Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, LXIV Legislatura
Versión estenográfica de la mesa temática "Seguridad humana y Guardia Nacional”,
Sábado 12 de enero de 2019
La moderadora diputada Aleida Alavez Ruiz: Vamos a empezar con nuestro primer ponente, las intervenciones serán de diez minutos y, bueno, pues ahora contamos con el académico de la UNAM, que lo presentará la diputada Almaguer, Javier Oliva Posada. Por favor, diputada.
La diputada Ma. Guadalupe Almaguer Pardo: Gracias, diputada presidenta. Javier Oliva Posada es licenciado en ciencias políticas por la UNAM, con maestría en estudios latinoamericanos y a los realizados también en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es doctor en ciencia política por la UNAM. Ha sido docente en la maestría en seguridad nacional, en el Centro de Estudios Superiores Navales, de la Secretaría de Marina Armada de México. Y ha sido asesor del secretario de Defensa Nacional y Marina. Es profesor investigador de la UNAM, en donde se desempeña como coordinador del diplomado de defensa y seguridad nacionales, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Además, fue observador en Ginebra, por parte de la UNAM. Es columnista de diversos medios nacionales. Tiene la palabra Javier Oliva Posada.
El ciudadano Javier Oliva Posada: Gracias. También quiero comenzar por agradecer esta posibilidad de dirigirme en un foro tan importante. A las senadoras, senadores, diputadas y diputados, muchas gracias por la invitación.
Es muy interesante esta Mesa, no porque yo participe, desde luego, sino porque después de la decisión que asumió el presidente de la República de en la iniciativa conferirle el mando civil a la Guardia Nacional, idea con la que por supuesto simpatizo.
Entonces, en virtud de ese nuevo enfoque hube de modificar mis planteamientos, porque eventualmente esta sería una decisión que se habría de tomar en el pleno.
Entonces, hacia donde dirigí ahora mi intervención es al asunto de la doctrina militar. Es decir, qué características, en términos de la formación, van a requerir los soldados de la Guardia Nacional.
En esos términos, de acuerdo a lo que escuchamos ayer, tanto del almirante secretario Ojeda como del general secretario Sandoval, tendría un enfoque básicamente en el adiestramiento y en la axiología, es decir, de los valores, tendría la responsabilidad de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Y posteriormente, en lo que se refiere a su despliegue táctico operativo, sería responsabilidad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Es muy importante entender el tema de la doctrina militar, porque en función de la doctrina va el equipamiento del soldado. ¿Cuál es la diferencia, por ejemplo, de un soldado de ocupación, como es el Ejército estadounidense, respecto de un soldado mexicano, por ejemplo? Es decir, ¿qué tipo de armamento traen?
Y esto es fundamental, porque la relación que se establece, de la doctrina militar, a través del elemento, es decir, del soldado o del marino con la sociedad, tiene mucho qué ver, precisamente, con las características con las cuáles están adoctrinados.
Y aprovechando que está aquí mi querido colega de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Miguel Concha, es decir, la doctrina no es un asunto que esté sujeto a deliberación. No es potestativo del elemento.
Entonces, la doctrina militar en ese sentido, no solo en México sino en varias partes del mundo, y traigo algunos casos muy interesantes. En febrero del año pasado la Junta Interamericana de Defensa, junto con la Organización de Estados Americanos organizó un foro en Washington, en donde el tema era, y es muy interesante, el tema era ¿cuáles han sido los efectos de las implicaciones de las Fuerzas Armadas en labores no necesariamente asignadas a sus misiones?
¿Qué quiere decir esto? Que México ni es el único ni es el primero en donde se asumen roles de policiacos por parte de las Fuerzas Armadas.
Varios ejemplos. Poco antes de dejar la presidencia, el presidente Santos emitió un decreto en donde permitía a la Fuerza Aérea colombiana bombardear las zonas de influencia de los GAO. Los GAO es el acrónimo de grupos armados organizados.
Es decir, la Fuerza Aérea colombiana atacando instalaciones, en este caso, de delincuentes enfocados a la producción de cocaína, pero la posibilidad de que una fuerza armada, como es la Fuerza Aérea, bombardee estrictamente a civiles armados.
Pero no es el único caso, recientemente vimos el despliegue de soldados, si se quiere desarmados, de los soldados del Ejército de tierra de Estados Unidos en la frontera con México. Es decir, en labores estrictamente parapoliciales.
También tenemos el caso reciente, no tiene más de 15 días, donde la Real Fuerza Naval del Reino Unido desplegó una embarcación artillada en la parte más angosta del Canal de la Mancha, donde está Pas de Calais, porque se tratan de contener con una embarcación artillada, embarcaciones francamente precarias en donde los migrantes irregulares, porque no hay ser humano ilegal, sino son migrantes irregulares, para impedir o controlar el paso.
Y en este sentido, la Armada británica pues no está preparada ni siquiera para los protocolos interrogatorios a los propios migrantes.
Entonces, lo que estamos observando es, desde mi perspectiva y mi conclusión, le adelanto siempre para que, ojalá haya debate.
No hay vuelta para atrás. A mí me parece que la agenda de actividades de las Fuerzas Armadas no tiene retorno. Los soldados, por ejemplo, durante la guerra de Irak y de Afganistán –me refiero a los soldados estadounidenses y de la OTAN– en cuanto tomaban una ciudad, ese mismo soldado inmediatamente se convertía en policía militar. El mismo elemento con el mismo armamento en la misma operación. Y esto cambia, evidentemente, las funciones.
El entonces general Matiss, que recientemente renunció al Departamento de Estado, de Defensa, perdón, en Estados Unidos, tomó una decisión muy importante con los batallones estadounidenses desplegados en los escenarios bélicos de Irak y de Afganistán. Era tener un antropólogo en cada batallón, que les diera insumos o introducción al Islam, que les diera rudimentos para comunicarse verbalmente con la población, y tercero, el estudio del funcionamiento de los sistemas sociales. Es decir, ya no solamente era la fotografía del soldado estadounidense dando un dulce al niño afgano, sino que se trataba de conocer.
Entonces, estos enfoques han, en ese sentido, modificado la naturaleza de la profesión militar. Lo que nosotros estamos observando y lo que está ocurriendo en México, independientemente de lo que se decía de si la Guardia Nacional funciona o no y se disuelve, lo cual me parece muy peligroso disolverla en cinco años o en tres, no hay vuelta para atrás. Es decir, los procesos de complejización de las agendas militares en varias partes del mundo están en ese sentido.
Otro caso muy interesante reciente. El ejército húngaro fue desplegado en la frontera con Croacia para controlar la migración irregular. La condición que le puso el Parlamento al ejército húngaro fue que estuviera desplegado sin armas letales. Es decir, como guardias de frontera.
Y todavía más recientemente se llevó a cabo en México la Decimotercera Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, en noviembre del año pasado. Y es muy interesante observar que se nombraron cinco grupos ad hoc, así les denominaron, para que informaran de la temática que les interesa a las Fuerzas Armadas del Continente Americano. Esto es muy importante subrayarlo.
Y fueron cinco grupos ad hoc: uno, las políticas de género al interior de las Fuerzas Armadas. Segundo, búsqueda y rescate. Tercero, apoyo a la población en situaciones de desastre. Cuarto, actualización y adiestramiento. Y quinto, escúchenlo bien, nuevos roles de las Fuerzas Armadas.
Como ustedes se dan cuenta pueden escuchar solo por la denominación de los grupos ad hoc que presentaron sus resultados después de los dos años, ninguno de los cinco temas tiene que ver estrictamente con temas militares convencionales.
Entonces, esto me parece que es muy importante que lo tengamos en consideración, porque la ampliación de las misiones está trayendo consigo una modificación, insisto, de la doctrina militar. De tal manera que ojalá en el debate en las comisiones por supuesto en el pleno los diputados y diputadas pudieran tomar en consideración esa modificación de la relación, de la naturaleza del oficio militar. De la profesión de las armas, porque se ha modificado.
Y en ese sentido México y sus Fuerzas Armadas tienen una larga y bien ganada experiencia. Por ejemplo, en programas como el Plan DN-III o el Plan Marina. Ustedes recordarán que cuando se dio la tragedia del volcán catrín y devastó la ciudad de Nueva Orleans, el entonces presidente de los Estados Unidos le pidió al gobernador de Texas que enviara a la Guardia Nacional de Texas. El gobernador de Texas le dijo: “Oiga, presidente, lo que pasa es que están en Afganistán, no tenemos soldados”.
Entonces, fueron soldados del Ejército mexicano. Se acordarán que fue un acontecimiento... A mí me pareció vibrante ver soldados mexicanos entrar a territorio estadounidense para llevar estas cocinas. Servían 10 mil raciones calientes al día en Nueva Orleans.
Entonces, de hecho, el personal militar mexicano se tuvo que quedar para que mostraran cómo se hacía esta posibilidad de atender a personas en situaciones de desastre de manera eficiente.
Entonces, es muy importante que observemos cómo se está cambiando, insisto, esta relación entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas. Y, en particular, el tema de la Guardia Nacional me parece que es una muy buena oportunidad para poder poner al día las actividades de nuestras Fuerzas Armadas. Y cierro con una reflexión, me quedan –según mi cronómetro– 30 segundos, porque me quiero ajustar al tiempo.
Solamente quiero que consideren un aspecto cuando se habla de militarización, México es el país que peor trata en términos presupuestales a sus Fuerzas Armadas, solo nos supera Guatemala en Latinoamérica. México le dedica el 0.5 por ciento del producto interno bruto y Guatemala el 0.4 por ciento. Nada más para que se den una idea, Colombia le dedica 7 veces más a sus Fuerzas Armadas, es el 3.8 por ciento del PIB.
Los estándares internacionales para que unas Fuerzas Armadas sean operativas requieren el 2 por ciento, ese es el estándar. No estoy diciendo que vayamos hacia allá, pero también cuando se habla de militarización, pues empecemos por el presupuesto para que veamos que eso no tiene ningún soporte más allá de lo que se pueda discutir en el contenido del propio concepto.
Les agradezco mucho su atención. Gracias.
El moderador diputado Felipe Fernando Macías Olvera: Muchas gracias al doctor Javier Oliva.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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