El ruido de la CNTE y el desafío de la promesa incumplida en la gira de Sheinbaum

 El ruido de la CNTE y el desafío de la promesa incumplida en la gira de Sheinbaum

La reciente gira de la Presidenta Claudia Sheinbaum por el sur del país, específicamente en Oaxaca y Chiapas, ha dejado de ser una mera presentación de planes de gobierno para convertirse en un claro termómetro de la tensión social que enfrenta su administración.

 El persistente y audible desafío de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) pone en evidencia una crisis de diálogo y, más crucialmente, el peso de una promesa de campaña clave que hasta ahora ha quedado en el aire: la abrogación de la Ley del ISSSTE.

Los incidentes reportados, desde las consignas que interrumpieron el discurso de la Mandataria en Teposcolula hasta el tenso momento en que su vehículo fue interceptado en Tuxtla Gutiérrez, no son actos de una oposición política tradicional. 

Estos manifestantes son docentes, muchos de ellos simpatizantes y votantes de Morena, lo que otorga a su protesta un significado mucho más profundo que un simple "abucheo" orquestado. Se trata de una facción de la base social de la 4T que está cobrando la factura de un compromiso pendiente.

El desafío de la interrupción

La imagen de la Presidenta teniendo que hacer constantes pausas en su discurso mientras los gritos de "Claudia, mentiste, con la Ley del ISSSTE" resonaban por megáfono es sumamente dañina. Muestra a un gobierno a la defensiva y desbordado por la presión de un sector clave.

 El hecho de que simpatizantes tuvieran que intentar "ahogar los gritos" de los maestros, lo que incluso derivó en un forcejeo, es un síntoma de polarización dentro de la misma esfera política. En lugar de enfrentar el conflicto con la autoridad de un diálogo resuelto, el gobierno está permitiendo que sus propias bases se confronten.

Estrategia reactiva: El incidente en Chiapas, donde los maestros obligaron a la Presidenta a firmar de recibidos oficios en la ventanilla de su vehículo, refleja que la CNTE ha optado por una estrategia de confrontación directa y de alto perfil ante lo que perciben como una cerrazón en las mesas de negociación. 

La rúbrica presidencial, aunque solo sea de "recibido", es una victoria simbólica para los docentes y una señal de debilidad o de improvisación por parte del equipo de seguridad y la Presidencia.

La presión de la CNTE no va a cesar. La amenaza de un paro nacional de 72 horas es un llamado de atención. La administración debe decidir si mantendrá una postura de contención y desgaste, o si abrirá una mesa de negociación de alto nivel con propuestas concretas y una hoja de ruta clara para resolver (o, en su defecto, explicar por qué no puede cumplir) la promesa de abrogación. 

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