¿Qué esperar de Los Cabos?
La VII Cumbre del G20 se celebra del 18 al 19 de junio; en
su calidad de Presidente del Grupo, México es anfitrión; ahí se abordarán los
principales desafíos de la economía global y se buscará definir acciones
dirigidas a recuperar la estabilidad e impulsar el crecimiento económico.
Las decisiones del G20 son de gran trascendencia, debido
a que el Grupo representa cerca de 90 por ciento del Producto Interno Bruto
mundial y el 80 por ciento del comercio global, así como dos terceras partes de
la población en todo el mundo.
Son miembros del G20, la Unión Europea y 19 países:
Alemania, Arabia Saudita Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea,
Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido,
Rusia, Sudáfrica y Turquía.
En esta ocasión, México invitó a España, en su calidad de invitado permanente, así como a Benín, Camboya, Chile, Colombia y Etiopía. También participan en el G20 de manera permanente la ONU, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la Organización Internacional del Trabajo, el Consejo de Estabilidad Financiera, la FAO, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional.
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Qué esperar de Los Cabos? / Luz Maria de la Mora, directora, LMM Consultores. Profesora investigadora invitada, CIDE.
Suplemento Enfoque de Reforma, 17 de junio de 2012
Creado hace 13 años, el grupo de los 20 tiene el reto de demostrar que es un foro realmente trascendente de cooperación económica
Los días 18 y 19 de junio Los Cabos será sede de la Cumbre de Líderes del G20 que se reúnen por séptima ocasión desde la caída de Wall Street en septiembre de 2008. En la primera Cumbre se pensó que a través de un gran plan con tres objetivos –rescatar la economía mundial impulsando el crecimiento mediante políticas anticíclicas, fortalecer el sistema financiero y reformar las instituciones financieras internacionales, y evitar el proteccionismo– se podría rescatar rápidamente la economía mundial y volver a la senda del crecimiento.
A pesar de que ya se cuentan seis cumbres del G20, sus logros son escasos. La situación internacional sigue siendo frágil y economías emergentes como Brasil, China o India se desaceleran. Las reformas al FMI y al Banco Mundial aún están pendientes y el proteccionismo comercial está a la orden del día.
Cuando México asumió la presidencia del G20, en diciembre de 2011, la credibilidad del Grupo ya estaba disminuida por la falta de resultados para efectivamente superar esta crisis. El cumplimiento de compromisos de Cumbres como las de Toronto o Cannes es tan débil que la labor de la presidencia mexicana para alcanzar los consensos necesarios y su implementación a fin de alcanzar soluciones de fondo se ve cuesta arriba.
¿Qué esperar de Los Cabos? A diferencia de la presidencia francesa, México se enfocó en cinco prioridades: acelerar el proceso de estabilización económica y reformas estructurales para el crecimiento y el empleo; fortalecer los sistemas financieros e inclusión financiera; mejorar la arquitectura financiera internacional; promover la seguridad alimentaria, y alentar el desarrollo sustentable. Sin embargo, aun con una agenda modesta, los avances son contados.
En el terreno financiero, a México se le reconoce el acuerdo alcanzado para reforzar al FMI con 430 mil millones de dólares –el incremento de recursos más importante en su historia– lo que dio estabilidad a los mercados pero no reactivó la economía. Sin embargo, no queda claro que priorizar la inclusión financiera esté a la altura de temas nodales como fortalecer los sistemas financieros. Por otro lado, los países del G20 han dejado en el aire uno de los compromisos más relevantes: reformar la gobernanza del FMI. Ello implica modificar estatutos con la aprobación de 60 por ciento de sus miembros. Hasta ahora la administración Obama no ha sometido a su Congreso el paquete de reformas del FMI por temor a que se vincule con temas impositivos y se ponga en riesgo su reelección. Canadá tampoco lo ha hecho, argumentando que no va a pagar por los errores europeos. No queda claro que una vez pasada la Cumbre, México pueda convencer a los detractores de la importancia de cumplir con este compromiso antes de entregar su presidencia en noviembre próximo.
En el terreno económico, la reunión de Los Cabos coincide con las crisis de la Eurozona y del sistema bancario europeo que ya afectan a la economía mundial sin que nadie atine a encontrarle una solución de fondo ni por el lado del gasto ni por la vía del estímulo. México puede ofrecer sus propias experiencias de estabilidad macroeconómica superando sus crisis y apuntalando su sistema bancario, pero tiene poco que mostrar en términos de crecimiento económico y penetración bancaria.
En el área comercial, al contrario de los compromisos plasmados en las declaraciones de líderes, esta crisis destapó la caja de Pandora del proteccionismo. El Reporte Global Trade Alert 2011 encuentra que entre el inicio de la crisis y el 2011 se detectaron más de dos mil nuevas medidas proteccionistas, de las cuales 80 por ciento corresponden a países del G20. México ha hecho llamados a detener esta escalada, sin embargo, poco ha podido hacer para efectivamente frenar a países como Argentina o Brasil que se han retractado de sus compromisos de liberalización para proteger sus industrias y empleos.
Los retos para México para acercar posiciones sobre los apremiantes desafíos económicos y financieros actuales se antojan colosales, más aún cuando por razones electorales se autoimpuso un periodo de siete meses para llegar a la Cumbre. El grave riesgo es que en Los Cabos surjan, una vez más, compromisos no vinculantes o con escaso seguimiento y que dejen en el limbo importantes reformas globales. El momento es delicado y se requieren más que elocuentes declaraciones de líderes para promover la recuperación, el crecimiento y el empleo. La inacción puede conducir a otra crisis aún más severa y de ésta serán responsables los países del G20; desafortunadamente, con México a la cabeza.
Twitter: @luzmadelamora
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