10 feb 2018

Las Columnas Políticas hoy, a 10 de febrero de 2018...

Donde se privilegia el honor, no tiene cabida la mentira... · Cienfuegos..


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Incidente en Jalisco...., en temas de aviación la palabra accidente no debe usarse hasta que se haga la ivestigación...
No se reportan personas heridas de gravedad..
Un helicóptero de la Policía Federal cayó en Jalisco, cuyas causas se atribuyen, en un primer momento, a la presencia de cables, informó el comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla.


A través de su cuenta de Twitter @ManelichCC dio a conocer que la tripulación que viajaba resultó sólo con lesiones.
“En #Jalisco un helicóptero de la @PoliciaFedMx registró un incidente que motivó su caída a baja altura. Las causas se atribuyen, en un primer momento, a presencia de cables. La tripulación presenta golpes que no ponen en riesgo su vida”, escribió.
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Un nuevo obispo del papa Francisco..
Francisco nombró a Mons. Pedro Vázquez Villalobos como nuevo Arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca tras aceptar la renuncia de Mons. José Luis Chávez Botello, por motivos de edad.

El prelado es originario de Huisquilco, Jalisco (1950-), es actualmente obispo de Puerto Escondido, Oaxaca
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Las Columnas Políticas hoy, a 10 de febrero de 2018...
Templo Mayor de Reforma....
EL PRI quiere echar toda la carne al asador en el cierre de precampaña de José Antonio Meade programado para mañana en el Estado de México.
PRIMERO se decía que sería en Ecatepec, luego que en Toluca, pero al final quedó en Tlalnepantla y, aunque no está confirmado, se dice que podría ir el mismísimo presidente Enrique Peña Nieto.
LO QUE BUSCAN es dar un último jalón antes del periodo de veda de actos públicos y spots que se prolongará hasta el 30 de marzo, cuando inician formalmente las campañas para la elección de julio.
Y TAMBIÉN tratar de demostrar que, en contra de lo que se dice por todos lados, la candidatura de Meade goza de cabal salud. A ver si es cierto.
NO SE LO digan a nadie pero cuentan que a varios panistas se les está comenzando a llenar el buche de piedritas... color naranja.
Y ES QUE a los militantes del PAN en Jalisco no les gustó nadita que en el mitin de apoyo a su aspirante presidencial, Ricardo Anaya, en Lagos de Moreno, Enrique Alfaro, precandidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de esa entidad, pidiera guardar todas las banderas blanquiazules.
A ESO se suma la incomodidad que le provocó a Anaya el dirigente emecista Dante Delgado, cuando le impidió que contestara a las preguntas que le hacían reporteros en la sede de ese partido.
Y, COMO diría el propio Anaya, para varios en el PAN esos tratos comienzan a verse como algo "insulting and unacceptable". ¡Ouch!
VAYA, VAYA, con todo y las bajas causadas por los chapulines, el último periodo ordinario de sesiones de esta legislatura en el Senado se puede poner muy interesante.
RESULTA que Zoé Robledo sustituyó a Miguel Barbosa en la coordinación legislativa de los senadores del grupo parlamentario de PT-Morena y, con eso de que el PRD sufrió varias bajas, esa alianza es ahora la tercera fuerza en esa Cámara.
EL PUNTO es que el chiapaneco trae ganas de legislar varios asuntos, en particular, la ley que debe regular la publicidad oficial, un tema que ante la cercanía de las elecciones resulta, como dicen en el argot legislativo, "de urgente y obvia resolución".
¡CÓMO cambian los tiempos! Antes, a los políticos les encantaba que los conocieran por su nombre y dos apellidos. Y ahora resulta que Andrés Manuel López Obrador es "Ya sabes quién", José Antonio Meade quiere que lo identifiquen como "Yo mero" y Jaime Rodríguez pide que lo llamen "El Bronco".
¿SERÁ que sus nombres están taaan raspados que prefieren no usarlos? Es pregunta sin nombre.
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Bajo Reserva/

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Frentes Políticos/Excelsior
I. Temas en pausa. El general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, confió en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación analizará de manera objetiva, sin prejuicios y sin presiones, la Ley de Seguridad Interior. En un discurso ante el presidente Enrique Peña Nieto, en la ceremonia conmemorativa del 105 aniversario de la Marcha de la Lealtad (abajo completo), Cienfuegos anunció que los militares acatarán el fallo de la Corte. Cabe señalar que aunque todas las fuerzas políticas en el Senado prometieron dar prioridad y terminar en este último periodo de sesiones los pendientes del Sistema Nacional Anticorrupción, en la práctica no ha sucedido. Ya nos están acostumbrando: Siempre quedan a deber. 
II. El efecto Bronco. Bernardo González Garza, procurador de Nuevo León, anda muy despreocupado ahora que el gobernador Jaime Rodríguez busca colarse como candidato independiente a la Presidencia de la República. Lo malo es que dejó al estado inmerso en los asesinatos y los robos, pero González Garza los minimiza. Ya hasta pidió a los medios de comunicación no magnificar los casos porque, dijo, los multihomicidios son hechos que se presentan en cualquier parte del mundo. En lo que va de febrero, se han registrado 15 homicidios violentos. Por el momento, sugirió no preocupar a la ciudadanía y dijo que son los medios de comunicación los que producen una sensación de inseguridad en los ciudadanos. ¿Ah, sí? ¡Qué fácil le da la vuelta al problema!
III. Desbandada michoacana. En el municipio de Buenavista Tomatlán, en la zona conocida como Tierra Caliente, la retirada es contundente. Cientos de perredistas y fundadores de este partido decidieron renunciar a su militancia para sumarse de lleno al Proyecto Alternativo de Nación que impulsa Andrés Manuel López Obrador. “Nos vamos porque el PRD perdió el rumbo, porque ahora apoya al PAN y el PAN entregó al país”, afirmó Agustín Lara Rojas, quien encabezó la desbandada. La izquierda no levanta. Por la desorganización y la evidente falta de acuerdos, cuatro municipios michoacanos suspendieron la elección interna. Y luego dicen que no están pisando fondo.
IV. Despegue. ¡Atentas, precandidatas al gobierno de la Ciudad de México!, el anuncio que dará Mikel Arriola, precandidato del PRI, lo hará despegar en las encuestas. Ha dicho que el gobierno es una creación humana para garantizar protección y servicios, “no para encaramarse y drenar los recursos y condicionar los apoyos; eso se llama clientelismo y en la CDMX se tiene que acabar”. Arriola señala que los capitalinos necesitan un transporte público conectado, a fin de no realizar trayectos de tres horas diarias para llegar a los destinos. Nada lo detiene. Hoy dará un mensaje sobre lo que cambiaría desde el primer día de su gobierno y anunciará un paquete de medidas para facilitar la vida de los capitalinos y terminar con los abusos. La noticia caerá bien a los ciudadanos y mal a sus opositoras. Abusados, viene el clic con el electorado.
V. El fracaso de la ley. Sucede cada vez con más frecuencia en muchas partes del territorio nacional. Ayer, en Tasquillo, municipio de Hidalgo, habitantes de la comunidad de Tetzhú exhibieron a dos sujetos, a quienes obligaron a desnudarse, luego de acusarlos de ser presuntos asaltantes. Habrían robado a un repartidor de gas que transitaba por la comunidad, y tras ser descubiertos, pobladores lograron capturarlos cuando pretendían evadirse. La gente de la comunidad los obligó a portar cartulinas con el mensaje “Somos rateros”, en tanto se esperaba entablar un diálogo con autoridades para concertar la entrega de los delincuentes a las instancias policiales. ¿La humillación como castigo? ¿En qué siglo vivimos?..
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 Segob y el voto antisistémico (¿mío, tuyo, de todos?)
Retrovisor/IVONNE MELGAR
Excelsior..
El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, quien este sábado cumple un mes en su encargo, entró a la escena político-electoral y mediática hace una semana, con el caso Chihuahua.
Sorpresivamente, el 4 de febrero, el titular de la Segob ofreció un mensaje con el gobernador Javier Corral para anunciar que habían alcanzado un acuerdo.
La medida desató diversas interpretaciones sobre ganadores y perdedores. Pero más allá de la controversia, el secretario envió la señal de que no estaba ni estará pintado en Bucareli.
Y aunque muchos externaron su molestia por las negociaciones con Corral, es evidente que Navarrete entró en acción porque el caso Chihuahua le estaba haciendo un boquete al gobierno y a la campaña del candidato José Antonio Meade.
Contrario a quienes argumentan que el ceder implica hacerle el juego al PAN y al candidato del Frente, Ricardo Anaya, el titular de la Segob desactivó una bandera que el gobernador logró comunicar muy bien: Hay un uso faccioso de los recursos por parte de la Secretaría de Hacienda.
Con este antecedente, este jueves 8 de febrero, el responsable de la política interior siguió demostrando que quiere ser un personaje relevante en la coyuntura electoral.
Y es que, como parte de los encuentros con dirigentes partidistas para establecer una mesa de seguridad, al concluir la reunión con el presidente del PAN, Damián Zepeda, el secretario dejó este mensaje:
“El exhorto que hace el gobierno a los partidos es conducirse con absoluta civilidad democrática, y que el camino sea la confrontación de proyectos y de ideas. Ése es el camino para México y para millones de jóvenes que por primera vez se van a acercar al voto, y que si es de descalificaciones entre partidos, pues lo que estamos fomentando es el voto antisistémico”.
Así, Navarrete Prida trazó lo que el gobierno pide a las fuerzas de oposición: Que no se vayan por la ruta del antisistema.
Esa ruta identificada con el voto que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca, el que se manifestó en contra de los acuerdos de paz en Colombia y el que dio paso al Brexit en Gran Bretaña.
Pero en esta coyuntura mexicana, ¿quién busca el voto antisistema? ¿La oposición toda? Hubo colegas que consideraron que el secretario se refería a Andrés Manuel López Obrador.
Un exdirigente del PRD, ahora en Morena, rechazó que AMLO fuera antisistema y resumió, a su modo, por qué aventaja en las encuestas: “La gente se cansó de los políticos de los buenos modales porque, con todo y sus buenos modales, esos políticos son los que joden a la gente”.
Otro político del PAN cercano al cuarto de guerra del Frente consideró que Ricardo Anaya sí busca el voto antisistema cuando propone un cambio de fondo y de régimen, y plantea ir en contra de lo que llama “el pacto de impunidad”.
Pero un especialista en mensajes electorales, también involucrado en la campaña frentista, difirió: “Anaya no puede ir por ese voto antisistema que buscan AMLO y El Bronco”. 
Igualmente disímbolas fueron las valoraciones de los encuestadores, a quienes pregunté a qué candidatos podría estarse refiriendo el secretario Navarrete.  
Alguien sostuvo que el único antisistema es Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, cuando culpa a los partidos de lo que sucede.
Otro encuestador planteó que en estas elecciones tenemos “un ambiente antisistema”. Pero no quiso etiquetar a ningún abanderado.
Una voz experta en mediciones del ánimo electoral consideró que, en las circunstancias mexicanas, el voto antisistema es aquel que da por bueno cualquier cambio, ante la idea de que “las cosas están tan mal, que no nos puede ir peor”.
Justo ayer, en entrevista con Joaquín López-Dóriga, el expresidente del IFE y consultor político, Luis Carlos Ugalde, alertó que el promedio de las encuestas revela que el 70% de los potenciales electores manifiesta ira y hartazgo y por eso quieren un cambio.
¿Decirle al presidente Enrique Peña que es “el huachicolero mayor” es ser antigobierno o ser antisistema? 
¿Señalar que la corrupción de los gobiernos del PRI exige un cambio de régimen es antipriista o es antisistema?
¿Cobijar a personajes con cuentas pendientes bajo la promesa de la unidad nacional es antisistema?
¿Utilizar los instrumentos del Estado para pelear electoralmente con los opositores es antidemocrático o también es ir contra el sistema?
Porque ése es el punto que el secretario Navarrete buscó enmendar en el caso Chihuahua: Hay actos de gobierno que desequilibran al sistema y desatan las acciones en su contra.
Acaso esa lección desde Bucareli pueda ser útil al cuarto de guerra del candidato Meade en los días por venir, cuando todos ajustarán sus campañas para capitalizar o darle sentido al malestar social.
Ricardo Anaya tendrá el desafío de acrecentar el voto antiPRI y el antiAMLO, tensión que lo obligará a bordear la ruta antisistema.
AMLO, por su parte, deberá seguir administrando ese comportamiento pendular que va de las descalificaciones a “la mafia del poder” a la amnistía de algunos de sus exponentes.  
Suerte a todos.
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 La “banderita blanca” del moreno AMLO
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior...
Andrés Manuel López Obrador sacó la “banderita blanca” y ofreció disculpas a los que se ofenden por “llamar a las cosas por su nombre”. Pero explicó que de vez en cuando tiene que ser franco “porque si no se confunde mucho a la gente”.
En particular, ofreció “disculpas” a Jesús Silva-Herzog Márquez y Enrique Krauze, a quienes calificó de “conservadores con apariencia de liberales”.
A Jesús hasta le extendió, incluso, su credencial de integrante de “la mafia en el poder”, expresión que utiliza para descalificar no sólo a sus adversarios políticos, sino también a sus críticos.
En la disculpa —que no fue—, el tabasqueño hundió el dedo en la herida al señalar que no se equivocó al responder a las consideraciones negativas que sobre él vertieron los dos citados pensadores.  “Me llamaron oportunista, mesiánico, autoritario”, recordó.
Pero al candidato de Morena le salió caro el revire. Lleva contabilizados siete artículos y tres caricaturas por las diez palabras “que no son ofensivas” que dirigió a Krauze y Silva-Herzog.
“Si se ofenden, ofrezco disculpas”, declaró al término del acto de precampaña con la militancia de Querétaro.
 En los corrillos de la Suprema Corte adelantan que se viene una “inaudita decisión” en torno al escándalo de drogas, acoso sexual y laboral del Canal Judicial, hace tres años.
Nos dicen que no obstante que en el expediente y en autos existen señalamientos de agresiones directas del exdirector general de ese canal, Enrique Rodríguez Martínez, hacia los empleados, “se perfila que no habrá sanción para él, pero que van a sacrificar a dos subordinados”.
Nos adelantan que el proyecto sugiere un año de inhabilitación para Francisco Barradas, otrora subdirector de ese canal, y una amonestación pública para el reportero Mario López Peña, quien aún labora allí.
Los que conocen las grillas en La Corte, que también las hay, nos dicen que el proyecto elaborado por Arturo Zaldívar Lelo de Larrea no toca al exdirector Rodríguez. La suspicacia los lleva a afirmar que lo exonera “porque es su amigo”.
La última palabra no está dicha. El ministro José Ramón Cossío se inconformó con el proyecto.
Salomé es una mujer de origen muy humilde. Ronda los 30 años. La detuvieron en Carranza, Veracruz, por manifestarse violentamente en una carretera federal. El juez le fijó una fianza de seis mil pesos que ni ella ni su marido pudieron pagar. Así de pobres eran.
La mujer pasó casi dos años encerrada en la cárcel. “Al final salió absuelta”, nos cuenta Ruth Villanueva Castilleja, Tercera Visitadora de la CNDH.
Salió del penal antes del veredicto. Su pareja logró reunir, con muchas dificultades, la cantidad fijada como caución. Pero enfrentó otra bronca. No podía trabajar legalmente hasta que terminara el proceso. 
Cuando la arrestaron, acababa de ser mamá. Veinte días antes le habían practicado una cesárea.
Una absurda ley que ordena que los internos por delitos federales deben purgar su pena en prisiones federales se la llevó lejos, muy lejos de su natal Veracruz.
La única cárcel de mujeres que entonces existía en el país se ubicaba entonces en Nayarit. Ya la mudaron a Morelos.
La niña se quedó con su abuelita en Veracruz el tiempo que Salomé permaneció encerrada. No la amamantó. No tuvo derecho. Le dieron leche de fórmula.
El papá comenzó a juntar el dinero para pagar la fianza. Pero tenerla encerrada tan lejos implicaba gastos: transporte, hotel, alimentación. No había recursos. Las visitas eran espaciadas.
Ruth nos contó la anécdota para ilustrar el drama que viven muchas mujeres en la cárcel. El tiempo y la distancia alejan a los seres queridos. Se quedan solas, abandonadas.
“Se tiene que trabajar mucho en administración de justicia. Hay que corregir (ordenamientos absurdos). Es primordial que  las internas estén cerca de sus lugares de origen. Es un error mandarlas a penales federales”, nos dijo.
La población en las cárceles de México es de 205 mil personas. Hay 212 mil espacios. “El tema no es hacer más cárceles. Es distribuir mejor. Eso se llama cla-si-fi-ca-ción”, puntualizó.
Jamás he visto enojado al senador del PRI, Miguel Ángel Chico Herrera. Es afable, sonríe, platica. No grilla a sus compañeros. Nunca escondió su agenda. Trabajó en serio para ser candidato del PRI al gobierno de Guanajuato. No quedó. El abanderado es Gerardo Sánchez, líder de la CNC.
A Chico se le atravesó el dedazo del centro. No le gustó, a juzgar por las declaraciones que sobre el proceso interno le hizo al Diario AM: “Fue un proceso muy desaseado, irrespetuoso, inimaginable en otros años del PRI. Enrique Ochoa nunca podrá llenar los zapatos de Luis Donaldo Colosio Murrieta, que conoció al partido, que le dio su lugar a cada quien…”.
¡Bolas!    
Nos lo pusieron como “mensaje” al gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes: El poblano Tony Gali, hijo del gobernador del mismo nombre, se bajó de la senaduría que, nos aseguran, ya tenía asegurada 
“Tomé una decisión personal: Seguir estudiando, seguirme preparando. No voy a estar en la boleta”, dijo el junior ayer a los medios, en un acto de Ricardo Anaya.
¿No podría ser también un mensaje para Martha Érika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle, quien va por la gubernatura del estado?
Es pregunta, no se alboroten.

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Columna Serpientes y Escaleras/ Salvador García Soto...



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Atornillados al poder/Jorge Ramos Ávalos
Reforma, 10 Feb. 2018
Hay presidentes que se atornillan al poder, que llegan con votos -o con trampas- y luego se quieren quedar por la fuerza. Y en América Latina hemos tenido a un nutrido grupito de dinosaurios que se han negado a entregar el poder. Se sienten indispensables e irremplazables y no se dan cuenta del enorme daño que le hacen a la democracia y a sus países.
Los ecuatorianos le acaban de poner un alto a Rafael Correa. Después de estar 10 años en la Presidencia (2007-2017), quería más. Ya se veía como candidato, otra vez, en el 2021. Pero un reciente referéndum determinó que casi dos terceras partes de los ecuatorianos no están de acuerdo y Correa se quedó con las ganas. (Aunque no me sorprendería para nada que Correa vuelva a intentar, por las buenas o por las malas, regresar a la Presidencia).
En una vieja entrevista que tuve con Correa, se negó a llamarle dictador a Fidel Castro. Y esa es, curiosamente, una característica que tienen en común varios de los gobernantes que se niegan a entregar el poder en el continente. Si Fidel se eternizó gobernando ¿por qué yo no?
El presidente boliviano, Evo Morales, durante una conversación en La Paz poco después de su primera toma de posesión, en el 2006, me dijo: "Respeto y admiro (a Fidel Castro). Allá hay democracia. Para mí, Fidel es un hombre democrático que defiende la vida". Hay algo muy preocupante cuando un Presidente admira a un dictador. De entrada, no les gusta que nadie los cuestione. Mi entrevista de 15 minutos con Evo terminó antes de llegar a la mitad porque no le gustaron mis preguntas.
Con esa visión no es nada sorprendente que Morales se quiera postular para un cuarto mandato en el 2019. Un Tribunal Constitucional, haciendo malabares, le dio a Evo lo que quería.
En Nicaragua los Ortega están siguiendo los pasos de los Somoza. Es muy irónico que el mismo líder que luchó contra una dictadura esté creando otro sistema autoritario en su país. Daniel Ortega lo controla casi todo en Nicaragua. Llegó al poder en 1979 con el triunfo de la revolución sandinista, lo perdió en 1990 frente a Violeta Chamorro pero lo recuperó en el 2007. Y desde entonces no lo ha soltado. En su última reelección colocó a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.
Antes de su campaña presidencial en el 2007, hablé con Ortega en Managua. "Así como logramos tomar el poder con las armas", me dijo, "ahora el desafío es tomar el poder con los votos". Y lo logró. Cuando le pregunté de Cuba, su respuesta fue totalmente predecible: "Por principio Fidel Castro no es ningún dictador, es un revolucionario". Como si las revoluciones fueran una justificación para imponer dictaduras.
Otro atornillado al poder es Nicolás Maduro, el dictador de Venezuela. Su régimen tiene prisioneros políticos, ha asesinado opositores, censura a la prensa, controla al Ejército y las cortes, destituyó a la Asamblea (controlada por la oposición) y ahora pretende tener elecciones presidenciales el 22 de abril.
Maduro fue impuesto por dedazo por Hugo Chávez -antes de su muerte, en marzo del 2013- y le aprendió sus mañas. Chávez, un gran mentiroso, prometió entregar el poder en cinco años o menos y se quedó 14. Maduro le sigue los pasos y ha logrado convertir a Venezuela en una de las naciones más pobres, reprimidas y desesperanzadas del hemisferio.
En Honduras Juan Orlando Hernández se saltó la Constitución y se impuso para un segundo mandato presidencial. De nada sirvieron las protestas, los muertos y las denuncias internacionales. Tomó posesión rodeado de policías y militares. Esa es la imagen de Honduras en el mundo; un país con algunas de las ciudades más violentas del mundo y un aprendiz de dictador que no puede salir a la calle.
Y por último, la gran dictadura: Cuba. Desde 1959 los hermanitos Castro, Raúl y Fidel, han liderado uno de los sistemas más represivos y antidemocráticos del continente. Su dictadura ha sido tan brutal y castrante como la de Pinochet. Y hoy están aterrados de abrirse un poquito. Ha sido un terrible ejemplo para muchos líderes latinoamericanos que, ante la tentación de atornillarse al poder, tiran la democracia por la ventana.
Ellos, en su sillita, no se dan cuenta que se pusieron del lado equivocado de la historia.
@jorgeramosnews
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Misión imposible/Jorge Volpi
Reforma, 10 Feb. 2018
Parecía una buena idea. Incluso una gran idea. O al menos la mejor idea posible dadas las condiciones de la contienda. El escenario, había que reconocerlo, no podía lucir más negativo: un gobierno que, pese a su prometedor inicio -la remota época en que el Presidente era retratado como un valiente reformista-, se sumió en la ignominia a partir de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y de los innumerables casos de corrupción de sus miembros más notables -gobernadores presos o acusados al por mayor-, y el ejemplo de la Casa Blanca. El resultado: el mandatario con la popularidad más baja desde que las encuestas son más o menos confiables.
¿Qué hacer en una competencia donde, de entrada, la mayor parte del país considera que PRI y corrupción constituyen un binomio indisoluble? ¿Cómo revertir una imagen no mala sino atroz? ¿Cómo contrarrestar cada revelación de enriquecimiento inexplicable, cada huida, captura chapucera, cada priista tras las rejas? ¿Cómo borrar de un plumazo tanta desfachatez? Y, a eso, sumar otras ingratas tareas: ¿cómo borrar la esperpéntica visita de Trump a México -haber sido la burla del mundo entero-, la rampante inequidad, el desastre de nuestro sistema de justicia y la impunidad que se le asocia?
La idea, que entonces debió sonar fantástica, consistió en ungir como candidato del PRI a un no priista. A un tecnócrata intachable. A un hombre inteligente, sensato, culto. A un hombre de familia. A un conservador moderado. A un hombre con una vasta experiencia en el sector público. A uno de los escasos funcionarios capaces de lidiar con la econo- mía, el desarrollo social o las relaciones exteriores. A un servidor público con fama de probo, sin acusaciones de corrupción en su contra. A alguien que no tiene, al menos en este sentido, "cola que le pisen".
Nadie reparó, sin embargo, en que la elección de José Antonio Meade, poseedor de todas las características anteriores, iba a generar una discordancia cognitiva imposible de resolver para los electores e incluso para los miembros del partido que lo "hizo suyo". Si es cada vez más poderosa la sensación de que la campaña del PRI "no despega" -y ya sabemos que en política las sensaciones suelen convertirse en hechos- no se debe tanto a la personalidad de su candidato como a la contradicción inmanente que representa tratar de unir al PRI (es decir, a la corrup-ción) con Meade, una figura cuyo mayor mérito es su fama de incorruptible.
Es decir: si alguien imaginó que el carácter no partidista de Meade iba a ser una baza a su favor, se equivocó rotundamente. Cada vez que el candidato insiste en su condición de independiente, saltan chispas. Porque nadie que en verdad lo sea puede convertirse, al mismo tiempo, en candidato del oficialismo: en otras palabras, de la corrupción que se percibe como indisociable de este partido. Ni el hombre más puro del planeta sería capaz de lavar -como Lady Macbeth- las manchas en el emblema priista.
Meade, creo, lo sabe: por eso se le percibe tan incómodo. Tan fuera de lugar. Porque está obligado a desempeñar un papel sumamente ingrato: o el del cínico que por hambre de poder abraza la podredumbre o el del naïf que no se da cuenta de que ésta lo rodea. ¿De qué sirve que proclame su limpieza de conciencia cuando en cada mitin lo ensalzan, alaban y vitorean -y trabajan por su triunfo- tantas almas muertas? Sus virtud se convierte, así, en enorme desventaja, pues nadie cree, porque nadie puede creer, que un hombre íntegro pueda prestarse a la artimaña.
Su vasta experiencia en el sector público tampoco le beneficia: más bien lo contrario. En vez de que se reconozca su eficiencia, haber sido secretario de Calderón -responsable de la guerra contra el narco- y luego de Peña Nieto -epítome de la corrupción- lo coloca ante otro dilema irresoluble: ¿cómo deslindarse de ellos y al mismo tiempo presentarse como adalid de la continuidad de dos de nuestros peores gobiernos? Meade + PRI es un oxímoron. Quizás, habrá de reconocerse ahora, no fue tan buena idea. Para él, entretanto, la campaña se avizora como una misión imposible.
@jvolpi
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Avances y retrocesos
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma, 10 Feb. 2018
"Desconocer los avances es faltar a la verdad, desinformar a la ciudadanía y degradar la política". Eso afirma el presidente Enrique Peña Nieto, pero también podría decir lo contrario: "Desconocer los retrocesos es faltar a la verdad, desinformar a la ciudadanía y degradar la política".
Aun cuando incomoda y desvanece la ilusión, la realidad sí existe y exhibe a un país que, entre avances y retrocesos, camina dando tumbos sin asegurar el paso ni la dirección y, a veces, en la posibilidad del tropiezo, amenaza con desplomarse.
Quizá el juicio de la historia -afectado como tantos otros tribunales por un enorme rezago- le dé la razón al mandatario en el futuro, pero no en el presente: la República vive un peligroso proceso de degradación en sus relaciones políticas y sociales. Un proceso donde la corrupción, la mal hechura y la imposición de las reformas estructurales vulneran su propia posibilidad y, además, se ven afectadas por la práctica de la anti-política.
En estos días, el garlito tan socorrido por el priismo hace crisis en dos reformas, una emprendida y una eludida: la político-electoral y la de seguridad.
La trampa, no está de más mencionarla, consiste en reformar y reformar leyes a partir de cuatro condiciones: garantizar un derecho en la Constitución; anularlo, neutralizarlo o dificultarlo en la reglamentación; dejar resquicios para tergiversar o contradecir su espíritu; e incumplir o pervertir su contenido en la práctica política que, esa sí, debe ser la de siempre.
Buenos para modificar leyes con efecto equívoco, los priistas -junto con sus aliados permanentes u ocasionales de oposición o no- son malos para modificar conductas. Cuentas deben a la nación los coordinadores parlamentarios de la anterior y la actual legislatura y una reflexión profunda, el jefe del Ejecutivo.
En su vertiente electoral, la reforma político-electoral resultó un mazacote legislativo que, pese a la crítica hecha por varios de los consejeros de hoy, tiene en vilo la eficacia del Instituto Nacional Electoral. Esa reforma fue producto del canje del voto en favor de la reforma energética y se hizo al aventón y, hoy, no sin responsabilidad, los consejeros pagan los platos rotos por los legisladores.
A los consejeros se les culpa de todas las ineficiencias del régimen electoral elaborado sobre las rodillas y, en el colmo, los magistrados les pegan en los dedos cuando se salen del renglón. Los jueces actúan como guardianes del régimen, no como jueces de un concurso electoral. De origen, el nombramiento de buena parte de esos magistrados puso en duda su autonomía e independencia y, hoy, árbitros y jueces de la justa no logran acreditar su imparcialidad y vertical compostura. Tampoco su disposición a cooperar entre sí y garantizar el derecho ciudadano a elegir en libertad y seguridad. En el capítulo electoral, se tomaron decisiones con gran irresponsabilidad y, sobre todo, sin ánimo de modificar conductas.
Modifíquese la ley electoral, pero no la conducta política fue, al parecer, la divisa de esa reforma estructural. A título de ilustración, algunos ejemplos. Precampañas con candidatos únicos. Fiscalización de gastos de los partidos sin reportes. Precandidatos presidenciales independientes con sello político dependiente. Leyes electorales sin reglamentos.
En su vertiente política, particularmente en lo tocante a la procuración de justicia, la creación de la Fiscalía General de la República es una pesadilla para el priismo: quiere cambiar la fachada, pero no la estructura del edificio destinado a procurar justicia, sobre todo, después de haber incorporado la cárcel como parte de la arena política.
Al ver la dimensión del cambio hecho en la teoría, al priismo le castañean los dientes e intenta pervertirlo en la práctica. Tanto así que quiere nombrar al fiscal sin Fiscalía, postulando un incondicional que procure justicia suavecita con los suyos y resiste engranar esa Fiscalía con el Sistema Nacional Anticorrupción, donde el fiscal es un fantasma y el auditor un recuerdo.
Quiere, diría el clásico, mover a México sin cambiarlo de sitio.
Curiosamente una reforma estructural que urgía, incluso por razones humanitarias, fue eludida: la de seguridad pública.
Sangre, dolor y delincuencia que han hecho de la violencia una forma bárbara de relacionarnos no conmovieron al Ejecutivo y al Legislativo. Pese a muertos y desaparecidos, índices de delincuencia, inseguridad y miedo, en el último año de gobierno, la administración anda viendo si hay algo qué hacer al respecto, siempre y cuando no sea distinto a lo hecho. Y, en el entretanto, los partidos postulan a uno que otro presunto delincuente si atrae votos.
En ese rubro no hay reforma ni avance, sólo un retroceso que advierte un brutal fracaso y, aun así, prevalece la política de los palos de ciego.
Hágase y deshágase una Secretaría de Seguridad Pública; póngase un teléfono único; elévese el calibre de las bocas de fuego y redúzcase la política social; elabórese, dictamínese, promúlguese sin efecto una ley de Seguridad Interior mal hecha, sujeta a revisión; llévese a consulta popular el mando mixto; mídase la capacidad de fuerza de la Policía Federal y, sobre todo, hágase lo mismo.
El espíritu reformista se desvaneció en ese campo. Cientos de miles de muertos y desaparecidos lo hubieran agradecido.
Hablar sólo de avances cuando estos llevan manchas de sangre, impunidad, corrupción, indolencia, pusilanimidad, negligencia, despilfarro y degradación... es engañar a la ciudadanía.
· EL SOCAVÓN GERARDO RUIZ
Mal hizo el secretario en tapar el socavón. Pudo hacer el puente sin taparlo y echar ahí el estudio de Impunidad Cero que, de nuevo, condena su pusilanimidad.
sobreaviso12@gmail.com
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Democracia monárquica
COLABORADOR INVITADO / Juan-Pablo Calderón Patiño
Reforma, 10 Feb. 2018
Desde que América Latina cerró el paso de los militares a la política y selló en los votos la triste memoria de golpes de Estado, la democracia de la región tuvo una nueva enfermedad: la reelección presidencial. Sobran ejemplos donde las reformas para la reelección inmediata ocasionaron crisis y la gobernabilidad tuvo la tentación militar. Incluso, del cuartel salieron generales que habían sido dictadores para tratar de buscar en el voto el acceso al poder, como Guatemala o Bolivia. México se mantuvo aislado de ese padecimiento. Su origen revolucionario puso en la mesa la no reelección y el sufragio efectivo, en parte como regla de oro y como una quimera en la "fiesta democrática" a la que se ha encasillado el sufragio y su negro historial. Después de varias reformas electorales y con cierta mayor certidumbre electoral, ahora la reelección inmediata (y acotada) en alcaldías y curules federales (para muchos el prólogo para la reelección presidencial) está afianzando una "clase política de sangre", los hijos de los líderes del ayer o del nuevo pluralismo político.
A más de 25 años de la "ola democrática latinoamericana" en la región más desigual del mundo, otra desigualdad contamina el tejido social y político: la democracia del linaje, del pedigree, de la alcoba, de la herencia. La monarquización de la democracia es uno de los hierros ardientes que hieren y en países donde las revoluciones fueron mito, épica, verdad y esperanza -todo un poco a la vez-, es una metástasis en la mayoría de los partidos políticos. El caso que ilustra el reciente Premio Cervantes, el nicaragüense Sergio Ramírez, con la decapitación del sueño sandinista con Daniel Ortega y su esposa, es de tal dimensión que la traición se queda corta. En México los primeros dos presidentes no priistas trataron de impulsar la sucesión presidencial en sus esposas y, en el camino, uno insiste. Pero dicha deformación democrática, como en Guatemala, Perú o Argentina (salvo que Cristina Kirchner tuvo una vida política paralela a la de su esposo), no se queda en la lucha por la primera magistratura. El elenco de apellidos encarnizados en esposas, hijos, sobrinos, entre otros, no necesariamente de sangre, es alarmante en el Congreso, en el partido y en altas funciones de los gobiernos. Es muestra del desencanto democrático que en la exclusión olvida la efusión de la vida política y el tránsito de varios grupos políticos. El "sólo ellos" no puede ser la divisa para cortar la aspiración legítima de servir a la comunidad ni es una rendición de los excluidos. La suerte, esa veleidosa fortuna como le llamaba Maquiavelo, puede ayudar en los caminos políticos de las personas, pero una democracia que sea más que electoral disminuiría su monarquización de la mano de un sistema meritocrático, con anticuerpos a la plutocracia, leal en enriquecer programas de gobierno y no ortodoxias o falsas salidas contenidas en el mercadeo famélico de la publicidad política.
No es pecado ser hijo o cónyuge de político, pero garantizar un lugar de herencia por el sólo hecho de serlo sin ningún mérito desalienta la vida política. Excluye y en muchas ocasiones no contribuye a profesionalizar la política. El politólogo español Juan J. Linz, entre los retos de las democracias modernas, señaló tres: la proporción de personas para las cuales la política es una vocación y no simplemente un modo de ganarse la vida, el grado de corrupción política y la tolerancia de la sociedad a la violencia ilegal contra el Estado y los enemigos de la democracia. Los últimos tres alarman para la confrontación entre continuidad institucional y el atascamiento de la democracia mexicana. Para Linz, los mexicanos hemos tenido en el andar democrático un "espacio de la tolerancia a la imperfección". Pese a la democracia monárquica una virtud tenemos en el voto, la capacidad para elegir un gobierno pro tempore y en el castigo sacarlo del poder, pero lo que no podemos es seguir consintiendo una incrustación monárquica en la república.
El autor es internacionalista por la Universidad Iberoamericana.
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La epidemia de la soledad
EL INFORME OPPENHEIMER / Andrés Oppenheimer
Reforma, 10 Feb. 2018
Cuando leí recientemente que la Primera Ministra británica, Theresa May, ha nombrado una Ministra de la Soledad, mi primera reacción fue reírme. Me pregunté para mis adentros si la nueva Ministra se va a dedicar a organizar festivales callejeros, o si va a crear un sitio de internet gubernamental de citas para gente sola.
Pero después de entrevistar a funcionarios británicos y varios especialistas, ya no me río más. Es una buena idea que otros países deberían empezar a estudiar seriamente, y tal vez copiar.
Hay una epidemia de soledad en el mundo. Y el problema empeorará a medida que la expectativa de vida crece, hay cada vez más adultos mayores solos, y los jóvenes son cada vez más adictos a Facebook y otras redes sociales donde muchos tienen miles de amigos virtuales, pero ni un solo amigo real.
La soledad produce depresión y otras enfermedades que les cuestan a los países un dineral en gastos de salud pública. El nombramiento de Tracey Crouch como Ministra de la Soledad del Reino Unido el mes pasado tiene como objetivo combatir la soledad y ayudar al Gobierno a ahorrar en gastos de salud.
"La soledad destruye vidas, y le cuesta al erario público una gran cantidad de dinero", me dijo en una entrevista Sir Simon McDonald, jefe del Servicio Diplomático del Reino Unido. "Así que esta nueva Ministra estará coordinando la política de vivienda, la política social, la política de salud, la política educativa, para apoyar los programas que ayuden a quienes están solos".
Hay 9 millones de personas que sufren de soledad en el Reino Unido, o el 14 por ciento de la población, según la comisión parlamentaria que recomendó la creación de la nueva oficina. En ciertos segmentos de la población, como los adultos mayores, el porcentaje de personas solitarias es de más del 33 por ciento, señaló.
Según McDonald, hay muchas cosas simples que puede hacer el Gobierno para combatir la soledad, como hacer un uso más efectivo de los lugares públicos ya existentes para los ancianos y los centros juveniles.
Algunos estudios han demostrado que la soledad produce estrés y que puede ser tan perjudicial para la salud como fumar, o beber en exceso. Somos animales sociales, y no comunicarnos con nuestros pares tiene efectos peligrosos en nuestra salud.
Entre los jóvenes, la adicción a la tecnología está causando no solo aislamiento social sino también trastornos de atención, depresión, ansiedad e ideas suicidas, según una nueva campaña privada estadounidense contra la adicción tecnológica llamada "La verdad sobre la tecnología". La mitad de los adolescentes se consideran adictos a sus dispositivos móviles, y el 60 por ciento de los padres sienten que sus hijos son adictos a las redes sociales, según un informe de la organización Common Sense.
¿Qué pueden hacer los países para combatir la soledad de la gente, además de resucitar centros comunitarios subutilizados?, pregunté a varios expertos.
Facundo Manes, un conocido neurólogo, neurocientífico y escritor argentino, propone una idea interesante: hacer que la gente solitaria haga trabajo voluntario. En otras palabras, ayudémoslos a que puedan trabajar juntos por buenas causas, y al mismo tiempo se sientan menos solos.
"El trabajo voluntario es muy importante, porque todos necesitamos un propósito en la vida", me dijo Manes. "Ser altruista activa ciertas partes del cerebro que producen placer, en forma parecida a cuando la gente consume cocaína, o come una hamburguesa con queso, o gana dinero".
Manes agregó que a menos que eduquemos a la gente para que permanezca activa y tenga un propósito en la vida, "los gobiernos tendrán que pagar todas las complicaciones de salud que surgen cuando las personas llevan vidas pasivas".
Hay muchos ejemplos de comportamientos altruistas entre animales como hormigas, abejas e incluso gorilas, lo que ha llevado a algunos científicos a concluir que puede que los humanos seamos biológicamente altruistas. Entonces, ¿por qué no aprovechar eso y convertir el altruismo en una herramienta para ayudar a combatir la soledad?
Hace más de medio siglo, en 1966, la letra de una canción inmortal de Los Beatles preguntaba: "Todas las personas solitarias, ¿a dónde pertenecen?". Desde entonces, el problema de la soledad ha aumentado dramáticamente. Es hora de experimentar con nuevas ideas, por más locas que parezcan, para combatirlo.
Twitter: @oppenheimera
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Palabras pronunciadas por el C. Gral. Salvador Cienfuegos Zepeda, Srio. Def. Nal. durante Ceremonia del CV Aniv. de la Marcha de la Lealtad...
Ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Señora Angélica Rivera de Peña, bienvenida a este evento.
Maestro Edgar Romo García, presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados.
Maestro Ernesto Javier cordero arroyo, presidente de la mesa directiva de la cámara de senadores.
Ministro Luis María Aguilar Morales, presidente de la suprema corte de justicia de la nación.
Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina.
Integrantes del gabinete legal y ampliado. 
Funcionarios del gobierno de la República y de la ciudad de México.
Generales y almirantes en la honrosa situación de retiro.
Agregados militares, navales y aéreos acreditados en nuestro país.
Invitados especiales.
Ciudadanos generales, almirantes, jefes, oficiales y tropa y marinería.
Jóvenes cadetes.
Estudiantes que nos acompañan.
Representantes de los medios de comunicación.
Respetables familias.
Damas y caballeros.
A todos muy buenas tardes.
Esta significativa fecha evoca con singular interés, el episodio histórico en el que hace 105 años jóvenes mexicanos en uniforme militar, demostraron su lealtad a las instituciones.
Desde 1823, cuando se fundó el colegio militar, sus cadetes han escrito páginas de relevantes acontecimientos, que han trascendido en la memoria nacional.
Sucesos heroicos en los que hicieron patente su honor militar y su amor a la patria, siempre en defensa de las instituciones democráticas, y de manera destacada, de la presidencial.
Ante las amenazas externas, destaca la inolvidable gesta heroica de Chapultepec de 1847, donde un grupo de cadetes se sumaron para hacer frente al invasor, escribiendo así la gloriosa epopeya que sin duda, nos dio identidad y fijó rumbo al México del siglo diecinueve.
Con esa misma vocación y entrega a México, en 1914, los cadetes de la escuela naval militar, lucharon con valor y determinación en la defensa del puerto de Veracruz.
También, ante las amenazas internas en nuestro devenir, encontramos hazañas de especial trascendencia, como describo a continuación:
En 1828, pusieron de manifiesto su lealtad al primer Presidente de México Guadalupe Victoria protegiéndolo con sus armas y negándose a participar en el llamado motín de la acordada.
Lealtad replicada con el Presidente Anastasio Bustamante en 1840, en defensa del gobierno legalmente constituido, durante la rebelión federalista, hechos en los que falleció el cadete Juan Rico. 
En 1871, en la rebelión de la ciudadela, el Presidente Benito Juárez, fue testigo de la lealtad y del honor de los cadetes del colegio militar, quienes tomaron las armas en defensa de la legalidad. 
En 1913, en el marco de la decena trágica, se mantuvieron firmes al lado del presidente madero, ante la sublevación contra el gobierno de la república, y
En 1920, escoltaron y defendieron la investidura presidencial, representada por don Venustiano Carranza en su trayecto hacia Veracruz; hazaña conocida como la “columna de la legalidad”.
Particularmente este día, rememoramos con orgullo aquel 9 de febrero de 1913, cuando el presidente de la república, ante el intento de desleales por derrocar su gobierno, reunió y arengó a los cadetes para que lo escoltaran, quienes dispuestos y orgullosos, lo acompañaron y protegieron en su recorrido desde este castillo hasta el palacio nacional.
En esa ocasión, como en todos los hechos atrás descritos, los cadetes hicieron gala de los principios que dan mística y sentido a la carrera militar.
Con su actitud, definieron el camino de lealtad con honor de las actuales fuerzas armadas.
Este episodio, conocido como “La Marcha de la Lealtad” fue un acto sublime, enmarcado en valores y virtudes... En el cumplimiento del deber, la disciplina y el patriotismo.
Aquellos jóvenes, respaldaron la atinada decisión del presidente para hacer frente a los retos que amenazaban la voluntad democrática, puesta de manifiesto a través del sufragio.
Estos adolescentes y sus proezas, además, nos dejaron como enseñanza fundamental, que la práctica de la lealtad con honor, es virtud que guía la conciencia individual y colectiva, hacia la sensatez y la convicción de bien común.
Desde entonces, para los mexicanos en uniforme militar, la lealtad es entendida como la devoción sincera, voluntaria e infalible hacia la nación, su sociedad, sus instituciones y las fuerzas armadas...
Es fidelidad y respeto a la patria... es anteponer al interés personal, los valores de las instituciones y el amor por México...
Por otra parte, conceptualizamos al honor como el más noble estímulo del valor militar; representa el respeto hacia uno mismo y a los demás; indica lo que debemos hacer, pero sobre todo, crea conciencia de lo que debemos evitar... Implica ser íntegro, y congruente con lo que se dice y con lo que se hace... Es conducirse con la verdad y asumir la responsabilidad de nuestras acciones.
Por lo tanto, la lealtad con honor es virtud que norma la conducta a seguir por los militares... Es doctrina inalterable en su razón de ser y actuar... Es inamovible.
Lealtad con honor, es compromiso de servir a los mexicanos... Es garantía de la soberanía nacional y es visión proactiva, para constituirse como fuerza disuasiva, ante amenazas externas e internas, que busquen desestabilizar al país o poner en grave riesgo a la sociedad.
Entender y valorar la acción meritoria de las tropas nacionales, exige de nuestra parte, apreciar los alcances y efectos de su convencida y permanente lealtad, de su honor militar y de su perseverante cumplimiento del deber.
Por ello, ante todos ustedes como testigos y con la anuencia de nuestro comandante supremo el señor presidente, rendimos en esta ocasión, un merecido reconocimiento a los generales y almirantes en la honrosa situación de retiro, a los que hoy nos acompañan y a los que no están presentes.
Porque estos y otros destacados militares, con entrega total y disposición permanente, dedicaron con lealtad a México entre cuarenta y cincuenta años de servicios ininterrumpidos. 
Ellos, supieron honrar el legado de sus antecesores y forjaron su respectiva carrera militar, con responsabilidad y constancia, vocación y perseverancia, seguros de que su ejemplo sería emulado por las generaciones que les sucedieron y las que hoy están aquí, representadas por los jóvenes cadetes.
Señores generales, gracias… señores almirantes, gracias.
Amable auditorio:
Las misiones que han cumplido y cumplen las Fuerzas Armadas en México, atienden a los distintos desafíos que enfrenta la nación; amenazas y riesgos que imponen la obligación al titular del poder ejecutivo en turno, a emplearlas con el fundamento de las atribuciones que le otorga nuestra constitución política.
Por ello, atendiendo las instrucciones de nuestro comandante supremo y ante el llamado de la sociedad, hemos coadyuvado con las autoridades para contribuir en la seguridad de los mexicanos.
En este mismo sentido y ante la serie de fenómenos que actualmente afectan la seguridad en el país, reconocemos el esfuerzo del congreso de la unión para dotar “al Estado Mexicano”, de una ley que establece bases, procedimientos y modalidades de coordinación entre la federación, las entidades y los municipios, para su atención puntual.
Una ley, que faculta y delimita las responsabilidades y funciones de las diversas autoridades que “Constitucionalmente” les corresponde brindar seguridad a la ciudadanía y preservar las instituciones de la república, cada una en su ámbito de competencia.
Instrumento legal, que busca mantener y fortalecer el orden interno, el orden  constitucional, el estado de derecho y la gobernabilidad democrática.
Confiamos también, en que para determinar lo procedente, se analizará a detalle, de manera objetiva, sin prejuicios y sin presiones. 
Los militares, respetuosos de las funciones de los poderes del estado como invariablemente lo hemos hecho acataremos las resoluciones finales sobre su aplicación, en la parte que nos corresponda.
Lo haremos, porque las fuerzas armadas nos apegamos a la constitución y a las leyes que de ella emanan, porque protestamos cumplirla y hacerla cumplir.
Lo haremos, porque sabemos el valor y la importancia de los poderes que nos gobiernan y porque nos sujetamos al poder civil.
Lo haremos, porque siempre... Siempre... Seremos leales al cumplimiento de las directivas emitidas por el Ejecutivo Federal… leales a los ordenamientos que emita el congreso de la unión… leales a las determinaciones del poder judicial de la federación y leales a la sociedad, a la que seguiremos cumpliéndole en estricto apego al estado de derecho y con absoluto respeto a sus derechos fundamentales.
Señor presidente:
Las Fuerzas Armadas, han sido referente de lealtad para preservar la democracia y el estado de derecho.
Ese ha sido el ideal con el que nos hemos conducido por más de cien años, y esa es la premisa con la que hacemos frente a los retos del siglo XXI... No puede ser de otra manera.
Permaneceremos inalterables en la práctica constante e irrenunciable de la lealtad.
Seguiremos siendo leales a México, a las instituciones democráticas y a la investidura presidencial.
Como hace 105 años, soldados, pilotos y marinos, seguiremos prestos al llamado del poder ejecutivo de la nación.
Reconocemos en usted, ese liderazgo que lo distingue como nuestro comandante supremo... Liderazgo que práctica retribuyendo con lealtad, la lealtad que los soldados de México le tienen a su presidente.
Señoras y señores:
Los tiempos que vivimos actualmente, demandan confianza en las instituciones que nos hemos dado y que éstas cumplan con sus obligaciones... Demandan unión para seguir fortaleciendo nuestra democracia... Demandan identidad con México... Nuestra casa común. 
La historia nos ha demostrado que ante los antagonismos de origen externo o interno, o ante la incertidumbre y la desgracia, los mexicanos todos, hemos dado muestra de unidad y voluntad bajo la misma bandera.
México, nuestro México, esta gran nación, requiere de ciudadanos capaces y comprometidos consigo mismos, con sus entornos familiares, sociales y laborales… mexicanos que sigan haciendo de la lealtad con honor, un sentimiento propio y práctica permanente en su vida cotidiana.
Cuando materializamos nuestras conductas en actitudes positivas y constructivas que favorecen a la sociedad y sus instituciones, la lealtad con honor se transforma en una fuerza  eficaz e indubitable, y posibilita la autoridad moral que enriquece el sentido del deber.
Por eso, la lealtad no puede fundarse en el engaño... 
Donde se privilegia el honor, no tiene cabida la mentira... 
Donde hace falta el honor, la lealtad se convierte en complicidad.
Actuar con lealtad es: valorar las enseñanzas de nuestra historia... Guiarse con justicia y rectitud... Reconocer las buenas acciones de los demás... Preservar la confianza mutua y acatar la ley... Pero sobre todo, es trabajar por el bien común y la grandeza de México... Las conductas contrarias a estos preceptos, llevan a la deslealtad y a la traición.
Conciudadanos:
¡La lealtad con honor, sostiene el prestigio y la permanencia de las instituciones!
Señoras y señores, compañeros de armas:
La lección de honor que hoy recordamos, llega a nuestros días en tiempos complejos y de importantes definiciones, en los que la lealtad, es referente obligado a observar y practicar por todos. 
La lección de honor que hoy recordamos, nos hace comprender que el mayor patrimonio que tenemos y debemos fortalecer con lealtad, es nuestra independencia, nuestra libertad y nuestra soberanía.
La lección de honor que hoy recordamos, debe ser aprendizaje para que en el pluralismo que vivimos, todos civiles y militares sigamos luchando con lealtad por nuestros ideales... Por un México más democrático… por un México más unido… por un México más fuerte.
¡Un México al que todos estamos obligados a proteger!
Bajo estas premisas, sigamos manteniendo el legado de aquella marcha...
Sigamos esforzándonos por la grandeza de nuestra patria.
Muchas gracias.


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