15 jun 2014

Para la DEA, una presa perdida


 Para la DEA, una presa perdida/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista Proceso # 1963, 14 de junio de 2014
WASHINGTON.- Desde los años ochenta del siglo pasado, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, aparecía en los informes de la Administración Federal Antidrogas (DEA) como un narcotraficante “muy peligroso”, astuto y de bajo perfil, pero también como el responsable de los enlaces del Cártel de Guadalajara con las bandas criminales de Colombia para traficar cocaína a Estados­ Unidos.
 La DEA quería vivo o muerto al narcotraficante oriundo de Sinaloa y ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares a quien le proporcionara información para capturarlo. Jamás lo consiguió; El Azul presuntamente murió hace días de un paro cardiaco y se libró de una eventual captura, el correspondiente proceso de extradición y quizá de terminar en una prisión estadunidense.

 Tras la disolución del Cártel de Guadalajara después que el 7 de febrero de 1985 sus integrantes secuestraron y posteriormente torturaron hasta la muerte, al agente de la DEA asignado a la capital de Jalisco, Enrique Kiki Camarena, Esparragoza se volvió aún más cauteloso y, con varios paisanos sinaloenses, formó un cártel más poderoso: el de Sinaloa.
Ya en la década de los noventa, según los más de 30 encausamientos judiciales interpuestos contra él en varias cortes federales de Estados Unidos, era una especie de fantasma que se encargaba de las relaciones de la organización sinaloense con el capo más poderoso del mundo en ese entonces, el colombiano Pablo Escobar Gaviria.
Junto a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, e Ismael Zambada García, El Mayo, entre otros cabecillas del Cártel de Sinaloa, El Azul fue una pieza clave para meter cocaína colombiana a México y posteriormente
–incluso en colaboración con los cárteles de Tijuana, del Golfo y de Juárez, entre otros– para pasar la droga por la frontera norte.
Siempre en segundo plano en comparación con otros capos mexicanos, El Azul fue difícil de cazar. Ya fuera por la corrupción en el gobierno y en las corporaciones policiacas de México o por la falta de voluntad de las autoridades para capturarlo, la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos tuvieron que crear una nueva estrategia.
El 3 de diciembre de 1999, el entonces presidente de Estados Unidos, William Clinton, promulgó la legislación conocida como Kingpin Act, con la cual Washington comenzó a mermar el poder del Azul.
La Kingpin Act, que sigue vigente, tiene como objetivo “negar a narcotraficantes significativos, a sus negocios y a sus operadores el acceso al sistema financiero de Estados Unidos por medio de transacciones comerciales con compañías o individuos sujetos a la jurisdicción estadunidense”.
 A través de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro, el presidente de Estados Unidos autoriza que se confisquen bienes y congelen las cuentas bancarias a ciudadanos extranjeros identificados como narcotraficantes significativos.
Aunque la Kingpin Act se promulgó en 1999, fue en septiembre de 2003 cuando el sucesor de Clinton, George W. Bush, catalogó a Esparragoza Moreno como narcotraficante significativo y sus finanzas comenzaron a sufrir.
El 28 de febrero de 2004, por medio del fiscal federal Johnny Sutton, el Departamento de Justicia informó que en un encausamiento formulado desde diciembre de 2002 acusó al Azul de importar desde México grandes cantidades de mariguana para distribuirla en Estados Unidos. En ese expediente judicial también fueron implicados Arturo Beltrán Leyva, Raúl González, Juan Robles y Juan Robledo, miembros del Cártel de Sinaloa.
En esa fecha, además de darse a conocer públicamente el primer encausamiento contra Esparragoza Moreno, se anunció la recompensa que ofrecía la DEA por el capo. La agencia lo ubicó entre los cinco narcos más buscados del mundo, listado del que salió y al cual se reintegró muchas veces.
Bajo ataque financiero
La OFAC realizó su primera acción contra Esparragoza Moreno el 24 de septiembre de 2012, cuando el Departamento del Tesoro designó a 10 entidades y nueve personas como enlaces del Azul para el contrabando de drogas y lavado de dinero. Se asentó así que familiares del capo le servían de fachada para lavar dinero procedente de la venta de estupefacientes en Estados Unidos.
Entre las nueve personas señaladas se destacaba María Guadalupe Gastélum Payán, una de las esposas del Azul, a quien se le atribuyó la propiedad de una empresa en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. La firma, Grupo Cinjab, S.A. de C.V., junto con Grupo Impergoza, S.A. de C.V., presuntamente se encargaban de manejar el desarrollo inmobiliario Provenza Residencial, del centro comercial Provenza y del parque industrial La Tijera.
También fueron imputados cuatro hijos que El Azul procreó con Gastélum Payán: Brenda Guadalupe, Cristian Iván, Juan Ignacio y Nadia Patricia Esparragoza Gastélum. Ofelia Monzón Araujo, otra presunta esposa del capo, también fue vetada por la OFAC, igual que Juvencio Ignacio González Parada, Elvira Araujo Monzón, Ulises Guzmán Ochoa y Martín Humberto Ponce Félix.
Las empresas afectadas fueron siete gasolineras ubicadas en Culiacán: Servicios Buenos Aires, Estaciones de Servicios Canarias, Gasodiesel y Servicios Ancona, Gasolinera Álamos Country, Gasolinera y Servicios Villabonita, Petrobarrancos y Servicios Chulavista.
 El 10 de octubre de 2012 la OFAC agregó otras dos razones sociales a esa lista: Socialika Rentas y Catering, S.A. de C.V., registrada en Cancún, Quintana Roo, a nombre de Brenda Guadalupe Esparragoza Gastélum, y Urbanizadora Nueva Italia, S.A. de C.V., de Juvencio Ignacio González Parada.
 El 12 de diciembre de 2012, el gobierno de Estados Unidos indicó que la urbanizadora Desarrollos Everest, S.A. de C.V., con sede en Culiacán, también pertenecía a Gastélum Payán. Y vinculó a Jorge Enrique Esquerra Esquer, Julio César Estrada Gutiérrez y Carlos Alberto León Santiesteban con la red de negocios del Azul.
 El siguiente golpe lo asestó el gobierno estadunidense el 22 de agosto de 2013, al anunciar que Angello de Jesús Solís Avilés, Mario Parra Sánchez, Manuel Arturo Valdez Rodríguez, Juan Carlos Villegas Loera y Vanessa Valenzuela Valenzuela trabajaban con Esparragoza Moreno y Rafael Caro Quintero en el lavado de activos procedentes del narcotráfico.
 La OFAC extendió las sanciones contra El Azul el 30 de septiembre del mismo año, ya que el Departamento del Tesoro identificó como colaboradores del capo sinaloense a Álvaro Padró Pastor, esposo de Nadia Patricia Esparragoza Gastélum, y a Luis Francisco Vallarta Escalante, relacionado con Brenda Guadalupe Esparragoza Gastélum.
El Departamento del Tesoro destacó que el ciudadano español era socio de la empresa Piscilanea, S.A. de C.V., ligada a Caro Quintero. La medida se aplicó también a Casa V, un “salón de eventos sociales” de Guadalajara que manejaba Padró Pastor y que según la OFAC estaba ligado asimismo con otro prominente capo: Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.
La más reciente acción oficial del gobierno de Estados Unidos contra El Azul se anunció el 10 de abril pasado.
La OFAC designó como frente de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa a nueve compañías de bienes raíces ligadas con Provenza Residencial, y al restaurante Bocados de Autor, S.A. de C.V., en Culiacán, manejados por los hermanos José, Fernando y Javier Sánchez González, junto con María Aurora Sánchez Contreras y Eva Luz Rosales Morfín.
En 2009, la catalogación de Esparragoza Moreno nuevamente como narcotraficante significativo por la Casa Blanca consolidó la treintena de encausamientos judiciales federales contra el sinaloense por tráfico de mariguana, heroína y cocaína, así como por lavado de dinero en California, Texas, Illinois, Nueva York, Nuevo México, Nueva Jersey, Georgia, Colorado y Florida, entre otros estados.
Sin embargo, la DEA no ha querido hacer comentarios sobre la muerte del Azul en tanto el gobierno mexicano no confirme el hecho. De ser cierta su muerte, el hecho consolidaría al Mayo Zambada como líder absoluto del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.

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