7 oct 2013

Mi madre ya no ha ido al mar/Fabio Morábito


Mi madre ya no ha ido al mar/Fabio Morábito

 Mi madre ya no ha ido
al mar
lleva una buena cantidad de años
tierra adentro,
un siglo de interioridad
cumpliéndose.
Se ha resecado de sus hijos
y vive lejos
en toros consanguíneos.
Es como una escultura de sí misma
y sólo el mar
que quita el fárrago
acumulado en la ciudad
puede acercarla a su pasado,

hacia su muerte verdadera,
y hacer que crezca nuevamente.
Mi madre necesita algún
estruendo entre los pies,
Una monótona insistencia en los oídos,
una palabra adversa
y simple que la canse,
y necesita que la llamen,
oír su nombre en otros labios,
pedir perdón
y hacer promesas,
ya no se tropieza
en nada sustantivo.
Y yo tengo que armarme de valor
para llevarla al mar
armarme de mis años
que he olvidado,
reunirme con mi madre en otro tiempo,
con un yo mismo que enterré
y que ella guarda
sin decirme nada.
Tengo que armarme de valor
para perder confianza
en lo que sé,
tengo que regresar al día
en que mi risa quedó trunca
entre las páginas de un libro,
cerrar el libro y completar la risa,
cerrar todos los libros y reírme,
cerrar todos los ojos que he ido abriendo
para que nadie me agrediera.
Estuvo bien ya de crecer,
es hora de desdibujarme,
lo que aprendí enhorabuena,
lo que olvidé también,
es hora de ser hijo de alguien
y de tener un hijo
y un esqueleto para ir al mar,
para morir
con cada hueso sin pedir ayuda.
Salí hace años a rodearla a ella
para volver al mar más solo
o acaso fui a rodear el mar
para ser hijo de otro modo de mi madre,
ya no me acuerdo qué buscaba,
nadie recuerda lo que busca,
mi madre ya no ha ido
al mar,
es todo lo que sé,
y no llevarla es no reconciliarme
con el mar, no ver el mar
como se ve después de niño,
también no ver cómo es mi madre
ahora, no saber nada de mí mismo.

FABIO MORÁBITO. Poeta, ensayista y narrador de origen egipcio nacido en Alejandría en 1955.
Hijo de padres italianos, vivió parte  de su infancia y adolescencia  en Milán, trasladándose con su familia a Ciudad de México donde reside desde los quince años.
Es autor de los libros de poesía "Lotes baldíos" Premio Carlos Pellicer en 1985; "De lunes todo el año" Premio Aguascalientes en 1991, y "Alguien de lava" 2002, contenidos en "La ola que regresa" , poesía reunida en  2006.
Como ensayista obtuvo en el año 2006 el premio "Antonin Artaud" por "Grieta de fatiga"; como escritor de literatura infantil  el "Premio White Raven" en 1997 por "Cuando las panteras no eran negras", y como traductor, vertió al español la obra completa de Eugenio Montale, y la obra "Aminta" de Torcuato Tasso.
Parte de su obra ha sido traducida al alemán, inglés, francés, portugués e italiano.   

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