Frank Sinatra

Sinatra, o la capacidad de autoredimirse.

 Escrito por Xavier González Fisher on feb 25th, 2007, y tomado de http://www.cineforever.com/2007/02/25/25-sinatra-o-la-capacidad-de-autoredimirse/

Que viva Usted cien años y que la última voz que escuche, sea la mía. . .
Francis Albert Sinatra (1915 – 1998)

1. – SURGE LA VOZ.- Corre el año de 1937 y Dolly, esposa de un bombero y boxeador de nombre Martin Sinatra, aprovecha las relaciones adquiridas en el ejercicio de su profesión de enfermera – abortista, dicen algunos biógrafos -, para obtener la plaza de cantante del Rustic Cabin, – un centro nocturno popular en Jersey City – para su hijo único llamado Francis, quien unos años antes había ganado un concurso de

aficionados y se había integrado a un cuarteto que amenizaba reuniones sociales de poca trascendencia. Así su consentido Frankie podría ver colmadas las ambiciones que empezó a desarrollar en 1933, cuando tuvo la oportunidad de ver actuar a Bing Crosby. Utilizadas las influencias, el hijo de Dolly y de Martin obtiene el empleo y se anuncia como Frankie Trent, seudónimo que por sí solo, jamás trascendería.

No deja de aparecer en la radio y ello le abrirá las puertas a una carrera de mayor proyección, pues Harry James, el extraordinario trompetista, le contrata por sesenta y cinco dólares a la semana para servir de crooner – cantante que susurraba la letra de las canciones como fondo de la ejecución de la orquesta – en su banda. El escenario natural de este tipo de agrupaciones musicales eran los grandes salones de baile, en los que la juventud estadounidense de la época encontraba esparcimiento. Es el año de 1939, poco antes había terminado la Primera Gran Guerra y ya se gestaba una segunda, en la que algún Presidente americano había jurado, que sus conciudadanos no participarían. El tiempo diría lo contrario.Frank Sinatra – ya no era Frankie Trent -, graba en ese año su primer disco sencillo, All or Nothing at All – Todo o Nada -, sin trascender y en los albores de 1940, decide aceptar la oferta del trombonista Tommy Dorsey, cuya orquesta tenía fama en esas fechas, de ser un excelente escaparate para los cantantes. Para la mayoría de sus críticos, su asociación con Dorsey fue definitoria en la carrera del cantante. Delilah Jones nos lo expresa así:
. . . Tommy Dorsey, un trombonista con un sorprendente control de su respiración, tendría un profundo efecto en el joven Sinatra. Cantante influenciado por el jazz, con una nueva forma de frasear libre y natural, quedó impresionado por el control físico de Dorsey y desde el primer día, se propuso imitar al trombón del director de la banda con su voz. Pero Sinatra ya era muy parecido a su ídolo en ese sentido. Ambos tenían un sentido instintivo del tiempo – tiempo natural le llaman los músicos -, un sentido perfecto para la música. Además, Sinatra poseía una rica tesitura de barítono – una excepción a la norma del momento – que favorecía a las voces masculinas que en su caso, debían tener la habilidad de mezclarse, de expresar poco y de dejar que los instrumentos de la banda fueran los que hablaran. Todos querían cantar como Bing Crosby excepto Frank, que solamente envidiaba la fama de aquél. Sinatra se convirtió en una estrella al cantar con la Orquesta de Tommy Dorsey. (Sentimental Journey, Songs of the World War II Era.- Friedman/Fairfax Publishers.- Nueva York, 1994, Pág. 43).
Aunque encubierto por la naturaleza de su ocupación, la personalidad del cantante y su habilidad innata, quizás adquirida genéticamente, le permitieron sobresalir e intentar la búsqueda de una posición como la de su admirado Bing Crosby, cuya impecable imagen, vistiendo cardigans o trajes de gala, era la preferida por las juventudes norteamericanas de la década de los cuarenta. Sinatra escribiría en Life, en 1962: No pretendía ser una mala copia de Crosby. Por ello me concentré en la escuela italiana del bel canto. Esto era más difícil que el estilo de Crosby, mucho mas difícil. . .
Así, en 1942 iniciará otra etapa de su carrera musical, debuta como solista y graba tres sencillos Just as Though You Were Here – Como si estuvieras aquí -, Daybreak – Amanecer – y Those are Such Things – Así son esas cosas -, pero su ascensión al estrellato se daría al año siguiente, con la regrabación de All or Nothing at All, cuya primera versión como crooner de Harry James no tuvo el éxito esperado. Es este el tiempo en el que se le comienza a llamar La Voz.
La imagen de Sinatra en ese tiempo ya era la antípoda de la de Bing Crosby. Usaba traje de calle, frecuentemente arrugado y con el saco colgado al hombro, la corbata desabrochada y el sombrero de Panamá ladeado, un cigarrillo en la comisura de la boca y siempre con un vaso de bourbon en la mano. Eso le daba un toque de vulgaridad que le permitió ser aceptado por hombres y mujeres, le permitió acercarse a la clase trabajadora, a aquellos que laboraban de nueve a cinco y que al salir del trabajo, se metían a bar de la esquina a tomar una o dos cervezas y a dejar atrás las tensiones de un día de trabajo o al ama de casa, a la novia del trabajador, la que podía tener compañía masculina, siempre que esta fuera solamente la voz de Sinatra. Puede afirmarse, que La Voz sacó la música popular de su tiempo de los salones de baile de los pudientes y la llevo al pueblo, al proletariado.
Este es el primer signo de la autenticidad de Sinatra, pues no adoptó una imagen conveniente para mantenerse en un mercado que económicamente era poderoso, ese sería suyo después. Prefirió acercarse a quienes tenían su mismo origen y brindarles entretenimiento, así – calculado o no -, la química entre el cantante y su auditorio mayoritario sería inmediata. Después de todo, esa clase trabajadora sobrevivió la pobreza y dos guerras mundiales, educó a sus hijos y les dio una mejor vida. Frank era uno de ellos, por eso es indudable que él fue el héroe original de esa clase trabajadora. En palabras de Peter Hamill: Nunca se debe olvidar que los admiradores que adquirían los discos de Mick Jagger, lo hacían con las mesadas que les daban sus padres; la gente de Sinatra los compraba con sus salarios.
2. – CUESTA ABAJO, CUESTA ARRIBA.- Al final de la década de los cuarenta, su imagen se deterioró. Fue eximido del servicio militar y por ende, de asistir a la Segunda Gran Guerra por tener un tímpano perforado, pero se comenzó a rumorar con insistencia que algunos de sus paisanos mafiosi, le habían conseguido el pretexto necesario para cumplir con su patria. Por otra parte, sus desavenencias con su esposa Nancy Barbato eran un escándalo del dominio público. El matrimonio acabaría en el divorcio, algo impensable en una pareja de rancia raigambre católica. A esto se debe sumar la evidente afición de Frank por el alcohol y quizás por la heroína, además de la que tenía por ir detrás de Ava Gardner, rutilante estrella de Hollywood y a mi juicio, una de las mujeres más bellas que hayan pisado un foro cinematográfico.
Estas licencias no podían tolerarse ni a Frank Sinatra. Por un lado, violentó la tradición religiosa de su familia y de su pueblo, por otro el Senador Joseph R. McCarthy iniciaba una cacería de brujas en contra de supuestos comunistas y por su parte, Edgar J. Hoover utilizaba al F.B.I. para combatir – a su personalísima manera – el crimen organizado. Era la suma de la intolerancia y La Voz sería víctima de ella. Así, se usaron en su contra fotografías e informaciones que lo exhibían divirtiéndose en La Habana al lado de Lucky Luciano, para presentarlo como uno mas de los mafiosos que Lucky comandaba y se le acusaba de ser hereje por dejar a su esposa legítima y a sus tres pequeños hijos, para casarse casi al tiempo de que obtuvo el divorcio de Nancy, con la Gardner, una mujer a la que él deseaba mas de lo que ella lo quería. Frank Sinatra se estaba diluyendo, desapareciendo del firmamento artístico, pues en 1952 su casa disquera, la Columbia Records le rescindió el contrato que tenían celebrado y en una gala a beneficio del Cuerpo de Bomberos de su pueblo, Hoboken, N.J., sería abucheado y expulsado del salón en el que actuaba. Eso jamás se lo perdonaría a sus coterráneos, ni a su pueblo, al que se refería como una alcantarilla.
Su vertiginosa caída sería sin embargo, el acicate que le llevaría de nuevo a la cima. En el mismo 1952 se anunció que la Columbia Pictures había adquirido los derechos para llevar al celuloide la novela From Here to Eternity – De Aquí a la Eternidad – y conociendo Sinatra el contenido de la obra, intentó convencer al Director de la productora, Harry Cohn, de que le diera el papel de un soldado, hijo de inmigrantes italianos. La respuesta de Cohn fue una caterva de improperios, seguida de una terminante negativa. Se dice que sus amigos mafiosi le ayudaron a lograrlo, aunque la versión oficial es que Ava Gardner, todavía su esposa, fue la que tiró de los hilos adecuados para que La Voz fuera el que interpretara a Maggio, personaje que de acuerdo con quienes conocieron a Frank, no era muy diferente al propio cantante, tanto así, que se afirma también, que Sinatra no tuvo ni siquiera que actuar, que le bastó ser él mismo en la película, para cumplir con su cometido.
Al final de la película, el bravucón y pendenciero Maggio es muerto a golpes por sus compañeros de regimiento y en cada golpe, la sociedad norteamericana descargó su ira y su decepción por la conducta de quien rompió las reglas de una sociedad convenencieramente moralista. En el guión, Maggio recibió su merecido castigo y con su muerte, Frank Sinatra estaba siendo redimido, tan lo estuvo, que ganó el Oscar al mejor actor de reparto masculino y de nuevo el favor de su gente y eso, sin cantar una sola nota.
En 1954 rompe con Ava Gardner y operado de unos pólipos en la garganta, retorna a los estudios de grabación. Con el sello Capitol, obtiene grandes éxitos con discos como Songs for Young Lovers – Canciones para amantes jóvenes -, In the Wee Small Hours – Las pequeñas horas – y Come and Fly With Me – Ven a volar conmigo -, los que le reinstalan en el sitio de La Voz.
De nuevo sin cantar, en 1955 filma The Man with the Golden Arm – El hombre del brazo de oro -, en la que al lado de Kim Novak, presenta a la perfección los horrores de la vida – si es que eso es vida -, de un adicto a la heroína y el esfuerzo que este hace por apartarse de la dependencia del opiáceo. De nuevo flota en el ambiente la sensación de que fue un papel fácil para Sinatra, dada la creencia de que era adicto a esa droga. El desenlace es el clásico happy end de las películas de la época y una nueva redención del ídolo. Su interpretación del baterista Frankie Machine le redundará una nueva nominación a un Oscar, pero en esta oportunidad no lo obtendría, aunque consolidaría su posición en el show business y ante su propia sociedad.
3. – GENIO Y FIGURA.- La década de los sesenta le verá de nuevo en el ojo del huracán. Ahora era su asociación con Sam Giancana la que le traería problemas, tantos, que se vio obligado a comparecer ante un comité senatorial que investigaba el crimen organizado. Es por esta época en la que se reúne con Dean Martin y Sammy Davis Jr., llevando de patiños al comediante Joey Bishop y el actor Peter Lawford – mas conocido por su parentesco político con los Kennedy que por su talento histriónico – para montar un espectáculo en Las Vegas. El conjunto fue conocido como The Rat Pack – La jauría de ratas -, en clara alusión a la fraternidad que mantenía La Voz con ítalo americanos poco recomendables. Por esas fechas, la Comisión del Juego del Estado de Nevada le obligaría a deshacerse de sus inversiones en casinos y hoteles de Las Vegas y Lake Tahoe, por considerarle un empresario de pocos escrúpulos. En 1966, tiempo en el que el rock and roll ocupaba el proscenio del escenario musical norteamericano, logra meter al primer lugar de popularidad dos temas, Something Stupid – Algo tonto -, cantando a dueto con su hija Nancy y poco después en solitario, triunfa con Strangers in the Night – Extraños en la noche -.
Al final de esa década, Sinatra requería un relanzamiento. Dos primeros lugares a la mitad de ella no le podían mantener mas que como un cantante del recuerdo. Se refiere que estando en Las Vegas, el cantante y compositor canadiense Paul Anka le propuso escuchar un tema que recién había compuesto. Era nada menos que My Way - A mi manera -, composición que según unos, fue identificada por Sinatra como el resumen de su vida y según otros, se afirma que no le agradó, pero por habérsele ofrecido grabarla como estreno, la aceptó a regañadientes. Sea como fuere, el resultado es que al final de 1969, My Way es la divisa de La Voz y lo sería hasta el último día de su ajetreada existencia.
4. – UN ADIOS MOMENTANEO.- En 1971 Frank Sinatra anuncia su retiro de los escenarios. Decide que ya es suficiente y se dedica a jugar golf, deporte que gusta de practicar con el defenestrado Vicepresidente de los Estados Unidos, Spiro T. Agnew, pero para Sinatra no sería tan fácil el mantenerse mucho tiempo sin estar delante de una audiencia y así, dos años después, reaparece en un espectáculo presentado en el Madison Square Garden de Nueva York. El tema central del evento, lo fue el estreno de la canción Let me Try Again – Déjenme intentarlo de nuevo -, pieza cuyas primeras estrofas dicen:

Yo sé que dije que me iba,
pero simplemente, no pude decir adiós,
Sé que les causo decepción
al irme lejos de quienes son todo para mi.
He aprendido la lección
y estoy aquí para quedarme,
déjenme intentarlo de nuevo,
recuerden lo que tuvimos ayer,
déjenme intentarlo una vez mas . . .

Así justificó La Voz su retorno. En 1980 graba New York, New York, tema de la película del mismo título, estelarizada por Robert de Niro y Liza Minelli y cuya primera interpretación corrió a cargo de esta última. Sin embargo, el fraseo de Sinatra y su acento neoyorquino le dieron una dimensión diferente a esta obra de Ebb y Kander, hasta convertirla en el himno extraoficial de la Urbe de Hierro. En 1984 graba un compendio de su carrera en el álbum triple Trilogy – Trilogía – y en 1988 hará una segunda parte de The Rat Pack en escenarios de Las Vegas, además de ser La Voz en la película de dibujos animados Who Framed Roger Rabbit? – ¿Quién engañó a Roger Rabbit? -.
La presente década le verá producir los compactos Duets y Duets II, en los que reinterpreta sus más grandes éxitos al lado de cantantes como el vocalista de U-2 Bono, Luther Vandross, Julio Iglesias, Willie Nelson y el mexicano Luis Miguel. Al tiempo intensifica sus conciertos de beneficencia y se observa ya la decadencia que en La Voz han producido los años. En 1995 se inicia un peregrinar por sanatorios y hospitales. Al fin de cuentas, sus muy bien vividas ocho décadas le estaban pasando la factura. Ingresó por última vez en el Cedars Sinaí Hospital el 14 de marzo de 1998, siendo declarado legalmente muerto a las 22:50 horas de esa fecha.
5. – BALANCE.- Con su desaparición física, una parte importante de la cultura norteamericana del Siglo XX se ha extinguido. Ya no pisará los escenarios ni los estudios el cantante que en palabras de Toni Tenille – del dueto Captain and Tenille -: Cuando cantaba, solamente contaba una historia, haciendo sentir a quienes le escuchaban que esa historia era solamente para el.
Se ha ido también el hombre que tuvo la capacidad de auto destruirse al dejarse llevar por su carácter bravucón y pendenciero que pareció despreciar todas las normas y convenciones de una sociedad que no obstante eso, encontraba esparcimiento con los desplantes de ese atrevido, que a cada caída era capaz de redimirse y de ocupar un sitio cada vez más importante en ella. Con la muerte de Sinatra se ha ido un hombre que no dejó de luchar, aún sabiendo que hubiera sido más fácil el dejar que las cosas sucedieran por sí solas. La muerte de Frank Sinatra, acaecida el pasado 14 de mayo de 1998, representa sin duda el capítulo final de un compendio de la historia de la sociedad estadounidense del Siglo XX, que no vivió cien años, pero casi lo logró.

Aguascalientes, Ags., a 23 de mayo de 1998.
(Nota del editor. La proyección este miércoles 28 a las 13.50 hrs. (tiempo de México) por el canal de televisión TCM Classic Hollywood de la cinta “Alta Sociedad” y a las 20.35 horas de “Un Día en Nueva York”, en las cuales participa Frank Sinatra nos ha parecido justificación para subir este interesante texto sobre la figura de “La Voz”)