30 jul 2011

El alma/Vicente Aleixandre

El alma/Vicente Aleixandre
El día ha amanecido.
Anoche te he tenido en mis brazos.
Qué misterioso es el color de la carne.
Anoche, más suave que nunca:
Carne casi soñada.
Lo mismo que si el alma al fin fuera tangible.
Alma mía, tus bordes,

tu casi luz, tu tibieza conforme.
Repasaba tu pecho, tu garganta,
tu cintura: lo terso,
lo misterioso, lo maravillosamente expresado.
Tocaba despacio, despacísimo, lento,
el inoíble rumor del alma pura, del alma manifestada.
Esa noche, abarcable; cada día, cada minuto, abarcable.
El alma con su olor a azucena.

Oh, no: con su sima,
con su irrupción misteriosa de bulto vivo.
El alma por donde navegar no es preciso
porque a mi lado extendida, arribada, se muestra
como una inmensa flor; oh, no: como un cuerpo
                                          maravillosamente investido.
Ondas de alma..., alma reconocible.
Mirando, tentando su brillo conforme,
su limitado brillo que mi mano somete,
creo,
creo, amor mío, realidad, mi destino,
alma olorosa, espíritu que se realiza,
maravilloso misterio que lentamente se teje,
hasta hacerse ya como un cuerpo,
comunicación que bajo mis ojos miro formarse,
organizarse,
y conformemente brillar,
trasminar ,
trascender,
en su dibujo bellísimo,
en su sola verdad de cuerpo advenido;
oh dulce realidad que yo aprieto, con mi mano, que por
                               una manifestada suavidad se desliza.

Así, amada mía,
cuando desnuda te rozo,
cuando muy lento, despacísimo, regaladamente te toco.
en la maravillosa noche de nuestro amor.
Con luz, para mirarte.
Con bella luz porque es para ti.
Para engolfarme en mi dicha.
Para olerte, adorarte,
para, ceñida, trastornarme con tu emanación.
Para amasarte con estos brazos que sin cansancio se
                                                                   ahorman.
Para sentir contra mi pecho todos los brillos,
contagiándome de ti,
que, alma, como una niña sonríes
cuando te digo: « Alma mía... »
Poeta español nacido en Sevilla en 1898, difunto en 1984 en Madrid.
Su verdadero nombre fue Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo, fue un poeta español de la llamada Generación del 27, cercano a Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Alberti y García Lorca.  Su primer libro, «Ámbito», fue publicado en 1928, al que siguieron, «Espadas como labios» en 1932,  «Pasión de la tierra» en 1935,  «Sombra del paraíso» en 1944, «Mundo a solas» en 1950, «Nacimiento último» en 1953,  «Historia del corazón» en 1954, «Poemas de la consumación» en 1968, «Diálogos del conocimiento» en 1974   y póstumamente «En gran noche» en 1991.
Miembro de la Real Academia Española desde el 22 de enero de 1950. Premio Nacional de Literatura en 1933. En 1977 recibió el Premio Nobel de Literatura.

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