8 feb 2015

Grecia y el fin de Europa/

 Grecia y el fin de Europa/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
La Vanguardia | 7 de febrero de 2015
Ha habido manifestaciones masivas en Atenas, pero también en otros lugares después de la gran victoria de Syriza en las elecciones griegas. Pero los vencedores no deben ser envidiados. Hicieron promesas, ¿cómo las van a hacer realidad? Tsipras, el nuevo líder, prometió, por ejemplo, que las facturas que deben pagarse a los hospitales y para los medicamentos deben ser suprimidas, empleados del Gobierno que fueron despedidos deben ser reintegrados, las personas con bajos ingresos recibirán una paga extra, y así mucho más. En resumen, el fin de la austeridad. No hace falta decir que esto es muy popular. A nadie le gusta la austeridad y todo el mundo está a favor de la prosperidad. Pero, ¿quién va a pagarlo?

Tsipras y sus compañeros ministros, sobre todo Varufakis, el ministro de Finanzas, están mostrando mucha actividad, están constantemente en movimiento. El primer ministro inmediatamente después de su victoria fue a ver al embajador de Rusia e hizo una gira por diversas capitales europeas, otros fueron a Chipre, a Londres, a París a Berlín y a Frankfurt. Tsipras creía que si Atenas vetaba nuevas sanciones contra Rusia debería ser recompensada. Pero Rusia atraviesa graves apuros financieros y no puede ayudar a Grecia a no ser con la entrega de petróleo y gas un poco más barato (Grecia recibe un 60% de su energía de Rusia). Moscú todavía podía dar a Atenas un préstamo de emergencia, pero sólo en el supuesto de que se pagará de nuevo. Esto ayudaría a Grecia durante unas pocas semanas o meses. ¿Y luego qué?
En cualquier caso, el principal problema de Rusia no son las sanciones sino el colapso del precio del petróleo y del rublo y no hay nada que Grecia puede hacer al respecto. En cuanto a Londres, París y Roma, encontrarán expresiones de simpatía puesto que la señora Merkel y su política de austeridad no ha tenido mucho éxito en la Europa del sur. Pero Grecia necesita algo más que simpatía, sobre todo créditos masivos para sacar el país de la crisis. Los griegos necesitan más que simpatía, ¿y de dónde vendrá?
La señora Merkel es la gran pesadilla. Los griegos presentaron una gran factura a Berlín por los daños económicos causado a Grecia por la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. Pero esto sucedió antes de que la señora Merkel siquiera hubiera nacido. Los alemanes hicieron mucho daño pero sólo estuvieron cuatro años en Grecia, mientras que los turcos se quedaron cuatrocientos. ¿Por qué no presentarles a ellos la factura?
Los alemanes se sienten algo responsables de la crisis griega, pero de una manera diferente: han estado rescatando a Grecia en los últimos años y quieren recuperar más de la mitad de los miles de millones de préstamos que estaban dando a Atenas para evitar un colapso.
Pero si se mira más de cerca la situación se observa que los beneficios de la ayuda de emergencia no han ido tanto a los griegos sino a los bancos alemanes que dieron los préstamos a Grecia durante la última década y quieren recuperar su dinero. Los bancos alemanes deberían haber sido más cuidadosos al proporcionar préstamos a los griegos. Grecia no era un país pobre, tenía (por mencionar sólo un aspecto) la flota mercante más grande del mundo (pero muchos griegos ricos, pese a todo su patriotismo, no eran grandes creyentes en el pago del impuesto sobre la renta). El turismo hizo una importante contribución a la renta nacional. Pero el país estuvo viviendo por encima de sus posibilidades durante muchos años y como resultado se generó una deuda masiva. Se unió a la Unión Europea en el 2002, se convirtió en parte de la zona euro y adoptó el euro, ya que pensaba que eso resolvería sus problemas. Pero no resolvió sus problemas. La economía griega se contrajo significativamente, el desempleo es ahora del 25%, el paro juvenil alcanza el 50%. Tal vez la tarea principal del nuevo Gobierno es crear nuevos puestos de trabajo pero esto, en el mejor de los casos, tardará años, no días o semanas. Desde que Syriza llegó al poder ha habido una mayor fuga de capitales, desastrosa para Grecia. En tres días las bolsas griegas perdieron el 25% de su valor.
¿Qué pasará después? El nuevo Gobierno griego dice que quiere permanecer en la zona euro, pero no puede y no aceptará las condiciones europeas. Los negociadores europeos han dejado Atenas. La señora Merkel dice que quiere que los griegos se queden, pero si se niegan a aceptar la austeridad también pudiera ser que se fueran.
Grecia está, de hecho, en bancarrota, ha estado en quiebra durante años. Sin la ayuda extranjera no podría pagar lo que debe a sus acreedores. Pero no es el único país en bancarrota; de acuerdo con el Banco Mundial por lo menos once países están en quiebra o al borde de la quiebra. Hasta finales de febrero la eurozona ayudará a Grecia. Nadie sabe qué pasará después. Probablemente se encontrará un arreglo a corto plazo. Habrá gran conmoción en los mercados mundiales, pero la zona euro y el euro no se derrumbarán, por ahora. Si Grecia saliera de la UE no sería necesariamente seguida por otros –por ahora– ya que la situación difiere de un país a otro. Como Tolstói escribió sobre las infelices familias, cada una es infeliz de manera diferente. Los griegos dirán que es culpa de los alemanes. Pero es probable que también comiencen a darse cuenta de que no hay soluciones indoloras. No hay orientación en los trabajos de Marx sobre cómo resolver este problema. La vida seguirá pero no habrá una gran felicidad.

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