20 ene 2015

Alejandro Martí García, Fundador y Presidente de México SOS.

 Alejandro Martí García, Fundador y Presidente de México SOS.
Foro sobre Víctimas y debido proceso penal
: Señor Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto.
Distinguidos funcionarios que nos acompañan en el presídium.
Queridos amigos de la sociedad civil.

Muy querida Isabel Miranda de Wallace, la cual empatizo con su dolor, por ser, también, una víctima.
Y felicito a Isabel, y a muchos; muchos ciudadanos mexicanos que hemos tomado la decisión de no huir a un rincón a lamernos las heridas, sino, por amor a México, por amor a nuestros compatriotas, tratar de hacer algo por nuestro México para que, por fin, lo que desgraciadamente les pasó a nuestros hijos, no le vuelva a suceder a otro mexicano.
Ese es nuestro trabajo, ese es nuestro compromiso con México, y esa es nuestra entrega por una Nación; una Nación mejor, que realmente alcance los anhelos que todos los mexicanos deseamos.
Los ciudadanos hemos escuchado, y cada vez con mayor intensidad, sobre el nuevo Sistema de Justicia Penal. Pero qué es éste.
Para qué no es útil a los ciudadanos que somos los primeros en recibir sus perversiones o sus beneficios.
El nuevo Sistema de Justicia Penal es una esperanza real para los ciudadanos, una transformación de fondo para lograr la equidad jurídica necesaria ante los procesos judiciales en materia penal, para exigir que en el menor tiempo se resarza el daño causado, en el que la víctima se coloca al centro y no al final del proceso.
Es importante destacar que la justicia del México de hoy, es producto de una institución anquilosada. El Sistema Judicial se quedó atrás, muy atrás de lo que el México de hoy necesita; muy atrás de lo que los ciudadanos reclamamos.

La exigencia ciudadana por la justicia, condición fundamental para la seguridad, es un grito de reclamo de la Nación.
El México democrático, el México de víctimas en nuestra Nación reclama, pide a gritos un Poder Judicial sensible a la realidad de nuestro México. Grita por justicia, grita por la paz, grita por el orden, grita por el crecimiento, rechaza la impunidad y rechaza la corrupción, e implora un país con orden y un estricto Estado de Derecho.
No hay duda de que jueces y magistrados deben actuar conforme a la ley, pero con la sensibilidad suficiente, porque este país, es un país sufrido, es un país victimizado.
Los ciudadanos estamos hartos de tanta impunidad, hartos de juicios que no son ni prontos ni expeditos, y lo peor de todo, liberaciones, amparos y demás formas para deliberar o liberar a delincuentes.
Hemos estado sufriendo, en el último secuestro, ejemplares liberaciones que atentan contra el gran esfuerzo que hace la policía, la Policía de Investigación, los Ministerios Públicos y el Estado invirtiendo por la seguridad, y se van con un pretexto que, además, lacera, no nada más a las víctimas directas, sino a todos los mexicanos que somos víctimas indirectas de esta injusticia.
México tiene urgencia de jueces, magistrados y ministros con un sistema de supervisión y regulación que impida las atrocidades del descuido, incompetencia o corrupción.
Es hora de que el sistema judicial refuerce enormemente el Consejo de la Judicatura, y es hora de que los ciudadanos constituyamos un observatorio ciudadano para revisar, precisamente, los procesos judiciales.
Necesitamos jueces formados en el nuevo Sistema de Justicia, que garanticen los derechos de las víctimas y, efectivamente, ejerzan como jueces.
Y así como necesitamos jueces de primera, urgen policías de primera, ministerios públicos de primera, peritos de primera, defensores de primera, funcionarios de primera, porque los ciudadanos estamos a merced de todos aquellos que han visto en estas vocaciones, la oportunidad perfecta para realizar sus fechorías al amparo de la ley y siempre en perjuicio absoluto de las víctimas.
En México SOS, hemos venido insistiendo en que debemos reformar desde las instituciones policiacas, hasta la Reforma al Sistema Penitenciario.
Qué triste que los delincuentes operen desde las prisiones; 60 por ciento de las extorsiones telefónicas tienen su origen en los centros penitenciarios; tres de cada 10 secuestros se planean desde las prisiones, y en más de seis de cada 10 existe cogobierno y autogobierno, y no me refiero a las cárceles federales, me refiero a las estatales y a las municipales; son más de 470 y tantas cárceles que son escuelas del vicio y de la corrupción.
Y me pregunto siempre, señor Presidente, si no hay capacidad para tener orden en cuatro paredes, cómo pretendemos poner orden a cielo abierto.
Urge vivir en este país sobre las bases de un Estado de Derecho, porque, insisto, en un país de víctimas, en un país en que los ciudadanos vemos la impune corrupción que impera, en un país en que no se respetan ni las vías públicas, ni la propiedad privada, la credibilidad de nuestras instituciones va en caída libre, sin freno, y eso puede ser un cáncer que haga metástasis en nuestra Nación.
México SOS, y pienso que muchos ciudadanos lo comparten, no claudicamos, y mantenemos la esperanza de vivir en un país democrático con justicia para todos, en donde el trabajo honesto y perseverante sea el que brinde la real recompensa en donde el esfuerzo y la tenacidad los hagan grandes.
Gobierno y ciudadanía requerimos una revolución intelectual de voluntades y aspiraciones, que finque el crecimiento de todos los ciudadanos con base en el respeto a las leyes, al trabajo, a la decencia y el amor a nuestra Patria.
Señor Presidente:
Nosotros creemos firmemente en la posibilidad de un México donde la corrupción y la impunidad sean historia. Ese es el México que todos los ciudadanos apoyaremos en su gestión, para que nuestra Nación se decida finalmente a cambiar.
Hoy, los tres Poderes independientes en nuestra Nación deben de estar unidos en nuestra aspiración del México de mañana, especialmente el Poder Judicial. El México que todos deseamos.
Tenemos, ante nosotros, la gran oportunidad del México limpio, entusiasta, confiado en sus instituciones, con una gran credibilidad en nuestro país.
México, a gritos, pide orden, seguridad, justicia y crecimiento.
Hoy, sólo hoy, tenemos la oportunidad de crecernos ante la adversidad para lograr el México anhelado, sin fantasías mesiánicas, con un crecimiento sólido en lo intelectual, moral y económico. Fórmula inequívoca para crecer como Nación.
Señor Presidente de la República:
Cuentan con una ciudadanía decidida, comprometida y corresponsable para jalar parejo en la construcción de la gran Nación que, estamos seguros, podemos hacer juntos.

Muchas gracias.

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