El
sacrificio de Cordero/ÁLVARO DELGADO
Revista
Proceso
# 1958, 10 de mayo de 2014
Aun
cuando los equipos de Gustavo Madero y Ernesto Cordero dicen que el domingo 18
–cuando los panistas voten por su nuevo presidente– habrá una “guerra” de estructuras
de los dos equipos, lo cierto es que Cordero, el favorito del expresidente
Felipe Calderón, exhibe debilidad. Marko Cortés, coordinador de la campaña de
Madero, sostiene que éste ganará por dos a uno. Y cuando se le pregunta sobre
el papel del mandatario poblano Rafael Moreno Valle, contesta: “Es un activo
más y suma bien”.
Impugnada
de principio a fin por Ernesto Cordero, que se aferró en los dos meses de
campaña a su ventaja en las encuestas, la elección de presidente del Partido
Acción Nacional (PAN) –que por primera vez en 75 años convoca a todos los
militantes– no resultó de trámite, como quiso Gustavo Madero.
Pero
a días de la jornada electoral, el domingo 18, y tras una campaña en la cual
predominaron el cinismo, la desmemoria y el forcejeo entre los rivales sobre
quién ha estado más sometido a Enrique Peña Nieto, se perfila la victoria de
Madero sobre el protegido de Felipe Calderón.
Con
las reglas y el árbitro a su favor, depositada la operación electoral en
gobernadores panistas y aun priistas que coordina Rafael Moreno Valle
–aspirante a la Presidencia para 2018–, Madero prevé imponerse con 75% de los
217 mil militantes con derecho a voto, afirma el coordinador de su campaña,
Marko Cortés. “Ganará dos a uno”.
–¿Con
cuántos votos?
–Estimamos
que votará 75% de los panistas, unos 166 mil. Bajo esa lógica, nos llevaríamos
dos terceras partes, más de los 100 mil votos.
–¿Los
tienen asegurados?
–Con
nombre, con apellido, verificados, ratificados y confirmados estado por estado,
municipio por municipio.
–¿No
que el voto es secreto?
–Sí,
pero cuando le preguntas a la gente con quién simpatiza te dice: “¡Pues con
Madero!” El voto es secreto, claro, y la gente que pudo haber dicho que vota
por uno, lo hace por otro. Sin embargo, tenemos un trabajo de tierra, el de la
confirmación.
Y
no hay manipulación, afirma: “Si yo dijera que no sabemos quiénes van a votar
por nosotros, cómo se llaman, dónde viven, estaría especulando, pero sabemos
quiénes son, dónde viven y están confirmados”.
–¿No
hay presión o coacción sobre esos electores?
–Hay
convencimiento, hay razones, hay motivos, hay porqués.
Con
esa certeza matemática, que no es resultado de encuestas, el equipo de Madero
no le da ninguna posibilidad de triunfo a Cordero y a su compañero de fórmula,
el exgobernador guanajuatense Juan Manuel Oliva, quienes han impugnado todo y
no han dicho si respetarán el resultado.
“Cuando
cuestionan al árbitro, al padrón, a la misma convocatoria y siguen señalando
que el proceso no se está organizando bien, entonces están pavimentando el
camino de la impugnación”, afirma Cortés.
Sólo
están “engordando un expediente”, censura: “Es una estrategia que se ve clara
desde el principio: Si gano, bien; si no, me hicieron trampa e impugno. Eso le
hace daño al partido”.
Pese
a que el caso vaya al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF), el maderista asegura que no procederá y Madero será relecto
presidente por un año y medio, hasta pasada la elección de 2015.
–¿Habrá
ruptura?
–No.
No creo que se vaya nadie. Les va a ganar ese pequeño panista que llevan
dentro.
Y
suelta la carcajada.
Manos
priistas
En
efecto, Cordero y su equipo han impugnado todo: desde la integración de la
Comisión Organizadora de la Elección, controlada por Madero, la convocatoria
diseñada también a la media de éste –como la celebración de un solo debate–
hasta la ubicación de los centros para votar.
El
más reciente pleito llevado al TEPJF fue la negativa del presidente de la
comisión, Francisco Gárate Chapa, para destruir la placa de impresión de las
223 mil 530 boletas electorales que, a juicio de los corderistas, supone el
riesgo de boletas excedentes para un potencial fraude.
Pero
el principal temor del equipo de Cordero son los gobernadores que apoyan a
Madero, no sólo los panistas, sino los priistas que presuntamente coordina
Moreno Valle.
El
gobernador de Puebla no sólo envió operadores electorales de su confianza a
Tlaxcala, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Chiapas, como reveló Proceso en su
edición del 5 de abril, sino que –según el equipo de Cordero–involucró a
gobernadores priistas para operar a favor de Madero en por lo menos tres
estados.
Conforme
a esta versión, los gobernadores de Quintana Roo, Roberto Borge Martín; de
Hidalgo, Francisco Olvera Ruiz, y de Chiapas, Manuel Velasco Coello –militante
éste del Partido Verde–, proveerían de recursos económicos y materiales a los
operadores de Moreno Valle en sus estados.
“Eso
no es cierto”, niega Marko Cortés, quien insiste en que a Madero sólo lo apoyan
los panistas Francisco Vega de Lamadrid, de Baja California; Guillermo Padrés,
de Sonora, y Moreno Valle, de Puebla, aunque también lo hace, sin ser panista,
Mario López Valdez, de Sinaloa.
Y
ahí Madero arrasará: en Baja California, afirma, la ventaja de Madero es
“amplísima, es el estado con mayor margen”, en Sonora también es “amplísima” y
en Sinaloa “no es tan alta, pero estamos arriba”.
En
dos estados clave para la elección, Jalisco y Nuevo León, Madero también ganará
con amplia mayoría: En el primero se ubica “30 puntos arriba” y en Nuevo León
igual.
Explica:
“En Nuevo León, los distintos liderazgos, excepto los de la vieja guardia, que
son los menos, están con Madero. La ventaja va a ser amplísima”.
–¿Y
Veracruz?
–Amplia.
–Estado
de México.
–Arriba.
–Pero
Guanajuato lo pierden.
–Sí,
pero por poquito. Nuestra apuesta es ganar, aunque sea por poquito.
Cortés
basa su optimismo, además del trabajo “de tierra” del equipo, en los resultados
de la más reciente encuesta que levantó la empresa Mendoza Blanco y Asociados
en sólo 12 estados, que concentran 70% de los votos, y que obedece a la
“inclusión” de Madero de los liderazgos locales.
Pone
como ejemplo Michoacán, donde tres liderazgos suelen competir: Luisa María
Calderón, Salvador Vega Casillas y él mismo. Sólo la primera apoya a Cordero.
“Estamos ocho puntos arriba, pero creo que vamos a estar más altos. Y así en
cada estado”.
Chihuahua,
de donde es Madero, “era un foco rojo”, pero la elección de presidente estatal
la ganó el equipo afín encabezado por Mario Vázquez y otro de los
contendientes, Ramón Galindo, también lo apoya, lo mismo que seguidores del
perdedor, Héctor Ortiz. “Íbamos abajo y ya estamos arriba”.
–¿En
Puebla?
–La
ventaja es muy amplia.
“Elección
de Estado”
Puebla
sigue siendo el epicentro de la disputa por el control del PAN, pues Moreno
Valle se ha convertido en los hechos en el coordinador de la campaña de Madero,
de cuyo triunfo depende la viabilidad de su candidatura presidencial para 2018.
En
el equipo de Cordero otro poblano ocupa un lugar estratégico: Fernando
Manzanilla, exsecretario de Gobierno de Puebla, es el coordinador operativo de
la campaña y, conocedor de los modos de su también cuñado, busca neutralizarlo.
Moreno
Valle ha tomado decisiones estratégicas: Por ejemplo, desplazó como responsable
de imagen a Clemente Cámara y colocó en su lugar a Marcelo García Almaguer, su
operador de medios desde antes de ser gobernador (“experto en branding y
posicionamiento”) y al español Jordi Segarra, quien fue el estratega de Gabriel
Quadri y el partido Nueva Alianza en la elección de 2012.
En
la operación electoral colocó a sus dos principales estrategas: Jorge Manzanera
Quintana, que trabajó para Calderón durante más de dos décadas, y a Eukid
Castañón, reputado como operador financiero para la compra de votos y líderes
desde que era priista.
Castañón,
excontralor del gobierno estatal y actual diputado local, ya entró en conflicto
con Manzanera, quien el 11 de abril, cuando al parecer empezó el pleito,
escribió en su cuenta de Twitter: “Podremos vender nuestro trabajo, mas nunca
nuestros anhelos, sueños, libertades, dignidad ni conciencia”.
Pero
Castañón también ha chocado con Cortés, quien prefiere minimizar éste y otros
conflictos dentro del equipo, incluido el poder de Moreno Valle en la campaña.
“En
una campaña hay muchas situaciones que se deben resolver, se resuelven y le das
para adelante siempre, todo lo demás son especulaciones”, afirma Cortés, quien
aclara: “Madero es el líder y es el que en última instancia toma las
decisiones”.
–¿Moreno
Valle está subordinado a usted o a Madero?
–Moreno
Valle es un activo más y suma bien. Tiene diálogo directo con Madero, pero las
acciones de campaña se coordinan en la campaña misma y, en última instancia, el
que viene tomando las definiciones es el mismo candidato.
El
gobernador de Puebla no ha tenido ningún escrúpulo para hacer ostensible su
apoyo a Madero: usa recursos económicos y materiales del gobierno estatal para
hacer proselitismo en horario laboral.
Hasta
un helicóptero usó para ir a un mitin en Tlaxcala, por cuya acción el equipo de
Cordero pretende presentar una denuncia ante la Procuraduría General de la
República, por ser un delito federal.
Y
apenas el miércoles 7 Moreno Valle encabezó un mitin de más de 2 mil personas
en San Andrés Cholula, en horario laboral, para acompañar a Ricardo Anaya
Cortés, candidato a secretario general, quien correspondió candidateándolo.
“En
2018 vamos a recuperar la Presidencia de la República con Puebla como ejemplo,
con Puebla a la cabeza”, dijo Anaya dirigiéndose a Moreno Valle, quien por
primera vez en la campaña acusó directamente a Cordero de no tener calidad
moral ni política.
El
gobernador retomó el señalamiento de Madero en el debate, en el sentido de que
Cordero trabajó cuatro años en gobiernos del PAN y cobró 107 quincenas antes de
afiliarse: “Uno de los de enfrente que hace señalamientos y se asume como el
gran panista doctrinario, estuvo cobrando en gobiernos panistas sin ser panista
y eso hay que decirlo, pues no se vale el tratar de hacer señalamientos cuando
no se tiene esa autoridad moral y política”.
Pero
Moreno Valle hizo exactamente lo mismo: Tras renunciar al PRI, el PAN lo hizo
senador en 2006, pero sólo se afilió tres años después, el 17 de julio de 2009,
como consta en el Registro Nacional de Militantes de ese partido.
Moreno
Valle no sólo hace campaña para Madero: también encabezó en Puebla –luciendo
una corbata amarilla– la celebración del 25 aniversario del PRD, junto con el
presidente de ese partido Jesús Zambrano.
Y
hasta impartió clases de comportamiento a los perredistas y regañó a los
“radicales” que se oponen a sus proyectos depredadores y a cuyos opositores
persigue y encarcela.
Ana
Teresa Aranda, enemiga de Moreno Valle desde siempre e integrante de la
planilla de Cordero, se mofó de él en Twitter: “De amarillo se ve mejor. El
azul no le va.” Y añadió: “A sabiendas de que perderá su candidato, se apresta
a dar el salto al PRD”.
En
Puebla, uno de los promotores de Cordero, Francisco Fraile, acusa: “Estamos
frente a una elección de Estado, de eso no queda la menor duda, en la que el
coordinador de la campaña es el propio gobernador”.
Apenas
el viernes 9, el columnista José Manuel Hernández publicó, en el portal
e-consulta, el contenido de un volante que circula entre panistas titulado
“¿Qué hacer si te compran tu voto?”, que instruye:
“Con
crayola o marcador dibuja una equis. Recórtala. Poner la equis sobre la boleta.
Toma la foto con el celular. Deja la equis por si alguien más la usa. Vota por
un solo candidato sin salirte. Dobla la boleta y deposítala. Lleva la foto para
que la cobres. Cobra tu dinero es dinero del pueblo.”
Puro
cinismo
En
este contexto se libra, también, una guerra de encuestas, usadas a menudo como
propaganda, como ha ocurrido también en la contiendas constitucionales y que
han quedado en el desprestigio por elaborarse con lógica de facción.
Mendoza
y Asociados, que trabaja para Madero, difundió su más reciente encuesta –el
lunes 5– con una ventaja de 12 puntos para éste, mientras que el equipo de
Cordero aduce que Gaussc –que trabajó para él en la interna presidencial– le da
una ventaja de 13 puntos.
La
empresa que se ha convertido en un relajo es Parametría, de Francisco Abundis,
porque en un mes dio un cambio radical: En las dos encuestas de marzo,
telefónica y de vivienda, Cordero ganó a Madero con 68-32 y 56 por 44,
respectivamente.
Pero
luego de que Parametría comenzó a trabajar para Moreno Valle, según el equipo
de Cordero, las cosas cambiaron: En abril dio 51 a 48 a favor de Madero, y la
más reciente, del viernes 2, mantiene esa misma ventaja de 43-41.
Y
es que la honestidad no ha sido el sello de la contienda en el PAN: Así como
Madero y Moreno Valle dan muestras de incongruencia, con prácticas claramente
priistas, la fórmula de Cordero-Oliva arrastra una cauda de escándalos por
conductas análogas y de corrupción.
Las
imposiciones de Calderón en el PAN: no sólo de Germán Martínez Cázares y César
Nava como presidentes electos por el Consejo Nacional, cuya elección se hizo
usando el aparato de gobierno, sino con la derrota electoral a lo largo del
sexenio.
Y
el candidato a secretario general, Juan Manuel Oliva, fue el presidente del PAN
en Guanajuato que creó estructuras corporativas que usó para hacer fraudes
electorales internos y como gobernador está involucrado en numerosos escándalos
de corrupción.
Por
eso, conforme a lo que confiesan “en corto” miembros de los dos equipos, el
domingo 18 habrá una “guerra” de estructuras en la cual Cordero exhibe
debilidad.
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