4 nov 2012

México en las celebraciones de la Constitución de Cádiz/

México en las celebraciones de la Constitución de Cádiz/
Judith Amador Tello
Revista Proceso # 1879, 4 de noviembre de 2012.
Para repensar desde Iberoamérica los conceptos de liberalismo y modernidad con el fin de que gobernantes y ciudadanos encuentren nuevas vías de emancipación y sociedades más equitativas (“el neoliberalismo es una mala aplicación del liberalismo”), acaba de lanzarse el proyecto editorial independiente mexicano 20/10 El Mundo Atlántico y la Modernidad Iberoamericana, cuyo primero de cinco números estará presente en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado en Cádiz, España, dedicado al tema “Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz”. Ante las crisis estadunidense y europea, América Latina ofrece hoy condiciones de ventaja sustanciales, dice el editor Carlos González Manterola.


En el contexto de la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, a celebrarse los días 16 y 17 de noviembre en Cádiz, España, con el tema “Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz”, se dará a conocer el primer número del proyecto editorial 20/10 El Mundo Atlántico y la Modernidad Iberoamericana, concebido y realizado desde México por el editor Carlos González Manterola.
El acto, a decir del también director de 20/10 Historia, que editó la serie Memoria de las Revoluciones en México para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, no será exactamente una presentación pues ésta se llevará a cabo en la Ciudad de México a finales de noviembre o principios de diciembre.
Será más bien una forma de hacerse presentes en la celebración del bicentenario de la primera consitución española, conocida como La Pepa y promulgada por las Cortes Generales de España en Cádiz el 19 de marzo de 1812, día de San José:
“Tenemos que estar allá para que sepan que este evento no pasó desapercibido y que esta constitución es importante para el proyecto 20/10 porque se inscribe en la reflexión general que se hace desde México sobre la modernidad y el liberalismo en Iberoamérica.”
Acompañado por la directora editorial, Sandra Barba García, González Manterola rememora en entrevista con Proceso que cuando se hizo la serie de volúmenes sobre Memoria de las Revoluciones en México (con tiraje de 150 mil ejemplares), aparecieron constantemente los términos modernidad y liberalismo.
Sin embargo, a decir suyo se han utilizado tanto que son ya “monedas muy desgastadas” y no se sabe bien a bien de dónde vienen, qué significan y su relevancia actual, por lo cual se propusieron partir de cero y rastrear de dónde vienen esos conceptos, cómo cambiaron al mundo y crearon nuevos paradigmas de organización social, política y económica para Iberoamérica.
No pretenden concentrarse en volver a hacer una historia sobre el liberalismo occidental, pues no es una revista especializada ni en la creación del primer Estado moderno, como fue Estados Unidos tras la independencia de las trece colonias, la revolución francesa o las invasiones napoleónicas a España que dieron pie a los movimientos independentistas en América Latina.
Desde luego son obligadas referencias para reflexionar sobre el liberalismo y el modernismo, su origen y espíritu, para analizar después “con detenimiento, cómo llegaron a México, cómo los adaptamos, los modificamos e hicimos unas formas de modernidad y liberalismo propias, muy legítimas”.
El proyecto, como lo anunció este semanario en marzo pasado (Proceso, 1844), consiste en la edición facsimilar de la Constitución de Cádiz, además de cinco revistas con los títulos Las revoluciones atlánticas, Los proyectos ilustrados, Crisis y recomposición de los imperios, Orígenes del constitucionalismo y La formación de las naciones. Se publicó ya el facsímil y acaba de salir el primer número, que tras su presentación en México comenzará a venderse al público.
Las lujosas ediciones, abundantes en ilustraciones de alta resolución, resultado de una investigación iconográfica en fondos y archivos de diversos países, fueron hechas por Litoprocess. Y además de que podrán consultarse en internet contarán con versiones para Kindle e iPad. Asimismo se tiene abundante material videográfico realizado con los distintos especialistas con el cual TV-UNAM producirá una serie televisiva.
En el primer número colaboran, entre otros, David Armitage, de la Universidad de Harvard; Walter Mignolo, de la Universidad de Duke; Josep M. Fraderea, de la Universidad Pompeu Fabra; Carlos Marichal, de El Colegio de México; Lauren Benton, de la Universidad de Nueva York; Joao Paulo G. Pimenta, de la Universidad de Sao Paulo; Francisco Gil Díaz, presidente ejecutivo de Telefónica México y Centroamérica; y Fernando Savater y José María Portillo, de las universidades Complutense de Madrid y Externado de Colombia, respectivamente.
Su participación en España será el lunes 5 de noviembre en la Sala Benito Juárez de la Casa de Iberoamérica, en Cádiz, y el jueves 8 en el Conversatorio de la Secretaría General Iberoamericana, en Madrid. En ambas estarán presentes la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez Saiz y Enrique V. Iglesias, secretario general Iberoamericano. Como parte de este acto, el artista Sergio Hernández inaugurará su exposición Oaxaca de Juárez, Oaxaca, el mismo día 5 en el Espacio de Creación Contemporánea (ECCO) de Cádiz.
Modernidad en crisis
Para González Manterola aunque el año del Bicentenario de la Constitución de Cádiz está por concluir es importante que México tenga esa presencia en las conmemoraciones porque se trata de la primera constitución política en cuya elaboración participaron americanos, “y digo americanos porque en ese momento no éramos mexicanos, sino novohispanos, granadinos, peruanos, gente de los virreinatos”.
Destaca que el propio Iglesias está muy interesado en el proyecto editorial y en su presentación en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno. Al editor le parece además muy propicio que el primer número salga este 2012 no sólo porque es el año de las celebraciones, sino porque ha resultado “muy paradigmático en cuanto al destino en el mundo del liberalismo”.
Al respecto abunda que la crisis de los últimos cinco años en Estados Unidos “habla de que el liberalismo no es esa panacea norteamericana que nos han vendido”. Hay problemas también en la Comunidad Económica Europea. Y parece haber una condición de ventaja “en términos planetarios” en Latinoamérica por ser “la región con mayores crecimientos económicos ahora y con avances muy significativos en procesos democráticos”.
Todo ello, dice, coloca a Latinoamérica en el tablero internacional y en ese sentido resulta sumamente interesante pensar el liberalismo desde Iberoamérica.
Para el caso de México considera también pertinente la reflexión pues en un mes iniciará un nuevo proyecto de gobierno, “con unas cámaras muy activas ahora mismo, con la expectativa de cuál es la propuesta que nos van a hacer para salir de una serie de atorones que no acabamos de ver cómo se resuelven.
“Ahí, insisto, hay que volver a pensar el liberalismo, sus procesos en Iberoamérica, pues puede ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones respecto de las propuestas y a quienes proponen considerar la historia para hacer planteamientos más vivos, más versátiles, más novedosos. Paradójicamente, con el pasado plantear ideas más novedosas porque hay muchas cosas que ya sucedieron y que nos pueden dar alguna pista a los ciudadanos y a los que hacen las políticas públicas.”
No cree en el lugar común de que quien conoce de historia puede evitar cometer los errores del pasado, pues la historia ha demostrado justamente que los errores se repiten constantemente, pero sí piensa que es un elemento importante a la hora de tomar decisiones tanto para los gobernadores como para los ciudadanos.
–Habla de las ventajas de los países latinoamericanos, algunos de los cuales tienen gobiernos de izquierda. Y ha dicho también que cuando se hace la Constitución de Cádiz, España se coloca como uno de los países modernos, aunque antes había sido la revolución francesa. ¿Cómo ve a España ahora que tiene un gobierno de derecha y con la crisis actual? ¿Está anclada en el pasado?
–Diría primero que tuvo mayor fortuna el constitucionalismo americano que el español. La Constitución de Cádiz, si bien es el primer esfuerzo para todos los iberoamericanos de entrar al mundo liberal, tiene una vida muy corta, desde que es promulgada hasta que vuelve el rey Fernando VII. Y realmente no hay más constituciones prácticamente hasta la muerte de Francisco Franco.
“Fernando VII vuelve al trono (1814) y mete a la cárcel a todos los diputados de las Cortes o los mata, acaba con la Constitución y se vuelve a reciclar la monarquía española. Entonces la experiencia constitucional española es muy desafortunada.
“En el caso latinoamericano es exactamente lo contrario. Es la primera constitución que da pie a lo que uno de nuestros colaboradores en la revista llama el experimento o el laboratorio más prolífico, probablemente, de occidente en propuestas liberales. La cantidad de constituciones que se hacen en Iberoamérica en la primera mitad del siglo XIX es inmensa, todos los países tienen constituciones para 1850.
–Y muy modernas algunas, ¿no?
–Muy modernas, pero sobre todo con aportaciones al liberalismo occidental, con aspectos que no se toman en cuenta en Europa.
“El caso de España –insisto– es muy particular, tiene un siglo XIX político fatal y un siglo XX que tampoco es muy glorioso. Fue glorioso por la República pero luego les cae Franco y no es hasta hace unos treinta años que realmente, desde mi punto de vista, España entra a la modernidad, tras la muerte de Franco y con la llegada al poder de Adolfo Suárez y luego de Felipe González.
“Pero esto sucede hasta 1976, ya casi en los ochenta, cuando están haciendo la nueva constitución, que es la que tienen ahora. Yo creo que realmente España se hizo moderno ¡hace nada! Treinta y seis años. Date cuenta que en el franquismo el catolicismo seguía siendo una religión oficial, había fueros militares, en fin, digo, era absolutamente delirante que al mismo tiempo que Jean-Paul Sartre estaba hablando de temas sofisticadísimos, olvídate ya del liberalismo, en España mandaban los obispos, los militares y Franco. Entonces la modernidad española es recientísima.”

Colonialismo moderno
En opinión suya un momento glorioso para España fue la República, pero al final de cuentas no lo aprovecharon y quienes sí lo capitalizaron fueron nuevamente los latinoamericanos, con el exilio español en México, en Argentina y en otras partes de América Latina:
“A nosotros nos dan otra vez un impulso liberal en todo lo político, económico, social, etcétera. Pero pues son cinco años de República, fue un lapso cortísimo.”
Uno de los Estados que considera paradigmático en cuanto a su proyecto liberal, es Estados Unidos. A su juicio es el inventor del Estado moderno, pero ahora tiene un problema “terrorífico en todos los ámbitos”. Hay en suma una crisis del liberalismo occidental.
Interviene Sandra Barba para exponer que el liberalismo en sus orígenes logró cambiar las ideas de la gente. Ahora la mayoría está convencida de la igualdad y el derecho a las libertades frente al gobierno. El problema, quizá, es que no siempre hay las instituciones o las decisiones modernas. Por eso piensa que es importante la revisión que hace el proyecto 20/10 porque recuerda que esos ideales de igualdad y libertad son la esencia del liberalismo y deben reivindicarse, a eso se debe aspirar.
–¿Y cuando hablan de crisis del liberalismo se refieren a ese origen o al neoliberalismo actual?
Para Barba entre ambos conceptos hay una gran diferencia, y el problema es que el liberalismo no se ha aplicado como debiese. Pone como ejemplo al Estado francés del siglo XIX que promulgó la igualdad, pero cuando sus colonos de Haití cuestionaron si ellos también eran iguales no lo aceptó.
En México, agrega la editora, se habla de neoliberalismo pues existe un “capitalismo de cuates”, no hay una real competencia sino que dominan los monopolios y “eso no es liberal económicamente, es corporativismo”.
González Manterola dice a su vez que el liberalismo se expresa en lo económico, lo político, los derechos humanos, en la libertad del individuo para actuar, manifestarse, pensar, y es importante revisar esos conceptos. La revista se propone hablar más del liberalismo económico que del llamado neoliberalismo.
Y agrega:
“Para que exista un liberalismo deben existir las instituciones necesarias en todos los ámbitos: instituciones liberales para la aplicación de la justicia, para la creación de leyes, para el ejercicio del poder desde el ejecutivo, si empiezan a fallar y no hay liberalismo político no puede haber liberalismo económico y sin liberalismo económico no puede haber liberalismo social.
“El liberalismo original, al que debemos tender, lo que pensaba un Juárez mismo, que era un liberal, era este pacto social donde está lo económico, lo político, los derechos de los individuos, y en la medida en que no se ha dado el liberalismo a cabalidad, se dan perversiones, torceduras que acaban en formas que se manifiestan en el tema económico de una manera más contundente… Lo que entendemos por neoliberalismo es una mala aplicación del liberalismo.”
Recomienda la lectura del texto de Gil Díaz “¿Tiene vigencia el liberalismo?” incluido en este primer número, en el cual el exsecretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno de Vicente Fox, hace un recuento histórico sobre el liberalismo, y a partir de ahí reflexiona sobre el liberalismo político y económico.
Se le recuerda al director de 20/10 que Gil Díaz estuvo vinculado con Carlos Salinas de Gortari, a quien se considera como uno de los artífices del neoliberalismo en México.
Entonces tanto él como Sandra Barba destacan que la revista da cabida a una pluralidad de voces, y así como Gil Díaz expone su visión de liberalismo, lo hace Walter Mignolo, quien considera que la modernidad, impuesta en comunidades originarias de América, ha sido también una forma de “colonialidad” y cita a Enrique Dussel, que afirma:
“La modernidad nos ha legado un proyecto emancipatorio al mismo tiempo que nos ha embarcado en un proyecto genocida en nombre de la emancipación.”
A lo largo de los cinco tomos, que se espera sumen unas dos mil páginas, habrá reflexiones y análisis desde diferentes campos: historia, literatura, artes, arquitectura, economía, ciencia y caricatura, por mencionar algunos.
Concluyen los editores que conocer la historia de la modernidad permitirá evaluar mejor sus resultados y confrontarlos con los ideales de igualdad y libertad para cuestionar: ¿Queremos ser modernos? ¿Realmente nos sabemos iguales? ¿Es este el trato que nos dan nuestras instituciones? ¿Ejercemos nuestras libertades? Se entenderá así por qué se han hecho ciertas concesiones.

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