Ya
visten uniforme
Rinden
protesta los autodefensas convertidos en policías rurales
Los
imprescindibles hoy son ustedes, dice Alfredo Castillo a los nuevos agentes
Arturo
Cano, enviado Periódico
La Jornada
Domingo
11 de mayo de 2014, p. 2
Tepalcatepec,
Mich., 10 de mayo.
Con
el arma en su regazo, Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, escucha al hombre que le
acaba de entregar el R-15. El uniforme azul, de policía rural, es nuevo, y la
enorme barba blanca no deja ver si el vocero de las autodefensas hace gestos
cuando el comisionado federal Alfredo Castillo Cervantes encomia la
participación de las novísimas fuerzas rurales en la detención, el viernes 9,
de 155 personas que se hacían ostentar falsamente como autodefensas, como
representantes del pueblo.
Se
refiere el comisionado a las personas detenidas la noche de ese día en La Mira
(donde fueron aprehendidas 123), Arteaga y Tumbiscatío.
La
semana pasada, Estanislao Beltrán pasó varios días en La Mira. Este diario, por
ejemplo, subió un video donde se le ve, el 3 de mayo, dando explicaciones a
habitantes de esa población.
Personas
que habitan en ese lugar –quienes han vivido con el Jesús en la boca en las
últimas semanas– aseguran que había allí dos tipos de autodefensas: uno, armado
por los templarios, en el que también participaban locales bien intencionados;
el otro, de gente de fuera.
La
detenciones, según los testimonios de los lugareños, se realizaron en el
campamento que tenían los segundos, en la salida hacia Lázaro Cárdenas.
En
sus primeras declaraciones banqueteras uniformado, Beltrán asegura que
investigaciones del gobierno federal detectaron que en esa zona había personas
con playeras blancas que se hacían pasar por autodefensas.
En
realidad, el asunto no requería de la inteligencia del gobierno, pues estaba ya
publicado. En este diario se informó, el pasado 28 de enero, del surgimiento de
una autodefensa de La Mira con un mitin cuya demanda central era impedir la
llegada de las autodefensas.
¿Quiénes
son los detenidos? Una pista: uno de ellos, según el líder de la barba, es un
operador templario conocido como El Chivo.
El
pasado miércoles 7, el líder de las autodefensas Juventino Cisneros, Tilín,
viajaba por la costa acompañado de dos funcionarias federales que trabajan con
Castillo en eso del registro de armas. De pronto, su vehículo fue rebasado por
un convoy de 30 camionetas. Le ordenaron detenerse y lo interrogaron durante un
rato.
Eran
muchos, todos bien armados y encapuchados, pensé que no nos iban a soltar, dice
Tilín, uno de los jefes de las autodefensas cercano a los hermanos Farías y al
comisionado.
Ahora
uniformado de azul, Tilín no quiso mencionar los nombres de las funcionarias (a
una la conocen como la licenciada cubana), pero sí refiere que los soltaron
sólo después de que habló con El Chivo. Es la cosa con los perdonados, lamenta.
¿La
retención de dos colaboradoras del comisionado detonó la aprehensión de las
falsas autodefensas cuya existencia se había denunciado desde enero?
Es
probable, como también pudo haber influido el choque entre las autodefensas
falsas y verdaderas por el cual el gobierno federal investiga ahora al médico
José Manuel Mireles.
Los
testimonios indican que cinco falsos autodefensas fueron asesinados por el
líder comunitario de Caletas de Campos conocido como El Plátano (en Chuquiapan,
el pasado 28 de abril), quien habría avanzado por órdenes de Mireles.
Dado
que esto ha sido una guerra, ¿cuántos jefes de las autodefensas podrían ser
acusados de ordenar un avance que causó bajas?
Escucha
la pregunta, y la evade, Alberto Gutiérrez, el comandante Cinco, quien no viste
uniforme porque, afirma, lo recibirá el lunes, como defensa rural adscrito a la
Secretaría de la Defensa Nacional.
Otro
de los comandantes de Tepalcatepec escucha el diálogo y responde después: “Si a
Mireles se le mete una idea, nadie se la quita. Estaba obsesionado con avanzar,
a pesar de que le habían dicho que los disfrazados de autodefensas eran pura
gente obligada por los templarios?
¿Perdonados?
¿Obligados? ¿Falsos mezclados con verdaderos? O todo junto, en el vaso
coctelero en plena sacudida que es Michoacán.
El
paseo del comisionado
La
caminata del comisionado dura unos 15 minutos. De la Asociación Ganadera al
centro de la población. Dos helicópteros cortan el aire espeso de la Tierra
Caliente, que en esta temporada hace pleno honor a su nombre.
El
escaso entusiasmo que despierta el paseíllo contrasta con las porras y los
aplausos que coronaron el desfile de aniversario de las autodefensas apenas el
24 de febrero pasado. Sólo en un par de lugares surge algún viva el comisionado
y truenan algunos aplausos sueltos.
Desfajado
y cargado de pulseritas, Castillo porta una gorra del nuevo cuerpo policiaco
que formalmente dependerá del gobierno estatal.
El
despliegue policiaco y militar para la ocasión asombra incluso a los habitantes
de Tepeque, de suyo acostumbrados a operativos y retenes.
El
comisionado camina al lado del general Miguel Ángel Patiño, jefe de la 43 zona
militar, ambos rodeados por una veintena de efectivos: soldados, agentes de la
Policía Federal (PF) y de la PGR que son su guardia personal.
Patiño,
vale decir, no es muy querido en esta tierra, donde lo han abucheado en actos
públicos y lo han acusado, a gritos, de ser un protector de los templarios.
Delante
del grupo van cinco camionetas de la PF con agentes armados hasta los dientes.
Detrás, cinco del Ejército. Arriba, dos helicópteros Black Hawk, de la Policía
Federal, hacen piruetas y vuelan casi encima de las cabezas de los asistentes a
la ceremonia llamada, en un gran letrero, Toma de protesta, Fuerza Rural.
Un
centenar de hombres armados resguarda la seguridad del evento. Aunque el
boletín oficial dice que son 450 nuevos integrantes de la Fuerza Rural, en el
acto no hay más de 250. Las personas armadas, en resumen, casi igualan en
número a los asistentes civiles al acto (la mayoría son, a juzgar por los
abrazos al final, familiares de los nuevos agentes).
Así
las cosas en el que se presume el municipio más seguro de Michoacán, donde el
gobierno ha devuelto la paz, la tranquilidad y el estado de derecho, según el
discurso de Juana Reyes, Juanita, interlocutora favorita de Castillo y gente de
Juan José Farías, El Abuelo, quien acude al evento aunque nunca se acerca al
comisionado por aquello de las fotos incómodas.
Como
se recordará, Farías fue en un tiempo identificado por las autoridades como
miembro prominente del cártel del Milenio, pisó la cárcel y salió para, en un
salto no muy inusual en Michoacán, convertirse en jefe indiscutible del grupo
de autodefensas que manda en Tepalcatepec. Su presencia en reuniones
presuntamente privadas del comisionado originó una pequeña –y ya olvidada–
polémica nacional.
En
la nueva fuerza policiaca no está El Abuelo, pero sí los líderes que lo
reconocen como jefe.
Juanita
prodiga elogios
Los
elogios de Juanita no conocen el pudor. La palabra gracias se queda corta,
resume la ingeniera agrónoma y lideresa priísta, al reconocer las guías de
nuestro líder, por las cuales, en total coordinación y disciplina, logramos
desestabilizar al crimen organizado y con ello recuperar la dignidad, la
libertad, la seguridad y el estado de derecho en Tepalcatepec.
Habla
luego el elogiado.
Sí
es desarme, llamó durante semanas al registro de armas, pero este Día de las
Madres es más comedido. Hoy estamos entregando los primeros resultados.
El
discurso que quiere ser coloquial olvida el diccionario de Bobbio: La gente se
levantó para solicitar la presencia del Estado y hoy ustedes son el Estado.
Y
ya que se ha dado ese paso al uniformar a las autodefensas, el comisionado lee
la cartilla a los nuevos policías: Son ustedes los que a partir de este instante
tienen la responsabilidad de defender a sus hermanos, a sus familias, a sus
vecinos y a todo aquel que pueda ser agraviado por la delincuencia común y
organizada.
Refiere
el comisionado Castillo que una señora se le acercó en Apatzingán y le dijo: Si
no imponen la ley, el día de mañana esto va a ser el mismo infierno, pero con
diferente diablo.
Y
advierte a los hombres que aprendieron el paso redoblado a marchas forzadas: No
podemos permitir ahora que la historia se repita.
No
hay desarme ni La Tuta está en prisión ni ha terminado el registro de armas.
Pero el comisionado cumplió su plazo fatal y despide la breve ceremonia con la
cita de un filósofo (en realidad, un dramaturgo y poeta):
Hay
hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan muchos días y son
mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que
luchan toda su vida y esos son los imprescindibles.
Tras
la cita, cierra: Y hoy los imprescindibles son ustedes y esta nueva Fuerza Rural
estatal de Michoacán.
Las
hormigas y el correcaminos
El
tránsito a un nuevo cuerpo de policía estatal es para las autodefensas como
pasar de la alineación en un poderoso equipo de primera división a las reservas
de la tercera, y sin posibilidades de ascenso. Eso dicen las caras y las quejas
de los hombres que apenas hoy se enfundaron en los uniformes azules (las mangas
que sobran, los pantalones que no cierran los delatan), recibieron nuevas
armas, desfilaron frente al comisionado federal (el secretario de Gobernación
no llegó, como habían anunciado medios locales) y, tras el desfile y la toma de
protesta, regresaron al local de la Asociación Ganadera para evidenciar, frente
a cámaras y micrófonos, que institucionalización no es sinónimo de profesionalización.
De
este lado se ponen los que sí saben y de este otro los que no, dice un oficial
capacitador rodeado de los hombres de uniformes nuevos. La razón es simple: la
mayor parte de las autodefensas portaba esos fusiles todo terreno que inventó
el señor Kalashnikov y ahora, uniformados, los nuevos policías estatales
(dependerán, sí, del gobierno de Fausto Vallejo, a quien nadie invitó a esta
ceremonia) cargan R-15 al hombro. Dicen, además, que les van a pagar, pero
todavía no saben cuánto.
Y
algunos no se ven muy cómodos en sus nuevos uniformes. Como el comerciante de
ganado a quien se conoce como El Kiro, por su parecido a un villano de Kalimán,
que sin embargo posa con su nuevo traje.
Acostumbrados
a camionetotas, las estaquitas de Nissan de la nueva fuerza les dan risa. ¿A
quién vamos a alcanzar con eso?, se queja uno.
El
comandante Cinco asegura que será como en una vieja caricatura en que el
correcaminos rebasaba a una y a otra y a otra tortugas sin poder nunca contra
ellas.
Por
lo pronto, desde hoy, 120 efectivos de la nueva corporación se harán cargo de
la seguridad de Tepalcatepec. Antes del surgimiento de las autodefensas, este
municipio tenía sólo 36 policías.
Es
un momento mágico, resume Juanita.
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