciendo una sucesión dinástica es la de que Kim Il Sung creó una ideología nacional, Juche,que mezcla el comunismo y la autarquía con una gran dosis de valores confucianos. El confucianismo exalta un vínculo idealizado entre padre e hijo como modelo de las relaciones humanas, incluida la del gobernante con los gobernados. Por eso, así como el deber absoluto de un confuciano es venerar a su padre, así también el deber absoluto de un súbdito confuciano es el de venerar al gobernante.
Además, Kim Jong Il, como su padre, ha nombrado constantemente a miembros de su familia para cargos de poder.
De hecho, Kim Jong Un, el tercer hijo de Kim Jong Il y su difunta consorte Ko Young Hee, fue propuesto como sucesor de su padre hace casi un año.
Los propagandistas norcoreanos proclaman Joven GeneralaKimJong Un, pero no está claro que vaya a ejercer la misma autoridad absolutista que su padre. No sólo es joven e inexperto, sino que, además, su tía, Kim Kyong Hui, hermana de Kim Jong Il y esposa de la segunda figura de la jerarquía de Corea del Norte, Chang Song Taek, puede mostrarse reacia a que el poder se le vaya de las manos.
Aunque raras veces se la ve o se la oye, Kim Kyong Hui, nacida el 30 de mayo de 1946, hija de Kim Il Sung y su primera mujer, Kim Jong Suk, ha ocupado diversos cargos importantes en el Partido de los Trabajadores, incluido el de subdirectora del Departamento Internacional y directora del Departamento de Industria Ligera. Pasó a ser miembro del todopoderoso Comité Central en 1988 y sigue ocupando ese puesto actualmente.
La madre de Kim Kyong Hui murió cuando esta tenía cuatro años. Después de que su padre, Kim Il Sung, volviera a casarse, estuvo a cargo de diversos sustitutos de la familia. Se dice que sufrió mucho al observar la relación entre su padre y su madrastra y el afecto de estos a sus hermanastros y desarrolló una personalidad feroz. De hecho, parece ser que Kim Jong Il dijo: “Cuando mi hermana se pone furiosa, nadie puede detenerla. Ni siquiera yo puedo hacer nada”.
Cuando Kim Jong Il empezó a vivir con su segunda esposa, Kim Kyong Hui intentó crear problemas, movida por un impulso de rivalidad. Después de casarse con Chang Song Taek, empezó a llevar algo así como una vida hedonista, pero vigilaba detenidamente la conducta de su marido y era presa de ataques de rabia celosa ante la menor señal de infidelidad.
Kim Jong Il ha descrito a su hermana como “mi única familiar consanguínea de la que mi madre me pidió que cuidara hasta el momento de su muerte”. Se dice que la madre de los dos, Kim Jong Suk, murió de una hemorragia al dar a luz prematuramente a consecuencia de su angustia por la relación amorosa de Kim Il Sung con Kim Song Ae. Según cuentan, Kim Il Sung corrió al hospital, pero la puerta de su habitación estaba cerrada. Cuando murió, su médico y Kim Jong Il fueron las únicas personas presentes.
Pero Chan Giryok, que fue médico de cabecera de Kim Jong Suk y ahora es doctor en la Universidad Nagoya del Japón, cuenta una historia diferente. Según Chan, Kim Jong Suk estaba en el hogar de Kim Il Sung en Pyongyang, cerca de la embajada soviética, discutiendo con él. Desde lejos, el médico vio que Kim Il Sung empuñaba una pistola. El médico, que era cirujano, no obstetra, consideró un error que lo hubieran llamado a él para tratar un sangrado excesivo a consecuencia de un parto prematuro. Cree que fue convocado para que tratara una hemorragia debida a otra causa.
Kim Jong Il, que, según se sabe, tenía mucho cariño a su madre, hubo de verse por fuerza psicológicamente afectado al presenciar el asesinato de su madre. Desde el momento de la muerte de su madre, mantuvo a su joven hermana siempre cerca de él en todo momento.
De hecho, en un país en el que raras veces existe la confianza, Kim Kyong Hui es la única familiar consanguínea en la que Kim Jong Il ha tenido total confianza. Además, los dos comparten el mismo linaje que el Gran Dirigente,o Suryong, emparentado con Kim Jong Suk por parte de madre y están enteramente entregados a la causa de la supremacía absoluta de los Suryong y la sucesión hereditaria.
Al dirigirse al Comité Central después de la muerte de Kim Il Sung, Kim Jong Il dijo: “Kim Kyong Hui es yo mismo, las palabras de Kim Kyong Hui son palabras mías y las órdenes dadas por Kim Kyong Hui son órdenes mías”.
Corroboran el intento por parte de Kim Kyong Hui de ejercer el poder después del fallecimiento de su hermano los rumores de que contribuyó a preparar un accidente de tráfico en el que el pasado mes de junio murió Ri Je Gag, funcionario superior del Partido y considerado tutor de Kim Jong Un, que, según dicen, intentó desbancar del poder a Kim Kyong Hui y a sus estrechos aliados. Sean ciertos o no, dichos rumores indican la magnitud de la influencia de esta última.
De hecho, cada vez se afianza más la idea de que Kim Jong Il podría designar, en cualquier momento, a Kim Kyong Hui para que, después de su muerte, se haga cargo del sucesor de tercera generación, pero Kim Kyong Hui puede tener otros planes, como, por ejemplo, el de llegar a ser la sucesora del propio Kim Jong Il.
La amenaza de Corea del Norte ha sido siempre la de que podría iniciar otra guerra, ya fuera por error de cálculo o a propósito, pero, aun cuando el Joven Generalo su tía no resulten ser unos megalómanos trastornados, la transición que se perfila inicia una nueva época de incertidumbre, en particular dadas las penalidades económicas de Corea del Norte.
Tanto si Kim Jong Un o Kim Kyong Hui se proponen seguir adelante en un aislamiento desesperado o imprimir un cambio económico, carecen de las credenciales revolucionarias y del control del poder necesario para ello. De modo que, cuando Kim Jong Il salga del escenario y la inestabilidad política se sume al desastre económico, el régimen podría desmoronarse.
El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak ha empezado a prepararse prudentemente para esa posibilidad al proponer un “impuesto especial para la unificación”, que contribuiría a sufragar los costos de la posible desintegración de la dinastía Kim.
Japón y el resto de Asia deben prepararse también para ese momento

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