Publicado en La Silla Rota.com, 22 de marzo de 2013
Una vez que el cardenal jesuita Jorge Mario Bergoglio fue nombrado el papa número 266, volvieron a salir las acusaciones de que mantuvo silencio durante las sistemáticas violaciones de los derechos humanos cometidos por la dictadura militar en Argentina. La acusación la hace el director del periódico Página/12, Horacio Verbitsk en el sentido de que el entonces Provincial de la Compañía de Jesús, no protegió a los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio –difunto hace años-, y Francisco Jalics, que desafiaron a la dictadura de Jorge Rafael Videla que gobernó Argentina entre 1976 y 1983. La acusación no es nueva apareció publicada en Página/12 publicó en julio de 2010 justo cuando Bergoglio, Cardenal Primado de Buenos Aires rechazó al matrimonio gay, instaurado en Argentina por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.Dos días después de que asumió el papado el Vaticano negó contundentemente, a través de un comunicado, las acusaciones realizadas, un asunto que le pasa duramente al papa Francisco, al papa de la esperanza.
Una nota leída el 15 de marzo en la Sala Stampa de la Santa Sede, dice:
“La campaña contra Jorge Mario Bergoglio es bien conocida y se remonta ya a diversos años. La lleva a cabo una publicación –no dice el nombre que lanza, a veces, noticias calumniosas y difamatorias. El cariz anticlerical de esta campaña y de otras acusaciones en contra de Bergoglio es notorio y evidente.
La acusación se refiere a la época en que Bergoglio no era todavía obispo, sino Superior de los Jesuitas en Argentina, y a dos sacerdotes que fueron secuestrados y que él no habría protegido.
No ha habido nunca una acusación ni concreta, ni creíble, contra su persona. La Justicia argentina lo interrogó una vez en calidad de persona informada de los hechos, pero no le imputó nunca de nada.
Bergoglio ha negado siempre, de forma documentada, las acusaciones.
Hay numerosas declaraciones que demuestran todo lo que hizo Bergoglio para proteger a muchas personas en la época de la dictadura militar.
También es conocido el papel desempeñado por Bergoglio -una vez obispo- para promover la petición de perdón por parte de la Iglesia en Argentina, por no haber hecho bastante en la época de la dictadura.
Las acusaciones, que proceden de una lectura histórico-sociológica del período dictatorial llevada a cabo desde hace años por ambientes anticlericales para atacar a la Iglesia, deben rechazarse con firmeza".
En conferencia de prensa Federico Lombardi SJ, vocero vaticano, dijo que desde Alemania el jesuita Francisco Jalics de 86 años, publicó una declaración en la que “cuenta la historia y dice que después de este episodio se encontró, en compañía del otro jesuita que entonces seguía vivo, con Bergoglio, entonces Arzobispo de Buenos Aires; concelebraron la misa juntos e hicieron una manifestación pública de armonía y acuerdo”.
En efecto, ese día, Francisco Jalics, que ahora vive en un monasterio en el sur de Alemania, dijo en un comunicado que habló con el padre Bergoglio mucho tiempo después de que fueran secuestrados él y el sacerdote Orlando Yorio en 1976, para “para conversar sobre lo sucedido”, y que “Después de eso, celebramos una misa juntos en público y nos dimos un abrazo solemne. Estoy reconciliado con los eventos y considero el asunto cerrado”, agregó.
En el comunicado, publicado en la página de Internet de los jesuitas alemanes, Jalics no dio detalles sobre lo que hablaron respecto del secuestro.
Pero que no quedará duda alguna, días después- el 20 de marzo-, en un
comunicado publicado en el sitio web oficial de los Jesuitas en Alemania - http://www.jesuiten.org/aktuelles/details/article/erganzende-erklarung-von-pater-franz-jalics-sj.html, el padre Jalics SJ descartó de una vez por todas contundentemente que el papa Francisco tenga alguna responsabilidad en el secuestro del que fue víctima en 1976 junto al sacerdote Orlando Yorio.
“Desde mi declaración del 15 de marzo de este año recibí muchas preguntas, así que me gustaría añadir lo siguiente. Me siento casi obligado a hacerlo, porque algunos comentarios dicen lo contrario de lo que quería decir”, afirma. “Estos son los hechos: Ni Orlando Yorio ni yo fuimos denunciados por el Padre Bergoglio”.
“Como ya dejé en claro en mi declaración anterior, fuimos arrestados por culpa de una catequista, que trabajó con nosotros primero, y más tarde entró en la guerrilla”.
“Durante nueve meses no la vimos más, pero dos o tres días después de su detención también fuimos detenidos. El oficial, que me interrogó, me pidió los documentos. Cuando vio que yo había nacido en Budapest, pensó que yo era una espía ruso”.
“En la congregación jesuita argentina y en círculos católicos se extendieron en los años previos informaciones falsas que indicaban que nos habíamos mudado a los barrios pobres porque pertenecíamos a la guerrilla. Pero ese no era el caso. Supongo que estos rumores fueron motivados por el hecho de que no fuimos liberados inmediatamente”.
“Antes, me inclinaba a pensar que nos habíamos convertido en víctimas de una denuncia. Pero a finales de los 90, me di cuenta después de muchas conversaciones, que esta suposición era infundada”. “Por tanto, es erróneo afirmar que nuestra captura se realizó por iniciativa del Padre Bergoglio”, concluye.
Posicionamiento de Horacio Verbitsky
En una opinión en Página/12, del 21 de marzo ha escrito sobre lo dicho por el padre Jalics el 15 de marzo de que se reconcilió con Bergoglio “con aquellos hechos” y que el caso estaba cerrado para él: “En términos teológicos esto distaba de ser una absolución de responsabilidades. La reconciliación es un sacramento católico que consiste en perdonar las ofensas recibidas.”
Sin embargo, dice que la nueva declaración –cinco días después-, va más allá y exime a Bergoglio de responsabilidad.
Y en ese sentido el periodista argentino reproduce fragmentos del libro que Jalics escribió en 1994, “Ejercicios de Contemplación. Introducción a la forma de vida contemplativa y a la invocación a Jesús”, en los que alude a Bergoglio.
“El primer señalamiento público de Bergoglio fue hecho por el padre de otra de las catequistas, Emilio Mignone, en su libro de 1986, “Iglesia y dictadura”, donde lo mencionó como uno de los pastores que entregaron sus ovejas al enemigo. Bergoglio intentó explicarle su posición durante una misa posterior, pero Mignone se negó a hablar con él. En cambio sí se reunió con Jalics. En 1990, durante una de sus visitas al país, Jalics recibió a Emilio y Chela Mignone en el instituto Fe y Oración, de la calle Oro 2760. Según la minuta de ese encuentro escrita por Mignone, Jalics les dijo que “Bergoglio se opuso a que una vez puesto en libertad permaneciera en la Argentina y habló con todos los obispos para que no lo aceptaran en sus diócesis en caso que se retirara de la Compañía de Jesús”.
http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/20130321/notas/na10fo01gr.jpg
Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en defensa del papa.
Al salir de una audiencia con el papa la mañána del 21 de marzo, el defensor de los derechos humanos afirmó que los datos de Horacio Verbitsky "contienen errores".
El Nobel de la Paz, aseguró que Francisco conoce perfectamente la campaña en su contra lanzada por algunos sectores de la izquierda de su país. Y reconoció que le pesa, como a cualquiera.
Precisó que en efecto, “dentro de la jerarquía eclesiástica existen y existen muchas diferencias. No es un pensamiento homogéneo. Algunos obispos sí fueron cómplices con la dictadura pero no él. Pocos obispos nos acompañaron, fueron compañeros de lucha contra la dictadura. En Argentina existen muchos mártires religiosos de la época de la dictadura, sacerdotes, religiosas, laicos. No se puede generalizar, no sería justo”, precisó.
Agregó que Verbitsky, director del diario “Página/12” y jefe del espionaje de la guerrilla urbana “Los Montoneros” en la década de los 70 del siglo pasado, fue el principal artífice de la campaña contra la elección del Papa. “Él es alguien muy particular. Siempre hay reacciones de tipos que tratan de oponerse”, sentenció.
Bergoglio es inocente: Corte Suprema de Argentina
El presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Ricardo Lorenzetti, dijo el lunes 18 de marzo que el Bergoglio “es una persona absolutamente inocente” y no tiene ninguna complicidad con las violaciones de derechos humanos que fueron cometidas durante la dictadura militar. “Más allá de que haya personas o alguien que esté disconforme o diga que podría haber hecho esto o lo otro, lo cierto es que no hay absolutamente ninguna imputación concreta”, preciso a los medios.
El presidente de la Corte subrayó que “hay que respetar el principio de inocencia” del papa Francisco. Sus críticos insisten.
El asunto continúa. En lo personal creo que Bergoglio es inocente, es evidente su conflicto con los Kichner por su posicionamiento a favor de los pobres y en defensa de los derecho humanos.
No debemos olvidar que en Argentina existe una relación del estado con la Iglesia.
Empero, el periodismo de investigación sigue haciendo su trabajo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario