6 feb 2014

Don Juan Silva Meza en la Ceremonia de la Promulgación de la Constitución


Palabras del Ministro Juan N. Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y del CJF, durante la Ceremonia del 97 Aniversario de la Promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.
Querétaro, Qro.

·      “La sociedad reclama y necesita jueces honestos y confiables (...) Por eso, los más de mil 200 juzgadores federales repudiamos la deslealtad constitucional de algunos pocos. Pocos que manchan y denigran el trabajo de compromiso y responsabilidad de la inmensa mayoría...”JSM;
 Señor licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Señor Senador Raúl Cervantes Andrade, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Senadores; señor Diputado Ricardo Anaya Cortés, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados; señor licenciado José Calzada Rovirosa, Gobernador Constitucional del Estado de Querétaro.
Distinguidos miembros de la mesa; señores Gobernadores.
Señoras y señores:
Hoy, conmemoramos 97 años de la Constitución de 1917.
Los mexicanos celebraremos en tres años el primer centenario de su vigencia.
100 años de estabilidad y continuidad constitucionales.

100 años que abarcan el mayor periodo de continuidad de la legalidad y de la constitucionalidad en México.
Es un gran orgullo para los mexicanos este logro político, pero, sobre todo, cultural y civilizatorio.
Somos hoy una democracia y un sistema de instituciones que opera bajo la normativa de una Constitución.
Tenemos una Constitución más grande que en 1917, y no nos referimos a la amplitud del texto. Nos referimos al alcance de los derechos y su protección.
Por muchas razones tenemos una Constitución, afortunadamente, mucho más amplía en la tutela, defensa y garantía de las libertades y los derechos humanos.
Las instituciones de la República tutelan una esfera de libertad mucho mayor, más amplia y más rica que la que imaginaron los Constituyentes del 17, hace 97 años. Donde el texto decía: Libertad, hoy escribimos todo un catálogo de libertades.
Hoy, la Constitución es más que un texto, es un sistema que a través de la jurisprudencia dice mucho más y construye un conjunto rico y sofisticado en la defensa de las libertades públicas, que han permitido vivir en paz y en libertad al amparo del Estado de Derecho.
De ello, también debemos sentirnos orgullosos y agradecidos con nuestros padres y abuelos; y al mismo tiempo, responsables ante nuestros hijos y nietos. Debemos nosotros preservar nuestro hogar constitucional.
Para consolidar un país de leyes e instituciones, un país en paz donde prevalezca el Estado de Derecho, el poder revisor de la Constitución ha modificado su texto para adaptar el contenido de la ley fundamental a las exigencias de una sociedad en continuo cambio y movimiento.
El régimen constitucional mexicano ha estado vivo por las demandas y exigencias que la sociedad hace a sus Mandatarios y sus representantes. Por ello, México está en condiciones de consolidar un sistema de pleno derecho y de mayor eficacia de las normas.
Hoy, el cumplimiento cabal de la Constitución y de las leyes es la mejor forma de alcanzar equidad social y desarrollo.
Pero el compromiso con la Constitución es relativamente sencillo en tiempos de paz y de estabilidad. El gran reto viene cuando la República enfrenta momentos difíciles, momentos de riesgo, de crisis, de conflicto y de inseguridad. En esas circunstancias es donde tenemos que ser más cuidadosos con las formas que establece la Constitución para situaciones de excepción.
Vivimos en un sistema constitucional de atribuciones expresas en el que los poderes públicos sólo podemos hacer aquello que estrictamente nos permiten las normas.
Tenemos que observar con extrema pulcritud la forma de las normas.
Por ello, en tiempos en los que la tranquilidad y la armonía entre los mexicanos se ven amenazadas debemos buscar las soluciones en la Constitución y no fuera de ella.
A partir de nuestra experiencia histórica es preciso preferir siempre la fortaleza institucional al desorden, las vías democráticas al uso de la fuerza ilegítima, el respeto al régimen democrático representativo y Federal a la ausencia del Estado constitucional.
No olvidemos que hacer justicia por propia mano, promover y participar de la corrupción y del abuso del poder afecta al desarrollo equitativo, a la tranquilidad social y con ello al sistema democrático, pilar de nuestro orden constitucional.
Hoy, cuando muchos y muchas mexicanas temen por su integridad y la de su familia, por su tranquilidad y estabilidad, es preciso insistir en que las respuestas se encuentran dentro de la Constitución y no fuera de ella.
La paz y la seguridad, y con ellas el desarrollo, están dentro de la Constitución y no fuera de ella.
Debemos mantener la continuidad histórica de la Nación dentro de la Constitución, no fuera de ella.
Señoras y señores:
La celebración que hoy nos convoca exige recordar por todos, principalmente por nosotros, las autoridades, que nuestra única lealtad es para y con la Constitución.
En el Poder Judicial de la Federación creemos que esa lealtad implica reconocer, respetar y hacer valer las salvaguardas con que contamos los mexicanos para fortalecer el México justo, democrático, incluyente y vigoroso al que aspiramos.
Sabemos que la sociedad reclama y necesita jueces honestos y confiables. Los merece la sociedad. Por eso, los más de mil 200 juzgadores federales repudiamos la deslealtad constitucional de algunos pocos. Pocos que manchan y denigran el trabajo de compromiso y responsabilidad de la inmensa mayoría.
Sabemos que la justicia que descansa en juzgadores honestos, profesionales y preparados será siempre más sólida, cierta y eficaz, garante del Estado de Derecho.
También tenemos claro, para garantía de la sociedad, que la Constitución define con precisión los tramos de responsabilidad que en los temas de justicia a cada uno corresponde.
Refrendemos nuestra lealtad. Honremos la historia nacional que continuamos construyendo día con día, dando vida a esas salvaguardas que están en la Constitución.
Apostemos por la institucionalidad y la unidad. Cumplamos, todos, con nuestras obligaciones dentro de la Constitución, no fuera de ella.
Celebremos así, hoy, a nuestra Constitución, por el bien y la tranquilidad de todos.
Muchas gracias.

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