2 feb 2012

Costoso revés de Peña Nieto

Costoso revés de Peña Nieto
Jenaro Villamil
Revista Proceso,  # 1839, 30 de enero de 2012
Durante meses Enrique Peña Nieto y la profesora Elba Esther Gordillo se regodearon de manera pública, hasta que formalizaron un acuerdo para aliarse ante los comicios presidenciales de este año e invitaron al Partido Verde Ecologista. Los tres partidos acordaron ir juntos, incluso resistieron las acometidas de sus afiliados, sobre todo el PRI, cuyos militantes manifestaron su temor a que la profesora se quedara con senadurías para su hija y su yerno… Pero todo se frenó el viernes 20, cuando el dirigente priista, Pedro Joaquín Coldwell, anunció que la coalición simplemente ya no iba.
La alianza con Elba Esther Gordillo y con el Partido Nueva Alianza (Panal) –creado por la “presidenta vitalicia” del SNTE en 2005– constituyó hasta el viernes 20 uno de los tres pilares del proyecto del priista Enrique Peña Nieto para alcanzar la Presidencia de la República.
El apoyo de la red magisterial y del Panal, así como los convenios publicitarios con el duopolio Televisa-TV Azteca y el apoyo logístico y presupuestal de 10 gobernadores de su partido, el PRI, incluido el de su entidad natal, conformaban el triángulo del proyecto presidencial peñista.
Todo parecía consolidado hasta que el viernes 20 el dirigente nacional del partido, Pedro Joaquín Coldwell, anunció en El noticiero de Canal 2 que “tras una larga y cordial negociación” el PRI rompió la alianza electoral firmada apenas el 17 de noviembre último con las dirigencias del Panal y del Partido Verde:
“No es una ruptura. Es una separación amistosa que, por cierto, nada tiene que ver con las personalidades que me referiste –dijo el dirigente priista al conductor Joaquín López-Dóriga, en alusión a la hija de la profesora Gordillo y a su yerno–, quienes nos merecen el mayor de los respetos. Simplemente por equilibrios internos de nuestros partidos y por así convenir a nuestros intereses político-electorales.”
En su comunicado oficial el PRI aclaró que la decisión de cancelar el convenio de coalición parcial “de ninguna manera significa una confrontación entre ellos”.
La víspera del anuncio, la inconformidad priista era manifiesta en Sinaloa, el Distrito Federal, Jalisco y Chiapas, ante el temor creciente de que los candidatos del Panal encabezarían las fórmulas para senadores.
Desde que llegó al relevo de Humberto Moreira, quien firmó la alianza con el Panal y el PVEM, Joaquín aclaró que el convenio se modificaría y que incluso se “podría ampliar” para que los tres partidos fueran de manera conjunta en más distritos electorales.
Originalmente, Panal, PRI y PVEM convinieron en ir juntos en 125 distritos electorales para diputados federales: 23 candidaturas serían para el Panal, 30 para el PVEM y 72 para el PRI; para el Senado acordaron 20 fórmulas en 10 entidades: cuatro serían para el Panal, cinco para el PVEM y 11 para el PRI.
Horas antes de la ruptura, las partes negociaron ampliar esas posiciones. Luis Castro Obregón, dirigente nacional del Panal, dice a Proceso: “Todavía el viernes 20 por la mañana se presentó un menú de 13 entidades federativas para ir juntos al Senado. Era la ampliación”.
Dice que “hubo dos tipos de reacciones a la coalición: la primera, de aquellos que en alguna entidad se opusieron; fue la que tuvo más notoriedad en los medios de comunicación, aunque no la principal. La reacción más importante fue la de los excluidos. En Aguascalientes, Tabasco, Colima, por ejemplo, lo pidieron las dirigencias estatales del PRI o los gobernadores”.
–¿Puebla estaba incluida en esta ampliación?
–Puebla ya estaba adentro de la coalición. Puebla es nuestro, del Panal.
Castro explicó que durante esta negociación se expusieron tres tipos de conflicto: el jurídico, el aritmético y el político.

El trasfondo

El Panal argumentó que jurídicamente el IFE podía rechazar la ampliación; el PRI y el Verde lo refutaron. Arguyeron que luego de consultar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sí era factible ampliar la coalición.
De la lista de 13 nuevas senadurías, el Panal tenía que sacar a tres de las cuatro que tenía. “Eso nos afectaba en número de votos”, advierte Castro.
Y explica que en la negociación querían evitar el llamado “efecto popote” que consiste en que “el partido más grande absorbe los votos del partido más pequeño” porque cada uno va con su propio logotipo en la boleta electoral.
“Eso nos ha ocurrido en Jalisco. Tuvimos votos para que entraran dos candidatos locales y perdimos las prerrogativas. Nos acaba de ocurrir en Michoacán”, donde el Panal apoyó a la candidata panista a la gubernatura, Luisa María Calderón, sostiene el dirigente del Panal.
–¿Cuál fue el conflicto político? –se le cuestiona.
–Mi interpretación es que los que están tratando de hacer la generación de relevo en el PRI prefirieron garantizar su unidad y sus equilibrios comprendiendo que una de las partes del PRI interesada en dinamitar la coalición es aquella con la que históricamente tenemos algún tipo de diferencia, básicamente partiendo de lo que sucedió en el Congreso federal en 2003.
–¿El episodio de la rebelión priista contra Elba Esther Gordillo como coordinadora de la bancada?
–Así es. Hubo un grupo que se llamaba Fuerza Reformadora que incluía a 70 diputados priistas que apoyaban las reformas, junto con Elba Esther. Ganaron los no reformistas.
–¿Entre los estados que el Panal tenía que mover estaban Chiapas, donde era aspirante Mónica Arriola, hija de Elba Esther y secretaria general del Panal, y Fernando González Sánchez, su esposo?
–No. Esa versión es por filtraciones interesadas. Nosotros encabezábamos la fórmula en Nayarit, Puebla, Sinaloa y Chiapas. En el acuerdo de ampliación se mencionaban Aguascalientes, Tabasco, San Luis Potosí, Colima y el Distrito Federal.
“En Aguascalientes, el gobernador priista decía: ‘Éntrenle a la coalición y dénselo a Nueva Alianza’”.
–¿También influyeron los gobernadores?
–Fue uno de los factores principales. Hubo gobernadores del PRI que, cuando se firmó el convenio, ni siquiera asistieron; aunque luego quisieron ser incluidos.
–¿Existe la posibilidad de que el Panal regrese a apoyar sólo la candidatura presidencial de Peña Nieto?
–No. La ley lo impide. Un artículo del Cofipe dice que un partido político no podrá participar en más de una coalición y siempre tienen que estar más de dos partidos.
“La modificación de nuestro convenio tiene que ser aprobada por los tres partidos. En la presidencial no podríamos ir los tres partidos y sólo dos para diputados y senadores. Lo que quiere ser un corsé en la Ley Electoral se convierte en un cinturón de castidad apretadito.”
La noche del jueves 26, el Consejo Nacional del Panal aprobó por unanimidad la separación definitiva de la coalición Compromiso por México y acordó nombrar a su secretaria general, Mónica Arriola Gordillo coordinadora de las campañas.
En paralelo el PRI y el PVEM determinaron ampliar su convenio de coalición y conceder 13 candidaturas más al Congreso. Ahora ambos partidos irán en alianza en 199 de los 300 distritos federales, de los cuales 43 serán para el Verde y 156 los encabezará el PRI.
Para el Senado ambos partidos continúan juntos en 10 entidades, aunque el PRI sacó de la coalición los estados de Jalisco y Puebla, e incorporó Tabasco y Colima.

El silencio de Peña Nieto

Los días previos al anuncio de la ruptura las negociaciones para modificar el convenio de coalición se intensificaron. Consultados por este reportero algunos de los participantes sostienen que uno de los puntos críticos fue la senaduría por el Distrito Federal. En la ampliación del convenio, dicen, el Panal pidió encabezar esa posición.
“Es intransitable el Distrito Federal”, afirmó a su vez Pedro Joaquín Coldwell. Los priistas expusieron al Panal que se necesitaba la estructura y el apoyo del sindicato de maestros para la Ciudad de México, que actualmente gobierna el PRD.
En una reunión en su casa, Gordillo rechazó dar todo el apoyo para los presuntos candidatos del PRI al Distrito Federal que representan a sus dos principales adversarios: Beatriz Paredes, exdirigente nacional del PRI, aspirante a la jefatura de Gobierno; y Pablo Escudero, diputado federal del Partido Verde y yerno de Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del PRI.
En esos días los perredistas resolvieron que el exprocurador Miguel Ángel Mancera, el más cercano a las posiciones de Marcelo Ebrard y a quien Gordillo manifiesta sus simpatías, fuera su candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Ante los reporteros Mancera expresó su simpatía ante la posibilidad de que el Panal apoye su candidatura.
–¿Qué va a pasar con el apoyo del Panal a las candidaturas a gobernadores en 2012? –se le pregunta a Castro.
–No hemos iniciado conversaciones sobre las elecciones concurrentes a gobernadores. Está abierta la negociación y vamos a ir caso por caso.
–¿Incluyendo el Distrito Federal?
–Incluyendo el DF. La tendencia será ir solos con nuestros candidatos, pero no estamos cerrados. Depende de la opinión del Comité Directivo Estatal.
–Se acusa al Panal de buscar simplemente un rédito electoral inmediato, que pueden apoyar lo mismo al PRI, que al PAN o al PRD. ¿Qué opinión le merecen estas críticas?
–Es exactamente lo contrario. Lo primero que ponemos en una mesa de negociación es nuestra plataforma y una serie de principios irrenunciables que nos caracterizan. Por ejemplo, la defensa de la educación laica, pública y gratuita. Eso se aterriza en propuestas concretas: la escuela de tiempo completo. Pero también tenemos propuestas en materia de reforma laboral.
“En el caso de Michoacán, el PAN no corrigió nuestra plataforma; no hubo bronca. Luisa María Calderón asumió nuestra plataforma electoral, incluso fue la candidata más progresista de Michoacán.”
–¿Y sobre el apoyo a Peña Nieto?
–Presentamos públicamente nuestra plataforma antes de negociarla. Los trabajos de elaboración los dirigió Emilio Zebadúa, él fue nuestro representante ante el PRI. Toda la propuesta educativa del convenio es nuestra propuesta.
“Para nosotros la modificación del convenio fue una cuestión de principios, no de posiciones. Y en ellos (el PRI) fue un asunto más de equilibrios internos.
“No nos pueden pedir que en 2012 fuéramos con quienes nos sacaron la lengua en 2003”, dice Castro, en alusión a la añeja disputa por la coordinación de la bancada priista en la Cámara de Diputados que derivó en la salida de Gordillo de las filas del PRI.

El acuerdo original

Los “amarres políticos” entre Peña Nieto y Gordillo se concretaron el 19 de noviembre de 2010. Al inaugurar las oficinas de la Sección 36 del SNTE, en el municipio de Ecatepec, Gordillo le dio todo su respaldo al entonces gobernador del Estado de México y marcó su distancia pública del gobierno de Felipe Calderón.
“Nuestro reconocimiento y gratitud a su gobierno y nuestro deseo de que los sueños seamos capaces de hacerlos realidad”, afirmó Gordillo ante Peña Nieto aquella tarde en Ecatepec.
Los beneficios fueron mutuos. En los comicios para renovar diputados locales en el Estado de México, el 5 de julio de 2010, gracias al convenio de coalición con el PRI, el Panal obtuvo sólo 12 mil 601 votos directos, pero se convirtió en la cuarta fuerza política local, por encima incluso del Partido Verde, y obtuvo cinco diputados locales. Estos legisladores fueron determinantes para que el peñismo mantuviera el control de 65% de los votos en el Congreso mexiquense.
El Panal apoyó el proyecto de reformas conocida como Ley Peña, que cerró el paso a la posible alianza electoral entre el PAN y el PRD en los comicios para gobernador de 2011 en el Estado de México. Gordillo fue determinante para que el candidato a suceder a Peña Nieto fuera Eruviel Ávila, el alcalde de Ecatepec.
El 12 de diciembre de 2010, en una reunión convocada en la Casa del Estado de México, Peña Nieto convocó a 14 gobernadores priistas, a los coordinadores de las bancadas de la Cámara de Diputados y del Senado, así como a la entonces dirigente nacional del partido, Beatriz Paredes, y a su futuro relevo, el coahuilense Humberto Moreira.
En esa comida se pactó la “candidatura de unidad” a favor de Moreira para la presidencia nacional del PRI en sustitución de Paredes. Casi un año después, el 17 de noviembre de 2011, ya como líder del partido, Moreira firmó un convenio de coalición denominado Compromiso por México con el Panal y el PVEM.
Los partidos firmantes manifestaron su apoyo a Peña Nieto como su candidato a la Presidencia de la República y acordaron ir juntos en 125 distritos electorales para diputados federales, de los cuales 23 eran para el Panal, 30 para el PVEM y 72 para el PRI. También armaron 20 fórmulas para el Senado en 10 entidades: el Panal encabezaría cuatro, el PVEM cinco y el resto serían para el PRI.
… Pero el plan se derrumbó el viernes 20.

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