El avión que llevaba a bordo al papa Benedicto XVI, de vuelta de La Habana, Cuba, al término de su viaje apostólico a México y Cuba, aterrizó en el aeropuerto de Roma-Ciampino en la mañana de este jueves, a las 10,35, después de más de diez horas de vuelo.
El papa se trasladó inmediatamente a El Vaticano.
Por cierto, como es costumbre, en el momento de abandonar territorio cubano, el papa hizo llegar al presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros Raúl Modesto Castro Ruz, el siguiente mensaje telegráfico:
“Al término de mi viaje apostólico a Cuba, deseo renovar mi sentida gratitud a vuestra excelencia y a las demás autoridades, así como a los pastores y fieles de ese amado país, por las innumerables muestras de afecto que me han dispensado durante mi permanencia en esas benditas tierras, que están conmemorando con gozo los cuatrocientos años del hallazgo y presencia en ellas de la venerada imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre”.
“Aseguro a todos los cubanos –añade el telegrama- un constante recuerdo en la oración, y pido a Dios que les aliente y sostenga con su fuerza, para que vean cumplidas sus justas aspiraciones y sus más nobles anhelos”.
“Con estos sentimientos y vivos deseos –concluye--, y como prenda de copiosas gracias celestiales, les imparto de corazón una especial bendición apostólica”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario