30 may 2014

Inauguración de la 31 Asamblea Plenaria de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia


Diversas intervenciones durante la Ceremonia de Inauguración de la 31 Asamblea Plenaria de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia
-MODERADOR: Hace uso de la palabra el licenciado Rolando Zapata Bello, Gobernador del Estado de Yucatán.
-GOBERNADOR ROLANDO ZAPATA BELLO: Estimado y muy respetado, señor Presidente, don Enrique Peña Nieto.
Bienvenido a Yucatán.
Bienvenido a esta tierra, que es su casa.
Su presencia aquí siempre nos honra, siempre nos distingue y siempre nos entusiasma.
Muchas gracias por estar en Yucatán nuevamente, señor Presidente. Ésta es su casa.
Distinguido licenciado Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República y Presidente de esta importante Conferencia.
Apreciada licenciada Claudia Ruiz Massieu, Secretaria de Turismo y Representante de nuestra Región en el Programa de Atención a Entidades Federativas.

Muchas gracias, distinguida Secretaria.
Diputado Luis Hevia Jiménez, Presidente de la Junta de Gobierno del Honorable Congreso del estado.
Magistrado Marcos Celis Quintal, Presidente del Honorable Tribunal Superior de Justicia de nuestro estado.
General de División Diplomado de Estado Mayor, Jesús Javier Castillo Cabrera, Comandante de la X Región Militar.
Muchas gracias, General.
Contralmirante Diplomado de Estado Mayor, Roberto González López, Representante de la IX Zona Naval.
Muchísimas gracias, señor Contralmirante.
Maestra Mariana Benítez Tiburcio, Subprocuradora de la Procuraduría General de la República.
Muchísimas gracias.
Maestra Celia Rivas Rodríguez, Fiscal General del Estado.
Muchas gracias.
Contador Público Jorge Carlos Hurtado Valdez, Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Muchísimas gracias, señor Contador.
Con mucho respeto, con mucho agradecimiento y con mucho reconocimiento saludo a las y los distinguidos Procuradores, Fiscales Generales de los estados hermanos e integrantes de la Conferencia de la Procuración de Justicia de nuestra Nación, participando en esta importantísimo evento.
Sean todos ustedes bienvenidos a Yucatán, que es su casa.
Distinguidos Subprocuradores de nuestra Nación.
Señoras y señores.
Bienvenidos todos.
La Reforma Constitucional en materia de Seguridad y Justicia que se ha venido implementando en el país, y que deberá culminarse en 2016, plantea una serie de retos para las instituciones de investigación y procuración de justicia; retos que implican profundas transformaciones institucionales en el ámbito operativo y organizacional e, incluso, culturales, en el seno de la sociedad.
Pero, sin duda, estas transformaciones darán certidumbre a los objetivos de garantizar a los procesados y a las víctimas, el cumplimiento de los derechos fundamentales: evitar la impunidad en México y, más que nada, elevar la confianza de la ciudadanía en su derecho al acceso a la justicia. Y gran parte de esas transformaciones, recaen en las fiscalías y procuradurías.
Y la mejor manera de concretar un mejor sistema de procuración de justicia, es trabajando en conjunto los tres niveles de Gobierno, los tres poderes desde sus respectivas autonomías, en sus diferentes ámbitos de responsabilidad.
Son reformas de fondo, y eso implica hacer sinergias y sumar esfuerzos. Así, con mucho ánimo y la convicción de contribuir desde el Sureste de México a consolidar el Estado de Derecho en toda la Nación, es con el que damos aquí, en Yucatán, una cálida bienvenida a la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia.
Bienvenido, nuevamente, señor Presidente Enrique Peña Nieto, gran amigo de Yucatán.
Bienvenido a esta tierra que le agradece su convicción y entereza para impulsar las transformaciones de alto contenido económico, social, jurídico y político que se habían venido postergando por años.
Bienvenido sea, también, licenciado Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República y Presidente de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia.
Y saludo y agradezco la presencia de todos los integrantes de esta importante Conferencia; representantes de las entidades federativas que este día se encuentran aquí, presentes.
Bienvenidos a nuestra entidad, que será la cuarta en completar la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal en la totalidad de sus distritos judiciales, y la primera en hacerlo durante la presente Administración Federal.
Estamos seguros que en Yucatán encontrarán el espacio idóneo para compartir buenas prácticas, para definir estrategias y para generar los consensos y acuerdos que aún faltan por construir.
Por ello, ante todo, agradecemos la honrosa distinción de realizar en esta tierra de Mayab este encuentro de enorme trascendencia, porque especialmente vemos esta Conferencia Nacional como la oportunidad de reforzar aún más las relaciones institucionales entre las procuradurías y fiscalías de nuestro país.
Y así como en Yucatán prestaremos oídos atentos, también tenemos experiencias y aportaciones que, estamos ciertos, pueden resultar valiosos para todo el país.
Lo comento, porque sólo en unos cuantos días, específicamente a partir del primer minuto del martes 3 de junio, estaremos en Yucatán concluyendo un largo proceso que marcará el inicio pleno de esta nueva etapa de justicia penal.
Un proceso que ha implicado la instalación de la Comisión para la Implementación de la Reforma en Materia de Seguridad y Justicia, que también significó la transformación de la Procuraduría General de Justicia en la Fiscalía General del Estado y de la Defensoría Legal en el Instituto de Defensa Pública, y que nos ha llevado a la creación de la Unidad de Escenas del Crimen, el Centro Estatal de Medidas Cautelares y del Centro de Justicia Oral de Mérida.
Cabe resaltar que el Centro de Justicia Oral de Mérida es el primer edificio a nivel nacional que fue diseñado, y responde funcionalmente a las nuevas necesidades del Sistema de Justicia Penal mexicano de publicidad y transparencia en el proceso, y al principio de contradicción entre las partes de los juicios públicos y orales.
Un centro que materializa el esfuerzo que hemos realizado, y que se edificó gracias al respaldo del señor Presidente de la República.
Muchas, muchas gracias, señor Presidente de la República.
Y señor Presidente:
El pasado mes de marzo usted también nos honró con su presencia en esta tierra, para poner en funcionamiento el Centro de Justicia para Mujeres, y en breve inaugurará el Centro de Justicia Oral de Mérida.
Para nosotros, eso significa que desde esta tierra estamos plenamente sumados y haciendo la parte que nos corresponde para consolidar el modelo que usted impulsa, en el que la seguridad y la correcta impartición de justicia son la piedra angular que permite el desarrollo económico, cultural y social de las comunidades.
Tenga la certeza que seguiremos cumpliendo con nuestra responsabilidad, porque en Yucatán entendemos que para construir un auténtico estado de bienestar con calidad de vida para la población y con oportunidades de desarrollo económico, se requiere de una sólida estructura institucional y de un Estado de Derecho.
Incorporarnos al nuevo Sistema de Justicia Penal acusatorio ha sido un proceso complejo, y que en esta tierra hemos afrontado con capacitación, infraestructura, tecnología y, junto con el Poder Judicial del estado, el Poder Legislativo, los municipios, las policías, las escuelas y facultades de derecho, las organizaciones civiles, Cámaras empresariales. En fin. Con toda la sociedad.
Pero, ante todo, acudiendo a su convocatoria nacional, señor Presidente, que ha sido el signo emblemático de su política en seguridad y justicia; la máxima coordinación en todos los órdenes.
Con esa experiencia y, sobre todo, con el ánimo de seguir sumando, ponemos a disposición de todas las entidades federativas las instalaciones del nuevo Centro de Justicia Oral de Mérida, para que su personal acuda a realizar pasantías y adquieran el conocimiento presencial que se necesita para cumplir con la implementación del Sistema Acusatorio, en el plazo establecido.
Hay que seguir trabajando hombro a hombro y con espíritu federalista.
Esa es la fórmula para que México se mueva, y para seguir incrementando la confianza en el sistema judicial.
Bienvenidos a Yucatán, y que los trabajos de esta Conferencia sean muy fructíferos para el bien de México.
Muchísimas gracias.
-MODERADORA: Toma la palabra el licenciado Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República y Presidente de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia.
-PROCURADOR JESÚS MURILLO KARAM: Señor Presidente.
Los Procuradores del país y su servidor le agradecemos enormemente el que usted esté presente en esta Conferencia de Procuradores de la República, porque es innegable que éste es un tema que usted ha enfrentado con enorme entereza, fuerza y decisión, y en el que, esa coordinación a la que se refería el señor Gobernador, es, sin duda alguna, producto de ese propósito, producto de esa intención.
Y como veremos en el curso de la intervención, también, de otras muchas cosas que nos van a permitir poder seguir adelante.
Muchas gracias, señor Presidente.
Señor Gobernador:
Le agradecemos enormemente su anfitrionía. De veras que si tienen fama los yucatecos de ser buenos anfitriones, usted la confirma y la supera.
Muchísimas gracias.
Al inicio de su Administración, señor Presidente, encontramos un reto; un México agraviado e inmerso en una grave inseguridad y violencia.
Un México de rezagos, de víctimas, de olvidados, de injusticia. Un problema de enorme complejidad y envergadura. Un problema único en el mundo, por muchas razones.
Una, que tiene que ver con la geografía; tres mil kilómetros de frontera con el mercado más grande del mundo de drogas.
Otras, que tienen que ver con la historia.
Grupos delincuenciales fortalecidos en un país que hace 20 años tenía como delito más importante el abigeato. Y que sus instituciones estaban hechas para ese país pacífico, para combatir delitos de ese tipo, y que de repente, en 20 años, que no son nada en la historia de un país, se nos complica con una delincuencia organizada de las que pueden competir con otras en la historia del mundo.
Un país que no estaba preparado para la delincuencia, con las posibilidades económicas que este delito de mercado nos produce.
En ese entendimiento, y asumiendo a plenitud la responsabilidad del Estado por garantizar un México en paz y con tranquilidad para sus ciudadanos, desde la Presidencia de la República se ha forjado una estrategia firme y con sustento.
Una estrategia que, en sus primeras etapas de implementación, está dando resultados positivos, lo que no significa de ninguna manera que el problema no siga existiendo. Pero sí significa que hemos comenzado un cambio profundo, planeado, regionalizado, para revertir una realidad que no puede continuar, y para poder construir justicia y paz.
Esta planeación, este propósito específico de llegar a cada entidad sabiendo qué vamos a hacer, con la encomienda clara a cada una de las entidades que tienen que hacerlo de cuál es su papel.
Con la certeza de que los gobiernos de los estados y la ciudadanía de cada uno de ellos entienda, también, el papel que tenemos que hacer, nos ha permitido tener resultados en algunos casos, puedo decirlo, porque puede probarse, hasta con espectacularidad; en tiempos muy prontos, muy breves.
En otros estados va a ser más difícil, en otros estados tendremos que estar más tiempo, con más cuidado, con más planeación, pero lo importante es que vamos a estar, y que no vamos a dejar de estar hasta que el problema esté resuelto, porque esa es la decisión del Presidente de la República, y esa es la decisión de los órdenes de Gobierno.
El futuro del país no puede construirse sobre los cimientos de la circunstancia.
Todos los países que salen adelante, tienen una característica: se fincan en decisiones de hombres que tienen los pies en la tierra, pero la mirada en el horizonte, no en el destino, van por el destino, eso hace la diferencia, eso genera la verdadera diferencia.
Eso hace que los cambios se realicen, que los avances se puedan medir y comprobar, pero todo esto es sólo el principio; el principio de un trabajo intenso, permanente, sólido, por parte del Gobierno de la República. Cuando hablo del Gobierno de la República, hablo de todas las instancias de Gobierno; hablo de los tres Poderes y hablo de los tres niveles.
Porque es cierto, lo decía el Gobernador; uno de los grandes méritos en esta lucha ha sido la capacidad de coordinar de manera decidida, seria, respetuosa, plena, la posibilidad de enfrentar el problema, lo que no implica que va a resolverse en un día ni en una semana, sabemos que nos va a costar trabajo. Sabemos que va a ser difícil, pero no vamos a dejarlo.
Ni los mexicanos ni el Gobierno estamos engañados.
El esfuerzo, tiempo, dedicación y voluntad para salir adelante requieren necesariamente de una planeación fincada en la clara lectura del problema y en la persistente, continua, impostergable decisión de resolver de fondo lo que significará, sin duda alguna, la eliminación de un poder de hecho, en la realidad y en la ilegalidad con el poderío económico que produce.
Hemos de volver a la armonía y la paz porque tenemos que evitar estos escollos para el progreso.
El compromiso del Gobierno de la República ha marcado la pauta hacia la transformación de fondo del sistema de justicia y esa es la otra parte, y ésta es otra parte fundamental e importante.
Es cierto. Tenemos un serio problema de delincuencia organizada, pero no por ello vamos a recurrir a la ilegalidad para combatirla. No vamos a caer fuera de la ley para hacer valer la ley. Y, en consecuencia, recrear un sistema penal que nos permita garantizar los derechos, que nos permita que los ciudadanos podamos vivir con la certeza de que quienes vivimos bien no vamos a ser agredidos por la misma fuerza del Estado.
Y, al mismo tiempo, tener y utilizar esa fuerza del Estado para poder garantizar que quienes violen la ley, quienes salen de la norma, quienes rompen el tratado desde la sociedad que logró constituir un Estado, vulneran el Estado de Derecho, serán sancionados conforme a la propia ley, pero en los términos de la ley. Ese, ese es el Estado de Derecho aquí y en cualquier parte. Y a eso vamos.
Lo estamos haciendo con sobriedad, sin caer en vaivenes publicitarios y estamos dando pasos firmes hacia un México donde la justicia no sea sinónimo de violencia, donde la procuración de justicia no sea sinónimo de impunidad o incapacidad, donde la denuncia ciudadana no produzca víctimas que en el desamparo de la autoridad no pueden encontrar lo que exigen y merecen.
Señoras y señores Procuradores y Fiscales:
El futuro de la Nación se construye con la certeza que da un Estado que busca la paz y la seguridad.
Un Estado que no sólo enfrenta, sino que también transforma, y transforma bien.
Un Estado que le da la bienvenida a un cambio con justicia, con verdad, con apego absoluto a la ley.
Por ese México estamos luchando. Por ese México de instituciones fuertes y eficientes, estamos trabajando.
Por ese México que respalde a sus ciudadanos garantizando el derecho a la seguridad, a su integridad física y patrimonial, estamos decididos.
Ese es el México que estamos comprometidos a lograr con todos los mexicanos.
Y ese es, precisamente, lo que tenemos que cumplir.
No nos olvidemos; nuestro trabajo es duro, puede ser ingrato, pero es auténticamente un privilegio servirle a la justicia en este país.
Muchas gracias.

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