12 abr 2018

Francisco consternado por el caso Barros/ Fred Alvarez Palafox..

Francisco consternado por el caso Barros/ Fred Alvarez Palafox.. (seguimiento)
@fredalvarezLa Silla Rota, 12 de abril de 2018
Reconoce el papa que lo engañaron...
¿Quienes, quién?
El Papa Francisco envió una emotiva carta a los obispos de Chile para convocarlos a Roma y hablar sobre el informe del caso del obispo Juan Barros Madrid, elaborado por el fiscal Mons. Charles Scicluna luego de escuchar los testimonios que acusan al prelado de haber encubierto los abusos sexuales cometidos por el padre Fernando Karadima.

“Pienso convocarlos a Roma para dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones”, señaló Francisco en su carta firmada el 8 de abril y difundida ayer miércoles por la Santa Sede. 
Les dijo que el encuentro tiene el objetivo “de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas”.
En su misiva, el papa jesuita agradece al fiscal Scicluna y Jordi Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por haberr hecho un excelente trabajo y por haber escuchado "serena y empática de los 64 testimonios que recogieron" en Nueva York y en Santiago de Chile. 
“Les envié a escuchar desde el corazón y con humildad”, afirmó Francisco.
Y confesó que después de de leer los más de 2,300 folios del informe, “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.

En su carta, Jorge Mario Bergoglio pidió a los obispos chilenos - y del Mundo se entiende- establecer medidas que ayuden a “restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”.
Confiesa que se equivocó
“En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas”, expresó.
Luego de publicarse la carta, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Santiago Silva, dijo que el Episcopado comparte el dolor del Papa y que la totalidad de los obispos asistirán a Roma en la tercera semana de mayo.
La primera reacción de las víctimas
James Hamilton, José Andrés Murillo y Carlos Cruz, denunciantes de Barros, fueron invitados a una reunión en El Vaticano.
Señalaron que están evaluando las posibilidades de asistir a esta reunión y que reconocen el gesto del pontífice, quien además pidió perdón. 
"El daño cometido por la jerarquía de la iglesia chilena, a la que se refiere el Papa (Francisco), ha afectado a muchas personas, no solo a nosotros", indicaron en un comunicado que subieron a la red social Twitter.
"El sentido de todas nuestras acciones siempre han apuntado al reconocimiento, el perdón y la reparación por lo que se ha sufrido, y así seguirá siendo, hasta que la tolerancia cero frente al abuso y el encubrimiento en la Iglesia, se haga realidad", agregaron.













Veremos que medida tomará el papa. Una de ellas podría ser la destitución de los encubridores..
¿Cómo ha sido este asunto?
La presencia física del obispo Juan Barros al lado del papa en su visita a Chile afectó  el entusiasmo y la asistencia a los servicios religiosos.....
Y el papa en Chile se reunió con víctimas de abusos sexuales, pero por alguna razón, se excluyó a las víctimas clave: Murillo, Cruz y Hamilton. 
Y se  cometió el error de quien realizó la agenda en Chile, además haber declarado en una entrevista banquetera..:
“El día que me traigan una prueba del obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, toda es calumnia, ¿está claro?”.
Después corrigió y ofreció disculpas....
Con respecto a las víctimas, dijo: “pero quiero ser preciso con los chilenos. La palabra ‘prueba´no era la mejor para acercarme a un corazón dolorido”, y corrigió: “Yo diría, ‘evidencias’”. 
Pero el daño estaba hecho...
Obviamente su declaración generó muchas reacciones, la primera, de las víctimas. Ese mismo día, Juan Andrés Murillo, Juan Carlos Cruz y James Hamilton leyeron una declaración donde exponen su situación respecto a la defensa del Papa al obispo; el mensaje fue durísimo:1
¡Lo que ha hecho el Papa hoy es ofensivo y doloroso!, dijeron...
Y al papa le fue mal al grado de que para muchos fue la pero gira de su pontificado...
Y hasta que el papa precisa...La noche del domingo de enero, en el vuelo de regreso de Chile y Perú, el papa, como siempre, dio una rueda de prensa y se dedicó al tema de Barros.
Y Francisco en el caso del Obispo Barros, precisa el papa, no hay evidencia. 
"Es un caso que lo hice estudiar, lo hice investigar, lo hice trabajar mucho y realmente no hay evidencia, uso la palabra ´evidencia´ porque después voy a hablar sobre las pruebas. No hay evidencia de culpabilidad, más bien parece que no se van a encontrar porque hay una coherencia en otro sentido. Con base a ese no haber evidencias, yo espero una evidencia para cambiar de postura, si no, aplico el principio jurídico básico en todo tribunal ´nemo malus ni si probeto´, ninguno es malo hasta que se pruebe...”, dijo...
Después rectificó.
El 30 de enero, a muy pocos días de su regreso a Roma del viaje numero 22 de su pontificado - Chile y Perú - el papa dispuso que Monseñor Charles J. Scicluna,  arzobispo de Malta y Presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delicta graviora) en la Sesión Ordinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, viajara a Estados Unidos y a Chile para escuchar a las víctimas del caso Karadima que aseguran tener pruebas de presunto encubrimiento de abusos por parte del obispo de Osorno, Juan Barros Madrid  (1956-) muy cercano al sacerdote Fernando Karadima Fariña..
Y ahora después de leer os más de 2,300 folios del informe, “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.
Por qué el papa pide perdón, de nuevo.
Invito a leer los que escribimos aquí en LSR
Véase 

https://lasillarota.com/opinion/columnas/el-papa-reabre-el-caso-barros-en-chile/203272

Esta es la  carta completa del Papa Francisco:
A los Señores Obispos de Chile.
Queridos hermanos en el episcopado:
La recepción durante la semana pasada de los últimos documentos que completan el informe que me entregaron mis dos enviados especiales a Chile el 20 de marzo de 2018, con un total de más de 2.300 folios, me mueve a escribirles esta carta. Les aseguro mi oración y quiero compartir con Ustedes la convicción de que las dificultades presentes son también una ocasión para restablecer la confianza en la Iglesia, confianza rota por nuestros errores y pecados y para sanar unas heridas que no dejan de sangrar en el conjunto de la sociedad chilena.
Sin la fe y sin la oración, la fraternidad es imposible. Por ello, en este 2º domingo de Pascua, en el día de la misericordia, les ofrezco esta reflexión con el deseo de que cada uno de Ustedes me acompañe en el itinerario interior que estoy recorriendo en las últimas semanas, a fin de que sea el Espíritu quien nos guíe con su don y no nuestros intereses o, peor aún, nuestro orgullo herido.
A veces cuando tales males nos arrugan el alma y nos arrojan al mundo flojos, asustados y abroquelados en nuestros cómodos “palacios de invierno”, el amor de Dios sale a nuestro encuentro y purifica nuestras intenciones para amar como hombres libres, maduros y críticos. Cuando los medios de comunicación nos avergüenzan presentando una Iglesia casi siempre en novilunio, privada de la luz del Sol de justicia (S. Ambrosio, Hexameron IV, 8, 32) y tenemos la tentación de dudar de la victoria pascual del Resucitado, creo que como Santo Tomás no debemos temer la duda (Jn 20, 25), sino temer la pretensión de querer ver sin fiarnos del testimonio de aquellos que escucharon de los labios del Señor la promesa más hermosa (Mt 28, 20).
Hoy les quiero hablar no de seguridades, sino de lo único que el Señor nos ofrece experimentar cada día: la alegría, la paz el perdón de nuestros pecados y la acción de Su gracia.
Al respecto, quiero manifestar mi gratitud a S.E. Mons. Charles Scicluna, Arzobispo de Malta, y al Rev. Jordi Bertomeu Farnós, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por su ingente labor de escucha serena y empática de los 64 testimonios que recogieron recientemente tanto en Nueva York como en Santiago de Chile. Les envié a escuchar desde el corazón y con humildad. Posteriormente, cuando me entregaron el informe y, en particular, su valoración jurídica y pastoral de la información recogida, reconocieron ante mí haberse sentido abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder y, en particular, de los abusos sexuales cometidos por diversos consagrados de vuestro País contra menores de edad, aquellos a los que se les negó a destiempo e incluso les robaron la inocencia.
El mismo más sentido y cordial agradecimiento lo debemos expresar como pastores a los que con honestidad, valentía y sentido de Iglesia solicitaron un encuentro con mis enviados y les mostraron las heridas de su alma. Mons. Scicluna y el Rev. Bertomeu me han referido cómo algunos obispos, sacerdotes, diáconos, laicos y laicas de Santiago y Osorno acudieron a la parroquia Holy Name de Nueva York o a la sede de Sotero Sanz, en Providencia, con una madurez, respeto y amabilidad que sobrecogían.
Por otra parte, los días posteriores a dicha misión especial han sido testigos de otro hecho meritorio que deberíamos tener bien presente para otras ocasiones, pues no solo se ha mantenido el clima de confidencialidad alcanzado durante la Visita, sino que en ningún momento se ha cedido a la tentación de convertir esta delicada misión en un circo mediático. Al respecto, quiero agradecer a las diferentes organizaciones y medios de comunicación su profesionalidad al tratar este caso tan delicado, respetando el derecho de los ciudadanos a la información y la buena fama de los declarantes.
Ahora, tras una lectura pausada de las actas de dicha “misión especial”, creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza.
Teniendo en cuenta todo esto les escribo a Ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente Vuestra colaboración y asistencia en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia.
Pienso convocarlos a Roma para dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones. He pensado en dicho encuentro como en un momento fraternal, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el solo objetivo de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas. Sobre la fecha encomiendo al Secretario de la Conferencia Episcopal hacerme llegar las posibilidades.
En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas.
Permaneced en mí (Jn 15,4): estas palabras del Señor resuenan una y otra vez en estos días. Hablan de relaciones personales, de comunión, de fraternidad que atrae y convoca. Unidos a Cristo como los sarmientos a la vid, los invito a injertar en vuestra oración de los próximos días una magnanimidad que nos prepare para el mencionado encuentro y que luego permita traducir en hechos concretos lo que habremos reflexionado. Quizás incluso también sería oportuno poner a la Iglesia de Chile en estado de oración. Ahora más que nunca no podemos volver a caer en la tentación de la verborrea o de quedarnos en los “universales”. Estos días, miremos a Cristo. Miremos su vida y sus gestos, especialmente cuando se muestra compasivo y misericordioso con los que han errado. Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir.
A la espera de Vuestras noticias y rogando a S.E. Mons. Santiago Silva Retamales, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, que publique la presente con la mayor celeridad posible, les imparto mi bendición y les pido por favor que no dejen de rezar por mí.
Vaticano, 8 de abril de 2018

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