6 feb 2014

ONU acusa al Vaticano de violar Convención sobre Derechos del Niño


ONU acusa al Vaticano de violar Convención sobre Derechos del Niño
  • Las Naciones Unidas exigieron que el Vaticano destituya de inmediato a todos los miembros del clero que son reconocidos o sospechosos de ser abusadores de menores.
  • Además, el Comité critica al Vaticano también por sus posiciones sobre la homosexualidad, la anticoncepción y el aborto.
Kirsten Sandberg, presidenta del Comité de la ONU de los Derechos del Niño, dice que el Vaticano ha violado la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, al no hacer lo suficiente por erradicar los casos de pedofilia en su seno.
En las conclusiones de un informe, el comité urge a la Santa Sede a "apartar de inmediato de sus funciones a todos los autores conocidos y sospechosos de abusos sexuales a niños, y denunciarlos a las autoridades competentes -civiles- para que los investiguen y los procesen".
El informe ha sido publicado tras una audiencia celebrada el pasado mes en Ginebra, en la que miembros del comité, compuesto por 18 expertos en derechos humanos de todo el mundo, interrogaron a una delegación del Vaticano sobre su política de lucha contra la pedofilia.
En sintesis el informe afirma que la Iglesia Católica no ha hecho aún lo suficiente para cumplir su compromiso de erradicar la pedofilia.

El comité de la ONU destaca "su profunda inquietud por los abusos sexuales cometidos contra niños por miembros de iglesias católicas que operan bajo la autoridad de la Santa Sede", y recordó que estos crímenes cometidos por religiosos conciernen a "decenas de miles de niños de todo el mundo".
No da cifras exatcas.
"El Comité está muy preocupado de que la Santa Sede no haya reconocido la amplitud de los crímenes cometidos, no haya tomado las medidas apropiadas para afrontar los casos de pedofilia y para proteger a los niños y haya adoptado políticas y prácticas que han propiciado la continuación de los abusos y la impunidad de los autores", añade el texto.
El informe critica en particular la política de cambiar de parroquia a los sacerdotes pedófilos, una práctica que considera como un intento de encubrir los crímenes y evitar que sean juzgados por las autoridades civiles.
"La práctica de la movilidad de los criminales, que ha permitido a muchos sacerdotes permanecer en contacto con niños y seguir abusando de ellos, continúa exponiendo a niños de numerosos países a un alto riesgo de sufrir abusos sexuales", escribe el informe.
Comité de la ONU de los Derechos del Niño se encarga de revisar regularmente la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado de la ONU de 1989, del que la Santa Sede fue uno de los primeros países promotores en 1990.
La Santa Sede respondió de su acción ante los expertos de las Naciones Unidas, como el resto de países miembro.


La agencia AP señala además que “es muy posible que esas recomendaciones del comité de la ONU sean desestimadas por el Vaticano, que históricamente se ha confrontado con Naciones Unidas en temas como la salud reproductiva”.


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EL VATICANO RESPONDE A LA ONU
«La primera reacción es la de la sorpresa», parecería que el informe hubiera sido «preparado antes del encuentro con la delegación de la Santa Sede, que entregó respuestas detalladas y precisas sobre diferentes puntos», dijo el obispo Silvano Tomasi, observador permanente del Vaticano ante el ente de las Naciones Unidas en Ginebra.
Tomasi habla con la Radio Vaticana
«Habrá que esperar, leer atentamente y analizar detalladamente cuanto han escrito los miembros de esta Comisión –dijo Tomasi. 
Pero la primera reacción es la de la sorpresa, porque el aspecto negativo del documento que han producido es que parecería casi que hubiera sido escrito antes del encuentro del Comité con la delegación de la Santa Sede, que entregó respuestas detalladas y precisas sobre diferentes puntos y no fueron citadas en este documento final o, al menos, no parecen haber sido tomadas en serio».
De hecho, continúa el diplomático vaticano, el documento «parecería no estar actualizado, teniendo en cuenta lo que se ha hecho durante los últimos años a nivel de Santa Sede, con las medidas tomadas directamente por la autoridad del Estado de la Ciudad del Vaticano y después en los diferentes países por las Conferencias Episcopales. 
Entonces, falta la perspectiva correcta y actualizada que ha visto, en realidad, una serie de cambios para la protección de los niños que me parece difícil de encontrar, con el mismo nivel de compromiso, en otras instituciones o incluso en otros estados. Esta es simplemente una cuestión de hechos, de evidencia, que no pueden ser distorsionados».
Monseñor Tomasi dice que muchas afirmaciones que contiene el informe final del Comité son «incorrectas». 
«La Santa Sede responderá, porque es un miembro, un Estado que forma parte de la Convención: la ratificó y pretende observarla», sin «anexos ideológicos o imposiciones que van más allá de la Convención misma».
Se refiere a las partes del documento en las que se pide a la Santa Sede que revise las propias convicciones en materia de aborto y familia
«Por ejemplo, la Convención sobre la protección de los niños en su preámbulo habla de la defensa de la vida y de la protección de los niños antes y después del nacimiento, ¡mientras las recomendaciones que se hacen a la Santa Sede indican que cambie su postura sobre la cuestión del aborto! ¡Claro –continúa Tomasi–, cuando un niño es asesinado ya no tiene más derechos! Entonces, esta me parece una verdadera contradicción con los objetivos fundamentales de la Convención»: proteger a los niños.
«¡Este Comité –añade el diplomático vaticano– no ha prestado un buen servicio a las Naciones Unidas al tratar de introducir y exigir a la Santa Sede que cambie su enseñanza no negociable! 
Entonces, es un poco triste ver que el Comité no comprendió hasta el fondo la naturaleza ni las funciones de la Santa Sede, que expresó claramente al Comité su decisión de sacar adelante las peticiones de la Convención sobre los derechos del niño, pero definiendo y protegiendo antes que nada esos valores fundamentales que hacen que la protección de los niños sea real y eficaz».
El diplomático vaticano concluyó la entrevista con una hipótesis: el Comité de las Naciones Unidas habría cedido a influencias externas: «Probablemente algunas Organizaciones no gubernamentales (que tienen intereses sobre la homosexualidad, sobre el matrimonio gay y sobre otras cuestiones) presentaron observaciones y, de alguna manera, reforzaron una línea ideológica».
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Austen Ivereigh, fundador y líder de grupo internacional Voces Católicas, comentó que el informe de la ONU es una "muestra estremecedora de ignorancia y elevada parcialidad".


Asimismo, indica AP, el líder católico señaló que el documento no reconoce el progreso que se ha hecho en años recientes y que en muchos sitios la Iglesia es considerada líder en protección a los menores.
También dijo que el comité no distinguió entre las responsabilidades y jurisdicción de la Santa Sede y las iglesias locales.
"En unos casos (el informe) trata de cambiar las enseñanzas de la Iglesia y dicta cómo interpretar las Escrituras, lo que seguramente va más allá de la jurisdicción de la ONU y contradice las leyes internacionales sobre libertad religiosa", agregó.
La Convención tuvo lugar el pasado 16 de enero de 2014”.
En días recientes, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, aseguró que el mayor defensor de los niños es el Santo Padre: “¿Qué jefe de los 193 Estados del Comité de la Convención sobre los Derechos del Niño puede representar mejor testimonio y eficaz aval que el Papa Francisco y su amor tan fuerte por la infancia?", cuestionó.
Otras reacciones.
La Santa Sede ha acogido con sorpresa las observaciones conclusivas del Comité de los Derechos del Niño presentadas hoy en Ginebra.
Además, el Comité critica al Vaticano también por sus posiciones sobre la homosexualidad, la anticoncepción y el aborto. Para profundizar en lo sucedido, el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, monseñor Silvano Maria Tomasi, ha concedido una entrevista a Radio Vaticana.
"Es necesario esperar, leer atentamente y analizar en detalle lo que escriben los miembros de esta Comisión", explica monseñor Tomasi. Pero también afirma que la primera impresión es de sorpresa: "porque el aspecto negativo del documento que han producido es que parece que ya hubiera sido preparado antes del encuentro del Comité con la delegación de la Santa Sede, que ha dado en detalle respuestas precisas sobre varios puntos, que no se han retomado en este documento conclusivo o al menos no parecen haber sido tomados en seria consideración". Por esta razón, monseñor Tomasi señala que "falta la perspectiva corregida y actualizada que ha visto en realidad una serie de cambios para la protección de los niños que me parece que se encuentra al mismo nivel de compromiso que en otras instituciones o incluso en otros Estados".
Por otro lado, señala que la Santa Sede responderá en cuanto miembro de la Convención: "la ha ratificado y pretende observarla en el espíritu y en la carta de esta Convención, sin añadiduras ideológicas o imposiciones que quedan fuera de la misma Convención".
 Al respecto, monseñor Tomasi pone un ejemplo: la Convención "en su preámbulo habla de la defensa de la vida y de la protección de los niños antes y después del nacimiento; ¡mientras la recomendación que se hace a la Santa Sede es la de cambiar su posición sobre cuestiones de aborto!" En relación a este punto, indica que "me parece una contradicción con los objetivos de la Convención, que es la de proteger a los niños". A continuación afirma que "este Comité no ha hecho un buen servicio a las Naciones Unidas, ¡buscando introducir y pedir a la Santa Sede cambiar su enseñanza no negociable!" Asimismo asegura que "es un poco triste ver que el Comité no ha recogido hasta el fondo la naturaleza y las funciones de la Santa Sede, mientras que se ha expresado claramente al Comité la decisión de llevar adelante las peticiones de la Convención de los derechos del niño".
El periodista le pregunta qué ha cambiado porque la ONU anteriormente había dicho que el Vaticano había respondido mejor que otros países sobre la protección de menos. Monseñor Tomasi responde que teniendo en cuenta el diálogo constructivo entre ambas partes y el texto de las conclusiones y recomendaciones "viene la tentación de decir que probablemente ese texto estaba ya escrito y que no refleja los imputs y la claridad,  excepto en algún añadido apresurado, de lo que había ido adelante".
Del mismo modo, monseñor Tomasi recuerda que "se habla de 40 millones de casos de abuso de niños en el mundo: lamentablemente algunos de estos casos - aún si en proporciones muy reducidas en relación a lo que está sucediendo en el mundo - tocan a personas de la Iglesia. ¡Y la Iglesia ha respondido y reaccionado y continúa haciéndolo! Debemos insistir sobre esta política de transparencia, de no tolerancia de abusos, ¡porque incluso un solo caso de abuso de un niño, es demasiado!"
 La lectura que hace de lo sucedido es que "probablemente de las Organizaciones no gubernamentales - que tienen intereses sobre la homosexualidad, sobre el matrimonio gay y sobre otras cuestiones - han tenido ciertamente sus observaciones para presentar y de alguna manera han reforzado una línea ideológica".
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El director de la Liga Católica en Estados Unidos, Bill Donohue, escribió una aguda crítica al informe que el Comité de los Derechos del Niño de la ONU presentó hoy en el que pide al Vaticano cambiar su postura ante el aborto y la homosexualidad para, supuestamente, superar el problema de los abusos sexuales. El líder católico rebatió una a una las imprecisiones y mentiras del documento de 15 páginas.
Bill Donohue señala que el texto “no contiene ni una sola nota al pie o cualquier otro modo de explicación, pero sí proporciona una gran cantidad de pruebas en cuanto a su verdadera agenda”.
El comité de la ONU utiliza el abuso sexual de menores como pretexto para su verdadero objetivo: quiere que el Vaticano se someta a su autoridad, y no sólo en los casos que involucran el derecho internacional: quiere la Iglesia Católica cambie el Derecho Canónico y adopte una ética sexual secular. De ese modo, constituye uno de los más ambiciosos esfuerzos jamás efectuados por un comité de la ONU, que es además profundamente ignorante de los datos”.
En la página 3 del informe, prosigue Donohue, “el comité señala que la Santa Sede debe ‘adoptar las medidas necesarias para retirar todas sus reservas y para garantizar la primacía de la Convención [de la ONU] sobre las leyes y reglamentos internos’. (Su énfasis) es bastante explícito: ‘el Comité recomienda que la Santa Sede haga un estudio exhaustivo de su marco normativo, en particular, del derecho canónico, con el fin de garantizar el pleno cumplimiento de la Convención’".
En otras palabras, continúa, “la enseñanza de la Iglesia Católica, el magisterio, es decir, el Papa en comunión con los obispos, debe ceder ante la ONU. Eso equivaldría a pedirle al Congreso de los Estados Unidos que se asegure de que sus leyes se ajusten a las de la ONU”, algo que considera una muestra de una “arrogancia sin par”.
En las páginas 12 y 13, indica Donohue, el comité dice que no solo quiere que la Iglesia Católica cambie sus enseñanzas sobre el aborto y la anticoncepción, sino que también dice la Iglesia tiene que hacer más en cuanto al VIH /SIDA.
 “Es dolorosamente obvio que estos especialistas no han pensado bien este asunto. A saber: si todo el mundo siguiera las enseñanzas de la Iglesia en cuanto a la sexualidad, no tendríamos este problema en primer lugar. Para ser exactos, los que adquieren el VIH / SIDA por lo general lo hacen porque viven una vida imprudente, en claro contraste con la súplica de la Iglesia por la abstinencia”.
El comité está tan determinado a mandar a la Iglesia que exige un cambio en el Derecho Canónico y se dirige el Vaticano “para pedir que las escuelas católicas cambien sus libros de texto y eliminen supuestos ‘estereotipos de género’. Esto no sólo es un ejemplo más de su abuso de poder sino que el comité no proporciona una sola evidencia para sostener su exigencia”.
Donohue comenta luego que “alguien debería decirles a estos expertos que el Vaticano no le dice a las escuelas católicas qué libros de texto o planes de estudio debe adoptar. Pero para los fanáticos del control, el delegar es un concepto difícil de entender”.
El comité instruye luego al Vaticano sobre la necesidad de tener "programas de concientización", instando a "la formación sistemática" para aquellos que trabajan con menores. “¿Acaso no saben quiénes comenzaron estas iniciativas? Nosotros no somos los que carecemos de programas de capacitación obligatorios: los culpables se encuentran en otras comunidades religiosas y en las escuelas públicas. Esto explica por qué el abuso sexual no es un problema en las comunidades católicas actualmente como si es un problema en otros lugares. El comité tiene que ponerse al día, suponiendo que tenga un verdadero interés en el tema”.
En la página 8 el comité pide al Vaticano que ponga fin a los castigos corporales, señalando que debe modificar "las leyes, tanto del Derecho Canónico como la de la Ciudad del Vaticano". Irónicamente, la ONU detalla cómo diez mil niños sirios han sido asesinados y torturados en los últimos tres años.
Los niños en Siria, explica Donohue son violados y golpeados "con objetos de metal, látigos y bastones de madera y metal" y también les arrancan las uñas de las manos y los pies. Reciben choques eléctricos en los genitales y son quemados con cigarrillos. La mayoría de estos actos de barbarie son perpetrados por agentes del gobierno. “Sin embargo, no hay una sola demanda para que las autoridades sirias cedan ante la ONU. Allí están demasiado ocupados preguntándose si la hermana Mary Alice está golpeando con una regla a algún alumno inquieto”.
Bill Donohue precisa que “el único intento de aportar pruebas es un fracaso colosal: en la página 7 se cita a las Lavanderías de la Magdalena como una institución que obligó a muchachas a ‘trabajar en condiciones análogas a la esclavitud y fueron a menudo objeto de un trato inhumano, cruel y degradante, así como de abuso físico y sexual’. Esto es una mentira total: el Informe McAleese, una investigación autorizada por el gobierno irlandés, muestra que nada de eso es cierto”.
Finalmente, el informe dice que la Iglesia necesita poner fin a la práctica de las “cajas para bebés”. En muchos países hay estas cajas junto a orfanatos. Se ponen ahí para permitir que muchachas embarazadas fuera del matrimonio o que no pueden cuidar a sus bebés, le permitan a otros criar a sus pequeños.
Esto concluye Donohue, “es una práctica humana, una que se practica ampliamente en Corea del Sur. Lo que no es humano es matar a los bebés en el útero, que es precisamente lo que el comité de las Naciones Unidas recomienda. Por pura demagogia, no hay forma de superar este informe. Es tan malicioso como impreciso”.

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