El
diálogo de Francisco con los periodistas durante el vuelo de regreso de Lesbos
a Roma: «los doce sirios musulmanes que llevamos a Roma tienen sus documentos
en regla».
'Han vuelto los «guetos» a Europa, pero, por el contrario, «hay que
integrar, pero comprendo que los pueblos tengan cierto miedo».
Y
sobre el saludo a Sanders: «Si alguien cree que saludar sea inmiscuirse en la
política, le recomiendo que se encuentre un psiquiatra»
Imagen de REUTERS
Papa
Francisco durante el vuelo de regreso a Roma
Vatican Insider, 16/04/2016/ANDREA
TORNIELLI
ENVIADO
DESDE EL VUELO LESBOS - ROMA
«Antes
que nada, quiero agradecerles por esta jornada de trabajo; para mí fue muy
fuerte, demasiado fuerte…». Papa Francisco se conmueve antes de la entrevista
durante el vuelo de regreso de Lesbos a Roma. «No hay ninguna especulación
política, porque los acuerdos entre Grecia y Turquía yo no los conocía bien,
los vi en los periódicos. Mi viaje fue humanitario». Y, con respecto a las
familias de refugiados musulmanes sirios que llevó consigo, Francisco indicó:
«fue una inspiración de hace una semana, que me dio un colaborador, y yo acepté
inmediatamente, porque vi que era el Espíritu el que hablaba. Todas las cosas
están en regla: los documentos, el Estado vaticano, italiano y griego han dado
los visados. Son acuerdos que tomó el Vaticano con la colaboración de la
Comunidad Sant’Egidio; son huéspedes del Vaticano y se suman a las dos familias
ya alojadas por las parroquias vaticanas».
-Usted
habla mucho de acogida pero demasiado poco sobre integración. Al ver lo que
está sucediendo en Europa (muchas ciudades con barrios-guetos, migrantes
musulmanes que no logran integrarse a los valores occidentales), ¿no sería mas
útil privilegiar a los migrantes cristianos? ¿Por qué decidió traer consigo a
tres familias musulmanas?
-No
tomé ninguna decisión entre cristianos y musulmanes; estas tres familias tenían
los documentos en regla y se podía hacer. Había dos familias cristianas que no
tenían los documentos en regla… No es un privilegio, todos son hijos de Dios.
Sobre la integración, usted dijo una palabra que en nuestra cultura actual
parece haber sido olvidada después de la guerra: ¡hoy en día existen guetos! Y
algunos de los terroristas que han perpetrado atentados son hijos y nietos de
personas nacidas en el país, en Europa. ¿Qué es lo que ha sucedido? No ha
habido una política de integración, y esto, para mí, es fundamental a tal punto
que si usted se fija en la exhortación post-sinodal sobre la familia hay una
parte sobre la integración para las familias en dificultades.
Europa
debe recobrar esta capacidad de integrar, han llegado muchas personas nómadas y
han enriquecido su cultura. Se necesita integración.
Se
habla de vigilancia y de reforzar las fronteras europeas. ¿Es el final de
Shengen y del sueño europeo?
-No
lo sé, pero comprendo que los pueblos tengan cierto miedo. Lo comprendo.
Debemos tener una gran responsabilidad en la acogida, y uno de los aspectos es
justamente cómo integrar a estas personas. Siempre he dicho que hacer muros no
es una solución; en el siglo pasado vimos la caída de uno… No se resuelve nada.
Debemos hacer puentes, pero los puentes se hacen inteligentemente, con el
diálogo, la integración. Yo comprendo cierto temor, pero cerrar las fronteras
no resuelve nada, porque la clausura, a la larga, daña al propio pueblo, y
Europa debe hacer urgentemente políticas de acogida, de integración, de
crecimiento, de trabajo y de reforma de la economía. Todas estas cosas son
‘puentes’ que nos permitirán no hacer muros.
(El
Papa tomó un fajo de dibujos que le regalaron los niños del campo para
refugiados). Después de lo que he visto, de lo que ustedes han visto, en ese
campo de refugiados, daban ganas de llorar. Traje unos dibujos para
mostrárselos. ¿Qué quieren estos niños? Paz. Es cierto que en el campo no
tienen cursos de educación, pero, ¿qué han visto estos niños? Este es un dibujo
en el que se ve a un niño que se ahoga. Esto lo tienen en el corazón; hoy, de
verdad, daban ganas de llorar. Recuerdan esto. Uno dibujó al sol llorando. Pero
si el sol es capaz de llorar, también a nosotros nos hará bien una lágrima.
¿Por
qué usted no hace diferencia entre quienes huyen de la guerra y quienes huyen
del hambre? ¿Europa puede acoger toda la miseria del mundo?
Hoy
en mi discurso dije que algunos huyen de las guerras y otros del hambre. Ambos
son efecto de la explotación. Explotación de la tierra: me decía un jefe de
gobierno de África que la primera decisión de su gobierno había sido la
reforestación, porque la tierra se había muerto por la explotación de los
bosques. Hay que hacer obras buenas tanto para quienes huyen de las guerras
como para quienes huyen del hambre. Yo invitaría a los traficantes de armas (en
Siria, por ejemplo, ¿quién les da las armas a esos grupos?) a que pasaran un
día en ese campo de refugiados. Creo que sería saludable para ellos.
Usted
dijo esta mañana que era un viaje triste, conmovedor. Pero algo ha cambiado,
porque hay doce personas a bordo, un pequeño gesto de frente a quienes miran
hacia otro lado…
-Hago
un plagio y no respondo con una frase mía. Le preguntaron a la Madre Teresa de
Calcuta: ¿por qué tanto esfuerzo y tanto trabajo solo para acompañar a las
personas a morir? Y ella: es una gota de agua en el mar, pero después de esta
gota, el mar ya no será el mismo. Es un pequeño gesto, pero esos pequeños
gestos que todos nosotros, hombres y mujeres, debemos hacer para tender la mano
a los que lo necesitan.
Hemos
venido a un país de inmigración, pero también de política económica de
austeridad. ¿Usted tiene un pensamiento económico de austeridad?
-La
palabra austeridad tiene diferentes significados: económicamente significa un
capítulo de un programa; políticamente es otra cosa; espiritualmente es otra
cosa. Cuando yo hablo de austeridad me refiero a la comparación con el
desperdicio. Escuché en la FAO que con la comida desperdiciada se podría
resolver el hambre en el mundo, y nosotros, en nuestra casa, ¡cuántos
desperdicios hacemos sin quererlo! Es esta la cultura del descarte y del
desperdicio. Uso la austeridad en sentido cristiano.
Hoy
por la mañana se reunió con el candidato demócrata estadounidense Bernie
Sanders. ¿Quiso inmiscuirse en la política estadounidense?
-Esta
mañana, mientras salía, estaba el senador Sanders, que vino al congreso sobre
la “Centesimus annus”. Él sabía que yo salía a esa hora y tuvo la gentileza de
vernir a saludarme, él con su esposa y otra pareja que se estaba quedando en
Santa Marta, como todos los miembros del congreso. Cuando bajé a saludarlo,
nada más un apretón de manos. Esta se llama educación, no mezclarse en la
política. Si alguien cree que saludar sea inmiscuirse en la política, le
recomiendo que se encuentre un psiquiatra.
Quisiera
hacer una pregunta sobre la exhortación «Amoris laetitia»: como usted bien sabe
ha habido muchas discusiones sobre uno de los puntos: algunos sostienen que no
ha cambiado nada para que los divorciados que se han vuelto a casar accedan a
los sacramentos; otros sostienen que ha cambiado mucho y que hay muchas nuevas
aperturas. ¿Hay nuevas posibilidades concretas o no?
-Yo
puedo decir que sí. Pero sería una respuesta demasiado pequeña. Les recomiendo
que lean la presentación del documento que hizo el cardenal Schönborn, que es
un gran teólogo y que ha trabajado en la Congregación para la Doctrina de la
Fe.
¿Por
qué puso en una nota y no en el texto la referencia al acceso a los
sacramentos?
-Escuche,
uno de los útlimos Papas, hablando sobre el Concilio, dijo que había dos
concilios: el Vaticano II, en San Pedro, y el de los medios de comunicación.
Cuando convoqué al primer Sínodo, la gran preocupación de la mayor parte de los
medios era: ¿podrán comulgar los divorciados que se han vuelto a casar? Como yo
no soy santo, esto me dio un poco de fastidio y un poco de tristeza. Porque
esos medios no se dan cuenta de que no es ese el problema importante. La
familia está en crisis, los jóvenes ya no quieren casarse, hay una disminución
de la natalidad en Europa que es para llorar, la falta de trabajo, los niños
crecen solos… Estos son los grandes problemas. No me acuerdo de esa nota, pero
si está en una nota es porque se trata de una cita de la «Evangelii gaudium».
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