4 nov 2021

Las columnas políticas hoy, jueves 4 de noviembre de 2021

En la noche del lunes pasado, día de Todos Santos-, la víspera de Día de Muertos, los cuerpos de 11 hombres aparecieron abandonados en una carretera rural del municipio de Tangamandapio, Michoacán, todos con el tiro de gracia.

Y lo más grave es que seis de los 11 eran menores de edad, cinco de 17 y uno de 15 años.

¡Muy lamentable!


La gente exige justicia!

La masacre pudo ser porque las víctimas se internaron en un territorio del crimen organizado y  los confundieron. Las víctimas eran jornaleros eran cortadores de aguacate y al parecer no tenían vínculos con la delincuencia.

Habían terminado su jornada de trabajo de ese día (lunes 1 de noviembre) y se juntaron para ir al cerro a buscar panales de abeja, dado que ahí tienen la costumbre de colocar estos panales en las ofrendas de muertos”, detalló el fiscal de Michoacán en entrevista.

El nuevo gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, dijo que Tangamandapio es un foco rojo del estado...“Nos solidarizamos con las familias que perdieron irreparablemente a sus seres queridos y que van a contar con el acompañamiento del estado de Michoacán para salir adelante”, se comprometió.

Mmm

En Michoacán hay ingobernabilidad..., ¿o alguien lo duda?

Y ¿dónde está nuestra Gloriosa Guardia Nacional?

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EL CARTÓN

Cartón de Rictus: "Sin privilegios". En las afueras del Reclusorio, llega un pedido del Hunan: "¡Pedido para el señor Lozoya!". 

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Emilio Lozoya ya no le sirve a la FGR, ni a la cuatroté, además de que no ha entregado nada se convirtió en un cínico; ayer durante la audiencia en el Reclusorio Norte, por cierto a la primera que habría asistido  le rechazaron todas sus peticiones y hasta lo regañaron   por la foto en la que aparece en el restaurante Hunan de Las Lomas, comiendo pato laqueado, y bebiendo buenos vinos...

La FGR dio un viraje de 180 grados en el trato que le había otorgado a Emilio Lozoya desde el 17 de julio de 2020, cuando aterrizó extraditado de España. Y en buena medida, todo se debe a su fotografía en el restaurante, dice una nota de Abel Barajas...

La FGR dijo con todas sus letras que Lozoya sólo había utilizado la negociación del criterio de oportunidad para dilatar el proceso y no ir a la cárcel.

El C. Presidente  se lavó las manos en conferencia mañanera, afirmó que él no instruyó a la FGR pedir encarcelamiento de Lozoya y que se debe castigar a 'todos' los implicados en el caso Odebrecht.

"Yo veo bien lo que está haciendo la Fiscalía y en este caso también el Poder Judicial, el juez es parte del Poder Judicial y son los que determinaron que se quedará ahí (en prisión) el señor Lozoya.

"Yo no doy instrucciones en ese sentido, además la Fiscalía es autónoma, estoy hablando de la integridad del Fiscal, imagínense dar órdenes al Fiscal, primero nunca lo haría, nunca lo he hecho", comentó López Obrador.

"Sabe (el fiscal  que es un momento histórico lo que estamos viviendo. Él es una gente ya mayor, estoy seguro que va a querer terminar el último tramo de su vida, espero sea largo, con dignidad, eso es muy respetable” dijo.
Agregó que se debe castigar a todos los responsables de recibir sobornos de la empresa Odebrecht y señaló que el manejo del caso fue muy lamentable en México ya que en todos los países involucrados se castigó a los funcionarios implicados menos en el país.
¿Se acabo el acuerdo? Sin duda.

Varios columnistas abordan el tema hoy  y la nota está en ocho columnas en 10 periódicos..:

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OCHO COLUMNAS 4 DE NOVIEMBRE:

1. Reforma. METE EU PRESIÓN Y FRENAN REFORMA. Acusan congresistas violación de TMEC; Embajador Salazar reclama en Palacio

2. El Universal. LOZOYA SE QUEDA EN LA CÁRCEL, ANTE RIESGO DE FUGA. Termina su libertad condicional, luego de que un juez concedió la medida solicitada por la FGR al considerar que tiene recursos y contacto para escapar

3. La Jornada. CUÑADO DE   SALINAS, LIGADO AL APAGÓN DE DICIEMBRE: BARTLETT. "Es miembro de la española Acciona, que dañó red distribuidora"

4. Milenio. LOZOYA CENA EN PRISIÓN. El MP atribuyó "poco pudor procesal" al ex director de Petróleos Mexicanos por su escapada a un restaurante y el juez le dictó cárcel "preventiva justificada"; la defensa apelará, pero sigue colaborando

5. Excélsior. POR RIESGO DE FUGA, LOZOYA VA A LA CÁRCEL. A petición de la FGR, el juez de control dictó prisión preventiva justificada contra el exdirector de Pemex, acusado de lavado, cohecho y asociación delictuosa

6. El Financiero. LOZOYA VA A PRISIÓN; VE JUEZ RIESGO DE FUGA. Ocultó 2 millones de euros en Europa de Odebrecht

7. El Economista. REFORMA ELÉCTRICA, HASTA ABRIL DEL 2022, PACTAN MORENA Y ALIADOS. "No hay prisa para aprobar la propuesta; se aprovechará mejor el parlamento abierto", considera líder morenista en San Lázaro

8. La Razón. GUTIÉRREZ LUNA, POR "QUITAR ESTIGMA DE QUE AUTÓNOMOS SON INTOCABLES". El presidente de la Cámara de Diputados dice que comparecencias de éstos deben normalizarse; esto, por invitación de Lorenzo Córdova

9. 24 Horas . EU DA MANOTAZO... Y FRENAN REFORMA. Morena alarga debate de iniciativa energética hasta 2022

10. Reporte Indigo. REMEDO DE REPARACIÓN. Las víctimas de delitos federales reciben de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas poca ayuda económica y no un respaldo integral que incluya apoyo jurídico y psicosocial; una realidad que se vive en la dependencia en parte debido a las malas condiciones laborales a las que están sometidos sus empleados

11. El Heraldo de México. LOZOYA SE QUEDA PRESO. Un juez le dictó prisión preventiva por riesgo de fuga, luego de que la FGR solicitó la medida, el exdirector de Pemex acudió al Reclusorio Norte a una audiencia, pero ya no salió

12. La Crónica. PRISIÓN PREVENTIVA A LOZOYA; VA AL RECLUSORIO NORTE. La FGR lo acusa de usar el "criterio de oportunidad" para dilatar y obstaculizar el proceso en su contra

13. El Sol de México. LOZOYA CENA YA EN EL RECLUSORIO NORTE. El juez dictó la medida al considerar que el exdirector de Pemex podría darse a la fuga

14. Ovaciones. QUINCE MESES DESPUÉS, LOZOYA ESTÁ EN LA CÁRCEL. FGR cambia el trato hacia el ex director de Pemex

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Las columnas políticas hoy, jueves 4 de noviembre de 2021

Templo Mayor/ REFORMA

EN LO QUE es el mayor tropiezo de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador se vio obligado a meter a la congeladora su contrarreforma eléctrica. ¿Qué llevó al Presidente a bajarle el switch? Sólo él sabe sus razones, pero la decisión vino justo después de que Ken Salazar estuvo en Palacio Nacional.

EL embajador estadounidense confirmó que acudió para expresar la seria preocupación del gobierno de Joe Biden sobre la peligrosa iniciativa. Su reclamo se suma a una larga lista de voces que también se alzaron desde Estados Unidos para advertir los riesgos de que se aprobara la contrarreforma.

HAY QUIENES creen que posponer la discusión es una mera estrategia para hacer de la contrarreforma el tema de campaña de Morena, de cara a las elecciones de junio. La realidad es que los números no les daban en el Congreso para aprobar una modificación constitucional.

SEA COMO SEA, la movilización de la sociedad civil fue fundamental para que AMLO se echara para atrás. Organismos ecologistas, círculos académicos, agrupaciones empresariales y ciudadanos por su cuenta, reaccionaron y alertaron sobre los graves efectos ambientales, energéticos y económicos que tendría la contrarreforma. Que alguien le pase un té de tila a Manuel Bartlett.

POR CIERTO que mientras la 4T construye una refinería y le apuesta al combustóleo para generar electricidad, empresas mexicanas como Bimbo y Cemex están dando pasos concretos hacia la sustentabilidad y la transición energética. La cementera, por ejemplo, acaba de anunciar una fuerte inversión para un desarrollo de energía solar. Y la empresa del osito anunció que reducirá en 50 por ciento sus emisiones netas para 2030, lo cual incluye que para 2025 todo su consumo eléctrico será de fuentes 100 por ciento renovables. La iniciativa de ambas compañías demuestra que México no es ajeno a esta crisis global y que en el cambio climático no existen otros datos.

DIFÍCILMENTE se puede ver el encarcelamiento de Emilio Lozoya como un triunfo de la lucha contra la corrupción. La realidad es que el ex director de Pemex no durmió en una celda por el buen trabajo de la FGR, sino por un berrinche presidencial.

EL ESCÁNDALO que se desató por las fotografías de Lozoya en el Hunan pegó fuerte en AMLO, quien de plano calificó la cena como una provocación. Y, ¡abracadabra!, por arte de magia el fiscal Alejandro Gertz Manero de pronto se dio cuenta de que Lozoya había convertido el criterio de oportunidad... en criterio de impunidad.

POR SI alguien tenía dudas, Claudia Sheinbaum ya aclaró que no anda en campaña. Lo dijo después de su road show por Guanajuato, Tlaxcala, Campeche, Guerrero, Baja California y Colima. Si la jefa de Gobierno no anda promoviéndose, ¡lo disimula muy bien!

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Lozoya, una cena muy cara

Bajo Reserva/EL UNIVERSAL

¿Cara? Carísima le costó la cena que en un sábado de octubre pasado tuvo el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya. Nos hacen ver que por 15 meses la Fiscalía General de la República consintió a don Emilio. Que nadie lo viera a su llegada a México, que no pisara la cárcel, esos y varios otros privilegios, le fueron extendidos a Lozoya —confeso de participar en un esquema de soborno y de haber recibido millones de dólares en cohechos por parte de la constructora brasileña Odebretch—, a cambio de que él entregara pruebas para llevar a la cárcel a sus superiores, específicamente el expresidente Enrique Peña Nieto, y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray. Sin embargo, aquella noche en el exclusivo restaurante Hunan, en las Lomas de Chapultepec, generó escándalo e indignación, al grado de que esa cena, calificada por el presidente Andrés Manuel López Obrador de “inmoral”, cambió la historia y Lozoya acabó por pagar el pato. La falta de cumplimiento de sus promesas de entregar evidencias y su exhibición en público, llevaron a Lozoya a que sus próximas cenas sean en el comedor de presos del Reclusorio Norte. Al menos, nos hacen ver, ahí la comida es gratis.

Ahora Ana Guevara quiere controlar el COM

Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), nos aseguran, realiza esfuerzos para colocar a alguien en la presidencia del Comité Olímpico Mexicano y con ello tener el control de todos los organismos deportivos nacionales. Ya lo logró en la Confederación Deportiva Mexicana donde impuso a Francisco Cabezas y ahora va por el COM, buscando imponer en ese cargo a Norma Olivia González Guerrero, actual directora del Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte, órgano que otorga el registro a las federaciones deportivas, sin el cual éstas no pueden acceder a ningún apoyo gubernamental. La planilla oficial se enfrenta a la candidatura independiente de la clavadista olímpica Mary José Alcalá, quien tiene apoyo mayoritario entre las federaciones deportivas. Nos dicen que en su intento por hacerse del COM, doña Ana ha echado mano de todo, desde amenazar a las federaciones con quitarles recursos si no votan por la señora González, hasta intentar cambiar las reglas del proceso electivo o pretender involucrar al Congreso para intentar frenar a Alcalá. La elección es el próximo 11 de noviembre, habrá que ver si la velocista se logra sumar ese triunfo a su palmarés.

Acuerdan cooperación entre la Corte y los EU

Ayer, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, estuvo de visita por el Centro Histórico de la Ciudad, y en el centro del poder del país. Se reunió por separado con los titulares de los poderes Ejecutivo y Judicial. En el caso del encuentro con el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro Arturo Zaldívar, nos comentan que el encuentro resultó muy provechoso para ambos países pues coincidieron en que viene un tiempo de gran entendimiento y cooperación entre el Poder Judicial de la Federación y el gobierno de los Estados Unidos en temas como el de los retos en materia del sistema de justicia penal acusatorio y la implementación de la reforma laboral, entre otros.

Perdón presidencial

Quien ayer estaba feliz, feliz, feliz y lo que le sigue fue Gabriel García Hernández, exjefe de los superdelegados y servidores de la nación, al ser ratificado por el presidente Andrés Manuel López Obrador como el encargado de llevar a buen puerto el proyecto Agua Saludable para La Laguna. Fue muy notoria la sonrisa que le provocó a don Gabriel que el presidente López Obrador lo llamara a su oficina de Palacio Nacional y lo sacara del congelador al que lo mandó para encargarle una tarea. Aunque el encargo no tiene nada que ver con aquel inmenso poder que García amasó en Presidencia, al menos ya obtuvo el perdón presidencial.

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Estrictamente Personal

Las consecuencias del Hunan/Raymundo Riva Palacio

El Financiero, noviembre 04, 2021 ;

Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador regañó al fiscal general, Alejandro Gertz Manero, al ser pillado el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, cenando en un restaurante de lujo, dejando en ridículo al gobierno, las cosas cambiaron para todos. Gertz Manero fue varias veces a Palacio Nacional para hablar con el Presidente y el coordinador de consejeros, Lázaro Cárdenas, y un grupo militar empezó a vigilar a Lozoya para evitar que se fugara. Este miércoles, como colofón, los fiscales pidieron la prisión preventiva justificada, desvaneciendo el halo de impunidad vigente, y la Guardia Nacional, no la Policía Federal Ministerial, lo detuvo.

Los privilegios cesaron, por ahora, y no era para menos. Los regaños del Presidente, pese a respaldar públicamente a Gertz Manero, hicieron temer entre los colaboradores que estaba en el umbral de la remoción. Su cambio no se llegó a discutir en Palacio Nacional, pero en la Fiscalía General tenían claro que tenían que salvar cara y debían mostrar que la cena, como apuntó Denise Maerker en el programa Tercer Grado, tuvo consecuencias.

Las vimos. El juez Artemio Zúñiga, que tiene una relación muy estrecha con los fiscales que llevan el caso Lozoya e incluso les corrige los borradores de los documentos que le van a enviar para evitar errores, obligó al exdirector de Pemex a comparecer de manera presencial. En sincronía, la Fiscalía General no pidió autorización para que pudiera entrar al Reclusorio Norte en su automóvil, por lo que se tuvo que bajar en la calle y caminar en medio de un enjambre de periodistas.

La Fiscalía General, que trabaja de manera coordinada con la defensa de Lozoya, sabía desde la semana pasada que iba a solicitar una prórroga para la entrega de evidencias, y el exfuncionario estaba en el entendido de que no pisaría la cárcel. Pero Gertz Manero y Juan Ramos, subprocurador especializado en Investigación de Delitos Federales, cabeza del caso Lozoya, le aplicaron lo mismo que le hicieron al exsenador Jorge Lavalle, otro imputado falsamente por el exdirector de Pemex, que no había de qué preocuparse porque era una audiencia para ampliar el plazo. La defensa de Lozoya fue engañada. Confió en el fiscal y su principal colaborador, sin saber que, por primera vez en 16 meses, no iban a estar del mismo lado, sino que habían saltado la verja.

La comparecencia comenzó de acuerdo al libreto acordado. La defensa del delincuente confeso de haber recibido sobornos de Odebrecht pidió una prórroga de 60 días porque no había recibido respuesta de la fiscalía brasileña, a la que le pidió si el exdirector de Odebrecht para México, Luis de Meneses Weyll, había ratificado o no su declaración donde afirma que los únicos sobornos que dio la constructora en México fueron para Lozoya. El juez le dio la prórroga, pero por 30 días.

Después de eso, en el principio de lo inesperado para Lozoya, los fiscales le pidieron al juez imponerle la prisión preventiva justificada por considerar que podía fugarse. Dijeron que la cena en el restaurante mostró que tenía las redes de apoyo que pudieran ayudarlo a fugarse de México, y que disponía de 2 millones de euros en una cuenta en Liechtenstein, que por razones desconocidas no ha sido congelada, con lo que podía financiarlo. Los argumentos eran baladíes, y parecían una burla a los mexicanos, incluido el propio presidente López Obrador, a quien Gertz Manero le hizo creer que Lozoya era la llave para mostrar la corrupción del pasado.

La cena en el restaurante Hunan no había sido la primera con sus amigas y amigos influyentes en el mundo empresarial, aunque sí fue donde lo atraparon en flagrancia. El dinero de las redes empresariales que había tejido, o sus multimillonarios patrocinadores rusos que lo protegieron en Rusia y España, le han permitido moverse en todo el gran Valle de México, mantener su relación con la novia rusa que le plantaron y tener a su disposición, si quisiera, los recursos para fugarse de México. No había sido algo que pensara necesario, por la negociación con Gertz Manero, pero tras la cena, hoy se ve, cambió la ecuación. Emilio Lozoya Thalman, su padre y cabeza de la defensa, no lo creía, pese a que su relación con Ramos se agrió, y actuaba como si el pacto con el fiscal mantuviera sus términos.

En la audiencia, los argumentos que adicionalmente esgrimieron los fiscales ante el juez también fueron mentirosos. Dijeron que carecía de arraigo porque su esposa alemana e hijos están en Alemania, y que su familia política, que es multimillonaria, podría resguardarlo. La familia política, lo sabe Gertz Manero, no quiere saber nada de Lozoya, y su esposa inició el proceso de divorcio y tiene la custodia de sus hijos. Esto no era un engaño al juez, sino a la opinión pública.

Los fiscales explicaron que, ante la exigencia de una reparación de daño por más de 7 millones de dólares, que Pemex había exigido como prerrequisito para que la Fiscalía General le otorgara el criterio de oportunidad, Lozoya no negoció, lo que es falso. Lozoya quería repararlo con dos propiedades, en Lomas de Bezares, en la Ciudad de México, y en Ixtapa Zihuatanejo, pero el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, las rechazó por insuficientes.

El fiscal Manuel Granados Quiroz le dijo al juez que la actitud de Lozoya había sido “evasiva” y “grosera”, alargando el proceso de manera “injustificada”. Otra mentira. El caso se ha alargado porque Lozoya no ha probado nada de lo que denunció, ni entregó las evidencias que prometió. La cena en el Hunan le redujo espacio de maniobra a Gertz Manero y a Ramos, y se quedaron sin tiempo para seguir maquillando, manipulando o inventando imputaciones.

Al final, todo estaba reducido este miércoles a la sobrevivencia del fiscal y su colaborador, o a la libertad de Lozoya. Eso fue lo más importante, la reputación de Gertz Manero y Ramos, no la verdad.

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Coordenadas

¿Fue demasiado tarde la aprehensión de Lozoya?/Enrique Quintana

Coordenadas

El Financiero, noviembre 04, 2021 |;

Una de las banderas, quizá la más importante, que dio a López Obrador el triunfo en las elecciones de 2018, fue su denuncia de la corrupción.

A lo largo de la primera mitad de su mandato, su gran trofeo fue la aprehensión de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex.

Aunque el caso contra Lozoya en realidad venía desde el sexenio anterior, la imagen pública fue que López Obrador era quien lo estaba persiguiendo.

El caso de Rosario Robles ha aparecido en la opinión pública más bien como una venganza política y no tanto como un combate a la corrupción.

El caso Lozoya, sin embargo, se fue desgastando a través del tiempo.

Lozoya fue aprehendido en España el 12 de febrero de 2020. Fue extraditado a México el 17 de julio de ese mismo año.

En la negociación de la extradición se pretendió que Lozoya se convirtiera en la ‘llave maestra’ para involucrar en casos de corrupción a múltiples personajes de la administración anterior empezando con el propio presidente de la República.

De esta manera, el 11 de agosto de 2020 Lozoya presentó una denuncia en la cual señalaba cómo la aprobación de la reforma energética involucró toda una serie de sobornos.

Parecía desatar un gran escándalo, de proporciones sísmicas.

Con dichas revelaciones, Lozoya negoció su condición de testigo colaborador con la Fiscalía General de la República (FGR), lo que le permitió evitar la prisión aun cuando fuera un delincuente confeso.

El pasado sábado 9 de octubre, la periodista Lourdes Mendoza, colaboradora de esta casa editorial, quien a su vez había presentado una denuncia contra Lozoya por difamación, captó al exdirector de Pemex en una comida en el restaurante Hunan de las Lomas y difundió su imagen en redes sociales.

Ese cuadro echó por tierra la imagen de que esta administración combatía la corrupción.

De acuerdo con la encuesta de El Financiero publicada el día de hoy, pero levantada antes de que Lozoya fuera aprendido ayer, 37 por ciento tuvo una opinión favorable a las políticas de AMLO contra el combate a la corrupción, pero 49 por ciento tuvo una opinión desfavorable.

A partir del día de ayer Lozoya quedó preso tras la consideración del juez respecto a que podría tener recursos para poder huir de la justicia.

¿Logrará este hecho rehabilitar la imagen de la FGR y del combate a la corrupción?

Lo dudo.

Me parece que la imagen que va a quedar es que se le aprehendió tras haber ridiculizado a la FGR al ser exhibido en la referida comida.

El presidente López Obrador sabe que va a ser complicado cambiar las percepciones. Sin embargo, iba a ser todavía más complicado el modificarlas con Lozoya en libertad.

Respecto a su denuncia, el juez dio al exdirector de Pemex otro mes para presentar evidencias que soporten sus denuncias. Parece altamente improbable que, tras tantos meses que no ha logrado sustentarlas, ahora sí lo haga.

Todo indica que se caerá también el intento de convertirlo en ‘la llave’ para involucrar a una buena cantidad de funcionarios en el escándalo.

Por esa razón, no va a ser fácil para López Obrador el reivindicar la eficiencia de su pretendido combate a la corrupción, pues no hay ningún otro caso suficientemente relevante como para ser emblemático.

El próximo martes, AMLO viajará a Nueva York y hablará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en un discurso en el que reivindicará el combate a la corrupción.

Era inimaginable que lo hiciera con Lozoya libre. Y de cualquier forma, va a ser muy difícil que tenga impacto cuando el saldo que puede presentar en esta materia tras tres años de gobierno, resulta tan pobre.

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La Feria

Lozoya, en la hora cero/Salvador Camarena

El Financiero, noviembre 04, 2021 ;

Emilio Lozoya Austin se ha convertido en el símbolo de la corrupción del sexenio de Enrique Peña Nieto, que ya es mucho decir.

Javier y César Duarte o Roberto Borge, gobernadores de excesos, escándalos y desfalcos, eran compañeros de andanzas de EPN, pero su destrampe –que contemporanizó con el sexenio peñista en el que se fugaron para luego ser detenidos– empezó antes de 2012.

Se puede decir que Lozoya, en cambio, desembarcó en México luego de residencias en el extranjero para, fundamentalmente, integrarse al equipo de Peña Nieto; primero en la campaña presidencial, luego como parte de su transición y, finalmente, como director de Petróleos Mexicanos.

Mas tuvo una carrera corta en el servicio público: en febrero de 2016 deja la dirección de Pemex por choques con el poderoso Luis Videgaray, no por la corrupción de Odebrecht, caso que se conocería meses después, por el acuerdo de la empresa brasileña con autoridades estadounidenses, revelado en diciembre de ese año.

En poco tiempo Emilio pasaría de exfuncionario sin cartera, consentido por apenas unos cuantos peñistas, entre ellos el influyente peñista Aurelio Nuño, a ser un peso muerto.

Fue cuestión de meses para que comenzaran a publicarse los detalles de la corrupción de Odebrecht en México. Entre otros, reporteros de Quinto Elemento, primero, y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), después, aportaron detalles sobre los sobornos brasileños en suelo mexicano. El destino de Lozoya estaba echado, pero él se defendió con el guion clásico de estos casos: es mentira, todo es una campaña (en corto llegó a decir que incluso consideraría demandar a periodistas que lo señalaban) y, como los Duarte y Borge, finalmente huyó al extranjero.

Hace año y medio fue detenido en Málaga, España. Negoció su repatriación y nunca, hasta ayer, había pisado un juzgado, ya no digamos la cárcel.

La Fiscalía General de la República le otorgó toda clase de beneficios –al punto de que hubo quien llegó a pensar que quizá ni estaba en México, pues hasta las audiencias tapiaron– a cambio de una declaración que ayudara a las autoridades a emprenderla contra Peña Nieto, Videgaray y prominentes panistas.

La narración que aportó Lozoya tiene indicios claros de corrupción –pagos a asesores extranjeros en la campaña del mexiquense–, pero también tintes de venganza política al gusto de Andrés Manuel López Obrador.

Una periodista incluida en la denuncia, Lourdes Mendoza, rechazó las imputaciones del exdirector de Pemex, contraatacó judicialmente y se ha convertido en artífice del encarcelamiento de Lozoya: las fotografías que publicó de éste en el restaurante Hunan se le atragantaron a una FGR que no ha podido probar ni una de las imputaciones de su consentido. Ayer vimos el fin de ese capítulo: la Fiscalía pidió prisión para su testigo de lujo.

Para más INRI de Emilio, los colegas de Quinto Elemento publicaron la semana pasada una contabilidad secreta de Odebrecht por 9 millones de dólares en sobornos en nuestro país, distintos a los 10 millones reconocidos en 2016. Algunos de esos pagos ya habían sido revelados por Raúl Olmos en MCCI, pero los nuevos detalles antes que servir de coartada a Lozoya –”no fui el único”– lo hunden más: Odebrecht, que le pagó por servicios ‘del pasado’, estará en el ojo del huracán.

¿Qué sigue? La Fiscalía usará la prisión para apretar más a Lozoya, no para corregir una averiguación que parecía destinada a satisfacer a AMLO antes que a procurar justicia.

En ese mismo sentido, y aprovechando el momento de popularidad que gozará por encarcelar a Emilio, Alejandro Gertz Manero podría emprender una serie de coletazos judiciales, más para ganar aplausos y encontentar a su jefe, que para probar la corrupción. Cada quien su juego. El del fiscal es quitarse de encima presión, no procurar justicia.

En esta hora cero de Emilio Lozoya lo que parece más sólido es su dicho sobre los pagos a asesores extranjeros de la campaña de Peña Nieto, que podría probar con el registro de las transferencias electrónicas.

Si eso se comprueba ante un juez, entonces la presidencia del mexiquense es resultado de una campaña espuria, con pagos exorbitantes e ilegales. Y entonces sí, debieran ser llamados a declarar Peña Nieto y Videgaray, para empezar. Pero al jalar ese hilo es imposible no hacer lo propio con otros pagos de Odebrecht en México, como los que hizo hace década y media al gobierno –es un decir– del hoy neomorenista Leonel Godoy, en Michoacán.

En pocas palabras, demasiados saldrían salpicados si la FGR se toma en serio la labor de investigar esos sobornos.

A nadie del peñismo le conviene que Lozoya hable. Él creyó que eso era su ventaja. Hoy es su gran debilidad: muchos querrán que él sea el único símbolo de la corrupción de ese sexenio. El fiscal se debe estar frotando las manos.

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EL ASALTO A LA RAZÓN

Por qué tan feliz Mario Delgado(/CARLOS MARÍN

Milenio,

Contento porque el Tribunal Electoral resolvió que la pepena de firmas para la consulta de revocación de mandato sea también en papel y no solo en aplicaciones electrónicas, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, celebró:

“Triunfó el derecho de participación del pueblo” porque aquella instancia del Poder Judicial “le corrigió la plana al INE (…) Los derechos son para todos, sin excluir a nadie”.

Astuto, omitió que el fallo incluye que López Obrador viola la ley si continúa, como pese a la advertencia lo hizo ayer, promoviendo la consulta.

El Presidente hablaba de los borradores de unos discursos cuando, sin que se le preguntara, soltó:

“También aprovecho, porque creo que lo puedo hacer, no lo van a prohibir, pero hay que participar en la revocación del mandato. Todo el pueblo. ¿Sí puedo decirlo? Sí. ¿No puedo…? Que todos participemos en la revocación del mandato, es sí o no, sí o no. Sí, que continúe el presidente; no, que renuncie. Y que todos participemos porque los conservadores son demócratas cuando les conviene (…) Es un buen ejercicio porque no sólo es aplicarlo ahora en marzo, sino ya quedó establecido en la Constitución, hacia adelante se va a tener que estar aplicando cada tres años, se le va a preguntar al pueblo, que es el soberano, que es el que manda: ‘¿Quieres que continúe el presidente o que renuncie?’. Eso permite que el pueblo tenga siempre las riendas del poder en sus manos (y) el derecho de cambiar la forma de su gobierno (…). Si consideran que hay muchísima corrupción (…), ¿para qué aguantar un presidente corrupto? Para fuera, a Palenque...”.

La prohibición es de un tribunal constitucional cuyas decisiones no admiten apelación (ni ante la Suprema Corte de Justicia). Desacatar constituye un delito, pero es inimaginable que al Presidente lo vayan a “castigar”.

En realidad, de no ser que López Obrador publicite la consulta, conseguir casi tres millones de firmas que avalen la solicitud (dos millones 758 mil 227 exactamente) será muy dificultoso y mucho más improbable animar al 40 por ciento de los electores (37 millones 439 mil 23 ciudadanos del total de 93 millones 597 mil 559 de la lista nominal del INE) a que acuda a las mesas de votación (57 mil 124 se instalarán en todo el país y que serán operadas por algo menos de 300 mil funcionarios).

Atarantado por sus disputas internas y precipitados acomodos con miras a la sucesión presidencial, el partido de AMLO poco entusiasma “al pueblo” para participar en una consulta que paradójicamente y por mandato de ley, se diseñó para opinar si el mandatario debe o no ser separado (constitucionalmente no puede “renunciar”) del cargo y no, como tramposamente se propala, para ratificarlo.

Lo contento que se ve a Delgado no es por las firmas en papel cuyo cotejo por el INE pone en riesgo la fecha prevista del 27 de marzo, sino porque bien sabe que la prohibición judicial a que AMLO promueva la consulta es una simple llamada a misa.

cmarin@milenio.com

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 Lozoya: la peor derrota del discurso presidencial/Carlos Loret de Mola

Es el gobierno dando marcha atrás, es el gobierno aceptando que no hay pruebas de lo que dijo Lozoya. Y lo que dijo ha sido columna vertebral del discurso de AMLO

El Universal, 

Cuando hace unas semanas, una fuente me dijo que la FGR se disponía a quitarle la condición de “testigo protegido” a Emilio Lozoya para meterlo a la cárcel, no lo creí. Le dije que eso sería una derrota brutal del presidente López Obrador: su combate a la corrupción sólo tiene ese caso y su contra-reforma energética está basada en los dichos de Lozoya.

Pues eso que no creí, sucedió ayer. La peor derrota del discurso presidencial en lo que va del sexenio: La FGR pidió al juez que retirara a Lozoya el privilegio del “criterio de oportunidad” (testigo protegido) que le permitía no estar en la cárcel, y que lo enviara a prisión ante el peligro de fuga. La FGR fue secundada por la UIF y por Pemex.

Es el gobierno dando marcha atrás, es el gobierno aceptando que no hay pruebas de lo que dijo Lozoya. Y lo que dijo ha sido columna vertebral del discurso del presidente López Obrador. Se le acabó el show. Se esfumó su cortina de humo favorita:

1.- Emilio Lozoya Austin fue extraditado de España a México en el momento de más baja popularidad del Presidente. Tras sus desastrosos manejos de las protestas de las mujeres y del inicio de la pandemia, la popularidad de López Obrador venía en grave picada. Los peores registros del sexenio. En ese momento, activó el tema Lozoya para recordarle al pueblo lo malo y corrupto que era el gobierno anterior, y así tapar lo malo y corrupto que es el gobierno actual. La estrategia funcionó: repuntó la popularidad del Presidente.

2.- Emilio Lozoya Austin fue dejado en libertad a cambio de declarar lo que el Presidente quería que dijera. La redacción de la confesión del ex director general de Pemex —acusaciones, montos, nombres— fueron negociadas entre Lozoya padre y el fiscal Gertz Manero. No importaba si era verdad o mentira. Tampoco si había pruebas o no. Lo que quería el presidente López Obrador —director de esta patética orquesta— era tener parque para disparar contra sus adversarios. Los tejemanejes en la declaración de Lozoya fueron de tal magnitud que motivaron un rompimiento con el que era su abogado, Javier Coello Trejo, quien no estuvo de acuerdo.

3.- Se dejó correr la idea de que Lozoya tenía 18 horas de videos. Que aparecían los más encumbrados políticos del “PRIAN” recibiendo dinero en efectivo. No hubo tales. El único video del caso muestra a un par de operadores políticos panistas de medio pelo recibiendo maletas de cash. ¿Cuándo se difundió ese video? Justo cuando el presidente AMLO supo que saldría a la luz el video de su hermano Pío López Obrador recibiendo dinero en efectivo clandestinamente.

4.- El caso Lozoya ha servido para desviar la atención del debate de fondo sobre la contra-reforma energética del Presidente. Quiere quedarse con todo, acaparar todo, a costa de que suban las tarifas, hayan más apagones y se contamine más. Quiere dinero para hacer política y lo quiere sacar de la CFE, con Bartlett a la cabeza. Para esconder eso, ha usado las declaraciones de Lozoya para argumentar que la reforma energética se negoció corruptamente, por lo que había que desmantelarla. Esa acusación se cayó ayer. Y al Presidente se le desmoronó el discurso.

 historiasreportero@gmail.com

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 Lozoya pisa la cárcel: el fin del pacto de impunidad/Salvador García Soto

El Universal

Una imagen que tardó un año y cinco meses en llegar: Emilio Lozoya Austin, detenido por miembros de la Guardia Nacional, ingresó a la prisión del Reclusorio Norte, luego de que el juez federal le dictara la prisión preventiva oficiosa por riesgo de fuga. 17 meses después de haberlo protegido y privilegiado como su testigo colaborador, la Fiscalía General de la República, en un giro sorpresivo y radical, le retiró el criterio de oportunidad a Lozoya y le pidió al juez modificar la medida cautelar para que se quedara en la cárcel, entre otras razones, por su “provocación” de haber cenado en un restaurante de lujo y no haber mostrado ningún interés en reparar el daño por 7.3 millones de dólares causado al erario federal.   

El Lozoya que ayer llegó temprano al Juzgado, en medio de una nube de reporteros y cámaras que lo acosaban y le cerraban el paso, era muy distinto al que el pasado 10 de octubre cenaba Pato a la Pekín en un restaurante de Las Lomas totalmente relajado y con una risa cínica que le costó muy cara. Esa cena fue mencionada por el representante de la UIF en la audiencia, Antonio López, y por el fiscal del caso Manuel Granados, como el principal elemento para presumir una “conducta inapropiada y una provocación” del exdirector de Pemex, además de una muestra de que, al cenar con sus amigos empresarios, tenía una red de personas pudientes que podían ayudarlo a escapar.

 Cuando salió esposado del juzgado para ser fichado, consignado e internado en el reclusorio, como cualquier presunto delincuente acusado de delitos graves, era evidente que los días del Lozoya que vivió como príncipe durante el gobierno de Peña Nieto, que aún en su fuga de la justicia se dio vida de rico entre Alemania, Rusia y Málaga, y que con un misterioso y millonario acuerdo con la FGR, negociado por los abogados del despacho del juez Baltasar Garzón en España, había conseguido regresar extraditado a México con todos los privilegios: nunca pisar la cárcel, seguir su proceso en libertad y solo con un brazalete electrónico y acogerse al criterio de oportunidad, habían terminado.

 El pacto de impunidad que existió por casi año y medio entre la FGR y el principal involucrado en la corrupción de Odebrecht del sexenio peñista, se hizo ayer añicos. Enojados luego de que el juez Artemio Zúñiga le diera una nueva prórroga de un mes a Lozoya, el fiscal y el representante de la UIF tronaron contra el que fuera “testigo consentido” de la Fiscalía. “Es sabido que se encontraba en un restaurante, no se ajusta al comportamiento de una persona sujeta a proceso penal y, si bien no tiene un impedimento, su presencia en el restaurante es una provocación a las instituciones públicas”, dijo Antonio López, mientras el fiscal Manuel Granados remató: “Su actitud ha sido evasiva, grosera (...) no ha manifestado su intención de reparar el daño y no es posible en esas condiciones un criterio de oportunidad, al no reparar el daño, sólo ha logrado que el proceso se haya alargado de manera injustificada, por eso es que estamos ante una necesidad de cautela muy elevada”.

 Desde ese momento Emilio Lozoya se había quedado solo y sin la protección que por 17 meses le dispensó la FGR. Sus abogados, Miguel Ontiveros y Alejandro Rojas intentaron distintas maniobras y hasta ofrecieron vender propiedades para reparar el daño de 7.3 mdd, pero el juez Zúñiga fue implacable en su fallo: Lozoya Austin merecía desde la primera audiencia del 28 de agosto de 2020 la prisión justificada; hoy por la penalidad de 12 a 35 años por los delitos de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho, y por las redes familiares que tiene dentro y fuera del país, generan la posibilidad de que pueda evadirse de la justicia.

 Antes de que el juez lo mandara a prisión, cuando ya era un hecho que no volvería a salir ni a comer en los restaurantes de lujo que tanto le gustan, Emilio Lozoya pidió al juez que le diera la palabra y con voz grave y apesadumbrada dijo: "Yo no me fugué. Yo vine un 1 de mayo de 2019 y tuve reuniones con altos funcionarios del Gobierno de México y me regresé a trabajar como financiero internacional. Cuando sacaron la orden de aprehensión yo nunca me evadí de la justicia… Cuando se ejecutó la orden de aprehensión yo ya tenía la plena intención (de colaborar con las autoridades). Ya estábamos en diálogos con la FGR”, argumentó un Lozoya que se dijo “víctima de una persecución en la opinión pública” y negó haber recibido un trato privilegiado de la Fiscalía porque su madre Gilda Austin estuvo presa en Alemania y lleva 2 años en prisión domiciliaria.

 El Lozoya que hablaba desde el estrado judicial ya había empezado la metamorfosis de aquel funcionario poderoso, altivo y soberbio que dirigía Pemex y gustaba de lujos, excesos y mujeres extranjeras. Conforme decía que era víctima de un “asesinato por carácter” y aseguraba que “nunca me van a encontrar un solo ingreso ilegal ni antes ni después de que fuera servidor público”, Emilio ya no miraba a todos hacia abajo como siempre lo hizo. Y para cuando insistía en que “hay muchos intereses que no quieren que se sepa la verdad” sobre los sobornos que recibió y repartió, y que él sólo fue un “instrumento de un aparato de Estado organizado”, ya lo esperaban los integrantes de la Guardia Nacional con las esposas para conducirlo a la celda en la que pasó ayer su primera noche.

 Ayer por la tarde sus abogados emitieron un comunicado donde dicen que “mantiene su firme colaboración con la FGR” para seguir buscando el criterio de oportunidad que solicitó cuando lo trajeron de España en junio de 2020. Pero era claro que para la Fiscalía ese criterio de oportunidad ya no tiene interés y que, a juzgar por lo dicho por el fiscal Granados en la audiencia, la instrucción de su jefe, el fiscal general Alejandro Gertz Manero fue romper cualquier trato con Lozoya y pedirle al juez que lo mandara a la cárcel para continuar con su proceso bajo prisión justificada.

 Está claro que ayer Gertz Manero lanzó un “¡ya basta!” ante las duras críticas que le costó la imagen de Lozoya cenando en aquel restaurante y que el regaño presidencial que recibió por aquellos días el fiscal surtió su efecto. Se acabó el pacto de impunidad, Emilio Lozoya difícilmente saldrá de la cárcel, al menos en lo que resta de este sexenio. No habrá más Pato a la Pekín ni trajes de diseñador para el exdirector de Pemex.

 NOTAS INDISCRETAS… El restaurante San Ángel Inn, en San Ángel, se convirtió ayer en una especie de sala alterna del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En una misma mesa estaban cinco ministros en funciones: Luis María Aguilar, Yasmín Esquivel, Fernando Franco, Javier Laynez y Alberto Pérez Dayán.  La comida, según comentaron los propios ministros, era para despedir al ministro Franco cuyo ministerio termina este mes de noviembre tras 15 años de ocupar el máximo cargo del Poder Judicial Federal. “Es una comida de amigos, una despedida para un compañero y un ministro ejemplar”, comentó una de las ministras asistentes. Un comensal que se acercó a saludar a los juzgadores les comentó en tono de broma: “Aquí está el pleno de la Corte, con votos para sacar cualquier asunto”, a lo que el ministro Franco respondió: “Si supiera lo difícil que es conseguir un solo voto en la Corte”. A los ministros se les veía contentos en la comida de despedida… Y a solo unas mesas de distancia, en el mismo patio de la antigua hacienda, estaba otro exministro de la Corte, José Ramón Cossío, quien comía con Diego Fernández de Cevallos. Por supuesto Cossío saludó a varios de los que fueron sus compañeros en la Corte y luego siguió en animada plática en su mesa con Diego, a quien por estos días Manuel Bartlett acusó de ser parte del “amasiato entre Carlos Salinas y el PAN” al recordar su papel en aquel polémico Colegio Electoral de 1988 en San Lázaro, donde Fernández de Cevallos, entonces diputado federal, propuso quemar las boletas de la elección presidencial de aquel año, en un intento por borrar cualquier evidencia del fraude llamado “la Caída del sistema” que, aunque hoy no se acuerde y tenga Alzheimer, quien sabe si por su edad o por conveniencia política, ejecutó el ahora redimido morenista Manuel Bartlett… Hablando de morenistas, el ex gobernador de Baja California Jaime Bonilla no irá a ninguna posición del gabinete y regresará a su cargo en el Senado, al menos eso es lo que dice un alto funcionario de la Presidencia… Y a propósito de ex gobernadores, al sinaloense Quirino Ordaz la decisión del Consejo Político del PRI, de negarle la licencia temporal que solicitó a su militancia priista, le hizo lo que el viento a Juárez. En realidad,  Quirino quiso correrle una cortesía política a su partido, pero no necesitaba para nada licencia alguna para aceptar el cargo de Embajador de México en España que le ofreció el presidente López Obrador. “Se ve que Alejandro Moreno desahogó sus frustraciones y volvió a mostrar su protagonismo enfermizo al ordenarle a los consejeros que votaran en contra de la licencia. Confunde la cortesía política con grosería y falta de seriedad”, nos dijo un cercano excolaborador del sinaloense, cuya propuesta como embajador ya está en el Senado y sólo espera la votación respectiva para ir a España a solicitar la aceptación de sus cartas credenciales. Sin duda parece un berrinche del dirigente priista que domina el Consejo Político Nacional el negarle la licencia a Ordaz Coppel, como si eso fuera a cambiar en algo su decisión de integrarse al cargo diplomático que le ofrecieron en la 4T… Por cierto, este sábado tendrá lugar una boda muy política. Dos personajes de primer nivel, uno de la 4T y la otra del INE, contraerán nupcias en una antigua hacienda ubicada en la frontera sur; se trata de Santiago Nieto, director de la UIF, y de la consejera electoral Carla Humphrey, quienes se darán el sí después de varios meses de relación que ambos personajes han hecho pública incluso en los medios de comunicación. Sera interesante ver quiénes asisten a la boda, a la que están convocados políticos de la 4T, funcionarios y varios personajes de la sociedad. ¡Felicidades... y que vivan los novios!... Los dados mandan escalera, bueno el tiro. 

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Hilos del narco en la CDMX/Héctor De Mauleón

Avionetas del CJNG lanzaron folletos en los que ofrecía una recompensa de 5 millones a quien lo entregara vivo o muerto

El Universal

El lunes fue detenido en la colonia Nápoles de la ciudad de México un sujeto identificado como José Pineda Pineda.

José Pineda Pineda es uno de los nombres que usa Rodolfo Maldonado Bustos, a quien apodan “Don José”: uno de los líderes criminales más sanguinarios de la Tierra Caliente, y quien —aliado a la Familia Michoacana— ha emprendido una guerra prácticamente de exterminio en contra de sus rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación.

El costo de ese enfrentamiento ha sido documentado desde hace varios años: pueblos vacíos, gente desaparecida, cadáveres desmembrados y metidos en bolsas, cuerpos abandonados en caminos y brechas, dantescos videos en los que las personas son desmembradas entre gritos de espanto y dolor. Solo en Michoacán, esa guerra dejó 500 muertos en solo tres meses de 2020.

Avionetas de Cártel Jalisco Nueva Generación lanzaron hace poco sobre pueblos de la Tierra Caliente cientos de folletos en que aparecía la foto de “Don José”, y en los que ofrecía una recompensa de 5 millones a quien lo entregara vivo o muerto.

El hombre que detuvieron agentes de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública fue identificado como José Pineda Pineda, pero sus rasgos no coincidían con los de la foto que el CJNG había lanzado desde el aire.

Cuando se filtró la noticia de su detención, no trató en propalarse la versión de que el detenido era en realidad Francisco Maldonado Bustos, alias Chico Maldonado, hermano de “Don José”.

Pero la filtración no tardó en precipitarse al vacío.

El José Pineda Pineda, detenido en Insurgentes y Montana con 153 bolsas de cocaína y un arma subametralladora AR9, es solo un homónimo del azote de la Tierra Caliente, en la zona limítrofe de Guerrero, Michoacán y el Estado de México.

Según personal de inteligencia Secretaría de Seguridad Ciudadana, la investigación que siguió a la captura de aquel individuo llevó a una realidad tan inquietante como la que se había presumido originalmente: que la Familia Michoacana estaba operando de manera abierta en la capital del país.

Porque los datos obtenidos por los agentes de la SSC indican que el nuevo José Pineda Pineda está vinculado en realidad con el enemigo mortal de “Don José”: nada menos que Alejandro Carranza Ramírez, a quien se apoda Chito Cano: el jefe regional del Cártel Jalisco en Michoacán, Guerrero y el Estado de México.

En mayo del año pasado ocurrió un enfrentamiento en Carácuaro, Michoacán. El reporte indicaba que en esa zona se había dado un tiroteo que había durado varias horas. La Familia Michoacana había perseguido a sicarios del Cártel Jalisco. Los sicarios se refugiaron en una casa y desde ahí enfrentaron a sus adversarios.

Cuando la policía llegó había cientos de casquillos regados, pero ningún cuerpo. Solo había una mano izquierda que había quedado tirada en el sitio del tiroteo.

Al día siguiente fueron hallados los cuerpos de 12 sicarios del CJNG. Aparecieron en una brecha, apilados en la batea de una camioneta.

Era la misma camioneta en la que habían sido sorprendidos por la Familia. A una de las víctimas le habían amputado las manos. Dejaron una de ellas al lado del cuerpo. La otra era que la policía encontró en Carácuaro.

Había una cartulina que decía: “Discúlpame Chito Cano. Se me olvidó tu regalo de día de las Madres pero hay (sic) te lo mando. Atte. La Familia Michoacana”.

La camioneta en donde aparecieron los cuerpos había sido robada en la Ciudad de México ocho meses antes de los sucesos.

Las autoridades sabían que células operativas tanto de la Familia Michoacana como del Cártel Jalisco se dedicaban al robo de camionetas en la capital del país para enviarlas como insumos a los “soldados” que se actúan en las zonas de guerra.

Según las fuentes de inteligencia de la SSC, en la red de vínculos del detenido en la colonia Nápoles figuran personajes del círculo de Chito Cano. Las autoridades involucran a Pineda no solo en actividades de narcomenudeo en Iztapalapa y el Estado de México: creen haber hallado el principio de uno de los hilos que surten de vehículos para los secuestros, los enfrentamientos y las ejecuciones al jefe regional del CJNG.

De un modo o de otro, brinca la presencia de estos grupos: de gente operando para ellos, permanentemente, en la capital. 

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Vuelco al caso Lozoya/JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA

Van de la Cosa Nostra a la cosa suya. Florestán

Milenio

Desde hace tiempo, una voz en Palacio Nacional insistía en que si Emilio Lozoya no aportaba las pruebas de sus acusaciones perdería el criterio de oportunidad y tendría que ir a la cárcel.

Pero otras voces también cercanas insistían que eran más importantes las acusaciones del ex director de Pemex contra personajes del pasado que el prurito legal.

Y así se la llevaron, cuando un pato laqueado se le cruzó en el camino la noche del sábado 9 de octubre y la periodista Lourdes Mendoza lo retrató cenando en el Hunan, lo que cambió el ánimo del presidente López Obrador.

Ayer, a menos de un mes del pato, al ser citado presencialmente por el juez José Artemio Zúñiga en el Centro de Justicia Federal del Reclusorio Norte, donde resolvería su petición de la sexta prórroga para presentar las pruebas de sus acusaciones, el fiscal federal determinó que no había cumplido con las circunstancias de la medida cautelar aceptada en octubre de 2020, entre ellas la reparación del daño, y que la había utilizado para retrasar el proceso en su contra.

Y así se consumó cuando la FGR, con el total apoyo de la UIF, pidió al juez, y éste concedió, la prisión preventiva justificada, por lo que Lozoya fue enviado directo del juzgado al interior del Reclusorio Norte para seguir, desde ahí, el proceso por cohecho, asociación delictuosa y lavado de dinero, lo que es un vuelco al caso.

Lo que no entendí fue el comunicado de sus abogados, anoche, diciendo que Lozoya mantenía una colaboración sólida y permanente con las instituciones de justicia penal y con la Presidencia de la República.

Y pregunto, ¿Cuál es la relación sólida de Lozoya con la Presidencia de la República y para qué?

Ojalá hoy la detallara López Obrador.

RETALES

1. VISITA. Ayer se confirmó que no había tal invitación del papa Francisco para recibir en audiencia privada al gobernador Samuel García de Nuevo León, como él anunció. García y su esposa participaron ayer a la audiencia de los miércoles en el aula Paulo VI, con otros 10 mil asistentes; 

2. CAMPAÑA. En política, y en la vida, cuando los hechos van por un lado y el discurso por otro, siempre ganan los primeros, los hechos. Es el caso de Claudia Sheinbaum quien en cuatro días estuvo en cuatro estados y en Colima declaró que México está preparado para tener a una presidenta, lo que es cierto, pero viniendo de ella, hoy la favorita, y con el circuito de campaña que niega estar haciendo, fue una autopromoción. Pueden, insisto, más los hechos que el discurso; y

3. CONSULTA. El Presidente dijo ayer que la consulta de revocación de mandato es sí o no: sí, se queda; no, se va. Pero no es así. La pregunta tiene dos opciones y los participantes tendrán que decidir por una: se va, u otra, se queda. No es un sí o un no. Pero así lo ve él.

lopezdoriga@milenio.com 

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DUDA RAZONABLE

Lo de Lozoya ilustra nuestra tragedia/CARLOS PUIG

Milenio

Si alguien en este país tenía alguna duda de cómo nuestro aparato de justicia tiene muy poco que ver con la justicia y todo que ver con la política y el poder en turno, ayer quedó confirmado para siempre.  

Vamos por partes.

En el sexenio pasado fue Raúl Cervantes, Procurador General de la República, a quien le tocó hacer la investigación de Odebrecht. De repente renunció —es un decir—, pero ese día dice: “la Procuraduría ha concluido las investigaciones respecto a uno de los mayores esquemas de corrupción internacional que en América Latina y en México se hayan visto. El complejo esquema para corromper funcionarios, obtener contratos públicos de manera indebida y luego tratar de esconder el dinero mal habido en paraísos fiscales puso a prueba nuestra determinación y a nuestras instituciones. Ya con ello, en los siguientes días, se harán las imputaciones correspondientes ante el Poder Judicial Federal”.  

Las imputaciones, con la PGR en manos de un hombre de confianza de Los Pinos, nunca se hicieron. Nada raro.

La nueva fiscalía resucitó la investigación y Emilio Lozoya, ex director de Pemex, salió corriendo. Lo agarraron pasándola bien en España y en la negociación resulta que Lozoya les iba a contar toda la corrupción de todo mundo de todos los partidos en todos los tiempos. Como el asunto es político ni le preguntan si tiene alguna prueba judicializable, lo regresan a su casa, tranquilo. Y escribe el documento prometido, acusando a decenas de malosos que él vio corromperse y —pobrecito— lo obligaron a corromperse a él. También da un video. Pruebas que sirvan, pues no muchas. Eso sí, se inician procesos contra dos… panistas.  

Enfiesta en su casa, come y cena en restaurantes hasta que un día Lourdes Mendoza, quien lo demandó y en ese proceso Lozoya había mentido que no podía salir de su casa, le toma una foto disfrutando en el Hunan.

Que conste, ir al Hunan no era ilegal, según lo que había aprobado el fiscal.

Y como todo es político, pues ahora la fiscalía se “acordó” que Lozoya tiene algunos millones de dólares guardados, que no les había entregado prueba alguna y que además come pato en público.

Y usted se puede hacer güey y comer edamames siendo muy corrupto, pero no afectándonos políticamente.

Lozoya a la cárcel. Sería de risa si no ilustrara nuestra mayor tragedia cotidiana: la ausencia de justicia.

@puigcarlos

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ZONA POLITEiA/César Velázquez Robles

¿Qué pasa cuando las transgresiones a la legalidad no se castigan?

Todo parece indicar que el gobierno, sus partidos: morena, PT y Verde; los poderes institucionales bajo su control, i.e., el legislativo y algunos organismos autónomos, tensarán todos sus íntimos resortes para sacar adelante la revocación de mandato, prevista para fines de marzo de 2022. Tienen que reunir alrededor de 2.8 millones de votos, que constituyen el tres por ciento del listado nominal de electores, unos 90 millones largos de ciudadanos. Como ya he dicho, la demanda de revocación de mandato es un derecho ciudadano que, en este caso, ha sido confiscado por el poder, que quiere convertirlo en ratificación de mandato, tal como se advierte en la boleta que habrán de recibir los ciudadanos. El poder se ha encargado de desnaturalizar este derecho, lastimando con ello la vida democrática, degradando nuestra convivencia y violentando el Estado de derecho. La Ley Federal de Revocación de Mandato establece claramente en su artículo 33 lo sigjiente:

 “Durante el tiempo que comprende el proceso de revocación de mandato, desde la emisión de la Convocatoria y hasta la conclusión de la jornada de votación, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación de toda propaganda gubernamental de cualquier orden de gobierno.

“Los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, sólo podrán difundir las campañas de información relativas a los servicios educativos y de salud o las necesarias para la protección civil.

“Queda prohibido el uso de recursos públicos para la recolección de firmas, así como con fines de promoción y propaganda relacionados con los procesos de revocación de mandato.”

Como ha ocurrido con otros ordenamientos, éste, por supuesto, también está siendo violado de manera sistemática por el presidente López Obrador. Le importan un soberano pito las restricciones que le impone la ley, se burla de las disposiciones de los tribunales, en este caso, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y actúa con toda impunidad, sabedor de que frente a sus transgresiones, en un país donde el presidencialismo es omnímodo, no hay poder legal capaz de aplicar penas y sanciones establecidas en la legislación.

El presidente llamó en su mañanera a participar en la consulta de revocación de mandato, a sabiendas de que estaba violentado la ley. Decidió jugar al tío Lolo, al preguntar a uno de sus colaboradores: “¿Sí puedo? ¿No puedo?, para a continuación expresar: “Que todos participemos en la revocación de mandado, es sí o no, sí o no; sí, que continúe el presidente; no, que renuncie, y que todos participemos porque los conservadores son demócratas cuando les conviene”.

Ciertamente, es una exageración de la ley establecer que los poderes institucionales, los organismos institucionales, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otra instancia de los tres órdenes de gobierno sobre podrán difundir propaganda relativa a servicios educativos, de salud o de protección civil, en un ambiente donde la política se vive con intensidad. Se impone una especie de camisa de fuerza a la opinión pública, a la opinión publicada, pero también a los partidos políticos y a figuras de la vida pública que participan en el debate. 

Los partidos de la oposición no aciertan a reaccionar. Están lejos de orientar a la ciudadanía, a sus electores, y a poner en movimiento sus estructuras y procesos. Están, en otras palabras, paralizados, incapaces de elaborar una estrategia común y compartida. En tanto, desde la tienda de en frente, ya están movilizados creando sus “comités de defensa de la revolución” para ganar su ratificación de mandato. No se entiende, en verdad, cómo es que podrán impedir que se prolongue por más de un sexenio la dominación lopezobradorista. Así están las cosas…

¿Tendrá que decretarse la desaparición de poderes en Mazatlán?

El zafarrancho que se ha armado en el ayuntamiento de Mazatlán es de pena ajena. Es el fracaso de la política como método para resolver las divergencias, acercar posiciones, y procesar las convergencias estratégicas que reclama la vida local. Nadie puede ni debe sentirse contento con el deplorable sainete que protagonizan el llamado “Químico” y los integrantes del cabildo miembros del Partido Sinaloense (PAS), que se sienten con todo el derecho y la legitimidad como para modelar un gobierno municipal a la altura de sus sueños y esperanzas. El presidente municipal, por su parte, que se siente tocado por Dios o hecho a mano, también se cree con la suficiente fuerza para designar un equipo de trabajo cuyo signo distintivo sea la lealtad a toda prueba. 

Unos y otros hicieron un aporte al triunfo. En consecuencia, partiendo de este reconocimiento, unos y otros deberían hacer un esfuerzo extraordinario para encontrar los puntos de coincidencia que les permita destrabar esta especie de “empate catastrófico”, en el que ninguna de las fuerzas es capaz de imponerse. Entiendo que entre los muchos problemas que ahí se condensan hay uno importante de cultura política: la intolerancia, la incapacidad del reconocimiento recíproco, la imposibilidad de escuchar las razones y argumentos entre los que no piensan igual; hay en las partes un evidente autoritarismo y un aire de superioridad política y moral, que se convierte en un obstáculo para llegar a acuerdos mínimos que le den estabilidad política y gobernabilidad al gobierno local.

El municipio, escuela de democracia, espacio en el que el ciudadano tiene su primer contacto con las autoridades, es también el espacio en el que produce una sobrecarga de la demanda social y material: infraestructuras viales, mobiliario urbano, servicios básicos de agua, luz, aseo y limpia, seguridad pública, etc., son exigencias de una ciudadanía que quiere calidad de vida y trato de ciudadanos a través de una adecuada provisión de bienes y servicios públicos. Sin embargo, las condiciones críticas de las haciendas locales, el estrangulamiento financiero y la incapacidad estructural para hacer frente a reclamos que rebasan sus capacidades para atenderlas, erosionan fuertemente su legitimidad: viven permanentemente en la inopia, su eficacia recaudatoria está muy por debajo de los niveles adecuados y en esas condiciones es prácticamente imposible establecer un modelo de autoridad coordinada donde los tres ámbitos de gobierno se articulen para garantizar la eficiencia y la eficacia de las políticas públicas en el espacio local. En su lugar, lo que impera es un modelo de autoridad subordinada que empobrece nuestro de por sí pobre federalismo. En Mazatlán, si no hay cooperación y corresponsabilidad entre los actores de la vida pública local, va a producirse un retroceso lamentable. ¿Será que el Congreso local se verá obligado a intervenir para decretar la desaparición de poderes? Ojalá no se tenga que llegar a esos extremos.

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Lozoya en la cárcel

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento

en REFORMA, 04 Nov. 2021;

"Sostengo que lo justo no es otra cosa 

que lo que conviene al más fuerte". Trasímaco

 Al final el costo político de mantener en libertad a Emilio Lozoya fue demasiado alto. El juez Artemio Zúñiga decidió decretarle prisión preventiva justificada ante la petición de la FGR por la posibilidad de que pudiera darse a la fuga. Lo que preocupa es la discrecionalidad con la que se ha pasado de la decisión de permitirle enfrentar su proceso en libertad a la de encarcelarlo.

La propia FGR argumentó que las condiciones habían cambiado, pero desde un punto de vista legal, no hubo nada nuevo, fuera del hecho de que Lozoya había sido captado cenando en un restaurante de lujo.

"Su comportamiento, es sabido, que se encontraba en un restaurante, no se ajusta al comportamiento de una persona sujeta a proceso penal, y si bien no tiene un impedimento, su presencia en el restaurante es una provocación a las instituciones públicas, porque ha sido interpretado por la ciudadanía que ciertas personas imputadas en casos sensibles pueden obtener unas medidas cautelares y otras no. Él tenía obligación de un comportamiento diverso al que ha venido reflejando", afirmó ayer Antonio López García, representante en la audiencia de la Unidad de Inteligencia Financiera.

La misma declaración ratifica que el imputado no hizo nada para violar las condiciones de su libertad: no trató de evadirse, no cometió ningún delito, pero el simple hecho de que fue visto en un restaurante generó una presión política que llevó a la FGR a cambiar su posición, a sostener que ahora sí se podía evadir, y al juez a darle la razón.

Es cierto. Los ciudadanos han entendido que el sistema de justicia en México da un trato distinto a unas personas y a otras imputadas en casos sensibles. La decisión de encarcelar a Lozoya no hace más que corroborarlo. El imputado que estaba en camino de convertirse en el testigo estelar de la Cuarta Transformación contra la corrupción de priistas y panistas no solo ha mentido en sus declaraciones, como públicamente lo ha demostrado Ricardo Anaya, sino que no ha entregado las pruebas que prometió para encarcelar a sus superiores y a Anaya. Lo que volvió la situación intolerable fue el hecho de que salió a cenar a un restaurante. No hay nada de ilegal en eso, pero las consecuencias políticas fueron intolerables para el gobierno y para la FGR.

Lozoya no representa hoy un mayor riesgo de fuga que antes. Su familia sigue viviendo en México, la cuenta de dos millones de euros que se le atribuye ya era conocida por la FGR. Pero Lozoya dejó de ser de utilidad política para el régimen y se convirtió en un pesado lastre. Era muy difícil contrastar la imagen de limpieza que quiere proyectar el régimen con las fotografías de Lozoya, un corrupto confeso, cenando en un restaurante de lujo.

Entiendo la decisión política de hacer que Lozoya enfrente su proceso legal en la cárcel. Por lo pronto otros detenidos, como Rosario Robles, no podrán ya argumentar que a ellos se les encarcela por ser incómodos mientras que Lozoya puede seguir viviendo una existencia a todo lujo.

A todos los mexicanos, sin embargo, nos debe preocupar la discrecionalidad con la que actúa nuestro sistema de justicia. Sin que hayan cambiado los elementos del caso, Lozoya ha pasado de ser un consentido colaborador de la FGR a un villano que merece prisión preventiva justificada. No deberíamos tener un sistema de justicia basado en las circunstancias políticas del momento. Necesitamos un sistema de leyes que se aplique de manera previsible.

· FALSO

Ana Elizabeth García Vilchis, la conductora de la sección "Quién es quién en las mentiras" de las mañaneras ha ofrecido una nueva perla de ignorancia al declarar que el estudio de corrupción del World Justice Project "No es falso, pero no es verdadero". ¿Alguien en el gobierno se dará cuenta del daño que le está haciendo a su causa?

@SergioSarmiento

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¡¡¡Al bote!!!/Guadalupe Loaeza

en REFORMA, 04 Nov. 2021

Inmediatamente después de que me enteré que un juez federal había ordenado encarcelar a Emilio Lozoya, ex director de Pemex, en el Reclusorio Norte al estimar que existía un alto riesgo de que pudiera darse a la fuga por la alta penalidad de los delitos que se le imputan, me di a la tarea de buscar por internet un grillete bola de hierro con cadena. Con una suerte formidable, encontré uno baratísimo. Ya lo aparté. Estoy dispuesta a pagarlo con tal de que Lozoya no vuelva a hacer de las suyas de irse a comer pato a un restaurante de lujo de Las Lomas de Chapultepec. Ahora lo tendrá que pedir para que se lo manden al reclusorio en un taxi y se lo coma solito en su celda, sin tortillas de harina, ni salsa de ciruela.

"¿Y su bata y sus pantuflas?", me pregunté preocupada al suponer que alguien tan millonario y sofisticado como Lozoya, nacido con cucharita de plata, seguramente era dueño de una gran colección de batas de seda tipo italiano que hacían juego con pantuflas de piel, cubiertas de fieltro. También imaginé que tendría un edredón de pluma de ganso y cojín de hule espuma especial. Por lo que entendí de las notas periodísticas sobre la determinación del juez de encarcelarlo de inmediato, era evidente que no pudo pasar a su casa para recoger sus cosas personales. ¿Y sus medicinas? ¿Y sus pastillas para dormir? ¿Y su cargador de teléfono? ¿Y su computadora y iPad? ¿Y su cepillo de dientes eléctrico? ¿Cuántos gadgets no ha de tener Lozoya, probablemente entregado a la alta tecnología? Claro que todo lo anterior se lo pueden entregar después en el reclusorio, pero ¿se lo entregarán completito? Difícil pregunta. Que por favor no le vayan a mandar sus camisas de seda, ni sus horribles corbatas cuyo nudo siempre resulta muy grueso, ni sus jeans y sudaderas de marca. Que le pongan el uniforme beige reglamentario como a todos los demás presos.

Siempre que veía en las noticias al ex director de Pemex, durante el sexenio de Peña Nieto, le advertía una extraña expresión de angustia, tristeza y confusión. Nunca me pareció una persona segura de sí misma, tenía cara de regañado, de angustiado y muy rebasado por las circunstancias. Sin embargo, muchos de sus compañeros del ITAM opinaban todo lo contrario, que "era muy prepotente, súper mamón, desagradable, poco amistoso y muy pagado de sí mismo". ¿Qué pensarán ahora de su ex compañero convertido en un verdadero delincuente? ¿Les dará lástima, coraje o gusto que esté bien encerrado en el Reclusorio Norte?

Algo que hay que reconocer es que Lozoya no se sentirá solo en la cárcel. Allí están muchos de sus "cuates": Juan Collado, abogado de los políticos y vinculado a proceso por una presunta defraudación fiscal de 36 millones 786 mil 881 pesos. El que ha de estar feliz de que Lozoya haya sido enviado al reclusorio es el ex gobernador Javier Duarte, quien cumple una condena de nueve años por asociación delictuosa y lavado de dinero. Sin olvidar a uno de sus viejos amigos, el panista Jorge Luis Lavalle encarcelado por supuestos sobornos que recibió nada menos que de Lozoya para aprobar la reforma energética. Ahora sí que Dios los cría y ellos se juntan... en el Reclusorio Norte.

La verdad es que Emilio Lozoya no se puede quejar. Durante 15 meses, antes de que pisara la cárcel, se dio muy buena vida. Ahora eso se acabó y todo porque tuvo la pésima idea de irse a comer unos tacos de pato con unos amigos. "Eso sí calienta...", se ha de haber dicho el Presidente al enterarse de la "escapadita" de Lozoya. Ha de haber pensado que le vio la cara, así como a Gertz. Hay que decir que los dos sí se vieron totalmente ridiculizados por Lozoya. Después de haber ido a cenar con sus amigos, aunque aparentemente seguía estando apegado al criterio de oportunidad para fungir como testigo colaborador, resurgió la duda de si Lozoya tenía o no prisión domiciliaria. Ahora sí, no hay ninguna duda, Artemio Zúñiga Mendoza, juez de control del centro de justicia penal del Reclusorio Norte, impuso ayer por la tarde al ex director de Pemex la prisión preventiva justificada, tras la solicitud de la Fiscalía General de la República.

Dicen que vestido con un traje azul marino, camisa blanca, corbata morada y cubrebocas, Emilio Lozoya nada más tragaba saliva al escuchar que la sentencia podría ser de 12 a 35 años (Reforma).

Para que Lozoya no salga ni a comer tacos de médula en la esquina del Reclusorio Norte, ¿compro o no compro el grillete bola de hierro con cadena?

gloaezatovar@yahoo.com

  • Fue muy cara la cena en el Hunan...

Gana tiempo Lozoya pero la FGR pide cárcel ya  / Fred Alvarez Palafox

@fredalvarez

La Silla Rota, jueves  4 de noviembre de 2021

Por sexta ocasión en 16 meses, Emilio Lozoya Austin solicitó al Poder Judicial de la Federación una prórroga de 60 días para cerrar investigación complementaria para reunir pruebas de descargo en el caso de Obedrech, donde es acusado de cohecho, lavado y asociación delictuosa.

El ex director de Pemex quien se pasea en México por restaurantes fifis, cumplió un año y cuatro meses sin haber superado la primera etapa procesal en sus dos procedimientos penales; fue vinculado a proceso en julio de 2020 y desde entonces tanto el Caso Odebrecht como el de Agronitrogenados continúan en el periodo de investigación complementaria. 

 En todo ese tiempo ha gozado de la medida cautelar, debido a un criterio de oportunidad, o sea ha sido testigo colaborador...

Y ahí se ha quedado todo, con el total desencanto en la cuatroté.

La Fiscalía General de la República (FGR) fue notificada por el juez de control Artemio Zúñiga Mendoza, de la prórroga y de inmediato se opuso a la solicitud de  la misma porque estima que no hay actos de investigación pendientes de practicar.

La audiencia se llevó en tiempo y forma en el Centro de Justicia Penal Federal del reclusorio Norte de la Ciudad de México. La nota era que Lozoya no asistiría, empero, el imputado llegó a la  puntual a la cita con el juez.

Se trata de la primera vez que Emilio Lozoya acude al Reclusorio desde que fue extraditado a México desde España; ingresó a las 9:09 horas a bordo de una camioneta de lujo color negra acompañado de sus abogados.  Iba en la parte trasera del vehículo y vestía un saco azul y pantalón negro.

Minutos antes, llegaron Fiscales de la Fiscalía General de la República (FGR) y funcionarios de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP., en su calidad de coadyuvantes...

Afuera de reclusorio estaban a la espera de la nota decenas de reporteros quienes había prácticamente velado a la entrada del recinto judicial. Era la primera audiencia a la que tendrían acceso, desde que en marzo de 2020 fue decretada la emergencia sanitaria por Covid-19.

La audiencia empezó a las 10:12 horas, quince minutos después la defensa pidió los 60 días de prórroga, empero de inmediato la FGR se opuso a lo misma; no obstante ello, el juez autorizó sólo 30 días de prórroga para el cierre de la investigación complementaria en el caso Odebrecht y pidió a la FGR que agote los medios para obtener ese dato de investigación que falta por el caso Odebrecht. "Asimismo, insta a la Fiscalía a que agote los medios para obtener ese dato de investigación (Convenio No. 5)", informó el poder Judicial en una tarjeta informativa.

La defensa de Lozoya ganó tiempo, tendrá un mes más para conseguir pruebas complementarias. Su petición obedece a que Brasil no ha respondido una solicitud de asistencia jurídica para que aclare si Luis Alberto de Meneses Weyll, ex director de Odebrecht en México, sigue siendo testigo protegido o le revocaron en forma definitiva su acuerdo de colaboración con la Procuraduría de su país.

De Meneses es uno de los declarantes que señaló a Lozoya de recibir sobornos de 10.5 millones de dólares de Odebrecht, a cambio de que Pemex les asignara los contratos de la Refinería de Tula, Hidalgo.

Si el juez hubiera negado la prórroga las cosas hubieran cambiado...

Sorpresa

Lo que está por cambiar -eran las 12 horas-, es el cambio de medida cautelar otorgada desde julio de 2020 a Lozoya, misma que  le permite libertad para desplazarse en la zona conurbada, con la obligación de firmar lista de procesados cada quince días y portar un brazalete electrónico.

De manera sorpresiva la FGR, a través del fiscal  Manuel Granados Quiroz solicitó modificar la medida cautelar de libertad condicional y sujetar al imputado a prisión preventiva justificada.

Tanto el fiscal como el representante de la UIF, Antonio López García, reprocharon al ex funcionario su cena en un restaurante en Las Lomas de Chapultepec, al considerar que fue un comportamiento impropio que representa una burla para las autoridades.

El fiscal  aseguró que la pena de prisión para Lozoya que va de 12 a 35 años de prisión por los delitos de lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa es un incentivo suficiente para justificar la prisión preventiva.

Además, acusó que Lozoya no ha hecho el mínimo intento ni ha sostenido pláticas para pagar una reparación del daño, requisito indispensable para que la FGR pueda negociar un criterio de oportunidad que le permita la inmunidad penal.

Precisó el fiscal Granados, según la nota de Abel Barajas de Reforma que "su actitud (de Lozoya) ha sido evasiva, grosera (...) no ha manifestado su intención de reparar el daño y no es posible en esas condiciones un criterio de oportunidad, al no reparar el daño, sólo ha logrado que el proceso se haya alargado de manera injustificada, por eso es que estamos ante una necesidad de cautela muy elevada".

A las 12: 16 horas, Santiago Nieto, titular de la UIF emitió el siguiente tuit:

@SNietoCastillo

La #UIF participa en la audiencia del caso Odebrecht. Hemos argumentado a favor de la postura de la @FGRMexico  de revocar la medida cautelar a Emilio L y sustituirla por prisión preventiva.

12:16 p. m. · 3 nov. 2021·

Minutos antes,  la defensa de Lozoya pidió un receso para organizar la respuesta que dará a la solicitud de la FGR.

El juez aún no resuelve la petición...

Lozoya tiene otro proceso por el Caso Agronitrogenados, en el que le imputan cobrar un soborno de 3.5 millones de dólares para que Pemex comprara a AHMSA la planta "chatarra" del complejo de Pajaritos, en Veracruz.

En este asunto, el plazo del cierre de investigación complementaria vence hasta el próximo 19 de noviembre y, también si lo estima necesario, también tendrá la posibilidad de solicitar una prórroga.

Por lo pronto la función debe continuar..

Alcance...

Horas mas tarde el  juez Artemio Zúñiga determinó modificar la medida cautelar e impuso la prisión preventiva justificada solicitada por la FGR, pasará el proceso penal en la cárcel...

El juzgador estimó que  el imputado cuenta con los recursos y las redes de ayuda suficientes para evadirse de la justicia.

¿Y ahora?

Le costó muy cara la cena en el Hunan...



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