31 may 2015

PRD, el mejor “aliado” del PRI en la capital

Revista Proceso No. 2013, 30 de mayo de 2015...
PRD, el mejor “aliado” del PRI en la capital/ROSALIA VERGARA
Una de las plazas electorales más competidas del país es la del Distrito Federal, no sólo por la importancia económica y política de la ciudad, sino porque está en juego el destino de la izquierda partidista mexicana. Como en ninguna otra entidad, las mayores expectativas del PRD y de Morena se concentran en el escenario de sus triunfos históricos.
La fuerte competencia electoral entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) terminará en una debacle para el primero en el Distrito Federal. Esto es lo que vaticina Martí Batres, presidente nacional del Morena, a contrapelo de lo que afirma el dirigente capitalino del PRD, Raúl Flores.
En entrevistas por separado, ambos consideran que sus partidos saldrán triunfantes en los comicios del 7 de junio, en los cuales se renovarán las 16 jefaturas delegacionales, las 40 diputaciones locales de mayoría relativa y 26 de representación popular.
Aunque las encuestas de Mitofsky y Parametría le dan ventaja a Ricardo Monreal y Clara Brugada, los candidatos de Morena a jefes delegacionales de Cuauhtémoc e Iztapalapa, y en Tlalpan está dando la batalla por el mismo partido Claudia Sheinbaum, la encuestadora Demotecnia le da ventaja al PRD por 10 puntos sobre Morena.
Desde 1994, cuando el PRD comenzó a ganar cargos de elección popular, ha sufrido altibajos en las votaciones. Obtuvo sus mayores logros con los candidatos presidenciales Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. Ambos están ahora fuera de ese partido.

En las intermedias de 2003 y 2009, los porcentajes del PRD decayeron. Hace seis años decidió contender solo, pues rompió su alianza electoral con el Partido del Trabajo y Convergencia, hoy Movimiento por la Democracia.

Aquel año este semanario publicó: “El PRD pagó este 5 de julio (2009) el alto costo de su división interna, al volver a ser la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados y poner en riesgo su predominio absoluto en el Distrito Federal. Ni siquiera pudo conservar su votación histórica, pues bajó de 35% a 15% o menos de las preferencias electorales.

“En cualquier caso implica un retroceso en comparación con la elección intermedia de 2003, cuando ese partido consiguió un centenar de curules y con la federal de 2006, en el que obtuvieron la mayor votación de su historia, con 127 diputaciones (91 de mayoría relativa y 36 plurinominales)”. (Proceso 1705).

Altibajos electorales

En la Guía Electoral 2015, elaborada por Consulta Mitofsky y publicada el 27 de mayo, se realiza un balance para entender las tendencias del voto hacia cada partido. Ahí se destaca que el PRD comenzó a ganar distritos federales en 1994, cuando obtuvo 71 curules.

En las intermedias de 1997 aumentó a 125, pero en 2000, con la tercera candidatura de Cárdenas y el fenómeno mediático del panista Vicente Fox con su campaña para “sacar al PRI de Los Pinos”, se quedó con 50 curules.

Tuvo una leve mejoría en las intermedias de 2003, con 97 diputados. Al año siguiente la popularidad de López Obrador lo perfiló como presidenciable y el entonces presidente Fox pretendió frenarlo promoviendo su desafuero por la supuesta violación de una orden legal para construir una calle en un terreno expropiado por el gobierno de la ciudad. Sin embargo, la maniobra de Fox fortaleció políticamente a López Obrador, pues más de un millón de personas marcharon para repudiar su desafuero.

Otro intento por frenar a López Obrador fueron los videoescándalos, una serie de grabaciones realizadas por el empresario de origen argentino Carlos Ahumada, donde exhibía recibiendo fajos de billetes a perredistas como René Bejarano, entonces presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; el delegado en Tlalpan, Carlos Ímaz, y el miembro del Comité Ejecutivo Nacional perredista Ramón Sosamontes. Al secretario de Finanzas del gobierno capitalino en ese tiempo, Gustavo Ponce, se le grabó apostando en un casino en Las Vegas.

Todo fue en vano. En 2006, con el tabasqueño como aspirante presidencial y pese a que denunció fraude electoral, el PRD obtuvo la votación más alta de su historia: ganó 123 diputaciones y el 35% de la preferencia electoral. En esa ocasión, los perredistas se aliaron al Partido del Trabajo y Convergencia en la coalición Por el Bien de Todos.

Sin embargo, en 2008 el PRD sufrió una severa crisis, producto de la encarnizada pelea por su dirigencia. La controversia por la elección interna se prolongó alrededor de siete meses y terminó con el nombramiento de Jesús Ortega Martínez como presidente nacional por un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

En enero de 2009, en un intento por dejar atrás la disputa que les restó fuerza electoral, las principales corrientes del PRD, incluida Nueva Izquierda o Los Chuchos, prometieron impulsar a los candidatos a diputados federales afines a López Obrador y éste se comprometió a promover a los aspirantes postulados por el partido.

Se pretendía formar la Coalición Salvemos a México, pero la lucha por las candidaturas para diputados federales por la vía plurinominal rompió los acuerdos. López Obrador apoyó al PT y MC, lo que no le perdonaron Los Chuchos.

Los tres partidos de izquierda compitieron por su cuenta. Los perredistas obtuvieron sólo 71 escaños y su preferencia electoral bajó del 35% al 12%. En 2012 se recuperaron. La segunda candidatura presidencial de López Obrador, en alianza con PT y MC en la coalición Movimiento Progresista, les dio a los perredistas 100 curules y su abanderado Miguel Ángel Mancera asumió la jefatura de gobierno capitalino sin problemas poselectorales.

El “colectivo” perredista

Raúl Flores, presidente del PRD capitalino, considera que en el camino hacia el presente proceso electoral su partido superó el reto de contrarrestar la expectativa de que se iba a desmoronar:

“Decían que la fecha de caducidad del partido era este 7 de junio en el Distrito Federal, pero podría asegurar que no es así. El partido pudo remontar, buscar la unidad, encontrarla, buscar las formas de acuerdo. Y retomamos algo, de lo cual venimos: pudimos encontrar otra vez la forma de juntarnos como colectivo y trabajar hacia el colectivo. Es un punto alentador para la izquierda”.

Según Flores, el PRD remontó en la ciudad y contagió a los capitalinos, que ya tienen mejor ánimo para participar en la elección. “Ha habido contienda en el Distrito Federal y el PRD ha estado presente. Creo que eso es un tema alentador. Vamos el día 7 de junio a ratificar la mayoría. No tengo duda”, añade el ahora candidato a diputado local por la vía plurinominal, avalado el 27 de mayo por el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF).

Sobre las cuestionadas alianzas con partidos que no son de izquierda, como Nueva Alianza o Encuentro Social, argumenta que buscar acuerdos es una práctica normal de la izquierda:

“Siempre he dicho que nosotros no construimos murallas. Tendemos puentes, y en ese sentido no es nuevo. Eso es lo que sabemos hacer. El PC fue de unidad, el PSUM fue de unidad, y el PRD fue el gran partido de unidad. Venimos de esa tradición política. Más bien habrá que pensar, por otro lado, qué va a pasar con el recuento de las cosas, cuando se tengan que ver los saldos de haber dividido a la izquierda mexicana y los responsables”.

En cuanto a los acercamientos que se le atribuyen con el PRI para frenar las aspiraciones electorales de Morena, Flores responde:

“Ningún acercamiento con el PRI. En ese sentido, el único contacto que tenemos es para la distensión de algún conflicto. Justo ayer encontramos, y ya están denunciados ante el Ministerio Público, a gente de la campaña de Hanna La Madrid que estaba repartiendo despensas en Coyoacán. No hay ninguna posibilidad de arreglo de nada. Lo de Cuajimalpa no fue una agresión cualquiera: fue una agresión brutal por parte del PRI. En lo que sí me declaro culpable es de no haber encontrado los caminos de distensión y de diálogo que permitan tener una convivencia más civil, más pacífica”.

Sobre Morena, comenta que debe ser muy estresante militar en un partido donde debes hacer lo que te dicen y no lo que quieres.

El pasado 5 de mayo, en el marco del 26 aniversario del PRD, su presidente nacional, Carlos Navarrete, reconoció que hasta 2012 tuvieron figuras emblemáticas entre sus filas. Para esa fecha ya habían renunciado Cárdenas, López Obrador, Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas, exjefes de gobierno capitalino. Mancera no está afiliado a ese partido.

“Los partidos políticos son la unión de muchos ciudadanos y también la presencia de figuras emblemáticas. Es una mezcla emblemática. El PRD tuvo figuras emblemáticas desde su nacimiento hasta el 2012, hace prácticamente tres años. Pero los partidos también son colectivos de personas. Hoy veo un colectivo de miles, de cientos de miles de perredistas en toda la República”, declaró Navarrete en entrevista radiofónica.

“El PRD es el PRI del DF”

Martí Batres, presidente nacional de Morena, resalta que de acuerdo con sus mediciones internas el PRD registró una caída de 30 puntos respecto de 2012, tomando en cuenta que en esa elección federal alcanzó 35 puntos.

“Tenemos conocimiento de las mediciones que se han hecho en diversos lugares, sabemos que Morena va arriba en la mitad de las delegaciones. Está peleando la otra mitad, incluso en las mediciones que está haciendo el propio Gobierno del Distrito Federal, porque una cosas son las encuestas que pagan y otra las que ellos mismos han hecho”, explica.

Comenta que independientemente de la votación que consiga el que fuera su partido, como proyecto ya murió, pues carece de elementos éticos e ideológicos para representar a la izquierda como lo hizo durante 25 años. Ahora es imposible, dice, porque el PRD ya se convirtió en un aliado del régimen, del gobierno más derechista y reaccionario que hemos tenido desde Miguel de la Madrid.

“Finalmente se unió al partido con el que rompió en 1989”, el PRI, dice, en alusión a los integrantes de la Corriente Democrática del tricolor que renunciaron a éste para formar, con diversos representantes de la izquierda, el PRD.

Irónicamente, señala Batres, ahora ese partido mantiene “negociaciones con el gobierno federal para que le ayuden a ganar gubernaturas en Michoacán y Guerrero. Ahí están haciendo todas las trampas del mundo. El PRI y el PRD, que son los que controlan el tribunal en Guerrero, echaron abajo la candidatura de Marcial Saldaña, de Morena en Acapulco para favorecer al PRD. Sacan la Ley Anticorrupción en estos días. ¿Quién escolta a Enrique Peña Nieto para publicarla?: los líderes parlamentarios del PRD, o sea Miguel Barbosa de un lado, y Julio César Moreno del otro, el de los senadores y diputados, respectivamente”.

Por eso afirma que hay una mimetización del PRI y del PRD en la capital del país.


“¿Por qué al PRI ya no le interesa dar la batalla en el DF? Porque tiene al PRD. ¿Por qué el PRI no da la batalla en Chiapas? Porque tiene al Partido Verde Ecologista de México. El PRI ya no lucha en el Distrito Federal; de por sí está muy amolado, pero prácticamente desde el 2012 se retiró. Cedió su terreno, lo poco que tenía, al PRD, y en este trienio ha habido una mimetización: el PRD hace la labor del PRI: es el que tiene golpeadores, es el que amedrenta, el que hace guerra sucia. ¿Para qué necesitas al PRI? ¿Quieres una guerra sucia contra Morena? Ahí tienes al PRD. Ya ni se mancha las manos el PRI. El PRD en el DF es el PRI del DF”. 

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