7 oct 2013

Ceremonia Inaugural del 48 Periodo extraordinario de Sesiones de la CiDH



 Palabras del Ministro Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia der la Nación (SCJN) y del Consejo de la Judicatura Federal ) en la Ceremonia Inaugural del 48 Periodo Extraordinario de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, llevada a cabo en el Área de Murales de la Suprema Corte de Justicia.

México, D.F., a 7 de octubre de 2013
Señoras y señores Ministros de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, compañeros;
Señores jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, su Presidente, don Diego García-Sayán;
Señor Secretario de Gobernación, licenciado Miguel Ángel Osorio Chong, con la representación del titular del Poder Ejecutivo Federal, sea bienvenido;
Compañeros magistrada y magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación;
Señores consejeros de la Judicatura;
Distinguidos, muy distinguidos visitantes y acompañantes; Distinguida concurrencia;
Señoras y señores:

Es un honor dar a todos ustedes la más cordial bienvenida a la Ceremonia Inaugural del Cuadragésimo Octavo Periodo Extraordinario de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que ya hemos tenido la oportunidad de escuchar los mensajes tanto de su Presidente, don Diego García-
Sayán, como del señor Secretario de Gobernación, licenciado Miguel Ángel Osorio Chong, a nombre del Gobierno de la República.
Para el Poder Judicial de la Federación, y especialmente para la Suprema Corte de Justicia, éste es un acto muy especial.
La Corte Interamericana tuvo su primera reunión el 29 de junio de 1979 en la sede de la Organización de los Estados Americanos, en la ciudad de Washington, y durante 16 años casi todos sus periodos de sesiones se llevaron a cabo en San José, Costa Rica.
Fue, se ha recordado hoy, en 2005, bajo los invaluables auspicios y organismos internacionales, como el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, que ahora también ha sumado esfuerzos en la organización de este periodo extraordinario de sesiones, cuando la Corte de San José tomó la iniciativa de llevar a cabo periodos itinerantes de sesiones, que sin duda han contribuido de manera invaluable a la difusión de los principios, valores y funcionamiento del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos para toda la región.
México recibió por primera vez a la Corte Interamericana, también hoy se ha recordado, del 1o al 5 de diciembre de 2008, al celebrarse el Trigésimo Séptimo Periodo Extraordinario de Sesiones del Tribunal Internacional. Esto fue en el Palacio de Minería.
Cabe recordar que en aquel entonces se conmemoraba el Décimo Aniversario del Reconocimiento por parte del Estado Mexicano de la Competencia Contenciosa de la Corte Interamericana.
Aunque han transcurrido menos de cinco años de aquella visita de la Corte Interamericana a nuestro país, en este breve periodo los mexicanos hemos sido testigos y actores del cambio de paradigma jurídico de mayor relevancia desde la promulgación de la Constitución de 1917.
Las recientes reformas constitucionales en materia penal, amparo y de derechos humanos representan para el Estado Mexicano la renovación más intensa del quehacer jurisdiccional que el país haya atestiguado en su historia reciente, al grado que llevaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a decretar el inicio de la Décima Época Jurisprudencial, lo que marcó el inicio también de una nueva forma de entender el servicio público de administración de justicia.
A partir de dichas reformas, el artículo 1o de la Constitución establece con toda claridad el mandato que todos los juzgadores mexicanos debemos seguir: Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con la propia Constitución y con los tratados internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.
No debemos olvidar que la Constitución también señala que todas, y aquí recojo el énfasis del Secretario de Gobernación, todas las autoridades, en el ámbito de nuestras competencias, debemos promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, de conformidad con los principios de universalidad, independencia, indivisibilidad y progresividad.
Es por eso que, en ese marco, la nueva época jurisprudencial en México coincide también con una renovación notable de las relaciones recíprocas entre la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la que ha derivado un enriquecedor, fructífero, constante y constatable diálogo jurisprudencial.
A partir de la resolución por el pleno de esta Suprema Corte del expediente varios 912/2010, identificado entre nosotros como el Caso Radilla, catalizador de una nueva manera de impartir justicia en el país, tenemos mucho más claro que nuestra obligación principal es funcionar como la última línea de defensa de los derechos de las personas y como insignia de la ruta que las autoridades deben seguir para respetarlos.
Al resolver dicho caso, ese alto Tribunal determinó que en México no puede haber pronunciamiento que cuestione la validez de lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en aquellos casos en los que el Estado Mexicano sea parte, pues dichas sentencias se emiten a partir del consentimiento soberano, expresado con absoluta libertad por la nuestra, como una Nación independiente.
Fue en ese marco que la discusión y resolución del caso “Radilla”, determinó, por ejemplo, interpretaciones restrictivas al fuero militar declarando la inconstitucionalidad y la inconvencionalidad del Artículo 7o, fracción II, inciso a), del Código de Justicia Militar; y así las decisiones tomadas en San José han servido como coadyuvantes del Sistema Nacional de Impartición de Justicia.
Y por eso la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha declarado que: “...las resoluciones pronunciadas por aquella instancia internacional que establecen condenas para el país son obligatorias para todos los órganos del Estado Mexicano”. Así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
De hecho, en un desarrollo jurisprudencial evolutivo, propio de la impartición de justicia con perspectiva de derechos humanos.
 Apenas el 3 de septiembre pasado, al resolver la contradicción de tesis 293/2011, la Suprema Corte también resolvió -como ha sido público- que toda la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es vinculante para México, siempre y cuando su aplicación resulte más protectora de los derechos de las personas de conformidad con el Artículo 1o Constitucional; produciendo el efecto de que si a lo largo de más de 30 años de labor la Corte Interamericana ha desarrollado una jurisprudencia que se integra por más de 40 conceptos en materia de derechos humanos, que al combinarse llegan a sumar más de 100 mil relaciones, la dimensión del marco protector de los derechos humanos contenidos en nuestra jurisprudencia, hoy se ha expandido en forma notable.
Creemos, en el ánimo que da origen a la propia Convención Americana de los Derechos Humanos, que la relación entre nuestras Cortes ha resultado fundamental, pues no se trata de que un Tribunal esté por encima de otro; así lo entendemos y así lo entiende nuestra Constitución, sino que el trabajo de ambos debe armonizarse con el único objetivo de hacer más sólido el respeto a los derechos de las personas en nuestro país.
Bajo esta premisa, en los últimos años, en los últimos dos años particularmente y a partir de las reformas, la Suprema Corte, a través de su Pleno y en forma destacada de sus salas, ha realizado un importante esfuerzo jurisdiccional, impulsando criterios que intentan reforzar los derechos humanos consagrados en nuestra Constitución y en los Tratados Internacionales en la materia, de los cuales el país forma parte.
Asimismo, ha realizado un enorme esfuerzo nacional que es y será permanente para capacitar a juzgadores federales y locales con el fin de fortalecer el régimen de protección de las personas, como lo mandata nuestra Norma Fundamental.
Como consecuencia de esa tarea, este Alto Tribunal ha sido, aun frente a decisiones muy polémicas, una de las instituciones de Latinoamérica más reconocidas, no sólo por los organismos internacionales defensores de los derechos humanos, sino por la propia Corte Interamericana.
Nos satisface constatar, así como lo ha hecho el Secretario de Gobernación a nombre del Estado Mexicano, cómo se ha cumplido la sentencia de supervisión, y así lo ha manifestado la supervisión de cumplimiento del caso “Radilla” de 24 de mayo de 2013, en los que también los esfuerzos de esta Suprema Corte de Justicia, fueron fundamentales para que la obligación de capacitar a servidores públicos en materia de principios del Sistema Interamericano Sobre Tortura y Desaparición Forzada, fuera considerada por la Corte como obligación cumplida.
 Y es que en el fondo, en lo que corresponde al desempeño nacional de la Suprema Corte, éste debe entenderse en ese marco.
La Corte mexicana es parte fundamental del Estado mexicano y como tal comparte y honra sus obligaciones en la escena internacional. Nos honra también contribuir a que la Corte Interamericana desarrolle su propia jurisprudencia, tal como puede constatarse en los casos en los cuales el Tribunal Internacional utilizó, por así decirlo, criterios de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En este sentido consideramos que las resoluciones dictadas en las casos Atala Riffo y Niñas contra Chile de 2012 y también en el Gelman contra Uruguay 2013 son ejemplos vivos de esto, de este diálogo jurisprudencial que ya se ha dado afortunadamente y que queremos consolidar.
Otro producto tangible también aquí se ha recordado, ese buscador jurídico avanzado en materia de derechos humanos, que ya se encuentra a disposición de todo interesado.
Como puede constatarse, la Corte Interamericana y la Suprema Corte de Justicia han estrechado la coordinación de sus esfuerzos en aras de una mejor impartición de justicia.
Por todo eso la realización del Cuadragésimo Octavo Periodo Extraordinario de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en nuestro país representa, y hay que hacer énfasis, una afortunada oportunidad para todos nosotros.
En este sentido, además de representar una gran oportunidad para conocer de primera mano el funcionamiento del sistema interamericano, el público nacional en el contexto de la próxima entrada en vigor de la Reforma Constitucional en materia penal, por ejemplo, podrá estudiar las peculiaridades que caracterizan a un procedimiento eminentemente oral.
Señoras y señores:
México tiene una tradición perseverante en la protección y defensa de los derechos humanos.
Debemos recordar que en 1945 nuestro país auspició la reunión de la Conferencia Interamericana en la que se establecieron las bases tanto de la Carta Americana de Derechos y Deberes de 1948 como del Pacto de San José. México auspició.
Asimismo, no debemos pasar por alto el papel preponderante que nuestro país asumió al momento en que en el seno de las Naciones Unidas se redactó la
 Declaración Universal de los Derechos Humanos. México tuvo una participación relevante.
Ahora una vez más, en consonancia con esa tradición que nos caracteriza como una nación de derechos y libertades, donde a partir de nuestra revolución cambiamos la violencia por leyes e instituciones, el Estado mexicano abre sus puertas al pleno de la Corte Interamericana para que pueda llevar a cabo sus sesiones.
Reitero, mi más amplio reconocimiento al Poder Ejecutivo Federal, a su titular, representado esta mañana por el señor Secretario de Gobernación, y muy especialmente a la Secretaría de Relaciones Exteriores por el apoyo que han brindado para la celebración de las sesiones de la Corte Interamericana aquí, en nuestro país.
A sus integrantes, a todos los miembros de la Corte Interamericana, a su Presidente, les damos nuevamente la más cordial bienvenida, con los mejores augurios para el éxito de sus trabajos durante esta semana.
Eventos como el que hoy da inicio imprimen un mayor dinamismo a la consolidación de un país como el nuestro, orientado por el respeto y salvaguarda de los derechos humanos tal y como lo ordena nuestra Constitución y lo necesita nuestra sociedad.
Muchas gracias.
Presentador: Gracias al señor Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal.
Agradecemos la presencia en este acto de los integrantes del presidium, de los invitados especiales, de todos en esta ceremonia del Cuadragésimo Octavo Periodo Extraordinario de Sesiones Corte Interamericana de Derechos Humanos, ceremonia de inauguración de este Periodo Extraordinario de Sesiones.
Con esto concluye la ceremonia y comentamos a todos ustedes que esta sesión ha sido transmitida en vivo desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación y mañana iniciarán las audiencias públicas en la Biblioteca de México José Vasconcelos, ubicada en la Plaza de la Ciudadela.
Y el día viernes se llevará a cabo el Seminario Internacional Diálogo Jurisprudencia e Impacto de las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Por su asistencia y atención, gracias. Buenos días.

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