21 feb 2020

El Vaticano profundiza la investigación por un escándalo financiero inmobiliario

El Vaticano profundiza la investigación por un escándalo financiero inmobiliario
El Vaticano amplió la investigación que inició en octubre pasado a raíz de una turbia y escandalosa inversión inmobiliaria y allanó la oficina y la casa de monseñor Alberto Perlasca, alto prelado que durante diez años fue el responsable de las inversiones de la Secretaría de Estado

Elisabetta Piqué  
La Nación, Compartir18 de febrero de 2020
ROMA.- Por voluntad de Francisco, que intenta seguir haciendo limpieza, el Vaticano amplió la investigación que inició en octubre pasado a raíz de una turbia y escandalosa inversión inmobiliaria y allanó hoy la oficina y la casa de monseñor Alberto Perlasca, alto prelado que durante diez años fue el responsable de las inversiones de la Secretaría de Estado y que trabajó bajo el poderoso exsustituto de este "ministerio" clave, el cardenal Angelo Becciu.

Por orden del promotor de Justicia del Vaticano, Gian Piero Milano, la gendarmería secuestró documentos y computadoras de Perlasca. Este sacerdote italiano, de 59 años, se convirtió así en el sexto alto funcionario de la Secretaría de Estado, el ministerio más importante de la curia romana y ombligo del poder de la administración central, puesto bajo la lupa por la justicia del propio Vaticano. Perlasca, que dejó imprevistamente su cargo de "jefe administrativo de la primera sección de la Secretaría de Estado" en julio pasado, curiosamente es un viejo conocido de Jorge Bergoglio: trabajó dos años, de 2006 a 2008, en la nunciatura de Buenos Aires, en tiempos del exnuncio (embajador) Adriano Bernardini, que no se llevaba nada bien con el entonces arzobispo de Buenos Aires.
Un comunicado del Vaticano detalló que el allanamiento de la oficina y la casa de Perlasca, que fue designado en julio pasado promotor de justicia en la Signatura Apostólica, " debe relacionarse, aún en el respeto del principio de la presunción de inocencia, a lo que emergió de los interrogatorios de los funcionarios indagados y en su tiempo suspendidos de sus servicio".
Investigación a fondo
El Vaticano aludió así a los cinco funcionarios, todos italianos, que fueron suspendidos en octubre pasado por estar presuntamente involucrados en una operación financiera millonaria realizada en Londres, así como en sospechado reciclaje de dinero llegado al denominado óbolo de San Pedro, que recolecta las donaciones de todo el mundo.
Entre ellos figuran Tommaso Di Ruzza, exdirector de la Autoridad de Información Financiera (AIF), el ente encargado de vigilar que no haya reciclaje o movimientos de dinero sospechosos y monseñor Mauro Carlino, jefe de la Oficina de Información y Documentación de la Secretaría de Estado, que fue durante años secretario personal del cardenal Becciu. Becciu fue sustituto de la Secretaría de Estado, es decir, el número tres de la Santa Sede, desde 2011 hasta mediados de 2018, cuando el Papa lo reemplazó por el venezolano Edgar Peña Parra y lo desplazó a la Congregación para las Causas de los Santos.
El Papa, que fue alertado de irregularidades financieras de la Secretaría de Estado en junio del año pasado por el Instituto para las Obras de Religión (IOR, el banco del Vaticano) y el Revisor General, autorizó esta inédita investigación e hizo trascender que " quiere ir hasta el fondo", como se demostró hoy con el nuevo allanamiento.
El Papa hizo notar que en este escándalo por primera vez la olla se destapó desde adentro y no desde afuera.""
Al regresar de Tailandia y Japón, a fines del año pasado, en la conferencia de prensa durante el vuelo el Papa aludió a este "escándalo" estallado en la Secretaría de Estado, aunque hizo notar que " por primera vez la olla se destapó desde adentro y no desde afuera".
El sábado pasado, al inaugurar el año judicial, Francisco volvió a aludir a esta investigación, hablando de " situaciones financieras sospechosas que, más allá de la eventual ilicitud, no se concilian con la naturaleza y los fines de la Iglesia y que han generado desorientación e inquietud entre los fieles".
Ayer el ya mencionado cardenal Becciu durante la presentación de un libro negó que las operaciones financieras puestas bajo la lupa tuvieran que ver con el óbolo de San Pedro. " Nunca hemos utilizado dinero destinado a los pobres para hacer especulaciones. Era una ocasión propicia para aprovechar mejor los capitales de los que dispone la Secretaría de Estado. Es praxis que la Santa Sede invierta en inmuebles y era una buena y oportuna ocasión porque con el Brexit el valor de esta casa se ha triplicado", aseguró.

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