Perseguidos,
golpeados, criminalizados/ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
Revista Proceso # 1922, 31 de
agosto de 2013;
La confrontación ya había terminado,
pero aun así los granaderos comenzaron a detener a los jóvenes en la Plaza de
la Constitución. A un costado de la Catedral Metropolitana un adolescente de
pelo largo intenta alejarse en su bicicleta.
En su huida chocó con un civil y ambos
cayeron. Aun no se incorporaba el joven cuando varios granaderos lo rodearon;
uno de ellos lo jaló del cabello mientras los otros lo pateaban. Se lo
llevaron. Las cámaras de Televisa captaron la escena ese día, el pasado 10 de
junio al filo de las ocho de la noche.
Hoy la secuencia de imágenes está en el
portal Youtube con el título “Golpiza jóvenes 10 de junio”.
Se trató de represión selectiva, con
detenciones hormiga previas a marchas y protestas, simulación de agresiones a
servidores públicos y violación de las garantías individuales y sociales, como
el derecho a manifestarse.
Algunas de las víctimas y defensores de
los derechos humanos hablan de un mecanismo de represión aplicado por el
Gobierno del Distrito Federal (GDF), encabezado por Miguel Ángel Mancera y
ponen como ejemplo los sucesos del pasado 10 de junio cerca de la calle 20 de
Noviembre.
Los reporteros que cubrían la marcha
conmemorativa del halconazo de 1971 fueron rodeados y agredidos por los
granaderos. En el extremo norte de la Plaza de la Constitución siete jóvenes
fueron vejados y detenidos.
Media hora después, el operativo
policiaco concluyó la jornada en la que hubo de todo: provocaciones, agresiones
y confrontaciones protagonizadas entre infiltrados encapuchados y granaderos,
de manera similar a lo que pasó el 1 de diciembre de 2012. El saldo final: más
de una veintena de detenidos, entre ellos seis integrantes del Frente Oriente
(FO) y al menos 15 jóvenes más, entre transeúntes y activistas.
Días antes de ese 10 de junio varios de
los agredidos habían hablado con Proceso (número 1907). Los medios los
calificaban de vándalos desde su participación en el movimiento #YoSoy132 y por
las manifestaciones de rechazo a las reformas laboral y educativa.
Acusados de actos violentos que no se
les han comprobado, ellos acusaban: “El Estado es el violento”.
Los integrantes del FO anticiparon esa
vez lo que finalmente ocurrió: Acoso policiaco con marcaje personal, golpizas
disimuladas bajo los escudos, infiltración de encapuchados en las protestas
para generar disturbios, desprestigio en los medios y todo junto, un preámbulo
de la represión brutal o la cárcel.
Sus advertencias se cumplieron en la
marcha de recuerdo de la matanza de 1971, cuando de 22 detenidos el GDF
consignó a seis integrantes del FO y un civil y los envió a prisión. Se trata
de Carlos Esteban Jiménez, Carlos Vázquez Martínez, Luis Barreda Fuentes, Diego
Rodríguez Lara, Freddy Rosete Arizpe, Diego Morán Cardoso y Jorge Alejandro
Vázquez Picasso. Este último es el ciclista que aparece en el video de Youtube
y es ajeno al movimiento.
Hoy están en libertad bajo fianza y
enfrentan proceso penal por los delitos de ataques a la paz pública, ultrajes a
la autoridad, pandillerismo, daño a propiedad en perjuicio de la Secretaría de
Seguridad Pública y del GDF.
Represión selectiva
Con los videos que circulan en las
redes sociales y el testimonio de los jóvenes es posible reconstruir el acoso,
las provocaciones y finalmente las golpizas y detenciones arbitrarias que dan
cuerpo a una represión selectiva y sistemática, opina el abogado Francisco
Estrada, quien asumió su defensa.
Alrededor de las cinco de la tarde
salieron del Metro Normal, punto de partida tradicional para la marcha del
halconazo. El contingente del FO iba a la mitad de la formación, seguido por el
movimiento anarquista.
Desde ahí el director de Concertación
Política del GDF, Pedro Bello, fue señalando a los integrantes del FO y como en
todas las marchas, policías y agentes vestidos de civil registraban todos sus
movimientos con cámaras fotográficas y de video.
Un grupo de jóvenes no identificados
fumaba mariguana en la avenida de Los Maestros. Hasta ellos llegaron Pedro
Bello y otros servidores públicos y se pusieron a hablar. De acuerdo con Carlos
Esteban Jiménez, el grupo de mariguanos se abalanzó contra el contingente del
FO, provocando un conato de pleito que no prosperó porque sus compañeros no
cayeron en la provocación.
La marcha siguió sin sobresaltos hasta
llegar cerca de El Caballito. Ahí los granaderos rodearon a los miembros del
FO, pateándolos por debajo de los escudos, escupiéndoles, agrediéndolos. Para
evitar un enfrentamiento los jóvenes salieron corriendo y se reagruparon en la
Avenida Juárez. En ese momento cientos de granaderos se desplegaron por las
calles aledañas al Zócalo, según se puede constatar en videos localizables en
Youtube.
En el Zócalo, entre 5 de Mayo y 16 de
Septiembre, los granaderos tomaron posiciones. Alrededor de las 6:30 empezaron
a golpear a manifestantes y transeúntes por igual, en una extraña secuencia de
agresiones y retiradas consecutivas.
Ya en la plancha del Zócalo, un grupo
de encapuchados no identificados retuvo a Pedro Bello. En los videos se aprecia
a Carlos Esteban y a Luis Barreda, sin intervenir y llamando a no agredir al
funcionario que sin embargo, es retenido por los encapuchados y por dos hombres
con corte de pelo tipo militar.
Aunque lo mantienen asido no se percibe
mayor agresión contra él, hasta que un hombre lo toma del cuello con violencia.
En los videos no se observa a ninguno
de los inculpados incurriendo en algún delito, pero sí a otro funcionario
público, el subdirector de Planeación y Desarrollo de Concertación Política,
David Vera Jiménez, como el agresor de Bello.
Había concluido la parte más candente
de la jornada, poco después de las 7:00 de la noche, cuando un joven
identificado como Amadeus levantó un cartel y los granaderos arremetieron
contra él para detenerlo.
Mientras las cámaras oficiales se
concentraban en los movimientos de los cuadros destacados del FO, los
reporteros que cubrían los hechos fueron encapsulados por otro grupo de
granaderos muy cerca de 16 de Septiembre.
Miembros del Comité del 68 se
dirigieron a los jóvenes y los llamaron a no caer en provocaciones, pero para
entonces, con los reporteros bajo cerco policial, los funcionarios de
Concertación Política identificaban a los hoy detenidos muy cerca de Catedral.
Por radio alguien identificado como
Juan Manuel Cholula señaló a Carlos Esteban, Luis Barreda, Luna Flores y Diego
Morán. Las frecuencias de radio fueron obtenidas por la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal y no dejan lugar a dudas sobre la consigna de
detener a los integrantes del FO.
Ya detenidos los mantuvieron incomunicados
16 horas; finalmente los acusaron también por daños en propiedad ajena, pero el
cargo se retiró pues no había ninguna denuncia de particulares. En ningún caso
se aprecia en los videos que hayan sido detenidos en flagrancia ni se acreditan
los delitos que se les imputan.
Criminalización sistemática
El FO participó en las protestas del 1
de diciembre por la toma de protesta de Enrique Peña Nieto. La operación
policiaca quedó en entredicho pues hubo brutalidad en las detenciones que, por
otra parte, incluyeron a transeúntes y personas ajenas a las protestas.
Pero ahora la represión se hizo
selectiva, en especial contra los jóvenes del FO. El abogado Estrada advierte
que los errores en la consignación apuntan a un afán incriminatorio por parte
del gobierno capitalino.
Estrada advierte que los casos
documentados indican que ahora, además del seguimiento personal a activistas de
izquierda, especialmente jóvenes, se están dando detenciones previas a
manifestaciones con fabricación de cargos. Días después dejan a los detenidos
en libertad.
En la entrevista con Proceso en mayo
pasado, Luis Barreda había indicado que hay un afán de criminalizar que se está
llevando al plano legislativo, con la inclusión de delitos para castigar la
protesta social.
Estrada señala que la persecución se da
contra ellos “porque son activistas. Son jóvenes de izquierda perseguidos de
manera selectiva por un gobierno de izquierda. Se da de forma hormiga y no es
casualidad, es una táctica que comparten varios gobiernos Es gravísimo que esté
pasando, en especial en el Distrito Federal”.
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