2 dic 2012

Posicionamientos ante la firma del Pacto por México

Intervenciones durante la Firma del Pacto por México
  • Osorio Chong, Madero, Zambrano Y Cristina Díaz.
:El Secretario de Gobernación, licenciado Miguel Ángel Osorio Chong:
Señor Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto; señora y señores dirigentes nacionales de los partidos políticos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.

Señores Gobernadores; señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal; Gobernadores electos; señor Jefe de Gobierno electo del Distrito Federal; señores Presidentes de las Mesas Directivas de las Cámaras de Senadores y Diputados; señores Coordinadores Parlamentarios; Secretarias y Secretarios de Estado.
Señoras y señores:
A todos, bienvenidos a este trascendental evento.
Lograr acuerdos implica proponer, no imponer. Lograr la unidad, no significa que tengamos las mismas ideas, significa que perseguimos los mismos fines.
En esta nueva etapa de México, los partidos demuestran que la democracia no se traduce sólo en representación popular. Hoy, demostramos con hechos que la democracia se traduce en acuerdos, negociación permanente y colaboración respetuosa y responsable.
Condiciones que son mecanismos de la política para generar resultados en favor de la gente.
Por ello, señor Presidente, con gran satisfacción, me permito informarle los antecedentes que permitieron la construcción de este histórico acuerdo político para nuestro país: el Pacto por México.
 Los liderazgos de los partidos políticos y su equipo en la transición, nos reunimos, en reiteradas ocasiones, para dialogar, presentar alternativas, generar propuestas. Se antepusieron, por encima de ideologías e inercias propias a México, logrando así, acuerdos que trascienden a toda la sociedad.
 Las dirigencias nacionales de los partidos acordaron no hacer públicas las reuniones y los acuerdos, hasta en tanto estuviera construido y acordado un documento final; documento, que, por cierto, sufrió múltiples modificaciones, vale decirlo, todavía, en la madrugada de hoy.
 Es así como se presenta, ante usted señor Presidente de la República, el acuerdo logrado por los tres partidos políticos para que, ante su presencia y voluntad política, signarlo ante el pueblo de México.
 El Pacto es ejemplo de que el diálogo y la política, son los mecanismos para alcanzar acuerdos. No se trata de concesiones, se trata de una agenda de causas comunes para México.
 El Pacto por México contempla objetivos, plazos y metas. Para lograr lo anterior, el Pacto considera reformas legales, por lo que se le solicitará, de manera respetuosa al Congreso de la Unión, conocer y, en su caso, respaldar.
 Señor Presidente:
Me permito dar a conocer la carátula del Pacto, así como el método de trabajo acordado: Pacto por México:
México tiene una sociedad plural. Sus fuerzas políticas representan a millones de mexicanos que les han otorgado, con su voto, el mandato para representarlos. Representarlos en las Cámaras del Congreso de la Unión, en las entidades federativas y los municipios, así como en el Poder Ejecutivo Federal, se expresa la diversidad, que debe de ser reconocida por todos.
 Hoy, ninguna fuerza política puede, por sí sola, imponer su propia visión ni un programa único. Las reformas que el país necesita no pueden salir adelante sin un acuerdo ampliamente mayoritario.
 El Estado mexicano tiene, ante sí, retos de proporciones mayores. La situación económica en varias regiones del mundo, se deteriora con gran rapidez. México cuenta con instituciones políticas, económicas y financieras, que le han permitido sortear, con estabilidad y certeza, esta difícil situación mundial.
 Sin embargo, el país debe seguir tomando medidas preventivas, para hacer frente a las posibles contingencias que se le presenten. En este contexto, México cuenta con condiciones favorables que debemos aprovechar.
 La creciente influencia de poderes fácticos, frecuentemente, reta la vida institucional del país y se constituye en un obstáculo para el cumplimiento de las funciones del Estado mexicano.
 En ocasiones, esos poderes obstruyen, en la práctica, el desarrollo nacional, como consecuencia de la concentración de riqueza y poder que está en el núcleo de nuestra desigualdad.
 La tarea del Estado y de sus instituciones, en esta circunstancia de la vida nacional, debe ser someter, con los instrumentos de la ley y en un ambiente de libertad, los intereses particulares que obstruyan el interés nacional.
Nuestro largo proceso de transición democrática debe culminar. Las diferencias políticas y la legítima aspiración de acceder al ejercicio del poder mediante el voto, no debe de impedir que las diversas fuerzas políticas logren acuerdos que coloquen los intereses de las personas por encima de cualquier interés partidario.
Necesitamos concentrar nuestras acciones en culminar la transición democrática y orientarla hacia las metas de bienestar social, libertad personal y seguridad a las que siempre hemos aspirado.
El país requiere un pacto integral, profundo, de largo alcance, que consolide a México como una democracia política y socialmente eficaz.
 Por ello, los que suscribimos el Pacto por México, hemos acordado profundizar el proceso de democratización del país con base en tres ejes rectores:
 El fortalecimiento del Estado mexicano, la democratización de la economía y la política, así como la ampliación y aplicación eficaz de los derechos sociales.
 La participación de los ciudadanos como actores fundamentales en el diseño, la ejecución y la evaluación de las políticas públicas. Este nuevo avance requiere de un pacto nacional que comprometa al Gobierno y a las principales fuerzas políticas, dispuestas a impulsar un conjunto de iniciativas y reformas para realizar acciones efectivas para que nuestro país mejore.
Este Pacto, debe formarse con los puntos coincidentes de las diversas visiones políticas de México. El Pacto, debe construir un espacio común para realizar los cambios que el país necesita y que ninguna fuerza política puede llevar a cabo por sí sola.
Este Pacto nacional no elimina las diferencias ni la competencia política. No pretende ignorar que venimos de una intensa lucha electoral en la que confrontamos programas de Gobierno y disputamos el voto de los mexicanos.
Pero una vez terminada la contienda electoral, calificada la elección e instaladas las Cámaras del Congreso de la Unión, ha llegado el momento de asumir nuevas responsabilidades comunes con México.
 Este Pacto pretende sentar las bases de un nuevo acuerdo político, económico y social, para impulsar el crecimiento económico que genere los empleos de calidad que demandan los mexicanos, y construir una sociedad de derechos que ponga fin a prácticas clientelares, ampliando los derechos y las libertades con transversalidad y perspectiva de género, así como materializando los que ya están consagrados en la Constitución para generar bienestar para toda la población, disminuir la pobreza y la desigualdad social.
 Por ello, se suscribe este Pacto por México, que contiene cinco acuerdos:
 Uno. Sociedad de derechos y libertades.
 Dos. Crecimiento económico, empleo y competitividad.
 Tres. Seguridad y justicia.
 Cuatro. Transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
 Cinco. Gobernabilidad democrática.
 Método de trabajo:
 Se constituirá un Consejo Rector. Tendrá la responsabilidad de articular las negociaciones centrales, definir objetivos, determinar mesas de trabajo por materia y/o reforma, establecer un calendario de trabajo y elaborar las iniciativas de ley que se requieran para someterlas a la discusión del Congreso de la Unión.
 Estará integrada por tres representantes designados por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto; tres representantes designados por el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, Gustavo Madero; tres representantes designados por la Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, María Cristina Díaz; y tres representantes designados por el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano.
Coordinación Técnica:
Tendrá la responsabilidad de dar seguimiento a los acuerdos de Consejo Rector y a los acuerdos de las mesas de trabajo por materia, así como instrumentar las acciones de comunicación y difusión a la opinión pública.
Los miembros de la coordinación técnica serán designados de la siguiente manera: Un representante del Presidente de la República, un representante del Presidente del PAN, un representante de la Presidenta del PRI y un representante del Presidente del PRD.
Se incluirán mecanismos de seguimiento y evaluación, a los que se invitará a personajes destacados de la sociedad civil organizada.
Reglas de procedimiento:
Uno. La comunicación de avances y/o acuerdos a la opinión pública se realizarán siguiendo un procedimiento acordado por las cuatro partes. Los voceros, también, tendrán que ser autorizados por las cuatro partes.
El Consejo Rector tendrá la Página Web: www.pactopormexico.org, , como instrumento de comunicación e interacción con la población que será administrada por la Coordinación Técnica.
Calendario Inmediato:
 Invitar a otras fuerzas políticas a sumarse al acuerdo. Presentar las tres iniciativas inmediatas: Reforma Educativa, Reforma en Telecomunicaciones y Ley Nacional de Responsabilidad Hacendaria y Deuda Pública para las Entidades Federativas y Municipios. Acordar mesas y calendario de trabajo para la preparación de una segunda ronda de reformas.
 Gracias a todos por su atención.
Posicionamientos:
Gustavo Madero Muñoz, Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional:
Señor Presidente Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Presidentes de los partidos políticos; señor Diputado Jesús Murillo Karam, Presidente de la Cámara de Diputados; señor Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente de la Cámara de los Senadores; estimados Gobernadores; Secretarios de Estados; estimados Coordinadores Parlamentarios; estimados compañeros; amigas y amigos.
 Existe un sinnúmero de maneras para medir la grandeza de cualquier país. Una de ellas, debe ser su capacidad para contar con instituciones democráticas para generar políticas públicas, para ampliar oportunidades, y derechos y libertades para todos sus habitantes.
En otras palabras, la fortaleza democrática institucional de un país, determina su desarrollo.
México, hoy, es la treceava economía del mundo. Tiene el mismo lugar mundial en términos de su población y de su extensión territorial. Sin embargo, se ubica en el lugar número 57 en el Índice de Desarrollo Humano; en el número 51 en el Índice de Competitividad Internacional; y en el número 57, medido en términos del coeficiente del nivel de distribución del ingreso, el coeficiente Gini.
La razón para explicar esta diferencia, esta brecha, entre el tamaño de nuestra economía, nuestra población y nuestro territorio, que ronda en el treceavo lugar; la brecha con el Índice de Desarrollo de Competitividad y Desigualdad que rondan los 50, en el lugar 50, 51, 57, se explica por una razón fundamental.
No contamos los mexicanos con un sistema político eficaz que genere los bienes públicos, los acuerdos necesarios para transformar la realidad y generar las oportunidades de desarrollo a todos los mexicanos, como lo anhelamos todos los partidos.
No ha sido falta de propuestas. Ha sido falta de apoyo político en las propuestas, lo que nos ha impedido superar las grandes deficiencias, los grandes rezagos, la gran desigualdad.
Se dice que estamos sobrediagnosticados, sobrerecomendados, pero, también, que tenemos escasez de acuerdos para construir las reformas de gran calibre.
Los mexicanos decidimos hacer de la democracia el cauce fundamental para dirimir nuestras diferencias, en pluralidad, pero esta enorme conquista no la hemos volcado, también, en un cauce para procesar , también, nuestras coincidencias. Es aquí, en donde se encuentra el mayor reto y la mayor oportunidad de este Acuerdo Nacional.
Nuestro país adolece de acuerdos y políticas de Estado, producto de mayorías estables. Nuestra pluralidad legislativa, por la que tanto luchamos, no ha logrado un diseño institucional que permita tomar decisiones conjuntas en beneficio del país, porque no tenemos incentivos para lograrlo.
Desde 1997 a la fecha, nuestra democracia ha estado caracterizada por gobiernos divididos. Y así, lo seguirá estando hasta el 2018.
Ha estado caracterizado, también, por un sistema político que no incentiva la construcción de mayorías estables, lo cual se traduce en una debilidad institucional y en una ausencia de reformas de la intensidad y frecuencia que nuestro país demanda para superar la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.
La falta de estas reformas afecta a los más débiles, a los más necesitados, y favorece a los intereses de los poderes fácticos, que no pueden ser sometidos, más que por un Estado democrático, fuerte y soberano.
Los gobiernos del PAN han hecho un gran trabajo para darle estabilidad económica y fortaleza institucional a nuestro país. Pero no contaron con un apoyo mayoritario para la aprobación de las grandes reformas estructurales.
La falta de este respaldo ha derivado en la preservación del status quo y de los intereses de los poderes fácticos, lo cual, ha hecho que son los que anteponen los intereses por encima de los intereses generales de la población.
 La falta de acuerdos ha generado un impasse transicional. Este impasse puede ser superado hoy, por un gran acuerdo entre la mayoría de las fuerzas políticas, un acuerdo para impulsar estas reformas que permitan generar más democracia, más progreso, más inclusión social.
 Por eso, reconocemos la disposición al diálogo y el lugar que el Presidente Enrique Peña Nieto le ha dado a este Pacto, producto de una intensa discusión, análisis e inclusión de los principales temas de la agenda nacional, en un diálogo pluripartidista, para superar esta condición de falta de acuerdos, con respaldo político amplio.
 El PAN es un partido responsable. El PAN es una fuerza política que impulsa, desde sus orígenes, la democracia, la modernización económica y la inclusión social.
 Hemos impulsado la transición y la agenda democrática desde nuestros orígenes como Gobierno y, ahora, como fuerza transformadora, perseveraremos en estos propósitos y, por eso, anticipamos, con beneplácito la construcción de este gran acuerdo como una gran señal positiva para este periodo político que empezamos.
 La firma de este acuerdo tiene como propósito dar el primer paso para construir mayorías y avanzar en la consolidación de instituciones y prácticas democráticas que impulsen al país a mayores niveles de desarrollo y de bienestar.
El acuerdo ha incluido mucho de las principales agendas pendientes de la transición democrática, de la modernización económica y de la inclusión social. Sin embargo, no la agota ni la inhibe para enriquecerla.
 La agenda es ambiciosa y consideramos que su desahogo le dará un nuevo rostro al país, un mejor futuro a nuestros hijos y mayores oportunidades a todos los mexicanos.
 El PAN reconoce que gran parte de nuestra plataforma y agenda legislativa está contemplada en este acuerdo, lo cual nos anima para confiar que su aprobación pueda lograrse y convertirse en una realidad.
 Debemos traducir en iniciativas legislativas este acuerdo y respaldar el trabajo de nuestros Legisladores para su deliberación, su enriquecimiento y la aprobación con el liderazgo de los coordinadores parlamentarios que hoy nos acompañan.
 El Pacto no cancela nuestras diferencias, no condiciona nuestro ejercicio crítico, ni nuestro deber de ser contrapeso y equilibrio frente al nuevo Gobierno. Lo que hace es abrir una gran oportunidad para un momento de unidad nacional en lo esencial, y lograr una competencia más civilizada en la lucha electoral.
 Quiero agradecer, finalmente, al equipo de trabajo que hizo posible llegar a estos acuerdos. Quiero agradecer a Santiago Creel Miranda y a Juan Molinar Horcasitas, por su colaboración para que este documento fuera construido con las aportaciones de la agenda de nuestro partido.
 Quiero hacer un reconocimiento al trabajo eficaz de Aurelio Nuño y de José Murat, quienes ayudaron en su coordinación y elaboración.
 Quiero hacer al Secretario de Gobernación, Miguel Osorio; y al hoy Secretario de Hacienda, Luis Videgaray; y al hoy Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, hoy miembros del Gabinete del Presidente Enrique Peña, por haber tendido los puentes con generosidad y apertura valiente al diálogo y a la negociación.
Quiero hacer un gran reconocimiento al Presidente del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, a Jesús Ortega y a Carlos Navarrete, por su iniciativa y compromiso para trabajar por México más allá de las visiones de partido.
 Finalmente, quiero reconocer al Presidente Enrique Peña Nieto por haber sido audaz en dar este gran paso para construir consensos que necesitamos los mexicanos para impulsar el desarrollo de nuestro país.
 Muchas gracias.
*
Jesús Zambrano Grijalva, Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática:
Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de la República; dirigentes de los partidos políticos nacionales aquí presentes; Presidentes de las Cámaras de Diputados y de Senadores; Coordinadores de los grupos parlamentarios que están aquí, también, presentes; a los amigos Gobernadores de todos los partidos políticos; a las y los Diputados Federales y locales que están aquí; a nuestros amigos, amiga, Jefes Delegacionales del Distrito Federal; dirigentes políticos; compañeras y compañeros; a las y los integrantes del Gabinete.
Hoy, estamos aquí, fuerzas políticas que hace apenas unos cuantos meses, disputamos el voto entre las mujeres y los hombres de nuestro país. Fuimos a la contienda electoral a proponer nuestro programa, a presentar nuestras propuestas, nuestro diagnóstico de la vida del país y de los estados.
Fuimos a esa contienda convencidos de que México necesita un cambio profundo, un cambio verdadero y al igual que millones de mexicanos, de mujeres y de hombres, en el PRD estamos profundamente insatisfechos con la realidad actual de nuestra Patria.
Nos duele el rezago histórico frente al anhelo de que las mujeres y los hombres de nuestro país tengan derechos plenos y mejores condiciones de vida.
Nos duele la desigualdad social y la injustica, la enorme y ya casi insultante concentración de la riqueza en los sectores de más altos ingresos.
Nos duele que la educación no sea hasta hoy una palanca para el ascenso social y para la superación de nuestros rezagos.
Nos duele la discriminación contra los pueblos indios y contra los sectores vulnerables de la sociedad.
Nos indigna que los poderes fácticos de todo tipo hayan doblegado una y otra vez a los gobiernos de uno y otro partido.
Como resultado de las elecciones, tuvimos un respaldo a las propuestas de la izquierda, especialmente, hacia el PRD. Ganamos de casi 16 millones de votos, ganamos nuevas voluntades, ganamos nuevos territorios, también.
 Y en su momento, oportunamente hicimos nuestro juicio político y nuestro juicio institucional sobre la calidad democrática de la elección. Las ejercimos a plenitud, esperamos el fallo de las autoridades correspondientes del Tribunal. Lo emitió constitucionalmente en apego a sus voluntades.
 Y aquí estamos en este nuevo capítulo de la historia como un partido respetuoso de la institucionalidad de nuestro país.
 Y, por lo tanto, también, lo que sucedió en las urnas, la decisión del electorado fue que ninguna fuerza política, como se dice, en la introducción del documento puede por sí sola sacar adelante sus propuestas o resolver los grandes y graves problemas del país.
Y cabe, entonces, la pregunta. Qué hacer, ante esa decisión de una sociedad que, al mismo tiempo, que distribuyó el poder está cansada de décadas, de mentiras; de esa mayoría de la sociedad, que sabe que la democracia política tiene un enorme déficit social, de que tenemos una democracia política sin alma social; de que los partidos políticos pensemos, solamente, o principalmente, en función de nuestros intereses.
La respuesta es muy sencilla. La gente quiere verdades y acciones efectivas de nosotros. Dice un prestigiado político mexicano, politólogo mexicano. Que cuando los pueblos llegan a lo más elemental; o sea, a la preservación de la vida, tienen que hacer cuentas con su pasado, y es cuando se reinventan, cuando llenan de nuevos contenidos sus valores colectivos; o los llevan a terrenos que nunca antes habían ensayado, derriban fronteras que parecían infranqueables, es cuando maduran.
En el PRD, estamos convencidos de que México ha llegado a ese punto, al de la sobrevivencia, en todos sus sentidos. Hay un agotamiento evidente del modelo económico, político y social, cultural, en el que nos desenvolvemos, pero al mismo tiempo, México ha madurado para dar un salto hacia adelante, y reinventarse, como lo dice este prestigiado politólogo.
Por eso necesitamos cambiar le ecuación, no pensar para nosotros como partidos políticos, sino para actuar responsablemente, hablar con la verdad y emprender nuevas acciones.
Y hablando con la verdad, una primera verdad, es que son tan grandes los problemas que tenemos en nuestro país, que una sola fuerza, como lo hemos dicho, por sí sola no podrá plantearse el reto de enfrentarlos exitosamente.
Una segunda verdad, es que tampoco lo podrá hacer una sola persona, en este caso, un solo hombre, desde la Presidencia de la República. Ya otros, con buena voluntad, o por arrogancia, lo intentaron y fracasaron.
Una tercera verdad, es que los partidos políticos y gobiernos, no podemos asumir que solamente con buenas voluntades enfrentaremos los retos. Y las élites políticas, los partidos políticos, solos, hasta por la desconfianza social de la gente, en nosotros, no podremos solos dar este salto exitoso hacia adelante.
O la democracia es de todos, o no es democracia, sino mera simulación o demagogia. Aquí, se requiere que todos los sectores, nosotros y la oposición ciudadana; nosotros, partidos políticos y gobiernos, y la oposición ciudadana, que representa a una sociedad fuerte y activa, participe de estos esfuerzos, participe en la toma de decisiones.
Por ello, estamos aquí fuerzas tan diferentes, con la convicción de recuperar la vigencia del Estado mexicano, para darle fuerza y valor a la institucionalidad, dispuestos a cambiar la ecuación de hacer política sólo pensando en nosotros y no pensando en la sociedad y en nuestra Patria.
No queremos la descomposición ni la violencia que, desgraciadamente, el día de ayer se hizo presente en esta ciudad capital de todos los mexicanos. Una violencia que no queremos y que no podemos ni debemos avalar.
Después de dos meses, este equipo, al que yo le reconozco, también, todo el trabajo que en distintos momentos y con distintas participaciones, hizo posible que llegáramos, como ya lo mencionó el Presidente Madero, a este evento en el que hoy nos encontramos. A un pacto nacional, a un pacto por México, a un pacto por la gente. Con importantes contenidos, como se podrá ver, cuando se analice. Como una expresión de voluntades allí aterrizadas, que se hicieron presentes.
Y hay que ver que esto no es más que un primer paso, apenas. Le toca, con toda la autoridad que tiene el Poder Legislativo, asumir y traducirlo en hechos, en acuerdos legislativos, en reformas legales, al Gobierno de la República, por supuesto, y a los gobiernos de los estados, pero, especialmente, al Gobierno de la República, encabezado por el licenciado Enrique Peña Nieto.
Desde luego, también, le toca una parte fundamentalísima en este sistema político que está diseñado, justamente, en esta situación, en esta tesitura. Pero sigue todo lo demás, esta es una parte de hacerlo realidad.
Ya ayer, yo celebro que así haya sido, el Presidente de la República asumió en su discurso dos grandes de los contenidos que están presentes en este Pacto por México. Celebro que los haya retomado y los haya hecho suyos como parte del inicio de su gestión para los próximos seis años.
Sabemos que hay suspicacia, mucha suspicacia en la sociedad. Por ello, proponemos este método de seguimiento y de evaluación. Y por ello, también, la necesidad de un órgano evaluador y de seguimiento desde la sociedad civil. Hay que escuchar a las organizaciones de la sociedad civil, a las organizaciones sociales, que sé, a estas alturas, que tienen observaciones y que deben participar con una visión crítica y enriquecerlo. Y hay que saberlos escuchar para que, justamente, logremos que haya esta participación y no se quede encerrada en las élites políticas.
Hay quienes nos advierten, por otro lado, que esto no se va a cumplir. Y a nosotros, especialmente, como el partido más importante de la izquierda nos dicen que estamos entregando nuestro capital político, y que nos estamos desdibujando como izquierda, que estamos perdiendo el perfil de fuerza de izquierda.
Yo quiero aquí refrendar ante este evento tan importante, en este sitio tan lleno de historia, que sabemos que es un riesgo, sí, pero que vale la pena asumirlo. Son de esos riesgos que vale la pena tomarlos de frente y en nuestras manos.
Y el PRD, como principal partido de la izquierda, está claramente decidido a actuar como una izquierda responsable. No le apostamos al desastre en el país, queremos crecimiento, desarrollo económico con democracia y con dignidad social.
Somos oposición nacional, pero somos gobierno en cinco entidades de la República como fuerza de izquierda, en 345 presidencias municipales y con presencias indiscutibles en las Cámaras del Congreso de la Unión y en las Cámaras locales. Y, sobre todo, millones de votos y de mucha gente que esperanzada en un cambio verdadero votó por nosotros.
Por eso, hoy, también, hay que decirlo, más que esperanza, la gente quiere certidumbre de que puede haber un futuro mejor; de que otro México es posible para bien de todos, de nuestros hijos y de las generaciones venideras.
Por eso, estamos aquí, con esa convicción. Democracia ya. Patria para todos.
Viva México.
Gracias.
*
Senadora María Cristina Díaz Salazar, Presidenta Interina del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional:
Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; Diputado Jesús Murillo Karam, Presidente de la Cámara de Diputados; Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente de la Cámara de Senadores; Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; Gustavo Madero Muñoz, Presidente Nacional del Partido Acción Nacional; Jesús Zambrano Grijalva, Presidente Nacional del Partido de la Revolución Democrática; señores Coordinadores parlamentarios; señores Legisladores; señores Gobernadores y Gobernadores Electos; señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal y Jefe de Gobierno Electo; señores integrantes de los equipos de negociación; señoras y señores representantes de los medios de comunicación:
 Lo que hoy nos convoca es el motivo de una gran oportunidad.
 Este Pacto por México tiene una fundamental envergadura. Es el paso inmediato a la consolidación democrática, a la voluntad por el acuerdo, a la necesidad de mejorar.
El Pacto por México que aquí signamos, es el propósito que aglutina a todos, a partidos, al Gobierno, de la mano del compromiso, la corresponsabilidad y la cohesión con la sociedad para su desarrollo, estabilidad y certidumbre.
Es la coalición de las ideas y de metas en común para todos los mexicanos. Un nuevo pacto para cambiarle el rumbo a México, pero con proyecto y con idea.
Tengo el honor de atestiguar que entre nosotros nos podemos poner de acuerdo, que las ideas se traducen en coincidencias, con la única herramienta para dirimir las diferencias que se llama diálogo, esa única divisa que nos conduce a la concordia.
Hoy, celebro poder dejar atrás todo aquello que nos aleja y unirnos en el esfuerzo por trabajar en todo lo demás que nos une. Y ello habla de la congruencia de todos los aquí presentes.
Nosotros entendemos a la unidad no sólo como el conjunto de voluntades o la coalición de las colectividades, sino de la impostergable conjunción en la pluralidad de las ideas y expresiones de todos y para todos.
Para trabajar así en mejorar el futuro que habremos de construir juntos en el México en el que queremos todos vivir, en el anhelo de un país mejor.
Saludo con beneplácito este hecho que hoy nos convoca. Este día, la política nos conduce a construir en la impostergable tarea de tomar un papel decisivo y activo para proteger a todos los sectores sociales, para darle al Gobierno en función de sus capacidades, la oportunidad de elevar la calidad de vida de los mexicanos, de caminar hacia la paz y la justicia.
Para poder concretar sus encomiendas, el Estado tiene que ser consolidado y así, capturar las demandas de la gente y responder a las exigencias de la mayoría. Y aquí, éste es el primer paso para ese propósito.
El Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto, y todos aquí presentes, compartimos la esperanza de llevar al Estado mexicano a la vanguardia en lo social, en lo económico, pero sobre todo, en la seguridad.
Necesitamos combatir la desigualdad, la marginación, la exclusión y toda asimetría que hoy padecemos como sociedad, para transitar juntos a un Estado eficaz.
El Pacto por México habrá de ser un gran facilitador en el tránsito de los acuerdos en el Congreso de la Unión. A propósito siempre, como aquí bien lo han dicho, de la pluralidad, pero también, del entendimiento, de empatar un catálogo de los temas en común de nuestras agendas legislativas en lo fundamental.
De que se concreten en nuevas reformas a las leyes y políticas públicas que atiendan el crecimiento económico, el empleo, la seguridad jurídica, pública y social, pero sobre todo, en un Estado de Derecho, de una mejor gobernabilidad que dará bienestar a todos los mexicanos.
Estar vigente con un marco jurídico acorde a las circunstancias que vivimos hoy en esta Firma como en la palabra, es nuestro más contundente aval.
Saludo a mis compañeros Presidentes de los partidos políticos nacionales: Gustavo Madero, de Acción Nacional; Jesús Zambrano del Partido de la Revolución Democrática, pero, también, a nuestros compañeros dirigentes del Partido Verde, a Jorge Emilio González y Arturo Escobar, quienes son nuestro mejor testigo.
Quiero aprovechar, también, esta oportunidad para expresar mi más profundo reconocimiento, a quien fue un importante artífice en este esfuerzo y, por supuesto, a quien fuera el Presidente Nacional de mi partido, a Pedro Joaquín Coldwell. A Pedro Joaquín Coldwell y a quienes integraron e integran este equipo de trabajo.
En la suma de voluntades, Presidentes, en el PRI, apreciamos de manera significativa, su decidida disposición y su afán en pos del entendimiento y la apertura, por pensar como uno. En consonancia, porque este Pacto por México es para la concordia; es un pacto para transformar a México, para emprender y caminar de nuevo.
Señoras y señores, más allá de las coyunturas, el día de hoy hemos encontrado nuestras coincidencias. Más allá de nuestras diferencias tenemos una gran razón y un propósito que también nos une, porque, señores, nuestra razón y pasión, se llama México.
Con decidida voluntad, de nuevo, le extendemos nuestra mano a la sociedad; y con toda la determinación, tengan la certeza, señoras y señores, que nuestro compromiso es, con seriedad, por la transformación de nuestro país.
El PRI, suscribirá este acuerdo de manera categórica y velará con toda la responsabilidad que en ello conlleva, de caminar a buen puerto para su realización.
La corresponsabilidad como partido en el poder público, es de acompañar al Presidente Enrique Peña Nieto, pero, por supuesto, con una verdadera convicción, por México y por él.
Señor Presidente de la República.
Nuestros líderes parlamentarios, nuestros Gobernadores y esta dirigencia nacional, hacemos nuestro este Pacto por México.
El Pacto por México habrá de ser un gran facilitador en el tránsito de los acuerdos en el Congreso de la Unión, a propósito, siempre, de la pluralidad, pero también del entendimiento.
Muchas gracias.

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