11 mar 2014

Lo que dicen algunas columnas con respecto al caso de Nazario Moreno


Los medios impresos hoy martes 11 de marzo
BAJO RESERVA/ EL UNIVERSAL
Metralla azul contra Calderón
LA METRALLA de críticas públicas en contra del presidente Felipe Calderón por la mentira de su administración acerca de la muerte del capo Nazario Moreno El Chayo no vino, como se hubiera esperado, únicamente de los partidos de oposición. Fue el propio líder del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, quien arremetió contra el ex mandatario. Don Jorge Luis no se detuvo en delicadezas y de plano aseguró que el gobierno federal al mando de Calderón hizo el “ridículo” al dar por muerto al narcotraficante sin tener el cuerpo. Si bien nos advierten que las críticas de Preciado deben ser leídas en el contexto del proceso de sucesión —en el cual el coordinador juega del lado de los maderistas y en contra de los calderonistas— también es cierto que los palos cuando vienen de los de casa duelen más.
MUCHA SATISFACCIÓN había desde el sábado en el gobierno federal —en especial en la Secretaría de Marina, que comanda el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, y en la Defensa Nacional, bajo el mando del general Salvador Cienfuegos Zepeda— porque en las últimas semanas concretó la captura de Joaquín El Chapo Guzmán y el pasado fin de semana se logró abatir a Nazario Moreno El Chayo máximo jefe de Los Caballeros Templarios. Sin embargo, el mayor orgullo en las Fuerzas Armadas proviene de que se trató de una operación 100% mexicana, es decir, esta vez no hubo apoyo de agencias estadounidenses para ubicar, y posteriormente eliminar, a El Chayo. ¿Será por eso que ahora la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, no ha expresado felicitaciones al gobierno mexicano?
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FRENTES POLÍTICOS/Excelsior
IV. La historia del que mataron dos veces. Vía Twitter, Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México, felicitó al gobierno de Peña Nieto por el abatimiento de Nazario Moreno El Chayo. Eso sí, ni una palabra de que su administración ya lo había dado por muerto. El exmandatario sólo retuiteó el comunicado que la noche del domingo publicó Alejandro Poiré, exsecretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional, en el que reconoció que “la información disponible ahora hace ver que los elementos al alcance de la Secretaría Técnica en diciembre de 2010 no fueron lo suficientemente precisos”. Poiré mejor debería callarse. Haya sido como haya sido, se equivocó. Por decirlo finamente.

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TINERARIO POLÍTICO/Ricardo Alemán
El Universal
‘El Chayo’; las preguntas
No, no es un asunto menor el engaño oficial que llevó a Alejandro Poiré y al propio Felipe Calderón a declarar muerto a Nazario Moreno González El Chayo, fundador de La Familia Michoacana y de Los Caballeros Templarios.
Y no es menor porque si en un tema tan delicado —como la muerte de uno de los criminales más buscados— el gobierno de Calderón engañó a los ciudadanos, entonces podemos suponer que el recurso del engaño también se utilizó en otros casos de presuntos criminales abatidos y/o en otros temas de igual o mayor importancia.
Y tampoco basta con un vulgar “usted disculpe”, como el externado por un mediocre servidor público como Alejandro Poiré. No, en realidad el tema de la mentirosa muerte de El Chayo y la supuesta muerte de otros criminales abatidos, amerita una profunda investigación y el castigo a los mentirosos. Por eso las preguntas.
¿De quién fue la “brillante” idea de “pararse el cuello” con una mentira como la supuesta muerte de El Chayo? ¿Será cierto que es el caso de El Lazca, supuestamente abatido y cuyo cadáver nunca apareció? ¿Será que se trató de un montaje como el de la secuestradora francesa Florence Cassez? ¿Cuántos montajes de esa naturaleza existen? ¿No son parte de esos montajes la acusación, proceso penal y cárcel decretadas en el gobierno de Calderón contra militantes como el general Tomás Ángeles Dauahare —subsecretario de la Sedena—, y de los generales también de alto rango, Roberto Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas y Rubén Pérez Ramírez, los que una vez que llegó el gobierno de Peña Nieto resultaron absueltos y fueron liberados con otro grosero “usted disculpe”?
¿Por qué un gobierno como el de Felipe Calderón, que surgió del PAN, que siempre cuestionó la mentira, el engaño, la corrupción y la ineficacia de los gobiernos del PRI, terminó por ser un gobierno corrupto, ineficaz y que recurrió a la mentira y el engaño a la sociedad en casos como el de El Chayo; como el de la secuestradora francesa y los militares injustamente encarcelados? ¿Cuántos muertos más que supuestamente abatió el gobierno de Calderón, hoy gozan de cabal salud? ¿Cuántas perversidades como la de la secuestradora francesa se cometieron en el gobierno de Calderón? ¿Cuántos mexicanos más también fueron víctimas de la persecución política disfrazada de persecución penal, como el caso de los generales encarcelados? ¿No será que mañana nos van a salir con que está vivo el fundador de Los Zetas, a quien incluso construyeron un mausoleo? ¿Qué otras mentiras de Estado vamos a descubrir —por ejemplo—, en casos como los de Oceánica, Pemex, el SNTE y la señora Gordillo…? ¿Qué tiene que decir y qué va a decir sobre las escandalosas mentiras el señor Calderón, que gusta de abrir la boca por cualquier cosa?
¿A poco Felipe Calderón, Alejandro Poiré, Genaro García Luna, Guillermo Galván Galván; Mariano Francisco Saynez Mendoza o Guillermo Valdés Castellanos y Arturo Chávez Chávez no sabían que era mentira la muerte de El Chayo? ¿Por qué ni el presidente de la República, ni los secretarios de Gobernación, Seguridad Pública, Defensa, Marina, y los titulares del Cisen y la PGR se atrevieron a decir la verdad? ¿Será cierto que engañaron al presidente? ¿Será cierto que Felipe Calderón fue engañado y manipulado por sus subalternos? ¿De verdad nunca se dio cuenta del engaño? ¿Si no engañaron a Calderón, y si el presidente sabía el engaño de El Chayo, por qué el presidente se prestó a engañar a los ciudadanos?
¿Si eran tan malos los servicios de inteligencia del Cisen, como para prestarse a montar un engaño como el de la supuesta muerte del “Chayo”, por qué nadie ha fincado responsabilidad en los malos servidores públicos? ¿Quién va a sancionar a toda la cadena de mentirosos que se aventaron la puntada de decir que habían abatido a El Chayo, cuando el criminal seguía secuestrando, extorsionando, matando? ¿Quién será el valiente que ordenará una investigación? ¿La ordenará Enrique Peña Nieto; de oficio la iniciará la PGR; la llevará a cabo el Congreso? ¿O será que veremos de nueva cuenta la impunidad de malos servidores públicos, sean del PAN —como es el caso—, sean del PRI o del PRD? ¿Será que son impunes los ex secretarios del gabinete anterior? ¿Será que el ex presidente Calderón no recibirá siquiera una llamada de atención de la sociedad agraviada? ¿Dónde está el Congreso en todo esto?
Sí, los ex presidentes y ex secretarios de Estado, ex legisladores y ex ministros de la Corte deben ser llamados a cuentas, cuantas veces sea necesario, por sus errores, mentiras y omisiones. ¿O no? Al tiempo.
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Y las telecomunicaciones, en manos del Congreso/Jorge Fernández Menéndez
Excelsior, 11/03/2014 01:00
Cadáveres
La gran diferencia entre el caso de Nazario Moreno, dado por muerto en diciembre de 2010 con el de Heriberto Lazcano, es el cadáver. En el caso de Moreno su cuerpo nunca estuvo en manos de las autoridades, lo que permitió el engaño del grupo criminal. En el del líder de Los Zetas, el cuerpo estuvo en manos de las autoridades que aseguran que hicieron todos los exámenes periciales para asegurar su identidad, lo que no cambia con el hecho de que luego se robaran el cadáver
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EN PRIVADO/Joaquín López-Dóriga
Milenio
‘El Chayo’, morir dos veces
Hasta su sombra le gana.. Florestán
El viernes 10 de diciembre de 2010, el secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública y vocero de seguridad, Alejandro Poiré, salió a anunciar la muerte de Nazario Moreno, El Chayo, jefe de Los caballeros templarios.
De acuerdo con la información detallada luego en un comunicado de ese mismo consejo, El Chayo había sido abatido por elementos de la Policía Federal, tras un intenso enfrentamiento.
Dijeron que la confirmación la tenían a partir de comunicaciones de radio interceptadas a La Tuta, su segundo, en el que hablaban de su muerte.
Así lo ratificó al día siguiente el jefe de la Policía Federal y operador de Genaro García Luna, Luis Cárdenas Palomino, y unos meses después, el presidente Felipe Calderón, en su quinto Informe de gobierno, el 1 de septiembre de 2011.
Desde entonces se plantearon dudas sobre esta muerte, toda vez que nunca tuvieron el cadáver, pero los responsables de la seguridad nacional lo anunciaron y ratificaron con tal vehemencia, que quedó la percepción de que El Chayo, efectivamente, había muerto en aquel enfrentamiento en Michoacán.
Con los meses, en la Tierra Caliente de Michoacán, donde todos se conocen, se comenzó a correr la versión de que Nazario Moreno vivía. No era la primera vez que se decía que un jefe criminal dado por muerto vivía escondido y con otro nombre, lo que en este caso resultó cierto, tanto, que el domingo al mediodía se anunció la muerte del mismo Chayo y la confirmación de que, obviamente, nunca lo mataron, como falsamente se informó en 2010.
La eliminación del jefe de Los caballeros templarios, el domingo, y la del delincuente más buscado del mundo, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán, quince días antes en Mazatlán, son dos éxitos de este gobierno, objetivos que persiguió y no obtuvo el anterior y que, si bien, como se dice, no resuelve el problema de fondo, son los más fuertes mensajes que el crimen organizado y la sociedad, toda, hayan recibido en los últimos tiempos.
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 HISTORIAS DE REPORTERO/Carlos Loret de Mola
El Universal,
Lo agarraron en su mula
Eran las 4:30 de la madrugada de este domingo cuando una treintena de elementos de la Marina y el Ejército encontraron a Nazario Moreno en un camino de la sierra cercana a Tumbiscatío, Michoacán.
Iban por él a su vivienda, pero cabalgaba en los alrededores. Para no hacer ruido en el silencio de la montaña y pasar desapercibidos, los elementos se trasladaron a pie y en la noche.
El líder fundador de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios estaba solo, montando una mula. Ni guaruras, ni ayudantes, ni familia, ni dinero. Solos, El Chayo, su mula…y una Cuerno de Chivo con mango de madera. Cuando el comando de élite le ordenó la rendición, el también apodado El Doctor o El Más Loco accionó el arma y recibió instantáneamente los disparos de las fuerzas federales. La Operación Lince había logrado uno de sus objetivos centrales.
Al revisar el cadáver, encontraron una medalla dorada de Los Caballeros Templarios, un tetragrámaton (símbolo esotérico de Dios y el diablo) del mismo color, una carta que le mandó su hija, otra que le escribió él a Dios, varios amuletos (una estampita de un arcángel, un escudo medieval, un listón), un radio Kenwood y dos credenciales con su fotografía (una del IFE y otra, licencia de conducir del Estado de México) pero a nombre de su alias Faustino González Andrade.
Había sido abatido —ahora sí— Nazario Moreno González alias El Chayo, El Doctor, El Más Loco o como le decían recientemente en el gobierno de Enrique Peña Nieto: El Muerto, en jocosa alusión a que en el sexenio anterior, el de Felipe Calderón, se había anunciado oficialmente su fallecimiento en combate en diciembre de 2010.
Justo hace una semana, en la entrega titulada Las fotos de El Chayo vivo de estas Historias de Reportero, leyó usted de la existencia de imágenes de Moreno posteriores a su “fallecimiento” y de su camuflaje rural:
El Chayo, el narco que murió dos veces, fue abatido cerca del que era su hogar en la montaña: un conjunto de dos austeras cabañas de paredes de madera, piso de cemento y techo de lámina, una batería para generar corriente, una antena de Sky y una cama matrimonial.
Fue una operación ciento por ciento mexicana. A diferencia de la detención de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, en la de Nazario Moreno no intervinieron agencias estadounidenses.
Lo intentaron una primera vez el 6 de marzo, pero no lo ubicaron. Sucedió tres días después.
Se logró en buena medida gracias a varias personas que informaron sobre sus excéntricas apariciones públicas, el decomiso de un radio donde escucharon su voz convocando a una reunión de Los Templarios en su casa y por las declaraciones de uno de sus más cercanos que denunció el sitio exacto donde vivía.
Todo lo relatado en esta columna se basa en los reportes enviados por marinos y soldados que participan en la Operación Lince, que tiene ahora como objetivos a Servando Gómez Martínez La Tuta y Enrique El Kike Plancarte Solís.
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EL RIDÍCULO DE CALDERÓN/Francisco Garfias
Excelsior
De la cascada de reacciones que provocó la pifia del gobierno de Felipe Calderón al dar por muerto a El Chayo, hace más de  tres años, una nos llamó poderosamente la atención por su origen y franqueza: la del panista Jorge Luis Preciado.
 “Es todo un ridículo del gobierno federal dar por muerto a alguien sin tener los elementos suficientes. Peor aún, sin tener el cuerpo”, dijo el coordinador de los senadores azules.
No es un misterio que Preciado está con Madero en la elección interna del PAN. Ayer lo reiteró. Sus palabras llevan una carga de interés político contra el calderonismo y su candidato, Ernesto Cordero.
Eso, sin embargo, no le resta contundencia al mensaje del senador de Colima.
 “Hay una falta de pericia por parte del gobierno anterior, de sus cuerpos de seguridad y el sistema de información, ya sea el Cisen o Gobernación. Es lamentable que se haya hecho una afirmación de ese tipo, sin tener los elementos suficientes”, dijo.
Felipe Calderón se había tardado en reaccionar. El domingo todo mundo se preguntaba por qué no había tuiteado nada. Con lo de El  Chapo reaccionó a la velocidad de la luz. Tanto que olvidó felicitar a los captores de Guzmán Loera: la Marina.
Ayer fue lacónico. Felicitó al gobierno por el abatimiento de Nazario Moreno y le aventó la pelota al hombre que dio la falsa noticia en diciembre de 2010: el inexperto Alejandro Poiré, uno de los destacados integrantes del equipo de cocina de Felipe.
Y el hombrecito no tuvo más remedio que reconocer que la información que entonces tenía a su alcance fue “imprecisa”.
¡Pues vaya imprecisión!
Uno que sí se la voló fue el michoacano Marko Cortés. La mezquindad lo llevó a decir que la “impericia e inoperancia” del gobierno federal actual obligó a la sociedad michoacana a asumir directamente el combate al crimen organizado y llevar a la captura de El Chayo. Un reportero le preguntó sobre el error de Poiré: “Se dijo, en su momento que no había cuerpo”, justificó.
 “¡Por Dios!” reviró el senador priista Omar Fayad. “Que me lo pongan enfrente para discutir una a una las pifias de Calderón, retó el presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara alta.
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín
Milenio
Hipólito guardaba un gran secreto
En agosto del año pasado, el templario Servando Gómez Martínez, La Tuta, subió a YouTube una autoentrevista virtual en que pregunta y sugiere: “¿Quiénes son los comunitarios? Investiguen a La Barbie, el que era policía de La Ruana; investiguen quién es El Americano, el que anda con los de Buenavista; quién es El Abuelo; quién es Brutus…”.
Bien, pues ayer, con quizá 400 civiles armados provenientes de Buenavista Tomatlán, Tancítaro y Los Reyes, Simón El Americano llegó a La Ruana con el propósito de expulsar a los que comanda Hipólito Mora, el dirigente que, porque “no me queda más que hacerlo público ya”, afirmó a MILENIO que quienes pretenden sacarlo “son amigos de La Tuta, de El Chayo, de El Chango Méndez, que los financian; quieren quitarnos para ellos tomar otra vez el control del poblado, pero vestidos de autodefensas. Y no les conviene que yo sea del movimiento. Por dinero hacen lo que sea…”.
Lo cierto quién sabe qué sea, pero el desenlace sigue siendo previsible: los movimientos paramilitares en el mundo terminan siempre mal. Muy mal…
cmarin@milenio.com
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ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
Ejecentral.
Una muerte anunciada
La segunda muerte de Nazario Moreno, quien bajo el sobrenombre de “el más loco”, fundó y encabezó La Familia Michoacana y su transformación –para eliminar los negativos del nombre- en Los Caballeros Templarios, encierra dos misterios: ¿por qué el presidente Felipe Calderón autorizó el anuncio que lo habían abatido sin tener la confirmación? Y, ¿hubo un acuerdo no escrito en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto para que sus lugartenientes lo entregaran? Las respuestas no vendrán fácilmente, si acaso existen, pero hay suficiente información circunstancial que permite aproximarse a la verdad.
La historia comienza el 9 de diciembre de 2010 en Apatzingán, donde La Familia Michoacana vivía el microcosmos de su violencia. Una unidad de inteligencia de la Policía Federal detectó un convoy que salía de esa ciudad en la zona de Tierra Caliente en Michoacán, donde presumían iba el jefe del cártel, también conocido como “El Chayo” Moreno. Mientras lo seguían pidieron refuerzos y al atardecer, comenzó el enfrentamiento en la sierra. Soldados y marinos acudieron en apoyo, mientras que desde la ciudad de México, a través de un puente aéreo de la Policía Federal, se abastecía a las fuerzas federales con tres toneladas de pertrechos para la batalla que duró casi 24 horas.
Al día siguiente, el entonces vocero del gobierno, Alejandro Poiré, informó desde Los Pinos que Moreno había muerto. Poiré hizo el anuncio flanqueado por los voceros militares y pocos notaron en ese entonces que el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, que siguió el combate en tiempo real a través de los sistemas de Plataforma México, nunca avaló lo dicho por Poiré. La información que se le entregó a Calderón eran imágenes de “El Chayo” cargado por sus escoltas, transmitidas por satélites estadounidenses, sin saberse si estaba herido o muerto. Comunicaciones de radio interceptadas al cártel sugerían que sí había sido abatido, pero no se recuperó el cuerpo.
La falta del cuerpo impidió una certeza al 100% en el gobierno de Calderón que Moreno estuviera muerto, pero fue una victoria que apresuradamente se quiso colgar el ex Presidente dentro de suestrategia de propaganda impulsada, apuntalada e irreversiblemente exigida por él. Lo que hoy se ha convertido en una pesadilla de opinión pública para su gobierno, no se corrigió en los últimos días de su gobierno, cuando surgieron dudas sobre su muerte. El 27 de noviembre de 2012 el Ejército encontró documentos en el rancho “Los Caballos”, cerca de Apatzingán, una de las propiedades de Los Caballeros Templarios –como se rebautizaron-, que sugerían que estaba vivo.
Calderón, Poiré y varios miembros de su gobierno estaban convencidos que “El Chayo” había muerto, lo que se inscribía en lo que llamaron “la narrativa” de la lucha contra la delincuencia organizada. En la primavera del año pasado, todo se les empezó a colapsar. Fuentes del más alto nivel aseguraron que Moreno no había muerto y estaba al frente de los Templarios.
Los primeros indicios sólidos en el gobierno de Peña Nieto surgieron en mayo de 2013, cuandoinformes de inteligencia revelaron que se había celebrado una reunión en Apatzingán donde “El Chayo” convocó a líderes políticos y empresariales de la región para hablar con ellos. Nadie de quienes se presume acudieron confirmó esa reunión, pero una alta fuente del gobierno federal ratificó que quien había dicho Poiré que estaba muerto, “está vivo.”
En octubre del año pasado hubo otra información que trascendió de los mandos del Ejército. Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, uno de los jefes de Los Caballeros Templarios, transmitió un mensaje de que estaba dispuesto a entregarse. Semanas después difundió un video en YouTube donde ofrecía una negociación al gobierno. En secreto, en los mandos castrenses se evaluó la forma como abrir esa puerta de salida de la organización para “La Tuta”, pero también tenían claro que con Moreno no habría posibilidad de ningún acuerdo, por lo que habría que enfrentarlo hasta “sus últimas consecuencias”.
Este domingo, el gobierno de Peña Nieto confirmó que el fin de semana había sido abatido “el más loco” en un enfrentamiento con la Marina. Lo enfrentaron, en efecto, hasta las últimas consecuencias, con lo cual se cerró el capítulo de Moreno, pero deja pendiente el futuro de “La Tuta”, uno de los dos jefes actuales del cártel michoacano –el otro es Enrique Plancarte-, que es el más mediático de todos los templarios, y sobre quien el destino, tras la muerte de su jefe, parece sellado.
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LOS MUERTOS QUE VOS MATÁIS…/Rafael Cardona
Más allá del dislate gramatical de don José Zorrilla, pues nadie mata a los muertos y menos podrían estos gozar de cabal salud (en todo caso aquellos a quienes habéis dado por muertos, etc.), la frase del famosísimo Don Juan Tenorio se ha ido extendiendo casi como sinónimo de empeño fallido, de falsa atribución de méritos inexistentes y de amplitud ridícula en la inmerecida ufanía.
Todos esos elementos se dieron de sobra durante el gobierno de Felipe Calderón, quien coleccionaba dislates como otros lo hacen con mariposas o sellos postales. Y sus errores, en cosas tan fáciles como saber si algo se hacía o no se hacia, le valieron trompetillas por parte de la delincuencia organizada y cuchufletas por parte del ciudadano común. Y si algo faltaba en la ópera bufa del panismo calderoniano; pues ahí estaba el “Rabanito” sexenal, Don Alejandro Poiré, quien tuvo varias apariciones en la posta, ya como Vocero de Seguridad y hasta como Secretario de Gobernación.
Lo anterior guarda relación con este anuncio hecho el domingo cerca del mediodía por el gobierno federal: Nazario Moreno González, conocido como El Chayo (hipocorístico, obviamente de Nazario), gran señor de Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana, en su momento,  fue abatido en un  enfrentamiento con marinos en un sitio no precisado de Tumbiscatío, Michoacán.
Lo notable de esto reside en los hechos por encima de los dichos, pues si ahora se precisa la identidad y se confían todos los datos, en los tiempos de la levedad improvisada simplemente se recurría al boletín y la declaración solemne. Recordemos:
Alejandro Poiré, vocero de Seguridad Nacional, 10 de diciembre de 2010:
 “Diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar que cayó abatido Nazario Moreno González, también conocido como ‘El Chayo’ o ‘El Doctor’”.
Por su parte Luis Cárdenas Palomino, el segundo de Genaro García Luna en toda pantomima, dijo el 31 de diciembre de ese mismo año:
 “A partir de la muerte de Nazario, La Familia Michoacana, como la conocimos, quedó completamente desarticulada”.
Pero el número fuerte estaba contenido en el V Informe de Calderón de septiembre del año siguiente. Es decir, en casi un año no quisieron ni enterarse de su error o desmontar su patraña, como haya sido:
 “Nazario Moreno (…) principal líder delictivo, responsable del adoctrinamiento y uno de los fundadores de la organización criminal La Familia, (fue) abatido por fuerzas federales en diciembre de 2010”.
Hoy la información es más precisa y ya no deja (esperemos), lugar a dudas.
Pero la imprecisión informativa era, al parecer  una constante en aquellos tiempos del panismo hoy en entredicho por todos lados. No sólo por Oceanografía o la amplísima corrupción en Petróleos Mexicanos y otras áreas. Recordemos otro caso genial del Don Felipe:
El presidente de México Felipe Calderón Hinojosa confirmó hoy la muerte de Francisco Serrano Aramoni, administrador de Aduanas Marítimas del puerto de Veracruz, quien fuera secuestrado el primero de julio del año pasado.
Durante la tradicional ceremonia de jura de bandera de 209 cadetes de la Escuela Naval Militar, realizada en el marco del nonagésimo sexto aniversario de la defensa del puerto de Veracruz ante la invasión estadunidense del 21 de abril de 1914, Calderón Hinojosa confirmó que Serrano Aramoni fue encontrado asesinado.
Ahí, ante el gobernador Fidel Herrera Beltrán, los cadetes, familiares y funcionarios federales y estatales, reconoció que los marinos de México han jugado un papel clave para desarticular redes logísticas y operativas del crimen organizado.
 “Sin ir más lejos -afirmó-, aquí en Veracruz nuestros marinos han librado decisivas batallas. Incluso hasta en días recientes, en que han logrado aseguramientos muy importantes de estupefacientes, asimismo, han infligido importantes derrotas y severas y trascendentales capturas al enemigo, todo en favor de Veracruz y de México”.
 “Puso como ejemplo la detención de Braulio Arellano, alias El Gonzo, líder de Los Zetas en este estado, y de José Osiris Cruz, criminal y presunto secuestrador de Francisco Serrano Aramoni, funcionario administrador de la Aduana del puerto de Veracruz, quien fuera encontrado asesinado. El presidente no dio fecha ni lugar de la localización del cuerpo y aseveró que con estas acciones, entre muchas otras, la Marina ha sabido ganar a pulso la admiración y el cariño de México (OEM)”.
Pues en ese caso no hubo tal, al menos no en esa fecha.
Por eso el domingo se cruzaron decenas de miles de mensajes y comunicaciones antes de dar a conocer lo relacionado con  la muerte de Nazario.
Lo único extraño, como en el caso de El Chapo es la privilegiada información de la agencia estadunidense Associated Press, pues la primera noticia de este caso también circuló por sus servicios.
 “La información del fallecimiento de Moreno González se originó hoy luego que la mañana de este domingo la agencia de noticias Associated Press, anunció que Nazario Moreno, uno de los líderes del Cártel de Los Caballeros Templarios, podría ser el hombre que murió “en un tiroteo en el occidente de México, según reportaron dos funcionarios de gobierno, quienes pidieron no ser identificados.”
Moreno, apodado El Más Loco o El Chayo, habría cumplido 44 años el sábado, según información del gobierno. Lideró el cártel de La Familia cuando supuestamente murió en una batalla con la Policía Federal que se alargó hasta dos días en diciembre de 2010 en su estado natal de Michoacán. En aquel momento ningún cadáver fue recuperado, pero el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón dijo que había muerto y aseguró que tenía pruebas (Animal político)”.

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