12 jun 2016

Primer Festival Internacional de Novela Negra en SLP

Revista Proceso # 2067, 12 de junio de 2016
Primer Festival Internacional de Novela Negra/COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
Del 15 al 19 de junio, el Museo Tamayo de la capital y el Centro de las Artes de San Luis Potosí serán escenarios del Primer Festival de Novela Negra “Huellas del crimen”, con 30 autores europeos, latinoamericanos y mexicanos de novelas policiacas, un género boyante aquí según Iris García Cuevas, Élmer Mendoza y Juan Manuel Servín. Inaugura la reflexión “Shakespeare y el crimen” del novelista francés Bernard Minier y las plumas británicas de Val McDermid y Mari Hannah, a 400 años de la muerte el creador de Ricardo III.
La novela negra o novela criminal mexicana se encuentra en un buen momento, según sus creadores. “Se amplió su calidad, aumentaron los escritores y también se interesa más en ella la industria editorial nacional”, destaca Iris García Cuevas. “Es vigorosa y sorprendente”, matiza Élmer Mendoza. “Está floreciendo”, acentúa Juan Manuel Servín.
Dichos escritores nacionales, entrevistados por Proceso, participarán en el Primer Festival Internacional de Novela Negra “Huellas del crimen”, el cual inicia el miércoles 15 en el Auditorio del Museo Tamayo de la Ciudad de México, a las 19 horas.

 Esa noche, el escritor francés Bernard Minier y las autoras Val McDermid (cofundadora escocesa del mayor festival de novela policíaca en Harrogate, el Theakstons Old Peculier Crime Writing), con la londinense Mari Hannah (El muro del asesinato y las series de Kate Daniels) disertarán sobre la intriga, los asesinatos y el misterio como ingredientes principales del estilo noir presentes en las obras de William Shakespeare, a cuatro siglos de la desaparición del Cisne de Avon.
 Además, Sarah Hainsworth, antropóloga forense inglesa y profesora de la Universidad de Leicester, hablará del descubrimiento del cuerpo del rey Ricardo III en Londres, ya que en 2012 formó parte de la comitiva para descifrar la muerte del jorobado monarca (1485).
 El Festival “Huellas del crimen” continuará del 17 al 19 de junio en el antiguo penal del ahora Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario de la capital potosina, donde en total 30 personas entre escritores, periodistas, criminólogos, cineastas y expolicías, ofrecerán conferencias magistrales, talleres y encuentros con los lectores. Incluso habrá proyecciones de cine y la exposición Portadas de nota roja (curaduría de Servín), y una velada con el nombre de La última cena, cuyo anfitrión será el escritor Bernardo Esquinca, quien invitará a los asistentes para resolver un crimen.
 Laura Elena González Sánchez, titular del Centro de las Artes San Luis Potosí Centenario, precisa a esta revista que acudirán 24 personalidades de México como los anteriormente citados, más José Refugio de la Torre, F. G. Haghenbeck, Joaquín Guerrero-Casasola, Jesús Ramírez-Bermúdez, Diego Enrique Osorno, Mauricio Ortiz, Eduardo Antonio Parra, Cristina Rivera Garza, Paco Ignacio Taibo II y Vicente Francisco Torres, amén de seis extranjeros (entre ellos, el argentino Federico Axat).
 La funcionaria aclara que la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura Federal y la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes “nos propusieron el festival y nos interesamos porque no existe ninguno con estas características en el país, por lo que partimos de lo poco que sabemos de otros festivales mundiales de novela negra, las sugerencias de escritores mexicanos, y la gran demanda que el público ha mostrado en los últimos años por esta literatura”.
 Igualmente, colaboran las secretarías de Cultura y Turismo del gobierno de San Luis Potosí. González Sánchez manifiesta que han convocado a la decena de estados vecinos y sus novelistas de ficción en general.
 Un encuentro necesario
 Al Premio Tusquets de Novela 2007 por Balas de plata, Élmer Mendoza (que en 2012 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua), el Primer Festival Internacional de Novela Negra “Huellas del crimen” le es bastante oportuno:
 “Ya esperábamos una acción como esta para que proyecte el trabajo de los autores mexicanos. La novela negra mexicana está sana, es muy creativa y es una de las voces más fuertes de la narrativa contemporánea de nuestro país. La quieren conocer en el mundo, todos quieren saber de este otro México que sale en la parte más negativa de la prensa y que parece poco imaginario.”
 La novela criminal mexicana “pertenece al terreno del arte”, argumenta:
 “Representa y propone, cuenta y emociona; ha creado personajes y situaciones y no desdeña al país en el que vivimos. Estamos en una época muy intensa y esperemos la noten también los mexicanos.”
 Al preguntarle por qué cree que no se había organizado antes un festival de novela negra en México, refiere que “tal vez no entrábamos en los planes de promoción de las administraciones de cultura, o no creían en la calidad de las obras”.
 –¿Son marginados los escritores de la novela criminal?
 –Es posible que de ciertos espacios de crítica y académicos, pero no de los lectores. Paco Ignacio Taibo II es uno de los autores mexicanos más leídos, nos abrió caminos por el que los nuevos avanzamos sin mayores tropiezos. Los escritores que llaman ‘de poder’ son nuestros amigos, los académicos lectores de novelas negras han contribuido a que el género se afirme. Creo que con nosotros no hay marginación que valga.
 Convencido, el autor de El misterio de la orquídea calavera finaliza:
 “La novela negra mexicana cada vez es más respetada en el mundo y es la voz más fuerte de la literatura nacional. Sin embargo, el gran sueño de todos es tener muchos lectores en México, país que nos sangra y desangra.”
 La narradora, dramaturga y periodista Iris García Cuevas considera necesario un encuentro literario de este tipo:
 “En otros países hay festivales de esta naturaleza. La Semana Negra de Gijón, fundada por Paco Ignacio Taibo II hace 28 años; Buenos Aires Negra inició en 2011, dirigida por Ernesto Mallo, y el Festival de Novela Policiaca de Madrid que va por su octava edición, los cuales son muestra de la enorme calidad de escritores que cultivan el género y la gran aceptación que posee por parte de los lectores.
 “Este primer festival en México significa un reconocimiento público de la importancia que ha adquirido la novela policiaca dentro de la industria editorial nacional en las últimas dos décadas.”
 La creadora de 36 toneladas especifica que la tradición de esta literatura es relativamente joven en nuestro país:
 “No fue sino hasta la publicación del Complot mongol (1969), de Rafael Bernal, cuando el género negro adquirió carta de naturalización en el país. A finales de los setenta, Taibo II y Rafael Ramírez Heredia eran prácticamente los únicos que lo cultivaban.
“Élmer Mendoza llega en los noventa y es justamente él con los escritores del norte quienes retomaron el género negro para hablar de la violencia de sus estados, principalmente de la generada por el narcotráfico, por eso se le considera como una especie de literatura regional.”
 Fue hasta el siglo XXI, añade, con la generalización de la violencia en el país, cuando cada vez se recurre más a la literatura negra o policial para denunciar lo que ocurre en la nación, “y esto encuentra consonancia con la necesidad de los lectores para explicarse qué pasa en su entorno”.
 García Cuevas especifica que se sigue leyendo a Mendoza y también a Francisco Haghenbeck, Imanol Caneyada, Bernardo Fernández BEF, Hilario Peña o Cesar Silva, para nombrar a quienes “sin inscribirse por completo al género, han realizado estupendas novelas o cuentos policiacos”: Yuri Herrera, Antonio Ortuño, Eduardo Antonio Parra, Cristina Rivera Garza, Juan José Rodríguez y David Toscana.
 “Ellos mezclan el género negro con otros subgéneros como el terror, y pienso en Bernardo Esquinca. Además, existen voces jóvenes de las mujeres, como Orfa Alarcón (Perra brava), Fernanda Melchor (Aquí no es Miami) e Ivonne Reyes Chiquete (Muerte caracol), quienes nos hacen ver que sí hay futuro.”
 Así, la narcoliteratura es una de las vertientes del género negro:
 “En el caso de México en sus circunstancias actuales, cuando pensamos en el mundo del crimen, inevitablemente están presentes el narcotráfico, la infiltración del crimen organizado en el sistema político y judicial, la corrupción y la impunidad. Élmer es narcoliteratura y también novela negra.”
 Algunas de sus historias han sido traducidas al inglés y al francés, por ejemplo Cuarto para gente sola, Al final del vacío y D. F. confidencial. A su vez, Juan Manuel Servín señala que un festival mexicano “contribuirá a fortalecer una literatura; pero también a ver quiénes están escribiendo historias que realmente valen la pena”.
 Positivo, concluye:
 “La realidad mexicana es amplia para explorar, para que la novela policiaca en sí misma se consolide, crezca y madure. Todavía falta mucha novela policiaca más por escribir y con este gran nivel de calidad.”

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