1 jul 2011

Reclamo al Poder Judicial

El Presidente Felipe Calderón reclamó -de nuevo- del Poder Judicial jueces probos y honestos.
Durante la ceremonia de inauguración del laboratorio (nacional) de servicios periciales de la PGR, dijo que el país necesita jueces honestos, aunque subraya que la mayoría de ellos son gente de bien y que quiere la justicia, pero al mismo tiempo, hizo notar que es necesario que lo sean todos porque el País así lo reclama.
Pidió a los jueces reconsiderar el caso Hank - sin referirse a él por su nombre.
Este es parte de su discurso en la inauguración del Laboratorio Central de Servicios Periciales de la PGR, leamos:
“La prueba de que alguien comete un homicidio, por ejemplo, no es, no debe ser la declaración de quien la comete, cuando no la hace frente al juez, o frente al Ministerio Público, con las formalidades del caso. La prueba debe ser el arma con el que comete ese homicidio. La prueba debe ser las muestras de su cabello, de su sudor, de restos encontrados en la víctima, por ejemplo, en el caso de una violación y que correspondan, genéticamente, al sujeto activo del delito.
Cómo probar eso. Parecía, esto que parecía imposible, hoy las peritos y los peritos mexicanos lo pueden hacer, a través de los métodos científicos más avanzados del mundo, que acabamos de ver, están aquí, en México, en este gran Laboratorio Central de Servicios Periciales....
Círculo vicioso.
"Se comete un delito, no se castiga, como hay esa impunidad entonces se genera el campo fértil para que se cometan más delitos. El criminal se da cuenta que no va a ser castigado, o al menos así lo imagina, y entonces comete más delitos y más violencia. Y mientras más delitos haya, la capacidad de las instituciones, la existente, es menor en proporción a esos delitos y en consecuencia hay más impunidad que, a la vez, genera más violencia.
Tenemos que romper ese círculo vicioso de la impunidad y la criminalidad. Y, para ello, tenemos que escalar a toda costa las capacidades tecnológicas, humanas, científicas de todas las dependencias vinculadas a la seguridad pública y en todos los órdenes de Gobierno: en el Federal, pero también en el estatal y en el municipal....
"El laboratorio de balística es de enorme importancia, permitirá el análisis certero de casquillos, de balas y de armamento. Por ejemplo, hay casos muy importantes, donde un día se encontró a un muchacho asesinado en una calle, y se encontró un casquillo. Y ese casquillo se examina y se sabe que corresponde a ese homicidio.
Pero un día, tiempo después, meses después, se encuentra el arma. Y esa arma se prueba en estos laboratorios, y se sabe en estos laboratorios que ese casquillo que encontraron un día en una calle, por ejemplo, en Tijuana, corresponde a un arma encontrada.
Y es una evidencia que yo pido a los jueces que consideren, que no obvien, que no nulifiquen, porque me uno a la exigencia de fin de la impunidad, de toda la sociedad. Y si estamos presentando evidencias científicas, esas evidencias tienen que ser analizadas.
Hoy estamos en esa posibilidad, de poder levantar las evidencias de los muchos crímenes que se cometen en el país para poder dar con la huella balística del arma utilizada en el asesinato, y de la persona que tenga en su posesión dichas armas….”
El comentario para entrar al tema Hank:
"Hay un viejo adagio que yo aprendí cuando era estudiante de derecho, que decía: Para ganar un juicio se requieren tres cosas: Tener la razón, saberla alegar y que te la quieran dar.
Sabemos que tenemos la razón. Tenemos la razón porque estamos luchando por la seguridad y la justicia, y porque estamos persiguiendo los delitos, porque es nuestro deber. Es nuestro deber perseguir los delitos. Si la autoridad renuncia o claudica en el deber de perseguir a los delincuentes, yo me pregunto para qué sirve la autoridad. Por eso, estamos actuando, porque es nuestro deber perseguir a la delincuencia y esclarecer los delitos.
Segundo. Necesitamos saber alegar esa razón. Y para ello necesitamos los servicios periciales. Necesitamos pruebas contundentes, porque cada vez es más difícil que nos acepten pruebas (se refiere el Presidente al Poder Judicial) en que lo va a descalificar.
“Hay un testigo y dicen: Es que ese testigo perteneció a una banda criminal. Pues sí, cómo quieren que declare de otro miembro de la banda criminal, si ha estado con él. Y, en fin.
Pero ahora con estas evidencias, cuando estamos demostrando que la bala que mató a una persona fue disparada por esta persona que tiene otra persona, son evidencias no sólo a la luz del derecho, sino de la opinión pública, a mi juicio, incontestables.
Por esa razón, no sólo tenemos la razón, no sólo la estamos sabiendo alegar, ahora falta que nos la quieran dar. Y en eso, también, yo reconozco que hay, primero, también, un compromiso ético y de servicio público de, yo diría, la abrumadora mayoría de los jueces en México.
(Aquí el presidente criticó a los jueces, concretamente a la jueza novena del BC. Blanca Evelia Parra Meza).
Pero también hago un exhorto para que en aquellos casos que un juzgador no responde a esta exigencia ética de honestidad y de compromiso con la justicia, también, así como nosotros estamos haciendo un esfuerzo por depurar a la Procuraduría General de la República, a la Policía Federal, a las Fuerzas Armadas, también haya un esfuerzo por encontrar, también, esa verdad, e idoneidad en el propio Poder Judicial.
Insisto, sé que la mayoría abrumadora de los jueces son gente de bien, gente de paz y gente que quiere justicia. Pero si no fuera el caso, es importante que lo sean todos, porque México lo necesita urgentemente.
Además de su elevada capacidad técnica, todos ustedes, señoras y señores funcionarios y peritos, deben dar fe de su calidad humana. Cada caso que llegue a sus manos no puede, ni debe ser visto como un expediente más….”
Has ahí la intervención del Presidente.
La Procuradora Marisela Morales expresó que:
El “Fortalecer la función pericial es uno de los ejes centrales de la renovación del sistema de seguridad y justicia, que ha emprendido el señor Presidente Felipe Calderón…”
“ En estas instalaciones se podrán ejercer las 26 especialidades de investigación pericial Federal. Cada una de ellas cuenta con un laboratorio que tiene todo lo necesario para cumplir con  sus objetivos.
Aquí, se analizarán con todo cuidado los primeros pasos de la investigación, los propiamente criminalísticos que se dan con base en la evidencia hallada en la escena del crimen; y se aplicarán todas las ciencias forenses que acuden en auxilio del investigador ministerial.
En la medida en que el trabajo de investigación ministerial y policial se profesionalice y se fortalezca, en que la experiencia de nuestros peritos se acumule, en esa misma medida, obtendremos más sentencias condenatorias para los criminales.
Los recursos tecnológicos en manos de peritos calificados, y sus resultados en la integración de pruebas, contribuirán a reducir los niveles de impunidad que lastran la justicia y erosionan la confianza en las instituciones….
“En conjunto. La investigación del Ministerio Público Federal se finca en pruebas con certeza científica, cuyos procesos están certificados con base en normas internacionales.
Se trata, también, de un pilar en la construcción del nuevo Sistema de Justicia Penal que estamos construyendo, a partir de la reforma constitucional de 2008. En un marco de juicios orales públicos y transparentes, en el que sea efectiva la presunción de inocencia, que se desarrollarán con equidad para víctimas y acusados, la búsqueda de la verdad será el criterio básico de la justicia penal.
En esta búsqueda de la verdad, hoy hemos dado un gran paso que nos acerca todavía más al México de justicia que todos anhelamos.”
***
Todo el  discurso del Presidente Calderón  en la inauguración del Laboratorio Central de Servicios Periciales de la PGR
(Los subrayados en negritas son míos).
01 jul 2011 | Discurso
Qué tal.
Muy buenos días, amigas y amigos.
Estimada Procuradora Marisela Morales Ibáñez, Procuradora General de la República.
General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.
Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, Secretario de Marina.
Señores Secretarios Francisco Blake Mora, de Gobernación; Genaro García Luna, de Secretaría de Seguridad Pública; José Ángel  Córdova, de Salud; Alonso Lujambio, de Educación Pública; Ernesto Cordero, de Secretaría de Hacienda.
Muy apreciables Legisladores que nos acompañan.
Señor Diputado Francisco Javier Salazar, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Muy estimado don Miguel Óscar Aguilar, Director General de la Coordinación de Servicios Periciales, a cuyo esfuerzo y tenacidad se debe, en buena medida, este nuevo Centro.
Muy distinguidos representantes de la sociedad civil que nos acompañan; señora Isabel Miranda de Wallace, de Alto al Secuestro; licenciada Mariana Escobar Flores, de México Unido contra la Delincuencia.
Muy apreciables Procuradores Generales de Justicia de diversas entidades de la República. Muy bienvenidos sean esta mañana. Procuradores de Justicia de los estados de Veracruz, de Querétaro, de Aguascalientes, de Michoacán, de Sinaloa, de Morelos, de Puebla, de Guerrero, de Guanajuato, de Campeche, de todas las entidades. Muy bienvenidos.
Muy estimadas y estimados peritos de la Procuraduría General de la República, científicos, jóvenes y, también, en plenitud de vida, servidores públicos de la Procuraduría.
Me da mucho gusto estar, esta mañana, con ustedes
Es muy satisfactorio, insisto, el que podamos, esta mañana, inaugurar, esta magnífica nueva sede  la Dirección General de Coordinación de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República.
Este nuevo Laboratorio Central de Servicios  Periciales que, como ya se ha dicho aquí, y debo reiterarlo, está a la altura de los mejores del mundo. La puesta en servicio de estas instalaciones representa un paso muy, muy importante en el fortalecimiento de los servicios periciales en el país, y en la mejora del sistema de procuración de justicia.
Qué es lo que ocurría y lo que ocurre, lo que debe ocurrir, también, en materia de procuración de justicia.
Quizá, hace muchas décadas, digamos, en nuestro antiguo régimen, la procuración de justicia y la investigación obedecía a parámetros muy distintos a los de ahora. Se basaba, básicamente, en el interrogatorio y la declaración del inculpado en condiciones poco conocidas. No había los elementos de garantía que hoy se presentan, las formalidades que deben tenerse.
La investigación criminalística se fundaba básicamente en qué nos decían las personas que deteníamos. Esa es la verdad. Y a medida que avanzaron y, afortunadamente, qué bueno que avanzaron, la protección de los derechos humanos en el país, las garantías individuales, particularmente, la garantía del debido proceso legal, en la cual la declaración de un detenido, o de un inculpado, tiene que hacerse no sólo en presencia de su abogado, sino en presencia de las autoridades con plenas garantías.
En donde la validez de una declaración no es la que se le pudo haber obtenido, vayan ustedes a saber por qué medio, o por el policía que lo detuvo, o por una madrina, incluso, que lo haya detenido, sino la declaración que hace formalmente ante el juez. Eso es lo que va pesando y lo que debe pesar en la procuración y administración de justicia.
Ahora bien, qué fue lo que sustituía a la obtención, digamos, de la verdad en el pasado. La verdad se generó un vacío, un impase, que fue debilitando la procuración de justicia en México. Y ese vacío, la única manera de llenarlo correctamente es a través del objeto que hoy nos reúne, y que son los servicios periciales.
Es decir, la prueba de que alguien comete un homicidio, por ejemplo, no es, no debe ser la declaración de quien la comete, cuando no la hace frente al juez, o frente al Ministerio Público, con las formalidades del caso. La prueba debe ser el arma con el que comete ese homicidio. La prueba debe ser las muestras de su cabello, de su sudor, de restos encontrados en la víctima, por ejemplo, en el caso de una violación y que correspondan, genéticamente, al sujeto activo del delito.
Cómo probar eso. Parecía, esto que parecía imposible, hoy las peritos y los peritos mexicanos lo pueden hacer, a través de los métodos científicos más avanzados del mundo, que acabamos de ver, están aquí, en México, en este gran Laboratorio Central de Servicios Periciales.
Hoy las mexicanas y los mexicanos enfrentamos un reto de grandes proporciones: la violencia desatada por la criminalidad. Los delincuentes están lastimando masivamente a los ciudadanos y aprovechan, precisamente, esos espacios de impunidad o de incapacidad del Estado, que se fueron generando a lo largo de décadas.
En días recientes, como saben, he tenido la oportunidad de reunirme con mexicanas y mexicanos que han sido víctimas de esa violencia criminal. He tenido la oportunidad de escuchar sus muy dolorosas historias personales y familiares. Ha sido particularmente aleccionador el escuchar testimonios que nos hablan de familias que no sólo son víctimas de la delincuencia, sino que también son víctimas de la impunidad y, peor aún, y por tristeza, víctimas de la indiferencia de algunas autoridades.
También me reuní ayer, precisamente, en el marco de la XXX Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, con las principales autoridades responsables de la seguridad y la procuración de justicia en todo el país: con Gobernadores, Procuradores, Secretarios de Seguridad Pública, representantes del Poder Legislativo y de la sociedad civil.
Y ahí, transmití lo que había recogido yo en los diálogos con estos ciudadanos. El verdadero clamor de la sociedad que exige justicia a las autoridades, y con razón, y a las autoridades de todos los órdenes y de todos los poderes públicos.
En especial, como lo señalé el día  de ayer, la sociedad tiene, entre varias, dos demandas muy sentidas: el llamado a identificar a todas las víctimas de la violencia criminal y, dos, la necesidad de romper el círculo vicioso de la impunidad, que propicia más violencia.
Cuál es este círculo vicioso.
Se comete un delito, no se castiga, como hay esa impunidad entonces se genera el campo fértil para que se cometan más delitos. El criminal se da cuenta que no va a ser castigado, o al menos así lo imagina, y entonces comete más delitos y más violencia.
Y mientras más delitos haya, la capacidad de las instituciones, la existente, es menor en proporción a esos delitos y en consecuencia hay más impunidad que, a la vez, genera más violencia.
Tenemos que romper ese círculo vicioso de la impunidad y la criminalidad. Y, para ello, tenemos que escalar a toda costa las capacidades tecnológicas, humanas, científicas de todas las dependencias vinculadas a la seguridad pública y en todos los órdenes de Gobierno: en el Federal, pero también en el estatal y en el municipal.
En lo que toca a la humanización de las víctimas. Como ustedes saben, en muchos lugares del país se han perpetrado homicidios terribles por criminales sin escrúpulos, homicidios que agravan doble o triplemente a la sociedad, no sólo porque se cometen, sino por la forma en que se cometen y la forma masiva en que se cometen.
Aquí, amigas y amigos, no debemos perder de vista que se trata en todos los casos de seres humanos, no importa si se trata de jóvenes que han sido, por desgracia, reclutados por los cárteles y que encuentran la muerte rápidamente antes de los 20 años de edad. No importa que se trate de personas que han sido secuestradas, torturadas, desaparecidas, de personas asesinadas a mansalva, o bien, fallecidas en algún enfrentamiento de los muchos que hay entre los delincuentes o entre los delincuentes y las autoridades.
Cada una de esas personas que ha perdido la vida debe ser vista, y estoy totalmente de acuerdo, ante todo, como un ser humano. Y es responsabilidad del Estado, de las autoridades competentes en cada caso, realizar una investigación, hacer todo lo que sea humana y técnicamente posible por identificar a las personas fallecidas y, también, dar con los responsables de esos crímenes para llevarlos, esperamos más pronto que tarde, ante la justicia.
Por otra parte, decía yo, que los ciudadanos exigen que las instituciones pongamos un alto a la impunidad y que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para esclarecer cada uno de los crímenes.
Y ante esto, necesitamos escalar las capacidades del Estado para investigar y para castigar los delitos. Y, por eso, me da muchísimo gusto el día de hoy que inauguremos estas magníficas instalaciones de Investigación Pericial de la Procuraduría General de la República.
Que con ellas estemos dando un paso medular hacia ese gran objetivo de un México con seguridad, con legalidad y con justicia.
Constantemente, la ciencia nos ofrece nuevas herramientas para investigar los crímenes, y México no puede mantenerse al margen. Mi tesis es que la tecnología y la ciencia van a ser los factores determinantes que nos haga ganar a los mexicanos esta batalla por la seguridad pública y por la justicia.
La ciencia y la tecnología y, además, la calidad humana de nuestros peritos, que debo reconocerlo, han sido reconocidos en todo el mundo, especialmente en América Latina, los peritos de la PGR, como las y como los  mejores que hay.
Y qué bueno que esos peritos hoy, en todas las ramas de especialidades de PGR, tengan instalaciones dignas. Ya no queremos hablar de las instalaciones y los instrumentos que tenían antes.
Tuve oportunidad de conocerlos y, por eso, desde el primer día de mi mandato instruí al entonces Procurador Eduardo Medina Mora, al Procurador Arturo Chávez Chávez y ahora a la Procuradora Marisela Morales, para adquirir lo que se llama la tecnología, que esté en el estado del arte, es decir, la más avanzada tecnología y las mejores instalaciones.
Sé que falta mucho, sé que hay mucho por hacer. Pero, por lo pronto, a nivel Federal, en esta Procuraduría General de la República, y no obstante que los delitos que se cometen en el país menos del 10 por ciento sean del orden Federal, aquí estamos preparándonos con la mejor tecnología para investigar científicamente el delito.
Ni de lejos queremos que nuestros métodos de investigación se aproximen, ni siquiera metafóricamente, a lo que se dice fueron los métodos de investigación policiaca hace muchos, muchos años en México.
Queremos que nuestros instrumentos sean la ciencia, sea el ADN, sea la balística, sea, precisamente, la caligrafía, la fonética. Queremos que la ciencia y la tecnología sea el instrumento que nos permita descubrir la verdad y llevar esa verdad ante el juez, esperando que el juez imparta justicia.
Estas instalaciones, precisamente, ponen a México en la vanguardia tecnológica, y ofrecen a los peritos de la Procuraduría General de la República los instrumentos más avanzados para que puedan realizar esa labor.
Así que, mi felicitación y mi agradecimiento a la maestra Marisela Morales y a los Procuradores Generales que le antecedieron en esta Administración, a Eduardo Medina y Arturo Chávez, que, cumpliendo la instrucción que les di, finalmente lograron la construcción de este magnífico laboratorio, insisto, guiados por la vocación, el espíritu y la enorme experiencia de don Miguel Óscar Aguilar, Director General de Servicios Periciales.
Hoy tendrán, jóvenes, me atrevo a decirles, a su disposición, un laboratorio de clase mundial. Por ejemplo, para la genética forense, en el que podremos analizar muestras para conocer el código genético de las víctimas o de quienes están, de alguna forma, relacionados con algún delito.
Hoy los criminales, cada vez más acosados por las fuerzas del orden público, particularmente las Federales, a lo que están recurriendo es a tratar de ocultar, de enterrar y, por desgracia, en algunos casos, tratar de desaparecer cualquier evidencia de la identidad de sus víctimas. Actos de brutalidad que todos conocemos.
Pero el desafío para nosotros de entender que cada una de esas víctimas, hayan sido jóvenes reclutados por la criminalidad de otro bando o sean, por desgracia, víctimas inocentes, gente secuestrada, gente levantada, confundida, tenemos el deber de identificarla.
Y así haya la mínima evidencia de vida humana, la mínima evidencia de que se trate de una persona la que falleció, esa mínima evidencia nos debe llevar a conocer la verdad, a saber quién es. Porque sabemos que atrás de esos restos mortales hay un nombre,  una familia, quizá unos padres, quizá unos hijos.
Y, por eso, he instruido a todas las Dependencias Federales, y aprovecho la presencia de los Gobernadores de las entidades federativas para felicitarles por haber suscrito el Protocolo para el Tratamiento  e Identificación Forense.
Que nos propongamos, entre todos, saber quiénes son cada una de las personas que han fallecido por homicidio doloso en nuestro país. Saber quiénes son, su nombre, su circunstancia y, por supuesto, saber quiénes cometieron esos atroces crímenes, y ponerlos tras las rejas. Ese es un compromiso que tenemos todos con la sociedad.
De la misma manera, vamos a poder identificar ahora, por ejemplo, con estos métodos e instrumentos del mayor avance tecnológico, insisto, saber, quizá, de una persona fallecida, a través de las muestras: de sus huellas dactilares, de su rostro, quién es.
Incluso, si ha pasado mucho tiempo, si encontramos, quizá, restos óseos de esa persona, podremos saber, también, quién es.
Lo que necesitamos, ahora, es,  también, construir bases de datos suficientemente amplias. Por eso es importante, también, colectar no sólo el DNA de una persona que haya fallecido, sino también, el DNA de sus familiares.
Y vamos a la investigación científica de los crímenes. Si hay un cabello, o restos de semen, o de sangre en la escena de un crimen, y que ese cabello o esos restos correspondan a un asesino, o a un violador, tenemos que saber quién es.
Y, para ello, necesitamos no sólo colectar e identificar las muestras genéticas a través de los protocolos de recolección de evidencias, y la identificación que se haga en estos laboratorios modernos, sino también, debemos tener bancos de datos de huellas dactilares y de DNA, por ejemplo, de posibles criminales. Y por eso es tan importante avanzar en todo el país en la generación de bancos de datos.
Hoy tenemos por ejemplo, instrumentos también para identificar huellas dactilares. Varios de los homicidios más sentidos en el país, por ejemplo, hablo del caso, por ejemplo, de Juan Francisco Sicilia, asesinado en Cuernavaca, fue identificado por las huellas dactilares dejadas por los criminales en el vehículo; y, lo mismo, el asesinato del exgobernador, Silverio Cavazos, de Colima; identificamos a los homicidas por las huellas dactilares dejadas en el vehículo, y estamos en su búsqueda, sabemos quiénes son y espero, entre el Poder Federal y los Poderes Estatales, los encontremos.
Pero ese poder de las huellas dactilares es fundamental. Ahora podremos recolectar esas huellas y encontrar a los criminales. Esa es la fuerza que tiene este Laboratorio de Servicios Periciales que además, no basta tener la huella en la escena del crimen, necesitamos la huella en una base de datos. De ahí la importancia de la Plataforma México.
Y quiero pedirles a todos los Procuradores aquí presentes, a todas las policías del país, reiterar el llamado que hicimos ayer a los Gobernadores. De que siempre, siempre, todos, hagamos un parte policial homologado, que cada hecho criminal o cada intervención policiaca sea reportada sobre la base de datos homologada para todos: nombre, personas, características, las huellas dactilares de quien se detenga.
Por qué razón.
Porque esas huellas dactilares nos van a permitir algún día encontrar a un criminal.
Es importante avanzar en no sólo consultar, y qué bueno que todo mundo consulte ahora Plataforma México, sino en alimentar, a veces de cosas que parecen irrelevantes, alimentar Plataforma México.
Esto va a permitir información científica mucho más rápida y mucho más precisa.
El laboratorio de balística es de enorme importancia, permitirá el análisis certero de casquillos, de balas y de armamento. Por ejemplo, hay casos muy importantes, donde un día se encontró a un muchacho asesinado en una calle, y se encontró un casquillo. Y ese casquillo se examina y se sabe que corresponde a ese homicidio.
Pero un día, tiempo después, meses después, se encuentra el arma. Y esa arma se prueba en estos laboratorios, y se sabe en estos laboratorios que ese casquillo que encontraron un día en una calle, por ejemplo, en Tijuana, corresponde a un arma encontrada.
Y es una evidencia que yo pido a los jueces que consideren, que no obvien, que no nulifiquen, porque me uno a la exigencia de fin de la impunidad, de toda la sociedad. Y si estamos presentando evidencias científicas, esas evidencias tienen que ser analizadas.
Hoy estamos en esa posibilidad, de poder levantar las evidencias de los muchos crímenes que se cometen en el país para poder dar con la huella balística del arma utilizada en el asesinato, y de la persona que tenga en su posesión dichas armas.
Otros temas de estos laboratorios. Los laboratorios químicos permiten detectar drogas, medicamentos, veneno; o bien, los sofisticados sistemas de análisis acústico, de la comparación de voz, de aquellos que van a ser utilizados para recuperar evidencia digital.
A mí me mostraron el análisis de mi propia voz en dos discursos diferentes, en tonalidades diferentes, y finalmente, al menos eso dijeron, sí pega.
Pero tenemos muchas voces qué examinar, cuánta gente recibe extorsión telefónica en el país, por ejemplo. Es un delito que se ha masificado, nuevamente no es de la competencia del ámbito Federal, pero estamos colaborando con los estados para vencerlo a través ya de un teléfono de emergencia, etcétera.
Pero calculamos que son millones de mexicanos, porque hay criminales cínicos que están utilizando, incluso, casi call centers; es decir, equipos telefónicos para poder hacer miles de llamadas al día, con que les pegue una de cada mil, van sacando para su renta.
Con que una gente de cada mil se preocupe por la llamada telefónica, saca. Y necesitamos capturar a esos criminales, y para eso necesitamos también la forensia de los teléfonos que encontramos en los criminales. Tomar un celular y sacarle todo el jugo a ese celular: a qué teléfonos ha llamado, cuántas veces ha llamado, cuánto tiempo, las fotos que están en el celular, todo eso. En fin.
Yo estoy realmente entusiasmado, amigas y amigos, porque estamos dando pasos agigantados en el fortalecimiento científico y tecnológico de las instituciones encargadas de la seguridad y la procuración de justicia en el país.
Estamos hablando, también, de la capacidad de analizar computadoras, por ejemplo, discos compactos, discos duros, memorias, USB, cintas magnéticas.
Los equipos del departamento de incendios y explosivos, por ejemplo, tan importantes para examinar, no sólo para evitar una explosión de un acto criminal, sino también para saber qué material utilizó y darnos pistas claras de dónde lo consiguió, porque son materiales muy controlados en México.
O bien, algo que no nos explicaron, pero que alcancé a ver de reojo, laboratorio para hacer retratos hablados. Esa impresión que una víctima tiene de su agresor, que es, quizá, por segundos, pero que es vital reconstruir con métodos científicos para poder dar, precisamente, con el victimario. En fin. Muchas, muchas cosas.
El equipo ya está aquí, y ahora es su responsabilidad, queridos amigos, colaboradores de la Procuraduría General de la República, emplearlo para el bien de México.
Yo sé, amigas y amigos, que cuando se tiene vocación de servicio público es porque hay una razón más allá del propio salario, que para mucha gente le parecerá, quizá, excesivo lo que se gana en el servicio público, pero ustedes y yo sabemos que no es, ciertamente, la motivación central de un servidor público.
Que quien quiere servir a los demás sabe que tiene que hacer aquí un enorme sacrificio. Y yo quiero apelar a ello, amigas y amigos de la Procuraduría General de la República, a lo que implica para la vida de cada uno de nosotros el servir a México, el darle sentido a nuestra vida a través de este servicio, el poder cumplir con México, escalando a otra dimensión las capacidades técnicas y periciales en la búsqueda de justicia, que el país tanto necesita.
Sí, venimos de ese vacío, de esa laguna que quedó entre el momento en que se vencieron. Y qué bueno que se vencieron, los métodos contrarios a derechos humanos o contra la Ley para la Investigación de Delitos, y quedó un vacío, efectivamente, porque esos métodos no fueron sustituidos prácticamente con nada que tuviera una eficacia.
Hasta que se está profesionalizando y usando tecnología, ciencia, para investigar y descubrir los delitos.
Todo este equipo, por ejemplo, va a ser fundamental para que la Procuraduría General de la República implemente dentro del ámbito de su responsabilidad Federal, insisto, el nuevo Protocolo para el Tratamiento e Identificación Forense.
En él se establecen, a nivel nacional, procedimientos para preservar la escena del crimen, para recolectar las evidencias y para cuidar la cadena de custodia que nos lleve a una investigación científica del delito.
En particular, necesitamos utilizar esta nueva tecnología para identificar a las víctimas. Y, aquí, ofrezco los servicios periciales de la PGR, a nombre de la República, a todas entidades federativas, con el exhorto, también, de que ojalá a nivel local se escalen, como ya sé que está ocurriendo en muchos casos, los servicios periciales para que esto pueda hacerse en todo el país, para que cada mexicana o cada mexicano que haya fallecido de manera violenta en nuestro país pueda ser identificada, no sólo de ahora en adelante, sino hasta donde sea humana y técnicamente posible, hacia atrás.
Y en ello, estimados servidores públicos, quiero hoy apelar no sólo a su sentido profesional y a su vocación de servicio, sino, sobre todo, al sentido ético y humano que sé que hay en cada una y cada uno de ustedes: en los agentes, en los Ministerios Públicos, en los peritos de la Procuraduría General.
Como seres humanos y como servidores públicos, como mexicanos y, también, como padres de familia, y como hermanos, como hijos, tenemos una obligación de muchas dimensiones: legal, ética, técnica, humana, de responder a este llamado que nos han hecho insistentemente las víctimas.
Y aquí quiero señalar que los peritos e investigadores que estarán trabajando en este nuevo Centro, tienen una responsabilidad todavía más grande con la sociedad: la pulcra investigación de los delitos, la correcta búsqueda de la verdad, la correcta interpretación de los hechos, la buena evaluación de las pruebas, que son indispensables para capturar y llevar a la justicia a los delincuentes, y para evitar que sean liberados por falta de pruebas.
Hay un viejo adagio que yo aprendí cuando era estudiante de derecho, que decía: Para ganar un juicio se requieren tres cosas: Tener la razón, saberla alegar y que te la quieran dar.
Sabemos que tenemos la razón. Tenemos la razón porque estamos luchando por la seguridad y la justicia, y porque estamos persiguiendo los delitos, porque es nuestro deber. Es nuestro deber perseguir los delitos.
Si la autoridad renuncia o claudica en el deber de perseguir a los delincuentes, yo me pregunto para qué sirve la autoridad. Por eso, estamos actuando, porque es nuestro deber perseguir a la delincuencia y esclarecer los delitos.
Segundo. Necesitamos saber alegar esa razón. Y para ello necesitamos los servicios periciales. Necesitamos pruebas contundentes, porque cada vez es más difícil que nos acepten pruebas, cada vez que hay un testigo, siempre hay alguien que lo va a descalificar.
Hay un testigo y dicen: Es que ese testigo perteneció a una banda criminal. Pues sí, cómo quieren que declare de otro miembro de la banda criminal, si ha estado con él. Y, en fin.
Pero ahora con estas evidencias, cuando estamos demostrando que la bala que mató a una persona fue disparada por esta persona que tiene otra persona, son evidencias no sólo a la luz del derecho, sino de la opinión pública, a mi juicio, incontestables.
Por esa razón, no sólo tenemos la razón, no sólo la estamos sabiendo alegar, ahora falta que nos la quieran dar. Y en eso, también, yo reconozco que hay, primero, también, un compromiso ético y de servicio público de, yo diría, la abrumadora mayoría de los jueces en México.
Pero también hago un exhorto para que en aquellos casos que un juzgador no responde a esta exigencia ética de honestidad y de compromiso con la justicia, también, así como nosotros estamos haciendo un esfuerzo por depurar a la Procuraduría General de la República, a la Policía Federal, a las Fuerzas Armadas, también haya un esfuerzo por encontrar, también, esa verdad, e idoneidad en el propio Poder Judicial.
Insisto, sé que la mayoría abrumadora de los jueces son gente de bien, gente de paz y gente que quiere justicia. Pero si no fuera el caso, es importante que lo sean todos, porque México lo necesita urgentemente.
Además de su elevada capacidad técnica, todos ustedes, señoras y señores funcionarios y peritos, deben dar fe de su calidad humana. Cada caso que llegue a sus manos no puede, ni debe ser visto como un expediente más.
Es una historia en la que hay familias destruidas, vidas truncadas. Pero, sobre todo, personas, seres humanos, como nosotros, que esperan una sola cosa: justicia. O, mejor dicho, dos: verdad y justicia.
Entiendo que ante la ola de violencia que se ha desatado por el crimen organizado, ésta no es una tarea menor, que se han multiplicado, por ejemplo, los homicidios; que se ha escalado esa violencia, nosotros tenemos que escalar nuestras capacidades. Ese es el camino.
Fortalecer las instituciones de seguridad y justicia más rápido de lo que puedan fortalecerse las organizaciones criminales, y no sólo las grandes organizaciones criminales, también en esa impunidad y en ese desconcierto van multiplicándose las prácticas criminales, incluso de delincuentes menores; delincuentes que ante la impunidad les da por asaltar o por secuestrar prácticamente de la noche a la mañana; jóvenes que de repente se les ocurre secuestrar a sus vecinos porque han visto que hay secuestros y que no se castigan.
La verdad, es que hay secuestros y muchos se castigan. Que hoy en la cárcel hay más de, quizá, seis mil secuestradores en este momento. Pero esa percepción de que ningún secuestro se castiga, también provoca que otro diga: Por qué yo no lo hago.
Así que, necesitamos escalar rápidamente las posibilidades de las instituciones de seguridad y justicia más rápido que el escalamiento de la delincuencia.
El llamado de la sociedad, amigas y amigos, es muy claro y no podemos fallarles a los ciudadanos.
Así que, no hay que escatimar esfuerzos y no hay que escatimar recursos para alcanzar el México de paz con justicia que todos queremos.
Todos y cada uno de nosotros tenemos una responsabilidad que cumplir y tenemos, también, la convicción de que al cumplir nuestra responsabilidad estamos construyendo un México mejor, el México de justicia, de paz, de seguridad que todos anhelamos.
Así que, muchas felicidades a todos por estas magníficas instalaciones, que éstas nos ayuden a descubrir muchos delitos, a atrapar a muchos delincuentes y, con ello, traigamos nuevamente la paz y la justicia tan anhelada para nuestro querido México.
Enhorabuena.
Muchas gracias
Fuente: Presidencia de la República

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