8 jun 2014

Tamaulipas: “limpia” de narcos tolerada por el gobierno


Tamaulipas: “limpia” de narcos tolerada por el gobierno/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista Proceso # 1962, 7 de junio de 2014
 Según las agencias de inteligencia de Estados Unidos, la violencia en Tamaulipas –que se recrudeció tras el anuncio de la estrategia federal para el estado– no se debe a la lucha territorial entre narcos, sino a que el Cártel del Golfo, con el apoyo del Cártel de Sinaloa, está “limpiando” la entidad de Los Zetas, a quienes culpan de aterrorizar a la población con extorsiones y secuestros. Conscientes de esto –se dice en reportes de dichas agencias–, la Marina y el Ejército han permitido enfrentamientos entre esos grupos delictivos. Y el paso de la droga hacia el país del norte está garantizado.
 WASHINGTON.- La causa principal de la violencia que predomina en Tamaulipas ya no es la pugna entre el Cártel del Golfo y Los Zetas por esa plaza fronteriza, sino que refleja el reacomodo de los cárteles a las nuevas condiciones que se le plantean en el gobierno de Enrique­ Peña Nieto.

 El diagnóstico está contenido en reportes de inteligencia estadunidenses, uno de los cuales destaca: “En Nuevo Laredo, Reynosa y Tampico, la eliminación de elementos de Los Zetas a cargo del Cártel del Golfo y de otras organizaciones que están fuera de la entidad, está generando esa fuerte ola de violencia en todo el estado”.
 Funcionarios de Estados Unidos accedieron a hablar y mostraron a Proceso dichos informes sobre Tamaulipas, a condición de no publicar su identidad ni las dependencias federales en que trabajan. Uno de ellos afirma:
 “Los reportes de inteligencia que hemos recolectado de lo que pasa en Tamaulipas, especialmente en Nuevo Laredo, revelan que más que una lucha por la plaza (para contrabandear drogas a Estados Unidos), la que libra el Cártel del Golfo contra Los Zetas es para acabar con el terror al que estos últimos han sometido a la población.”
 En vista de lo sensible que está el intercambio de información de inteligencia entre las agencias de seguridad de Estados Unidos y de México en la administración priista, los funcionarios estadunidenses eligen con cuidado sus palabras.
 “Después de esta tormenta vendrá la calma –comenta uno de los tres entrevistados–. Es la limpia, como dicen en México, de todos los criminales desalmados y extorsionadores que dicen tener filiación con Los Zetas. La intención es contener la violencia contra la población civil, eso es lo que pretende hacer el Cártel del Golfo y quienes lo apoyan en esto”, añade.
 –¿Quiénes apoyan al Cártel del Golfo en los enfrentamientos contra Los Zetas? –se le plantea.
 –El Cártel de Sinaloa principalmente, y hasta algunos elementos de grupos que llegaron desde Chihuahua para apoyarlo.
 El control de la plaza de Tamaulipas y sus corredores para el tráfico de droga hacia Estados Unidos preocupa al gobierno de Barack Obama. Los entrevistados reconocen que, una vez controlado el estado, aumentará el flujo de drogas procedentes de México y Sudamérica, y la mercancía pasará sobre todo por Texas. De hecho, admiten que ya se reportan un mayor movimiento de metanfetaminas y heroína que entraron por Tamaulipas a Houston, Dallas y San Antonio.
 “No es una violencia generalizada como la que se destacaba hace dos o tres años en Tamaulipas. Los ataques parecen orquestarse muy bien contra blancos previamente elegidos, porque incluso el Ejército y la Marina de México han permitido los enfrentamientos entre criminales; optan por no intervenir”, se lee en otro de los documentos elaborados por distintas agencias estadunidenses desde México.
 Al consultarles si lo que sucede en Tamaulipas se puede interpretar como un acuerdo entre el gobierno y grupos del crimen organizado para acabar con la extrema violencia en el país, los funcionarios intercambian miradas como para ver quién se atreve a responder. Tras una breve pausa uno dice:
 “La intención que tienen es acabar con toda la criminalidad que aterroriza a la sociedad civil y que no está ligada al narcotráfico. Las consecuencias de esto serán otras, y son las que nos preocupan, pero es algo que ya veníamos prediciendo porque así pasó en Colombia hace algunos años.”
 La “buena noticia”
 El pasado 14 de mayo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el gabinete de seguridad dieron a conocer la nueva estrategia contra la violencia en Tamaulipas (Proceso 1960).
 El plan del gobierno de Peña Nieto frente a la oleada de asesinatos –que se acrecentó horas después de que Osorio Chong hiciera el mencionado anuncio en Reynosa– consiste en dividir el territorio tamaulipeco en cuatro zonas para que las supervise un fiscal de la Marina o de la Secretaría de la Defensa Nacional.
 La estrategia tiene tres vertientes: desar­ticular a las organizaciones criminales, cancelar las rutas del tráfico de drogas, armas y personas, y garantizar la seguridad civil con el funcionamiento pleno de las instituciones gubernamentales.
 Para los funcionarios estadunidenses, el objetivo del gobierno mexicano es viable pero está condicionado a la eliminación de uno de los dos cárteles que controlan esa plaza: el del Golfo o Los Zetas.
 “Es muy difícil que puedan eliminar al narcotráfico de Tamaulipas. Sería lo ideal, pero es muy complicado. Con base en los informes que nos llegan desde allá, creemos que la intención es que el tráfico de las drogas continúe como antes (del sexenio de Felipe Calderón), sin representar una amenaza para la estabilidad de la población”, explica uno de los estadunidenses.
 El concepto de “Estado fallido” que utilizó el gobierno estadunidense durante el sexenio de Calderón para describir entidades como Tamaulipas, donde el crimen organizado impuso su ley, quedó proscrito en la nueva relación de Washing­ton con la administración de Enrique Peña Nieto.
 De forma discreta, los integrantes de agencias de inteligencia indican que en México no se desarrolla ahora una lucha por el poder ni por el control de plazas, sino una cruzada para eliminar los “malos elementos”, que diversificaron el negocio hacia el secuestro y la extorsión, entre otros delitos. Uno de ellos puntualiza:
 “A toda la gente de Tamaulipas y a la población de México les convendría la eliminación de Los Zetas, aunque esto no tendría un efecto real en una disminución del tráfico de drogas a Estados Unidos. Más bien sería la consolidación de un solo grupo como líder del negocio en un lugar o estado específico, como Tamaulipas.”
 –¿Le preocupa al gobierno de Obama que sus reportes de inteligencia indiquen, como en el caso de Tamaulipas, que los militares dejen enfrentarse a los narcotraficantes entre ellos?
 –Es una negligencia intencionada que tiene efectos positivos, suponemos, para los objetivos de seguridad que se ha marcado el gobierno de México. La verdad, en la historia del narcotráfico mexicano Los Zetas han sido un factor de terror y de muerte. Le aseguro que su eliminación es tan buena noticia para los mexicanos como para los estadunidenses.
 Los estados que siguen
 La información de inteligencia recopilada por las agencias federales de Estados Unidos en Tamaulipas establece un escenario caótico para Los Zetas. “En los últimos 12 meses”, aunque dividido, el Cártel del Golfo se ha revitalizado en número de integrantes como en arsenal y equipo táctico, por el apoyo que –según los reportes estadunidenses– está recibiendo de la organización de Ismael El Mayo Zambada desde Sinaloa.
 En la pirámide del liderazgo de Los Zetas, que posee el gobierno de Estados Unidos y elaborada con base en sus datos de inteligencia (informantes e intercambio de información con el gobierno mexicano), el líder de esta agrupación criminal es Omar Treviño Morales, El Zeta 42.
 Al presunto líder de Los Zetas y hermano de Miguel Treviño Morales –El Z 40, quien fue capturado en julio de 2013 por la Marina–, las agencias de inteligencia lo perciben “diezmado y acorralado”, que permanece oculto en Nuevo Laredo ante la cacería que desató el Cártel del Golfo.
 Esta organización, dicen los reportes, está buscando al Z 42 minuciosamente en las casas de seguridad de Los Zetas en Nuevo Laredo, y por eso se percibe que la narcoviolencia sigue extendida por toda la entidad.
 Contraria a la información de la prensa mexicana, la cual ha publicado que el Cártel del Golfo está muy dividido, los mencionados documentos sostiene que esa organización criminal se está consolidando con el respaldo interesado que le llega de Sinaloa.
 Uno de los funcionarios entrevistados observa: “Recordará que hace algunos años, cuando irrumpieron Los Zetas como grupo criminal desalmado, sanguinario e independiente, se les llegó a calificar, dentro del mismo crimen organizado, como ‘la chusma’. Por la información que tenemos, creemos que cárteles ‘tradicionales’, como los de Sinaloa, del Golfo y de Juárez, llegaron a un acuerdo entre ellos: quien estorbe a esos intereses tendrá que ser eliminado por el bien de todos ellos”.
 El escenario que conforman los reportes de inteligencia, que los entrevistados facilitaron al reportero para una revisión ocular, no descarta la posibilidad de que la eventual eliminación de Los Zetas le deje lugar a otros criminales:
  “El tráfico de indocumentados centroamericanos, las extorsiones a personas y negocios, así como la piratería, son negocios muy redituables para Los Zetas y los muchos criminales comunes que trabajan para ellos sin pertenecer en ciento por ciento a la organización. Si se extermina a Los Zetas, el riesgo será la formación de escisiones pequeñas que quieran darle continuidad a esos actos ilícitos, aunque saben que tendrían que enfrentarse a los cárteles y a las autoridades federales.”
 La cacería de zetas por el Cártel del Golfo y el de Sinaloa asienta como primer objetivo limpiar a Tamaulipas, pero la información en poder de las agencias estadunidenses tiene un pronóstico de narcoviolencia para otras entidades.
 “La limpia es generalizada y Los Zetas tienen presencia en otros estados, como Veracruz, Estado de México, Nayarit, Coahuila, Querétaro y Jalisco, en los cuales, una vez terminada la misión de Tamaulipas, podrían registrarse enfrentamientos muy violentos. Creemos que grupos como el Cártel de Sinaloa han tomado la decisión de acabar también con los delincuentes que han aprovechado el narcotráfico para diversificar los objetivos de este negocio con la ejecución de otros crímenes. De manera paulatina, esto también obligaría a replantear la cooperación antidrogas con México, porque posiblemente aumentará el tráfico de drogas a Estados Unidos”, concluye uno de los reportes.

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