30 mar 2016

¿Quién le teme a Eruviel Ávila?

 ¿Quién le teme a Eruviel Ávila?/Ricardo Alemán
Milenio, 30 de marzo de 2016.
Los caminos del poder —como los de Dios— parecen inescrutables. Y el mejor ejemplo es que, para no pocos políticos, el camino a Los Pinos es una carrera de obstáculos, fieras y enemigos.
Más aún, en México, uno de los pecados capitales de todo aspirante presidencial es la popularidad y la aceptación en las encuestas. Y ay de aquel que asomare la cabeza, porque, de inmediato, las fieras la cortan.
Así, por ejemplo, un puntero como Miguel Osorio decidió bajo perfil mediático. Con ello, elude los obuses en su contra, sin demérito del activismo que reclama su responsabilidad en la gobernación interna del país.
También por eso, otro adelantado —que preocupa a no pocos presidenciables de todos los partidos— fue víctima de un feroz ataque mediático montado para el desprestigio. Nos referimos al gobernador Eruviel Ávila.
Y es que el 15 de enero, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo mexiquense —”Órgano autónomo e independiente de cualquier autoridad”, según el artículo 209 del Código Administrativo— acordó entregar al gobernador la Medalla al Mérito Administrativo y Fiscal 2015.

Curiosamente, dos meses después del reconocimiento —que nunca fue recibido por Eruviel Ávila—, el portal Animal Político criticó —con argumentos poco serios— el supuesto exceso de que el gobierno de Eruviel Ávila le haya hecho un reconocimiento al gobernador Eruviel Ávila. La versión es falsa.
Lo cierto, sin embargo, es que no se trató de un resbalón periodístico y menos de una omisión reporteril. No, en realidad se trató de “fuego amigo” contra Eruviel Ávila. ¿Por qué? Porque, junto con Miguel Osorio, el mandatario crece en todas las encuestas presidenciales.
Pero no es el único caso. Si dudan de que entre los presidenciables el blanco a derribar se llama Eruviel Ávila, vale recordar que otra “mano negra” mueve otra campaña contra el mexiquense a través de la llamada “ley Atenco”. ¿Y qué es eso?
Que recientemente el Congreso mexiquense aprobó la Ley que Regula la Fuerza Pública —enviada por el gobernador—, la cual admite el uso de la fuerza pública en las protestas sociales.
La legislación recuerda que el Estado es garante de la seguridad pública y máximo responsable para evitar alteraciones a la paz pública. Así, cuando se rompe la paz pública mediante la violencia, los cuerpos de seguridad podrán utilizar armas para dispersar las manifestaciones violentas, “cuando sea estrictamente inevitable, para proteger la vida de las personas”.
Curiosamente, quienes impugnan esa ley son los mismos que aplaudieron que el gobierno de López Obrador en el DF aprobara el artículo 362 del Código Penal, que prohibía las manifestaciones violentas y castigaba la alteración del orden público con 30 años de cárcel. Pero también son los mismos que tiraron la llamada “ley Bala” del gobierno de Moreno Valle, que proponía lo mismo que el 362 del Código Penal.
Es decir, con el cuento de la supuesta “represión” —actitud represiva que aplaudieron cuando el represor era AMLO— hoy tratan de derribar en las encuestas al mexiquense.
Pero más ridículo es que los golpeadores del Eruviel Ávila —el Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social— dicen que la “ley Atenco” atenta contra libertades como las de expresión, reunión, asociación y contra la integridad de las personas.
Pero son los mismos que se indignan por la libre expresión de “puto” en el futbol, que exigen la desaparición del Partido Verde y que piden callar a los críticos de AMLO y de Morena.
Los inescrutables caminos del poder.
¿Quién le teme a Eruviel Ávila?

Al tiempo.

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