23 dic 2012

El mito del fin del mundo/ Henry Kamen

El mito del fin del mundo/ Henry Kamen es historiador británico. Su último libro es El rey loco y otros misterios de la España imperial (La Esfera de los Libros, 2012).
La Vanguardia, 21 de diciembre de 2012;
El Mundo tal como lo conocemos está programado para que acabe hoy viernes. Más exactamente, el mundo terminará el 21 de diciembre de 2012, cuando un ciclo de 5.125 años conocido como la Cuenta Larga en el calendario maya llegue a su fin. Millones de personas no dudan de ello, y ya se están preparando para el suceso. En un pequeño pueblo situado en las Montañas Rocosas, las tiendas se están quedando sin suministros. En todas partes, la gente está comprando alimentos en cantidades. En una ciudad industrial al este de Moscú, los habitantes aterrorizados han acaparado cerillas, queroseno, azúcar y velas. En Siberia, los ciudadanos han acopiado alimentos y velas para sobrevivir un período sin luz, siguiendo las instrucciones de un monje tibetano llamado El Oráculo de Shambhala. El pánico en partes de Rusia es tan grande que políticos, clero y psiquiatras han salido en la televisión para
asegurar a la opinión pública que no pasará nada, aunque un ministro ha declarado que los rusos aun así están expuestos a «ventiscas, tormentas, tornados, inundaciones, problemas con el transporte y abastecimiento de alimentos, averías en el suministro de agua, electricidad y calefacción». Es decir, la vida de cada día para un ruso, pero no el fin del mundo. El patriarca de la Iglesia ortodoxa de Ucrania recientemente emitió un comunicado asegurando a los fieles que «el Día del Juicio Final seguramente vendrá», pero vendrá provocado por el deterioro moral de la Humanidad, no por el «desfile de planetas o el final del calendario maya». Según una encuesta reciente, más de una de cada 10 personas en el mundo piensa que el calendario maya apunta hacia Armagedón. Una encuesta de Reuters de este año halló que una de cada siete personas cree que el mundo terminará durante alguna etapa de su vida, eso si no sucede esta semana.
El hecho es que no hay escapatoria. Al parecer el único lugar de la Tierra que sobrevivirá es un pueblecito occitano cerca de los Pirineos franceses. El mes pasado, el alcalde de Bugarach, un pueblo al pie de las montañas de Corbières en el distrito sur de Aude, alertó a las autoridades después de que leyera en Internet que los que creen en el Apocalipsis planeaban refugiarse allí en 2012. «Algunos sitios web en Estados Unidos están vendiendo entradas para venir aquí», dijo el alcalde. «Somos sólo 200 habitantes; no queremos de 2.000 a 3.000 utópicos en Bugarach». Estuve en Corbières hace algún tiempo y encontré su vino delicioso. Los que ahora están interesados por la zona no les preocupa demasiado el vino.
Algunos websites franceses e internacionales devotos del Apocalipsis afirman que la montaña cerca de Bugarach es un lugar sagrado que les protegerá del fin del mundo. Algunos incluso creen que en el Día del Juicio Final – es decir, hoy viernes- serán secuestrados por un grupo de extraterrestres que viven en el interior de la montaña. Bugarach y sus alrededores aún guardan rastros significativos de sectas religiosas medievales, incluyendo los cátaros, quienes construyeron admirables castillos cerca de allí. Unos kilómetros más allá se encuentra la aldea de Rennes-le-Château, cuyos tesoros supuestamente escondidos han inspirado a muchos autores internacionales, incluyendo a Dan Brown, autor de El Código Da Vinci, y Steven Spielberg, director de Encuentros en la Tercera Fase. Al menos eso es lo que se rumorea.
Muchos se reirán de todo el tema, y ha habido artículos en los periódicos diciendo que todo es falso. El tema no es ése. Toda la cuestión debe tomarse muy en serio, porque puede haber repercusiones. Este año, una encuesta a 16.000 adultos en 21 países, halló que casi el 10% había experimentado miedo o ansiedad sobre la posibilidad de que el mundo terminara en diciembre de 2012. Como resultado, los científicos de la NASA han analizado a fondo la posibilidad de que la Tierra termine esta semana, y concluyen que el 21 de diciembre de 2012 no será más que un solsticio normal de diciembre. Decidieron investigar porque su web ha recibido desde 2007 más de 5.000 preguntas del público sobre el tema, algunos preguntando si debían matarse a sí mismos, a sus hijos o a sus mascotas. La histeria colectiva posiblemente podría ocurrir esta semana en algún lugar del mundo. El Vaticano también está preocupado. El periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, ha publicado un artículo de uno de sus astrónomos, jesuita, bajo el titular «El fin que no vendrá… al menos por ahora».
No hace falta decir que los seres humanos también hemos decidido destruirnos a través de la masiva actividad criminal. Existen temores de que los delincuentes cibernéticos intenten atacar a servidores de internet y otros medios de comunicación, así como a los bancos y centros de seguridad de EEUU, para que todo el volumen de la información y comunicación caiga en el caos. El Departamento de Seguridad Nacional ha advertido de los planes que el grupo de hackers conocido como Anonymous ha preparado para montar un Proyecto Mayhem (es decir, Caos), que podría traer ataques cibernéticos, previstos para el 21 de diciembre de 2012.
Aquellos que investigan lo que está sucediendo descubrirán repetidas referencias al calendario maya y a supuestas profecías mayas sobre el fin de los tiempos. Varios expertos sobre los mayas han escrito libros, sugiriendo que el calendario maya señalaba una aniquilación de nuestro mundo actual, en diciembre de 2012. Otros expertos coinciden en que el calendario podría sugerir que algo iba a ocurrir, pero que no había ninguna indicación de una catástrofe; y que el fin de un ciclo calendario simplemente significa, como con nuestro calendario gregoriano, el comienzo de otro. Sin embargo, el miedo (¿o la esperanza?) de una destrucción apocalíptica repentina parece estar profundamente arraigado en la mente humana. Todos recordamos la inquietud con que nos enfrentamos a la medianoche, justo antes del año 2000. Muchísimos esperarán el día 21 con el mismo temor. Y quizás tengan razón. Recordemos que la fecha no es simplemente un fenómeno del calendario maya. Por mi parte, he investigado las profecías de Nostradamus, y casi no hay duda de que también tenía teorías acerca de esta fecha. Para Nostradamus el temor estaba en la aparición de la Gran Bestia, que en el Libro del Apocalipsis lleva el número 999 (o, alternativamente, 666) en la frente. El triple número es la clave del misterio. Si tenemos en cuenta la fecha de la era cristiana de 21.12.12, que es la fecha del viernes de esta semana, debería causar estremecimiento que cada cifra se repita tres veces, y que multiplicando cada grupo de cifras por tres nos dé 999, el número de la Bestia y que multiplicando sólo dos grupos juntos nos dé 666, que es también el número de la Bestia.
Tal vez nada ocurra, pensará la gente racional. ¿Pero podemos realmente descartar la posibilidad del desastre? La respuesta bien puede proceder de la montaña de Bugarach. Según un seguidor francés de lo esotérico: «El 21 de diciembre, la montaña se abrirá y desde las entrañas de la tierra surgirá un inmensa nave, enterrada durante eones, que subirá a bordo a todos los humanos que más merezcan salvarse del cataclismo predicho por los mayas». Los cielos estarán despejados para la nave, porque algunas compañías aéreas han dispuesto ese día en especial para convocar una huelga, por lo que no habrá aviones que impidan el paso. El 21 de diciembre, por tanto, marcará el fin de una era mala y el comienzo de una nueva. Uno de los hombres que predica esto a sus seguidores es Kalki Bhagwan, un famoso gurú en el sur de la India, que dice que el año 2012 marcará el fin de la era de Kali Yuga y el comienzo de una nueva era. Sólo nos queda esperar y ver.


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