10 ago 2014

María Fernanda Zamudio Martín del Campo emiten el siguiente comunicado

Aprovechando que del lunes 11 al viernes 15 de agosto sesionarán -por invitación del gobierno de México-  los siete Comisionados en el marco del 152 Período Extraordinario de Sesiones de la CIDH que tendrá lugar en el Palacio de Minería de la Ciudad de México.
Las audiencias públicas son relativas a las situaciones generales de derechos humanos en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. 
Hay que precisar que al sesionar fuera de su sede- Washington DC-, la CIDH mantiene como práctica habitual no celebrar audiencias relativas al país que la recibe, por lo que en este Periodo Extraordinario de Sesiones no abordará temas concernientes a México.
Los siete Comisionados que integran actualmente la CIDH:
Presidenta Tracy Robinson (Jamaica);
Rose-Marie Belle Antoine (Santa Lucía/Trinidad y Tobago);
Felipe González (Chile);
José de Jesús Orozco Henríquez (México);
Rosa María Ortiz (Paraguay);
Paulo Vannuchi (Brasil) y;
James L. Cavallaro (Estados Unidos).

En ese sentido María Fernanda Zamudio Martín del Campo emite el siguiente comunicado:

En ocasión de la visita de la Comisión 
Interamericana de Derechos Humanos 
Caso 12.228 

A MIS PADRES:   
 PATRICIA y GERARDO  

Luchando por la verdad 
 Tamara mi hermana entonces de 4 años  preguntó: ¿dónde está mamá? a lo que nuestra tía Claudia respondió nerviosa   “ papá y mamá se fueron de viaje”,  yo la contradije:  no es cierto, Chacho los mató
Un rato después la tía Claudia entró a nuestra habitación donde estábamos Brenda, Tamara y yo y dirigiéndose a mí preguntó:   “Fer, ¿sabes lo que es la muerte ?” yo la miré sin entender la pregunta y ella quitándome el oso rosa que tenía en mis manos continuó:    “Te quiero explicar,  tú quieres mucho a tu oso rosa, lo abrazas, juegas con él…”,  y dejándolo caer al suelo me dijo:  “un día ya no lo tendrás más, podrás pensar en él y lo seguirás queriendo, pero el oso  ya no volverá”. 
 Recuerdo que por primera vez lloré la muerte de mis padres, tenía 6 años y aunque yo había repetido muchas veces a mis hermanas, “Chacho los mató” sólo entonces entendí lo que significaban  mis propias palabras:   a mis padres no los vería más, habían muerto a cuchilladas a manos de Alfonso Martín del Campo Dodd, hermano de mi madre. 
 Durante una época de mi vida, no sé decir con exactitud de qué año a qué año, el  tema del infame homicidio de mis padres, además de dolerme me atormentaba. Durante un tiempo dejé de hablar de ello por temor a que alguien me reprochara:  ¿por qué no los ayudaste?.  Y es que al escuchar los gritos de mi mamá, me levanté y fui a su recámara que estaba junto a la nuestra, me detuve en la puerta al ver a “Chacho” encima de ella atacándola con un cuchillo.   Mi padre estaba de lado, como mirando hacia la ventana. 
Corrí a mi cuarto a despertar a Brenda mi hermana de seis años, pero al no lograrlo, volví a asomarme al cuarto de mis papás, sólo para ver que Chacho aventaba a mi mamá.   Haciéndome bolita con mis rodillas pegadas a mi pecho junto a la puerta de mi cuarto, lo vi pasar, llevaba una camiseta con rayas rojas.   Asustada corrí de regreso a mi cama escondiéndome debajo de las cobijas.   No sé cuánto tiempo pasó,  cuando escuché el siguiente ruido que recuerdo, era el de un coche que se encendía. 
 Es difícil olvidar una escena tan fuerte por su crueldad y violencia,  a mis cuatro años presencié la tragedia de perder a mis padres.   Esa madrugada como muchas otras, Tamara de tan sólo dos años dejó su cama para irse a la de mis papás y sentirse protegida durmiendo entre ellos.  Tamara abrazó a mi padre, así la encontraron,  ensangrentada y con su pequeño brazo encima del torso de mi padre.    
Hace 22 años  que mis padres fueron cruelmente privados de la vida por 36 y 29 cuchilladas, y en los artículos que leemos sobre el caso pareciera que la muerte de mis padres no es lo importante, la mayoría de los artículos periodísticos abordan  como  tema central los derechos humanos de Alfonso el doble homicida, como lo relevante del caso. 
Para desviar la atención, Alfonso y su defensa han argumentado que el móvil para asesinar a mis padres fue el dinero y  que los homicidas se quedaron con sus bienes, como si se tratara del homicidio de  magnates.   Si esto hubiese sido así, ¿para qué entonces dejar vivas a tres niñas que serían las herederas  de esa supuesta  fortuna?.  
Hace apenas unos meses que solicitamos copia certificada de los Juicios Sucesorios de mis padres, con ellos hemos podido conocer realmente su situación económica y financiera, falsamente alterada por Alfonso y Bessie Dodd Burke. 
Mis padres eran una pareja joven (32 y 31 años) que recién habían emprendido  un negocio de alfombras y habían adquirido a crédito cinco microbuses. Quienes los conocieron saben que  tenían deudas y créditos contraídos. Cuando son asesinados por Alfonso, la casa donde vivíamos (150 mts.2) tenía dos hipotecas.    De los cinco microbuses comprados a crédito dos estaban completamente pagados y tres con deuda 1 
 El coche de mi madre, el jetta que le prestaban a Alfonso y la camioneta de la tienda de alfombras, todos habían sido adquiridos con plan auto. 2 
La pregunta pertinente sería:    ¿qué tan probable es que alguien te quiera matar a cuchilladas para quedarse con tus deudas?,    ¿es creíble que alguien venga a asesinarte con tanto odio por encargo? .  No hubo ventanas rotas o puertas forzadas, el homicida estaba en la casa. 
Cuando Alfonso asesinó a mis padres, es como si hubiese tirado una bomba que no sólo acabó con la vida de ellos, sino  la fuerza expansiva de su cobardía alcanzó a mucha gente, y aunque esté purgando su condena ha continuado con los años lastimándonos con sus mentiras. 
 Ahora que promovió por segunda vez un reconocimiento de inocencia sin ninguna prueba nueva, hemos salido públicamente a defender nuestros derechos a la verdad y a la justicia, en ocasiones los reporteros nos cuestionan:   “¿se sienten víctimas?”, “¿les da miedo Alfonso?”, “¿creen en la justicia?” otros especulan que crecimos con la “verdad jurídica de saber que a Alfonso lo habían sentenciado a 50 años de prisión”, y paradójicamente quienes han cobrado del erario público  como defensores de los derechos humanos de todos los habitantes de esta ciudad, se han aventurado a decir que buscamos venganza.    
 En medio de esto, hemos seguimos un buen consejo:  “Leamos todo el expediente penal, solicitemos los juicios sucesorios, investiguemos en el Registro Público de la Propiedad,   en el Registro Civil, en el Archivo de Notarías, solicitemos información pública, etc”. 
Al hacer esto contamos con los documentos que desmienten a Alfonso, a sus abogados y patrocinadores. 
Sus adeptos quienes han reflexionado poco su inverosímil versión, sin corroborar sus dichos se lanzan a la prensa a sostener lo que  no les consta, no lo vivieron y peor aún  sin haber leído el expediente y las pruebas que obran en su contra o sin cerciorarse de que cuando Alfonso proporcione sus datos generales no mienta en estas obviedades. Alfonso y sus defensores dicen que fue golpeado por la policía sin contar con prueba  de ello más que el dicho de él. La prueba administrativa de la supuesta tortura la aporta Alfonso (diez años después de los homicidios de mis padres) y la realizan los médicos de ACAT, es decir su defensa, (Punto I, Informe CIDH) ¿qué objetividad puede tener ese estudio elaborado por el grupo que lo defiende?
Alfonso se accidentó en la carretera a Cuernavaca cuando huía de la escena del crimen. 
El peritaje del accidente dice que el conductor del vehículo debe estar lesionado. Alfonso presenta un chipote en la frente al que él y sus adeptos le han llamado la ¡prueba máxima de la tortura! cuando en realidad el chipote y los raspones que presenta son el resultado del accidente.  
Lo increíble es que él y su defensa sostienen que el chipote tiene uso triple:  fue golpeado por los misteriosos secuestradores,  se golpeó dentro de la cajuela  y encima fue torturado durante siete horas.   Si el 30 de mayo de 1992 fue presentado  a las 13:30 ante la autoridad ministerial, eso quiere decir que la supuesta tortura de siete horas, según el dictamen de ACAT  comenzó a las 6:15 a.m.  y a esa hora ni siquiera había llegado a  la caseta de la Policía Federal de Caminos a contar su falsa versión. 
En estos veintidós años Alfonso y su defensa han  distorsionado la realidad, han construido una inverosímil versión de los hechos con el  afán de  que lo crean inocente y obvio obtener una indemnización económica,  sin que mis hermanas y yo hubiésemos podido intervenir.  
Primero porque éramos menores de edad  y segundo contrario a nuestros derechos fue nombrada nuestra tutriz y albacea, Bessie Dodd Burke madre del homicida, quien en claro conflicto de intereses encaminó todas sus acciones pretendiendo la liberación de Alfonso.
El cargo de albacea lo utilizó no para velar por nosotras, sino sólo para  fabricar documentos que aparentaran situaciones diferentes, como la falsedad de que Alfonso era socio de mi padre así como asegurar que Alfonso era propietario de dos microbuses  y con ello pretendieron en su demanda ante la CORTE INTERAMERICANA que el Estado Mexicano lo indemnizara hace once años (2003) por  $ 24’929,001.57 , es decir casi $25 millones de pesos.   Ver link: 
Hemos ido leyendo el expediente penal, las muchas pruebas en las que se basa su sentencia y las  contradicciones en la que a lo largo de éstos años han caído  él y su defensa, ahora tenemos mayor claridad de toda esta fabricación, comenzando por la falsedad de que su  defensor de oficio era técnico en computación,4  con todo ello podríamos escribir un libro. 
Tamara me ha dicho: “Me hubiera encantado recordarme diciéndoles: Los amo mamá y papá, gracias por darme la vida, ….¿sabes Fer? en mis sueños se los digo.    Para mí, papá y mamá serán siempre mi mayor pérdida.  Miro a mi alrededor y me siento afortunada por el simple hecho de estar con vida, de respirar, de ver a la gente que me rodea y a ellos sí poder decirles: los amo”.    
Me entristecen sus palabras y pienso en mi hermana menor, una niña de dos años quien esa madrugada buscando protección la encontró abrazando ella el cuerpo sin vida de mi padre.  
De niña Brenda se negaba a aceptar la muerte de nuestros padres, demandaba a nuestros tíos:  “quiero ver a mis papás”, de joven nos decía:  “ ¿por qué Alfonso los mató?  ¿por qué los lastimó tanto?  ¿por qué los traicionó si le estaban dando casa y trabajo?”.   Ahora como mujer adulta Brenda dejó de acariciar nuestra desgracia, es una mujer amable y cariñosa sobre todo con nosotras sus hermanas.  
Recientemente  Tamara y yo fuimos a verlos, para no perdernos nos guiamos por la tumba  de Jorge Negrete, de ahí hay que seguir recto, contar tres andadores y dar vuelta a la derecha para llegar a la fosa en la que se encuentran.  Le quitamos el polvo,  limpiamos su nombre, y le arrancamos  la mala hierba.  
Mientras coloco flores Tamara repite algo que ya le había escuchado en otra ocasión:  “no sólo él tiene derechos humanos, también nosotras.  Él y su defensa no deben inventar…..  ¿por qué sus defensores le creerán a pie juntillas lo que él dice sin verificarlo?.......¡ debe ser el miedo a saber que pelean contra la verdad !”. 
Tenemos un álbum de fotos que atesoramos; en él nuestros padres nos besan, nos abrazan, nos hacen fiestas.  Las imágenes de nuestros amorosos padres  nos animan mucho.  
Mis hermanas y yo hemos salido a ejercer nuestros derechos como víctimas supervivientes del infame homicidio de Alfonso Martín del Campo Dodd, del que fui testigo. 
 Por mi parte quiero estar tranquila, en paz,  y aunque sé que soy yo misma la  voz de reproche: “¿por qué no los ayudaste?”, ahora que tengo la edad y la capacidad,  lucharé incansablemente por alcanzar JUSTICIA para mis padres. 

María Fernanda Zamudio Martín del Campo. 


1 Constancia del Juicio Sucesorio de Gerardo Zamudio Aldaba
2 Constancia del Juicio Sucesorio de Gerardo Zamudio Aldaba
3 Nombramiento de Tutriz y Albacea de Bessie Dodd Burke, en el juicio Sucesorio de Gerardo Zamudio Aldaba

4 Página de la Consejería Jurídica del D.F.
Nota: La carta fue leída integra en la radio 98.5 de Imagen este domingo a las 14: 30 horas
En la imagen Tarde del lunes 11 de agosto de 2014; FERNANDA  Y TAMARA protestando por la resolución de la CIDH frente al TSJDF
Río de la Plata Núm. 48, Colonia Cuauhtémoc Delegación Cuauhtémoc C.P. 06500 Teléfono:52-31-35-26.

1 comentario:

Consuelo Criollo dijo...

Brenda, Mary Fer y Tamara Andrea, así les decían sus Padres. les mando todo mi cariño y solidaridad estoy impactada con esta noticia. de la liberación de ese monstruo. mi pregunta es ahora quien lo va a mantener si cuando era joven lo mantenía el cuñado y luego los impuestos de todos y ahora quien? que corrupción tan grande y que impotencia, las quiero y nunca las he olvidado

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