17 jul 2016

Contra el terrorismo: burocracia, descoordinación, ineficacia...

Revista Proceso # 2072, 17 de julio de 2016..
Contra el terrorismo: burocracia, descoordinación, ineficacia.../MARCO APPEL
Nueve días antes del ataque en Niza –que hasta el viernes 15 había costado la vida de 84 personas–, una comisión de la Asamblea Nacional entregó un reporte que advierte sobre las fallas del Estado francés en su estrategia contra el terrorismo y recomienda, entre otras medidas, crear una agencia que concentre la información y la operación para luchar contra ese flagelo. Pero el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, desdeñó el reporte y hasta se burló de sus recomendaciones: la nueva agencia “es un pudín de ciruela”, dijo.
 Bruselas.- Apenas unos días antes del atentado ocurrido la noche de este jueves 14 en Niza, el ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, desestimó y atacó un reporte de la Asamblea Nacional que advertía sobre las fallas del gobierno socialista del presidente Francois Hollande en su estrategia y en las estructuras de combate al terrorismo islámico.

 El viernes 8 el ministro no sólo descalificó las propuestas de dicha comisión legislativa para mejorar la política antiterrorista del gobierno, sino que llegó a estimar que éstas abrían “polémicas inútiles”.

El pasado 20 de enero la asamblea francesa creó una comisión especial que investigó y evaluó el funcionamiento de las estructuras y políticas antiterroristas del Estado desde que ocurrió el ataque yihadista contra la sede parisina del semanario satírico Charlie Hebdo, el 7 de enero de 2015.
Sus conclusiones, publicadas en un reporte el pasado martes 5, no dejan lugar a la calma.
“Al término de nuestro trabajo”, advirtió el presidente de la comisión especial, el diputado Georges Fenech, “mi sentimiento general es que, a pesar de las últimas medidas tomadas por el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, significativamente aquellas relativas a la organización del sistema de información y a las nuevas doctrinas sobre el empleo de las fuerzas de intervención, esos avances no están todavía a la altura del desafío que nos ha lanzado un terrorismo internacional entrenado en nuevas formas de combate hasta ahora insospechadas.
“Al día siguiente de los terribles atentados del 13 de noviembre de 2015 (en París)”, explicó el diputado, “no podíamos más que interrogarnos otra vez sobre la eficacia del conjunto de los medios empleados por todas las administraciones del Estado encargadas de la lucha contra el terrorismo desde enero de 2015: policía nacional, gendarmería, ejército, justicia, presupuesto e inteligencia”.
Continuó: “La exigencia de decir la verdad a las víctimas y a toda la nación nos obliga a establecer con la mayor objetividad cómo fue que los autores de estos atentados, casi en su totalidad fichados, vigilados, condenados o bajo orden de un mandato de arresto, pudieron desplazarse, en Francia y en Europa, fuertemente armados y ejecutar sus ataques en pleno París, sin que ninguno de los medios de vigilancia haya podido prevenir e impedir su pasaje al acto”.
Fenech dimensionó la violencia terrorista en Francia: “2015 quedará enlutado para siempre por una serie de ataques coordinados desde el 7 de enero hasta el 13 de noviembre, dejando el número de víctimas más elevado sobre nuestro territorio desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial”.
Y alertó: “Desde el punto de vista de todos los responsables de los servicios policiacos y de justicia, así como de académicos a quienes escuchó nuestra comisión, la amenaza terrorista es aún muy elevada”.
Señaló que el asesinato de una pareja de policías dentro de su casa en la región parisina de Yvelines, el 13 de junio pasado, a manos de un terrorista, “es la terrible ilustración” de ese altísimo riesgo.
Rechazo categórico
El citado reporte de la Asamblea Nacional Francesa –cuyo ponente fue el diputado socialista Sébastien Pietrasanta–, evalúa a detalle, a lo largo de 434 páginas, la actuación de los servicios de inteligencia, la cooperación europea e internacional con Francia en ese mismo campo, el accionar de las fuerzas de intervención y de los servicios de auxilio, y el mecanismo de acompañamiento de las víctimas y sus familias.
También examina el desempeño del ejército y de su Operación Centinela de vigilancia, el tratamiento penal al que son sometidos los terroristas, la gestión de los flujos migratorios y el seguimiento de los franceses que regresan al país luego de entrenarse en campos yihadistas.
En total, la comisión especial planteó al gobierno de Hollande 39 recomendaciones. Las que demandan la modificación de la actual arquitectura institucional antiterrorista fueron las que más rechazo despertaron.
Éstas fueron: desaparecer la Dirección de Información de la Prefectura de Policía de París, pues sólo es competente en esa ciudad capital y su periferia; crear una única Dirección General de Información Territorial, ahora separada entre la Policía y la Gendarmería; fusionar la Unidad de Coordinación de la Lucha Antiterrorista, que existe desde hace 30 años, con el Estado Mayor Operacional de Prevención del Terrorismo, creado el año pasado por el ministro Cazeneuve y que realiza funciones semejantes; así como la creación de una agencia nacional antiterrorista similar al Centro Nacional Contraterrorista de Estados Unidos que fue instituido tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Cazeneuve descartó todas las recomendaciones. Durante una comparecencia ante la Asamblea Nacional realizada al día siguiente de la presentación del reporte, el ministro dijo respecto de la propuesta de crear la agencia nacional antiterrorista: “Se convertirá en una ventanilla más donde ustedes ya constataron que hay demasiadas. Transformaremos (el sistema antiterrorista) de un pastel mil hojas, que ya lamentan, a un pudín de ciruela, ¡y ese no es el objetivo del gobierno!”
Como era de esperarse, la respuesta del ministro del Interior fue mal recibida por la comisión de investigación. Fenech admitió que se sentía “consternado” por la reacción de Cazeneuve al reporte. Y declaró a la televisión: “Es una injuria venir a decirnos que nuestra proposición es un ‘pudín de ciruela’. Actuó con menosprecio y arrogancia”.
Pietrasanta, también socialista como el ministro, aseguró que su reporte tenía “la intención de generar una reflexión” y que, por lo tanto, no ameritaba “un juicio definitivo” de Cazeneuve.
“No, señor ministro del Interior, ¡el reporte de la comisión no propone hacer un pudín!”, escribió el diputado ponente en su blog. 
El asunto también provocó la protesta de los familiares de las víctimas del terrorismo. La asociación 13 de Noviembre: Fraternidad y Verdad, que agrupa a los afectados por los atentados de París de ese día, deploró en un comunicado de prensa “el rechazo de Cazeneuve a reconocer la existencia de fallas en los servicios de inteligencia”.
 Más aún, acusó que “desechar tan rápido y tan ligeramente esas proposiciones (de la comisión) nos parece indecente y muy poco respetuoso frente a las familias de las víctimas, que esperan del Estado algo más que la expresión de una autosatisfacción inverosímil e insoportable ante el terrible resultado del terrorismo”.
 Coordinación
 El reporte afirma que la organización de los servicios de información “es todavía demasiado compleja, mal coordinada, y que debe mejorar el intercambio de información”.
 Entre otros ejemplos de lo anterior recuerda que el terrorista abatido en el escenario de la sala de conciertos Bataclan el 13 de noviembre por un agente de la brigada anticrimen, había sido interrogado por miembros de la Dirección General de Seguridad Interna el 12 de octubre de 2012 y puesto bajo control judicial, lo que no le impidió viajar a Siria en septiembre de 2013 con Omar Mostefai, otro de los terroristas del Bataclan que estaba fichado como extremista peligroso.
 El tercer yihadista, Foued Mohamed-Aggad, igualmente ya era conocido por la justicia francesa porque se había unido al autodenominado Estado Islámico en diciembre de 2013 junto con un grupo de nueve extremistas de Estrasburgo.
 El reporte narra un episodio surrealista que sucedió durante la intervención de las fuerzas del orden en el Bataclan. Los primeros en llegar fueron los policías de la brigada anticrimen, pero no pudieron entrar a la sala de conciertos donde ocurría la masacre por falta de equipo apropiado.
 La fuerza de intervención de la brigada de París llegó 29 minutos después de iniciado el ataque. En su desesperación, los policías le pidieron a ocho militares presentes en el lugar de los hechos que intervinieran o que al menos les prestaran sus fusiles de asalto para que ellos pudieran hacerlo. Los soldados se negaron porque el reglamento lo prohíbe hacer eso sin una orden en ese sentido por parte de los responsables de la seguridad interna.
 El ministro del Interior argumenta que el nuevo dispositivo que propone la comisión especial con un director nacional antiterrorista no es necesario porque ya existe un coordinador de información en la materia.
 “Es evidente que el título no importa”, señala Pietrasanta, quien explica que actualmente el coordinador no dispone más que de cinco consejeros y pocos recursos, y que su principal función es asesorar al presidente de la República en lo relativo a la información con que se cuenta y no tanto coordinar al conjunto de los servicios de inteligencia.
 El reporte de la asamblea propone entonces reforzar la autoridad del coordinador o director. En concreto, que éste pueda tener el control de la agencia de lucha contra el terrorismo, pero también de la vigilancia de los servicios de información.
 “La agencia nacional de lucha contra el terrorismo –explica Pietrasanta–será la encargada del análisis de la amenaza terrorista, de la planeación estratégica y de la coordinación operacional (…) La comisión especial no quiere hacer un pudín, sino racionalizar y proponer un enfoque diferente”, concluyó.

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