Otra
embestida ultraderechista del PAN/JENARO
VILLAMIL
Proceso # 1964, 21 de junio de 2014
La
Comisión Ordinaria de la Familia y el Desarrollo Humano, creada en lo oscurito
del Senado, se le entregó al panista José María Martínez, quien de inmediato
advirtió que desde ahí se combatirían los avances que han logrado en el país
las organizaciones defensoras de los derechos humanos, la diversidad sexual y
los derechos de las mujeres. Sus declaraciones, además de ofensivas, desataron
el escándalo pero nada indica que esto haya cambiado las intenciones de
Martínez y del coordinador de la bancada panista, Jorge Luis Preciado.
El
jueves 12, día en que se inauguró el Mundial en Brasil, en el sigilo de un
salón del semivacío Senado de la República se formalizó la creación de la
Comisión Ordinaria de la Familia y el Desarrollo Humano. Esta medida, acordada
desde febrero por la Junta de Coordinación Política, se convirtió en un
escándalo público para el grupo parlamentario del PAN por las declaraciones de
su presidente, el vicecoordinador panista José María Martínez Martínez, y del
coordinador de la bancada, Jorge Luis Preciado.
El
mismo día, Martínez Martínez proclamó que la misión de esta instancia
legislativa sería “cerrar la puerta ya a algunas entidades o a algunos
políticos que están pensando más en modas o en tendencias, o incluso, que nos
llevan a pensar en la muerte”.
El
político jalisciense, conocido en su fracción por coquetear con corderistas y
maderistas, se refería a la aprobación de las uniones de personas del mismo
sexo, ya garantizada en varias entidades, entre ellas el Distrito Federal.
Advirtió: “Tenemos que trabajar en políticas que fortalezcan a la familia, a la
mujer y también a nuestros jóvenes. No queremos el aborto”.
Por
si fuera poco, el senador Preciado, amigo de Martínez Martínez, afirmó ante el
asombro de las reporteras que cubrieron el evento, que las mujeres eran
“vehículos” para la procreación y que la nueva comisión defenderá “la vida
desde la concepción hasta la muerte”.
Las
reacciones públicas se multiplicaron rápidamente. En menos de una semana, la
Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenaron las declaraciones de
Martínez Martínez, y decenas de organizaciones defensoras de derechos humanos,
de colectivos feministas y de la diversidad sexual e identidad de género
enviaron oficios al Senado.
La
senadora Ninfa Salinas, del PVEM, secretaria de la nueva comisión, renunció a
través de su cuenta de Twitter y advirtió que ella estaba a favor de uno y otro
modelo de familia. Las legisladoras del PRD protestaron airadamente y en el
seno del PRI también se generó un profundo malestar.
En
las redes sociales comenzó a cobrar fuerza el hashtag #NoSomosModa. En el sitio
www.change.org comenzó una campaña encabezada por tres familias de la comunidad
lésbico gay y transgéneros para que el Senado resuelva la disolución de esta
comisión. “No somos moda ni vehículo reproductivo. Las familias homoparentales
y las mujeres tenemos derechos”, advierte.
Activistas
de colectivos, como Jóvenes LGBT, el Comité Organizador de la Marcha del
Orgullo LGTTB, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro y el Circuito
por la Diversidad Sexual, encabezado por Jaime López Vela, convocaron a una
protesta el pasado jueves 19 frente al Senado, mientras los legisladores
sesionaban en el único día del segundo periodo extraordinario.
La
senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos,
encabezó la protesta formal. El martes 17 le envió un oficio muy crítico al
coordinador de la bancada del PAN y presidente de la Junta de Coordinación
Política, Jorge Luis Preciado, y convocó a una rueda de prensa el mismo día, a
la que acudieron representantes de tres familias diversas: el actor Felipe
Nájera, Ángela Alfarache y Olivia Rubio.
Al
cruzar por el patio del Senado, Preciado fue interceptado ese día por las
familias cuando realizaban su conferencia de prensa. “¡Venga, senador, aprenda
que nosotros también somos familia!”, le gritaron.
Preciado
trató de evitar el enfrentamiento y se enredó más. En una improvisada rueda de
prensa, se deslindó de las declaraciones de Martínez Martínez: “Yo creo que hay
que ser respetuosos de lo que cada persona piense, ¿no? Eso creo que debe ser
la base de la sociedad: el respeto. Hay quienes piensan de manera diferente y
creo que es válido que se les respete su posición”.
El
escándalo provocó que el coordinador de la bancada del PRI, Emilio Gamboa
Patrón, desmarcara a su partido de las posiciones de Martínez Martínez, abogado
de Jalisco, famoso por su militancia en Provida y por su filiación con grupos
de la ultraderecha católica: “Vi el sesgo que le dio el senador presidente. Es
una posición muy personal, no es una posición del Senado ni de la comisión”, atajó
Gamboa Patrón.
El
coordinador de la bancada del PRD, Miguel Barbosa Huerta, también condenó las
posiciones de los panistas en la nueva comisión, que al ser ordinaria tendrá un
presupuesto anual de 3 millones de pesos. Barbosa advirtió que estas posiciones
violentan el Estado laico y el artículo 1 de la Constitución.
El
jueves 19, en un improvisado cónclave en el pleno del Senado, el coordinador
del PVEM, Pablo Escudero, regañó a Martínez Martínez: “Te metiste en un gran
problema”. El panista acusó a la prensa de tergiversar su discurso y se quejó
de que ha recibido “amenazas de muerte” en las redes sociales.
Gamboa
Patrón, quien era testigo de este diálogo entre el verde y el panista, hizo un
gesto con las manos para decirle a Escudero: “Está loco”. Y Preciado, al lado
del senador jalisciense, no dijo nada.
Los
enredos de Martínez Martínez no son nuevos. En Jalisco se le conoce por sus
constantes veleidades políticas: primero apoyó a Josefina Vázquez Mota en la
contienda interna por la candidatura presidencial del PAN, en contra de Ernesto
Cordero. Luego se sumó a Cordero con la promesa de ser presidente de la
Comisión de Justicia del Senado. Esta posición fue para Roberto Gil Zuarth,
pero Martínez se convirtió en vicepresidente de la bancada.
En
la contienda interna por la dirigencia, Martínez ofreció su apoyo a los
maderistas en Jalisco. Una semana antes de la elección traicionó a Madero
porque no apoyó a uno de sus candidatos al Consejo de la Judicatura Federal. Se
volvió a acercar a Cordero, pero éste tampoco confía en él.
Al
encontrarse en el Senado con Angélica de la Peña, Cordero le advirtió a la
legisladora perredista: “Yo no estoy de acuerdo con esas declaraciones” (de
Martínez).
Contra
leyes y tratados
En
entrevista, la senadora Angélica de la Peña advirtió que actualmente se discute
si esta comisión debe ser “ordinaria” o “especial”. Originalmente se había
acordado que fuera especial, lo cual le permitiría contar con un presupuesto
anual y con capacidad para dictaminar leyes.
“No
es un asunto de dogma de fe, sino de elementos científicos de lo que debe
servir para definir a las familias. Las declaraciones de Martínez violan los
propios principios de la Conferencia de Yogyakarta, firmados por el Estado
mexicano”, indicó.
En
esa conferencia, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
se establecieron los derechos a favor de la orientación sexual y de la
identidad de género. En el punto quinto se plasmaron los derechos a participar
en la vida cultural y familiar.
Según
el texto de Yogyakarta, “los Estados tienen la obligación de no discriminar
entre parejas de sexo diferente y parejas del mismo sexo al otorgar los
beneficios de la sociedad conyugal”, como son la pensión y el acceso a los
servicios de seguridad social.
“Este
señor no se ha dado cuenta de lo que ha dicho el propio Papa Francisco
–advirtió De la Peña–; debe estudiar lo que dice el Papa, porque se lo dice no
sólo al mundo católico sino al mundo en general.”
El
lunes 16, De la Peña envió un oficio al senador Preciado, presidente de la
Junta de Coordinación Política (Jucopa) del Senado, y a los demás coordinadores
de bancada: Emilio Gamboa, del PRI; Luis Miguel Barbosa, del PRD; Jorge Emilio
González, del PVEM, y Manuel Bartlett, del PT.
En
ese oficio, del cual Proceso tiene copia, De la Peña calificó de “sorpresivas y
realmente preocupantes” tanto las declaraciones de Martínez Martínez como las
de Preciado, “como si se tratara de una comisión de la Iglesia católica
ultraconservadora y no de una comisión legislativa inscrita en el Estado laico,
propio de nuestra nación”.
Por
eso le recordó a Preciado que sus planteamientos violan las legislaciones
internacionales firmadas por México en materia de respeto a la orientación
sexual y a la identidad de género, pero también las relacionadas con la
eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres.
Sobre
la diversidad de las familias, De la Peña le recordó al coordinador del PAN:
“La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh) se ha pronunciado respecto
al concepto de familia, que no debe reducirse únicamente al vínculo matrimonial
ni a un concepto unívoco e inamovible de familia. Este precepto de la Coidh es
objetivamente acorde a la realidad de las sociedades.
“Conviene
recordarle, señor presidente de la Jucopa, que la misma Coidh en los casos
‘Atala Riffo’ y ‘Niñas versus Chile’, sentenció, invocando la Convención
Americana de Derechos Humanos de la OEA, que ‘no se encuentra determinado un concepto
cerrado de familia, ni mucho menos se protege un modelo tradicional de la
misma’. A la vez que rechaza ‘una percepción limitada y estereotipada del
concepto de familia que no tiene base en la convención al no existir un modelo
específico de familia (la familia tradicional)”.
Enfatizó
la senadora: “Me indigna, por decir lo menos, que usted nos considere a las
mujeres como ‘vehículos,’ cuasi incubadoras, sustantivo cosificado y peyorativo
que denota una falta de respeto a nosotras las mujeres; debo recordarle que no
somos objetos sino sujetos de derechos”.
“Es
verdaderamente inconcebible que se señale como una ‘moda’ o una ‘tendencia’ los
acuerdos y los tratados de derecho internacional de los derechos humanos que
son fundamento esencial de los avances que hemos impulsado en nuestra
Constitución, en las leyes secundarias y por supuesto su trascendencia en las
políticas y acciones gubernamentales para lograr el pleno ejercicio de los
derechos, tanto de mujeres como de hombres”, argumentó.
Hasta
ahora, Preciado no ha respondido formalmente al oficio de la presidenta de la
Comisión de Derechos Humanos del Senado.
En
otro documento dirigido a la Mesa Directiva de esa Cámara, un colectivo de 40
organizaciones de derechos humanos, encabezado por Católicas por el Derecho a
Decidir, acusan al presidente de la Comisión de la Familia de padecer un “gran
desconocimiento” porque, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (Inegi), 36% de los hogares son diferentes de las familias
tradicionales, ya que 85% de éstos son encabezados por mujeres (madres
solteras, abuelas o divorciadas) y ya 1% (229 mil 473) están formados por
parejas del mismo sexo.
En
su oficio, las organizaciones cuestionan la responsabilidad del Senado “al
crear una comisión ordinaria que no cumplió con el procedimiento establecido en
la Ley Orgánica del Congreso General” y que violenta el artículo 40
constitucional, ya que “utilizará más de 3 millones de pesos anuales para
generar políticas públicas con fundamentos religiosos”.
A
estas organizaciones, la mayoría defensoras de los derechos de las mujeres, les
preocupa que una comisión de este tipo forme parte de una “serie de
contrarreformas” para penalizar y criminalizar el aborto.
Desde
el año pasado, el Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer
(COCEDAW, por sus siglas en inglés) externó al Estado mexicano su preocupación
por que “las enmiendas introducidas en las constituciones locales hayan puesto
en peligro el disfrute por la mujer de su salud y derechos sexuales y
reproductivos”.
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