4 may 2014

Quo vadis, Rusia?


Quo vadis, Rusia?/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington. 
Traducción: José María Puig de la Bellacasa.
La Vanguardia , 3 der mayo de 2014;
Dos debates están teniendo lugar en Washington y ambos son sobre Rusia: ¿qué hicimos mal para contrariar a Putin? ¿Si lo hubiéramos hecho mejor se habría podido evitar la actual crisis? Y el otro debate: ¿hasta dónde llegará Putin?
 El primer debate es una pérdida de tiempo. Sólo muestra que algunos de los asesores sobre Rusia en Washington no han entendido las cuestiones básicas en juego en el conflicto actual. Estados Unidos ha cometido errores, por supuesto, y podría haberlo hecho mejor. Cuando el presidente Obama fue a Moscú no debería haber hablado cinco horas con Medvédev y una hora con Putin, sino al revés –esta es una de las críticas que se le hacen hoy–. Pero no habría supuesto ninguna diferencia, incluso si el presidente estadounidense hubiera hablado con Putin durante todo el día y toda la noche y se hubieran hecho amigos íntimos. Rusia perdió su imperio en 1991-1992; fue, como dijo Putin, el mayor desastre del siglo XX. Y desde el día que Putin llegó al poder quiso, como todo patriota ruso, recuperar lo más posible de lo que se había perdido. Esta tendencia comenzó, de hecho, incluso antes, bajo Yeltsin, quien se dio cuenta de que había sido un error aceptar la ruptura de la Unión Soviética. Si Washington hubiera aceptado esto, podría haber sido una relación normal. Al no haber sido así, el conflicto era obligado. Putin tuvo que esperar varios años hasta que Rusia se hiciera más fuerte, pero llegado ese momento entró en acción. No fue un capricho personal. Muy probablemente, dada la oportunidad, cualquier presidente de Rusia habría actuado como hizo él. La mayoría de los rusos lo esperaban y lo deseaban.

Pero ¿hasta dónde llegará esta situación? Rusia tendrá que pagar un precio. En lo que va de este año han salido del país más de 50.000 millones de dólares y la suma total podría ser de 150.000 millones. Esto significa que no habrá prácticamente ningún crecimiento económico en Rusia este año. La popularidad de Putin se apoya no sólo en la recuperación de territorio y el restablecimiento de Rusia como gran potencia. También se basa en las personas que ganan más dinero y viven mejor que en los últimos años. Además, tendrá que haber inversiones en los territorios recuperados; ya se han dado 5.000 millones de dólares a Crimea para estabilizar la situación. En otras palabras, muchos rusos van a sufrir. Pero Putin podría explicar a su pueblo que los patriotas tienen que sufrir un poco para recuperar las tierras y que el dinero que se ha retirado de Rusia puede eventualmente volver.
¿Qué va a hacer Moscú con respecto a Ucrania? El Kremlin se debate en diferentes direcciones. Las fábricas en el este de Ucrania son importantes para la industria de armamento ruso. Los demógrafos dicen a Putin que si continúan las tendencias actuales los rusos serán minoría en su país en el 2050. Sin embargo, si algunos rusos más vuelven a Rusia en los próximos años esta situación quedará pospuesta en el tiempo. Putin se dijo que en vista de la dependencia que tienen los países europeos del petróleo y del gas rusos no tenía mucho que temer por el camino de las sanciones económicas impuestas por estos países. Pero en diez años a partir de ahora esta dependencia probablemente no será tan grande. Por eso podría ser una buena idea actuar ahora. Putin no quiere ser culpado por los patriotas ultra de no ser lo suficientemente agresivo. Hay un hombre, Kaláshnikov (no el que inventó el fusil de asalto) que escribe best sellers. Sugirió que no sólo el este de Europa debe convertirse en parte de la Unión Soviética dos –el título de su libro–, sino también Grecia, Turquía, las antiguas repúblicas de Asia Central y Oriente Medio.
Por supuesto, también hay razones en contra de expandirse tanto y tan rápido. Cuanto mayor es la ampliación, más problemas deberá afrontar esa segunda Unión Soviética. Y en este caso el destino final del país podría ser el mismo que el de la primera Unión Soviética. El presidente Obama está bastante enojado, en parte porque tenía la esperanza de que algún tipo de relación más estrecha podría establecerse con Rusia. Le dijo a Medvédev hace años que si era reelegido tendría más libertad para actuar en este campo. Fue reelegido, pero ¿qué puede hacer ahora? Angela Merkel le dijo que Putin vive en un mundo diferente, un mundo en el que cuenta el poder. Y este mundo sigue existiendo y parece estar cerca del mundo real. También está enojado porque tenía la esperanza de que no sería molestado por la política exterior y sería capaz de dedicar su tiempo y energía a los problemas internos, como el Obamacare, el seguro médico de los que hasta ahora no tenían seguro.
El idealista presidente Obama había sido advertido por gente que él debió de considerar cínica. Y ahora parece que los cínicos podrían haber tenido razón. Es un mundo lleno de decepciones.

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